Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

jueves, 24 de mayo de 2012

1316.- BENITO ARIAS MONTANO



Benito Arias Montano
Benito Arias Montano (*Fregenal de la Sierra , Badajoz  1527 - †Sevilla, 1598) fue un humanista, escritor y políglota español.

Realizó sus primeros estudios en Sevilla, interesándose por las ciencias físicas y médicas y, sobre todo, por la filosofía, la lingüística y la teología. Allí permaneció hasta 1550, año en que se trasladó a Alcalá de Henares  para cursar estudios en su Universidad , ampliando los ya iniciados en medicina, teología y filosofía, y abordando otros nuevos como los de las lenguas clásicas (latín y griego) y de las semíticas (árabe, hebreo y sirio).

Ordenación sacerdotal y retiro en Aracena

Se ordenó sacerdote y se retiró a la Peña de Aracena  (Huelva ) para dedicarse allí al estudio en profundidad de las Sagradas Escrituras.

Concilio de Trento y Biblia Regia

Su fama de docto teólogo hizo que en 1562 el obispo de Segovia  don Martín de Ayala  lo llevase consigo a participar en el Concilio de Trento  donde se distinguió por su erudición. De vuelta a España, Felipe II  le nombró su capellán en 1566 y le encomendó la ingente obra de la Biblia Políglota  de Amberes , conocida como «Biblia Regia». Las innovaciones introducidas con respecto a la Biblia Políglota Complutense y, más aún, en relación con la Vulgata , levantaron los recelos de la Inquisición, si bien pudo ser finalmente editada en Amberes en 1572.

En El Escorial

Finalizado este trabajo e instalado definitivamente en España, se dedicó por encargo de Felipe II a gestionar la biblioteca del Monasterio de El Escorial . Es autor de numerosos escritos sobre los libros del Antiguo y Nuevo Testamento, de tratados teológicos, filosóficos y científicos, de cuantiosas traducciones del hebreo y de un abundante elenco poético en latín y castellano. Amigo del gran poeta Francisco de Aldana , que le dirigió su famosa Epístola a Arias Montano, también escribió diversos libros entre los que descuellan el Dictatum Christianum, Rhetoricum libri IV (1569); la colección poética Monumenta humanae salutis (1571); el Liber generationis Adam (1593), los Hymni et saecula (1593) y la Naturae Historia (1594).

Retiro en Sevilla

En 1584 se retiró a Sevilla renunciando a todos los cargos que poseía en la corte y a otras dignidades que le ofrecían. Allí murió en 1598. Marcelino Menéndez Pelayo  le ha calificado de "gran filósofo, eminente escriturario, sabio humanista y dulcísimo poeta".

Recordatorio

En la Peña de Los Ángeles, en el municipio de Alájar  en la provincia de Huelva, junto a Aracena se encuentra el busto de Arias Montano, obra de Eugenio Hermoso con motivo del centenario del célebre humanista, en 1927.


Benito Arias Montano (galería de Sevillanos Ilustres del Palacio de San Telmo, obra de Antonio Susillo).


Si alguna vez, mañana, te arreaste

Si alguna vez, mañana, te arreaste
de rojos arreboles y colores,
y si a nueva canción los ruiseñores
con tu blandura fresca convidaste;

si alguna vez los campos rociaste
con aguas olorosas y licores,
si también produjiste nuevas flores
con que ninfas y bosques alegraste;

hoy cumple que nos muestres tus riquezas
los rayos de tu rostro variando
con la lumbre del Sol en el Oriente.

Destierra los pesares, las tristezas,
que hoy nace el gran Bautista deseando
señalar a su Dios entre la gente.




Paráfrasis Super Cantica Canticorum 
De Salomón en modo pastoril

En los floridos valles de Siona,
junto con el otero,
do el hijo de Jesé, zagal chapado,
por tirar con la honda muy certero,
la su gentil corona
ganando, fue entre todos señalado:
Allí, en un verde prado,
vi, debajo una sombra, una pastora
graciosa y bella, aunque algo tostadilla.
Paréme por oílla,
y a ver qué cosa fuese causadora
del ansia gastadora
que dentro en sí tenía,
porque con los suspiros que enviaba,
tales que el aire ardía,
encendida en deseo se mostraba.
En su cantar sentí que amor la fuerza
y no le da reposo,
haciendo al delicado pecho guerra,
sólo por el deseo de un su esposo
al cual llamar se esfuerza,
tanto que mueve a compasión la tierra. […]


Esposa. “Teolampo mío, ¿qué tardanza es ésta?
¡Ay! , ¿quién te me detiene?
¿Dónde estás? ¿No respondes? ¿Qué te has hecho?
¿Cómo no quieres que en tu ausencia pene
aquella a quien le cuesta
tu amor el corazón que está en su pecho?
Bien sientes qué despecho
terné conmigo misma no te viendo,
porque tengo temor que no me quieras.
Si tú mi amante fueras
vinieras, la mi pena no sufriendo.
Yo juro que en te viendo
sería yo guarida,
y aunque la muerte ya de mí triunfase,
tornaría a la vida
si un beso de tu boca yo alcanzase.
No hay en el mundo más sabroso vino
que al bebedor contente
y quite sus cuidados y dolores,
y lo haga a gran bien estar presente,
que aquel dulzor divino
se pueda comparar de tus amores, […]


Al dulce lamentar de aquesta amante
callaba el campo todo,
movido a compasión de una tal queja;
y no es tan vano el lastimero modo
que el alma no quebrante
a su esposo, que della no se aleja.
Amor ya no le deja,
ni su alma tierna puede ya sufrillo,
atormentar su amada con silencio;
que le es amargo asensio
ver el mal de su esposa y no guarillo.
Y con un son que oíllo
bien pueda, le responde
cantando, porque más su pecho mueva,
desde las breñas, donde,
por gran requiebro, su presencia encueva.


Esposo.“Eumenia, para mí dulce y graciosa,
más que mujer de cuantas hoy se arrean:
Si tú no sabes, mi querida esposa,
hallar las mis ovejas do sestean,
aballa tu ganado presurosa,
y tus cabritos, que pacer desean.
La huella ven siguiendo a los pastores,
que entre ellos hallarás a tus amores.
Más linda, más ligera y más lozana
eres a los mis ojos, mi querida,
que la yegua de Egipto muy galana
que en el mi carro suele andar uncida.
Tus mejillas, Eumenia, muy de gana,
entre sus joyas tienen mi alma asida. […]
Esposa."En la bodega de mi dulce esposo
entré yo, no por mí, mas por su guía,
porque su dulce amor es mi bandera.
¡Ay!, ¡ay, amor dulce y gracioso!,
¿cómo me privas de la fuerza mía?
Dadme, dadme del vino, que no muera;
poned manzanas a mi cabecera,
y otros olores con que me consuele;
traed, traed del vino vasos llenos;
henchid, henchid mis senos
de olor, que dentro de mi pecho vuele,
porque de amor el corazón me duele. […]
Hablóme el mi querido:


Esposo. "Vente, amiga;
levanta onde estés, y vente presto,
belleza a quien mis ojos se ligaron, […]
En el meneo, en el andar tan diestro
los tus pies vencen toda hermosura
con su calzado rico, y ornamento;
la redondez de el muslo, y su juntura
es como un bel collar, que un gran maestro
de oro torneó, gentil en hermosura;
tu ombligo fabricó también natura
como una bella luna en redondeza,
y siempre es fuerte, siempre fruto tiene;
tu vientre cual conviene
como un montón de trigo es que en belleza
envuelto, y lirios viene;
tus pechos do se anidan los amores
son como dos cabritos saltadores.
Tu cuello es una torre de marfil;
tus ojos claros, llenos, refulgentes
como piscinas hechas en Esbón. […]
La tu cabeza tiene semejanza
a aquel Carmelo, monte muy famoso,
y el oro muy precioso
que de ella nace en hermosura alcanza
a un rollo muy hermoso
de púrpura. […]
Tus pechos son racimos por bello arte
de la natura obrados; yo querría
subir en estas plantas a coger
sus ramos a placer;
tus pechos bellos son en demasía
racimos de Velver,
y el suave olor que tu nariz espira
olor de fruto es, que a todos tira.


Esposa.[…] Si tú quisieras ora, mi Teolampo,
saldríamos al campo,
iríate mis amores refiriendo,
y cuanto por ti he pasado en llanto,
y dormiremos por las caserías
pasando así las noches y los días.
veremos la mandrágora si huele,
si abierto ha ya su flor, y tanta fruta
como tengo apartada para ti
que tengo mucha allí;
de ella en sus ramos, de ella más enjuta,
que muchos días ha que la cogí;
pus tú la has de gozar, y no otro hombre,
pues se cogió, y guardó toda en tu nombre. […]

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