Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

domingo, 27 de mayo de 2012

1334.- FRANCISCO BAENA CALVO



Francisco Baena Calvo
(Luque. CÓRDOBA 10/O1/1962)
Francisco Baena Calvo: «No es demasiado frecuente, al menos en los tiempos que corren, tropezar con un poeta sobrio y auténtico, solidario y humanista. Últimamente, la poesía querámoslo o no discurre por unos cauces de belleza hueca y palabrería inútil. Afortunadamente, hay poetas que siguen entendiendo el acto poético como un desgarro emocional, como un relámpago invisible y efímero, rabiosamente esclarecedor, donde el hombre logra vislumbrar el sentido místico y mágico del universo. Francisco Baena Calvo es un poeta de esta ancestral estirpe: un hombre profundamente profundo, solidario y altruista, pastor de palabras que aglutina en sus versos la verdad de la tristeza y la alegría, el amor y el desamor, el dolor y el desencanto, la vida y la muerte, de un modo terriblemente sobrecogedor y, a la vez, profundamente tierno.... Es una vuelta saludable a la poesía social y humanista que, tan espléndidamente, trabajaron en otro tiempo poetas grandes como Blas de Otero y Gabriel Celaya, Miguel Hernández, Leopoldo de Luis, y otros muchos de su estirpe» (Alejandro López Andrada en el prólogo de su libro «Jardinero de Versos»).
La poesía de Francisco  es de corte sereno, más no timorata, y se adentra por caminos interiores y quiere poner en pie de alerta un mundo del que no todo es comprensible, y se hace eco de la denuncia, de los débiles, de las víctimas, de los múltiples hombres y mujeres que han aportado lo mejor de sí mismos para la construcción de un mundo más humano.
Hay poetas de salón, poetas que bellamente expresan realidades sin sustancia: Poetas que centran su interés en la métrica y su preocupación es el uso del lenguaje. Pero hay otros, y en éstos se incluye Francisco, que son poetas comprometidos con su tiempo y su entorno, con los olvidados de la historia y con los sin-voz; son poetas que abren sus puertas interiores y se rebelan contra este mundo tan poco dado a querer; son poetas que nadan por las veredas del lamento y se acurrucan en sus pechos; son poetas que miran cara a cara al semblante del horror sin enmascararlo con bellezas huidizas y palabras huecas.
La poesía de Francisco Baena se inspira fundamentalmente en su labor pastoral como sacerdote en su quehacer diario por los pueblos que ha pasado desde el año 1986: Pozoblanco, Villaralto, Azuel, Cárdena, La Venta del Charco, Torrecampo y El Guijo. Actualmente es Párroco de la Comunidad Parroquial Vera Cruz-Santa Marina de Fernán-Núñez.
 En 1992 publica su primer libro de poemas «Aprendiz de poetas». Y en 1993 publica «Jardinero de versos», una explosión en el ego del poeta y la llama de una antorcha que se mueve en muchos vientos pero no logra apagarse a pesar de las tormentas, y con esta obra quería el autor animar a muchos, fundamentalmente a los jóvenes, a mirar dentro y suspirar a lo vivo. Y en el 1994 publica un hermoso poemario titulado «Emisor del viento». En el 1998 publicó su último libro de poemas, «Versos a lo vivo», un elogio a los que han hecho de su vida un eterno poemario, un reclamo de lo mejor de esos hombres y mujeres que fueron y son llamas para el mundo, pues sin ellos la historia carece de esperanza y se convierte en una «carnicería» sin más motor que la ley del más fuerte.




A FEDERICO GARCIA LORCA.

"¡Oh, muerte, qué amargo es tu recuerdo... 
(Ecio 41.1)

Tiene Granada una pena 
depositada en el alma,
y en las noches de luna llena
gritos de muerte se oyen en la Alhambra.

Tiene el poema una lágrima
acurrucada en sus versos, 
y en la brisa de la tarde 
escriben muerte en sus grietas.

Tiene la historia un gemido 
escondido en sus vergüenzas, 
y en el recodo del camino
sangre roja vierten los recuerdos.

Tiene Federico un dolor
oculto en su féretro,
y cada vez que leen sus versos 
lágrimas caen a la tierra.








CORAZON ROTO.

Corazón angustiado en plena crisis, 
ataviado de sangre y tristeza, 
dejad en el viento una queja, 
sembrad en las sombras un sueño.

Que tiemble la risa cobarde, 
insolidaria a medias, por los caminos, 
y renazca el paisaje sin muertos, 
guijarros del camino por las veredas.

Amigo corazón, extraño para sí mismo, 
iluminad las cruces y amenazas, 
revoloteando por las ventanas,
a la caída de la tarde, en invierno.

Que navegue en pleno sueño, 
aunando de besos los lamentos,
y vaya de puntillas por los secretos, 
a lo más hondo de la búsqueda.







CAMPESINOS DE LUQUE

"Nunca perseguí 1a gloriani dejar en la memoria
de los hombres mi canción" (ANTONIO MACHADO)

Qué pequeños parecéis en medio de los olivos, 
entre la tierra revestida de escarcha,
entre las pedrizas engalanadas de piedras, 
pero qué fuertes sois en vuestros combates!

¡Qué insignificantes aparentáis en medio de las cifras, 
entre la hoguera encendida de la casa,
entre la noche invadida de sombra,
pero qué sabios sois en vuestros consejos!

¡Qué vencibles parecéis en medio de las quejas, 
entre la mirada cansada del trabajo,
entre las manos contagiadas de barro,
pero qué invencibles sois en vuestras almas!

¡Qué débiles aparentáis en medio de las veredas, 
entre los matorrales convertidos en pasto,
entre los almendros quejosos de agua, 
pero qué fuertes sois en vuestros cuerpos!





AIGÜESTORTES.

Un elogio al parque natural de Aigüestortes.

La permanencia de las piedras, 
otrora huellas de esplendor, 
son signos del pasado,
son gritos de muertos.

¡Ay, que renaces entre las sombras 
en esta historia de valles,
desde la encrucijada hasta la cumbre!

La fragancia de los pinos negros, 
otrora permanencia del hálito,
son llamaradas de secretos, 
son humaredas de incendios.

¡Ay, que humedeces la tierra 
en este parque salvaje, 
desde Sort hasta Sport!

Silencio de las sombras, 
otrora misterio de los sueños, 
son semillas de sorpresa, 
son jardines de cortejos.

¡Ay, que paralizas el aire
en estas veredas de Monasterio, 
desde el refugio hasta el lago!







FUTURO AÑORADO.

Manana vendrá con lo puesto,
arañando los límites de los años,
sin prisa, despacio,
a raudales, entre suspiros, 
besando el infinito de los sueños.

Mañana se hospedará en los silencios, 
apoderándose de todo lo vivo,
sin desaires, íntimamente, 
a medida del tiempo, 
iluminando las páginas de la historia.

Mañana acampará con el drama, 
dejando vacías las emociones,
sin cortes, suave,
a golpes del viento,
despejando las incógnitas de los vuelos.

Mañana se irá lo nuevo,
cubriéndose lo presente de mortajas, 
sin ¡fusiones, despacio,
a impulsos del ojo,
contemplando la historia de piedra.








LA VIDA CONTINUA.

"Todo cuanto atesores
debes tenerlo en el hueco de tu mano 
como si fuera agua"
(A.Me11o)

Desnudo viniste a la tierra 
sin ropajes ni títulos
y solo con gritos 
saludaste al alba.

¡Y cómo cambian las acequias 
de esta vida injusta;
unos olvidan su destino 
atesorando monedas!

Indefenso llegaste a la fiesta 
sin mecanismos ni falsedades 
y sólo con debilidad
viniste a los leños.

¡Y cómo se transforman las tornas 
de esta historia seca;
unos se ocultan en la fuerza, 
resguardando sus vergüenzas!









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