Juan de Ariza y Palomar (Motril, Granada, 11 de diciembre de 1816 - La Habana, 20 de julio de 1876), escritor español perteneciente al Romanticismo.
Fue hijo de familia noble y acomodada. A los cuatro años de edad murió su padre y quedó so la tutela de su tío Juan Fernando de Ariza, Vicario de Distrito, que se encargó de su educación; sus primeros poemas están dedicados a sus amigos. A los treinta y siete años trabajó en el Teatro Liceo de Motril y tres años más tarde fue a Madrid, hacia 1843, donde escribió en distintos periódicos y revistas. En 1843 aparece su primera obra conocida, A la heroica Granada. Cantos, editada en Granada; debía estar allí, porque ese año apareció una crítica teatral suya en la revista La Alhambra sobre la comedia Un novio a pedir de boca de Manuel Bretón de los Herreros estrenada allí. Poco después está en Madrid y a partir de 1845 se da a conocer con sus primeras novelas históricas y cuentos inspirados en tradiciones populares. Una de sus novelas, Un viaje al infierno, es una sátira del Madrid de entonces y sus personajes, de nombre anagramático, pueden identificarse perfectamente. La más importante de sus novelas históricas fue El Dos de Mayo (1846), precedente directo de los Episodios nacionales de Galdós. En Madrid amistó con Ventura de la Vega y Juan Martínez Villergas. Evolucionó hacia posturas conservadoras. De 1848 a 1854 se suceden sus años más fecundos: da a luz más de veinte obras literarias y colabora con Rubí y Ventura de la Vega en la comedia Un clavo saca otro clavo, de 1850. Ese mismo año estrena su tragedia Remismunda sobre la mujer de Ataúlfo, acaso la mejor de sus piezas teatrales y donde se mezclan clasicismo y romanticismo. En 1853 estrena cuatro obras en Madrid, entre ellas la zarzuela La flor del valle con música de Luis Arche. Sus últimas obras teatrales se representan en 1854, año en que fue nombrado Director General de Ultramar. En 1856 llegó a la isla de Cuba como alto funcionario del Estado. Allí desempeñó los cargos de Secretario y Ministro del Tribunal de Cuentas y ocupó también la Vicepresidencia del Casino Español de la Habana, presidente honorario del mismo y "Voluntario" de la Compañía de Guías. En 1867 fue nombrado Director del Diario de la Marina en La Habana, cargo que ocupará hasta su muerte, es decir, durante nueve años. Presenció el estallido de la primera de las guerras de Cuba, la llamada Guerra de los diez años (1868-1878); defendió apasionadamente los intereses de la España colonial. Murió en La Habana el 20 de julio de 1876.
Escribió sobre todo entre 1843 y 1854; su producción se limita a siete novelas, quince obras dramáticas y cinco cuentos infantiles, aparte de numerosas poesías y artículos periodísticos. Es importante como uno de los primeros folcloristas españoles, pues compiló relatos tradicionales en Cuentos de vieja, que puede considerarse la primera colección española de cuentos folclóricos. Conoció al actor Julián Romea y a los autores Tomás Rodríguez Rubí y Ventura de la Vega, con los cuales colaboró en alguna ocasión; también escribió alta comedia. Escribió sobre todo dramas históricos y novelas históricas, aunque también cultivó la poesía narrativa. Sus Obras líricas y dramáticas fueron editadas en México por Boix y compañía en 1851. Su producción periodística está aún por estudiar.
Obras
Novelas
Un viaje al infierno, Madrid, 1848-1851
Don Juan de Austria o Las guerras de Flandes, Madrid, 1847. Reimpresa en Madrid: Lecturas para Todos, 1933 y Madrid: Apostolado de la Prensa, 1961.
Las tres Navidades, Madrid, 1846.
Los dos Reyes: novela histórica, Madrid, 1845, reimpresa en 1848.
El dos de mayo: novela histórica Madrid: Hortelano y Compañía, 1846, reimpresa en el mismo sitio e imprenta en 1849
Antes y después Habana:Imprenta del Diario de la Marina, 1859.
Poesía
Las ruinas de Sancho el Diablo. Tradición popular, Madrid, 1848.
Teatro
Antonio de Leiva, Madrid, 1849, reimpreso en 1855 y en Salamanca en 1870.
Con Tomás Rodríguez Rubí y Ventura de la Vega, Un clavo saca a otro clavo. Comedia. Madrid, 1850.
Mocedades de Pulgar, Madrid, 1847.
El primer Girón, Madrid, 1850, reimpresa en 1868.
Don Alonso de Ercilla Madrid: José de Santiago, 1848
Dios, mi brazo y mi derecho Madrid, 1853, reimpresa en 1867.
La Flor del valle: zarzuela; música de Luis Arche Madrid: Círculo Literario Comercial, 1853
La fuerza de voluntad Madrid: Círculo Literario Comercial, 1852
Un loco hace ciento. Comedia Madrid: Círculo Literario Comercial, 1853
La mano de Dios. Drama histórico Madrid: Círculo Literario Comercial, 1854
El oro y el oropel. Comedia Madrid, 1853 (reimpresa en Salamanca en 1863)
Obras líricas y dramáticas México: Boix y compañía, 1851
Pedro Navarro Madrid: Círculo Literario Comercial, 1854
El ramo de rosas Madrid: Círculo Literario Comercial, 1851
Remismunda. Tragedia Madrid: Círculo Literario Comercial, 1854
Comedias. Introducción y notas, Francisco Ayudarte Granados. Motril: Auskaría Mediterránea, 1996.
La amapola (1851). Romance de Juan de Ariza
Versión actualizada y digitalizada por Francisco Ayudarte Granados (Lunes, 02/03/2009).
LA AMAPOLA
ROMANCE
Flor que despreciada y triste
Vives en el verde prado,
Meciendo las leves hojas
Sobre tu flexible tallo:
Flor que desdeña el jardín
Y eres gala de los campos,
Por puros, quizás, el hombre
Menosprecia tus encantos.
Ya escondida entre las nieves,
Cual perla en ancho oceano,
Aumentas con el misterio
Tu atractivo siempre mágico:
Y ya apareciendo hermosa,
Como en noche oscura un astro,
Te saluda tiernamente
Algún amante olvidado:
Que tú lejana del mundo,
Como él del amor lejano,
Sus congojas disminuyes
Con tu porvenir amargo.
Flor de negros tornasoles
Sobre tu purpúreo manto,
Imagen de vida y muerte
eres con matices varios:
Y recuerdas que en la vida,
Como en la mar fluctuando,
está el escollo de penas
Junto al puerto de descanso.
Flor, con tus hojas sutiles
Y con tu vivir precario,
Semejas una existencia
Que va rápida pasando,
De pasiones carcomida.
Sin que la opriman los años.
Tú mueres apenas naces
A impulso de ajena mano;
Te deshoja el aguacero.
Rompe el huracán airado
Tus renuevos, y el pie troncha
De algún segador tus tallos
Ya en las haces de los trojes,
Ya entre yerbas el muchacho
Te confunde, y despareces,
Hermosa flor, por acaso;
Como una bella esperanza
Que en sueños acariciamos
Y disminuye una duda
O destruye un desengaño.
Flor vilmente despreciada,
Yo por mi amiga te aclamo,
Pues los hombres el dolor
Sobre mi frente sellaron.
Compadecerás mis penas
En tu abandono, pensando
Que solo buenos amigos
Suelen ser los desgraciados.
Te abrigaré en el invierno,
Y tendrás en el verano
Como brisa mis suspiros
Y como riego mi llanto.
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