Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013
miércoles, 9 de noviembre de 2011
909.- AMPARO LÓPEZ DEL BAÑO
AMPARO LÓPEZ DEL BAÑO (Sevilla, 1800 - 1891)
Amparo López Del Baño
por M.ª Jesús Soler Arteaga
Los datos conocidos sobre esta autora son muy escasos, su imagen y su obra pasaron desapercibidas para sus contemporáneos y para la historia de la literatura. Tal vez influyó en ello que la relación que esta autora mantuvo con los a círculos literarios, especialmente con la escuela sevillana fuera de amistad, puesto que durante su vida Amparo López del Baño y Alfaya no se presentó a concursos, no participó con sus poemas en los periódicos y no dio su obra a las prensas sino después de su muerte. Pese a que afamados autores la animaron a ello, entre los que destacan Martínez de la Rosa, Quintana, Ayala, Zorrilla y Alarcón .
Nacida en el primer tercio del siglo XIX, Amparo sabía que sus poemas no serían comprendidos por sus contemporáneos, no solo por la censura a la que la sometería sociedad de su tiempo por ser “poetisa”, sino también y mucho más probablemente porque sabía que la expresión sincera y abierta de sus sentimientos amorosos no se encontraba dentro de las estrictas formas que la sociedad marcaba para una mujer.
Adelantarse a su tiempo tendría un coste mayor del que ella podía o quería pagar y por ello se censuró y no permitió que su obra viera la luz hasta después de su muerte. La publicación se la dejó encargada a D. Santiago López Moreno que 1892 se ocupó de la preparación del volumen y del prólogo en él daba noticia de la autora y trataba de explicar el motivo por el que no quiso que los poemas en los que exponía los deseos de su alma estuvieran al alcance del público:
Difícilmente puede pintarse con más sencillez, con más verdad, con más vivos colores lo que hace falta a una mujer amante, que no ha realizado nunca su amor en este mundo; ¡un alma! Pero como por aquí no andan las almas sin la envoltura corporal quien pedía un alma pedía también un cuerpo, y como es sabido que en el amor no impera la ley de los semejantes siendo cosa notoria que la oposición de los contrarios produce la armonía, bien se refleja en tan sentido lamento el vacío insustituible del amor humano que en su alma sentía (1892: 10).
Estas palabras del prologuista se unen a las de Amantina Cobos de Villalobos cuando indica que fue una mujer de talento extraordinario muy culta con conocimientos de historia, astronomía, filosofía y ciencias morales que hablaba inglés, francés, alemán e italiano y que se trató de un espíritu que encarnó en época distinta a la suya y por tanto la sociedad no pudo aprovecharse de su aportación:
Si hubiese nacido en los siglos XVI o XVII, su malogrado amor la habría llevado al claustro, y allí en mística poesía, se hubiese evaporado el dulce fuego de su alma; perteneciendo a época más actual, brillaría en las altas esferas de la literatura, ahogando su dolor entre los aplausos de sus admiradores y el torbellino de la vida moderna.
Pero nació a principios del siglo XIX, en ocasión poco propicia para explayar su espíritu con filosofías un tanto panteistas, que hubiera escandalizado oír de labios femeninos... (Cobos, 1917: 64).
La vida de esta autora permaneció en el olvido hasta 1917, fecha en la que Amantina Cobos preparó este volumen acerca de sevillanas ilustres prologado por D. Santiago Montoto que se refirió brevemente a algunas de ellas. Concretamente de la autora de Poesías (1892) decía: “Amparo del Baño, ignorada en vida y glorificada en muerte, aquejada del mal de la duda, ese gusano roedor que se halla en el fondo de todo conocimiento humano” (Cobos, 1892: 10). En las páginas dedicadas a su semblanza Amantina decía que los datos biográficos acerca de la poeta los había recibido gracias a la bondad de una ilustre dama y de un insigne literato, cuyos nombres no menciona, aunque sí hace referencia al hecho de que sus poemas amorosos no son una recreación literaria sino que obedecen a un hecho real. Amparo vivió una pasión real y correspondida, pero desgraciadamente él murió y ella se retiró a su casa de San Juan de Aznalfarache donde se dedicó a escribir.
Obras
Poesías (1892)
Bibliografía Crítica
Soler Arteaga, M.ª Jesús (2006): "Selección léxica y autocensura en la obra de Amparo López del Baño", en Escritoras y pensadoras europeas. Ed. Arcibel. Sevilla.
Soler Arteaga, M.ª Jesús (2006): Palabras, palabras, palabras... Poetas románticas sevillanas. Ed. Arcibel. Sevilla.
Texto Representativo
¡AY DE MÍ!
¡Qué si he amado decís! Estos cabellos
antes de la vejez blancos y escasos,
la eterna palidez de mi semblante,
mis ojos abatidos y nubilados,
la orla azul que circunda mi mejilla,
el pliegue desdeñoso de mis labios
el eco melancólico y doliente
que de mi voz resuena cuando hablo,
el tosco desaliño de mi traje,
mi talle juvenil encorvado,
la expresión indolente y descuidada
de todo cuanto digo y cuanto hago,
la nube de tristeza y de amargura,
que cubre mi semblante ya hace años,
¿no están diciendo a voces, que es mi vida
un gemido de amor continuado?
SI los males que afligen las almas
supiese yo curar, ¿qué más querría?
Superior o Esculapio, ceñiría
triunfal corona de laurel y palmas
y empezara curándose la mía.
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