Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

martes, 1 de noviembre de 2011

903.- DAVID ELOY RODRÍGUEZ


David Eloy Rodríguez (Cáceres, 1976). Escritor español en lengua castellana, dedicado especialmente a la poesía.
Vive desde 1993 en Sevilla, adonde se trasladó desde Jerez de la Frontera (Cádiz), donde transcurrió su infancia. Es licenciado en Comunicación Audiovisual y ha realizado también estudios de Antropología. Se dedica a la literatura y a la difusión cultural. Ha publicado varios libros de poesía y su obra ha sido recogida en numerosas antologías y volúmenes colectivos dedicados a la poesía española actual.
Participa desde 1996 en diferentes proyectos escénicos vinculados a la palabra poética. Ha intervenido recitando su obra en festivales literarios y artísticos como, por ejemplo: la I Bienal Internacional de Arte y Acción de Granada; el internacional Spoken Word de Sevilla; la Noche en Blanco de Madrid; el Vístete de Poesía, la Fira Mágica y el Festival de Polipoesía en Cataluña; Reunión 03: Arte y movimientos sociales, y también el encuentro Sobre Capital y Territorio, para la Universidad internacional de Andalucía; el Festival de poesía de La Laguna en Canarias; el Festival de la Oralidad de Huesca; Primera Poesía, organizado por la Institución de las Letras Catalanas; el Ciclo Poesía en Resistencia; el festival poético 2006 poetas por km2 en Madrid; el Festival Poesía y otras verbalidades de Elche; Versátil.es 2009, en Valladolid; Encuentro nacional de poesía joven La Ciudad en llamas, en la Universidad de Oviedo; los festivales Exploradores, Poesía en escena 2010 y Cosmopoética en Córdoba... sólo o con la compañía de poesía La Palabra Itinerante. En Septiembre de 2009 fue uno de los tres escritores españoles invitados a la Bienal de Jóvenes Creadores de Europa y el Mediterráneo que tuvo lugar en Skopje (Macedonia). Su último proyecto en el ámbito creativo de la poesía escénica y multidisciplinar, la polipoesía y el spoken word es Todo se entiende sólo a medias .
Su escritura ha sido adscrita a prácticas literarias críticas y socialmente comprometidas (poesía de la conciencia, escritura del conflicto, poesía en resistencia, literatura activista) en el panorama actual de la poesía española. Escribe canciones, guiones de cómic y videopoemas para diversos artistas y ha intervenido en exposiciones colectivas de arte contemporáneo. Es uno de los coordinadores de la aventura editorial independiente Libros de la Herida .
Vinculado al colectivo andaluz de escritores La Palabra Itinerante desde 1996, realiza desde allí acción cultural, imparte talleres de creación literaria, participa en intervenciones artísticas y en la coordinación de diversas iniciativas culturales (caso de los ciclos de poesía en vivo Poesía en Resistencia, celebrados en Sevilla durante cinco años, y en sus últimas ediciones, 2007 y 2008 en Cádiz, y 2009 en Granada).

Bibliografía
Es autor de los libros de poemas: Chrauf (Ediciones de la Universidad de Sevilla, 1996), Miedo de ser escarcha (Qüasyeditorial, 2000, Premio Internacional Surcos), Asombros (César Sastre editor, colección Carne y Sueño, Sevilla, 2006; con imágenes de Miki Leal), Los huidos (ediciones 4 de Agosto, 2008) y Para nombrar una ciudad (editorial Renacimiento, 2010). También del libro de relatos para niñas y niños Este loco mundo (17 cuentos) (escrito junto a Miguel Ángel García Argüez y José María Gómez Valero, con ilustraciones de Amelia Celaya, Cambalache, 2010).
Textos y poemas suyos han sido incluidos en diversas antologías, entre ellas: Voces del extremo (Fundación Juan Ramón Jiménez, en 2001 y 2002); Once inicial (Fundación Municipal de Cultura de Cádiz, 2002); No doblar las rodillas: siete proyectos críticos en la poesía española reciente (Universidad de Chile, Santiago de Chile, 2002); Poesía de la Conciencia (Zurgai, Bilbao, 2003); Sevilla: 24 poetas y 24 artistas (Imagoforum, Sevilla, 2004); Andalucía Poesía Joven (Editorial Plurabelle, Córdoba, España, 2004); Alzar el vuelo (Imagoforum, Sevilla, 2006); Literatura Joven de Andalucía (Punto de partida, UNAM, México DF, 2007); Poesía Viva de Andalucía (Universidad de Guadalajara, México, 2007); Once poetas críticos en la poesía española reciente (Baile del Sol, Tenerife, 2007), Poesía en español 2008 (Alhambra Publishing, Bélgica, 2007), Poesía y Capitalismo (Fundación Juan Ramón Jiménez, 2008) o Aquí y ahora (Madrid, 2008).
Sus poemas se incluyen también en libros colectivos como Miradas, ecos y reflejos (Cgt, 2004), Vida de perros (editorial Buscarini, La Rioja, 2007), Palabras que se mojan (Diputación de Sevilla, 2007), Lo que ha quedado del naranjo (Diputación de Málaga, 2009), El árbol talado que retoña (El Páramo, Córdoba, 2009) o Aldea Poética IV (Opera Prima, Madrid, 2009).
Poemas suyos han sido traducidos al catalán, al italiano, al francés y al portugués.

Galardones
Premio de poesía Universidad de Sevilla 1995, premio de poesía Fernando Quiñones 1998, premio internacional Surcos de poesía 2000, premio Creación Joven 2007 de poesía, premio internacional de poesía Francisco Villaespesa 2009.



APARICIONES FUGACES DE PRODIGIOSA DURACIÓN

Súbditos de regiones clausuradas,
lejos de la verdad
de cada cosa,
malgastamos el tiempo en este exilio
en el vano país
de lo evidente:
esta enorme prisión,
este baile deshabitado.

Pero un niño secreto vive
bajo todas las máscaras.

A veces asoma su sed
yugular, descubre sus ojos primordiales,
y nos reconocemos:
vislumbramos en su inocencia libertaria
qué somos, quiénes.
La vida ocurre entonces:
hallazgo, sentido, reunión,
certeza de ser, la justicia
de una respiración tan verdadera
en los resucitados.

Ese niño secreto
se asfixia en la maleza de ilusiones,
se araña en signos huecos, mentirosos,
es por eso que nos implora
y susurra al oído su plegaria
como si nos dictase
la letra de canciones imposibles:

Habría que esquivar la muerte,
sus fauces tan abiertas,
vivir las horas
en crudo, de asombro en asombro.
Habría que nacer, darse a nacer,
tener la audacia
de aquiestar en el mundo,
probar a lo que sabe algo sin nombre,
apoyar las dos manos en su vértigo.

Sólo somos si somos aventura.

Sólo lo fugitivo permanece.



Pero no escuchamos bien qué dice
-hay quizás demasiado ruido-
y no entendemos nada, nada.

¿Lograremos hoy el milagro
de la revelación de la materia?
¿Arribaremos absolutos,
íntegros, a los otros?
¿Podremos hoy vencer los miedos
y ver más claro, hacer verdad?

Casi todo nos pasa inadvertido.

Un niño prisionero se hace sangre.


Del libro Asombros [colección Carne y Sueño, César Sastre Editor, 2006]








CADA LATIDO QUE DEJAMOS ATRÁS ES UN ENIGMA IRREPETIBLE
(AGUAS RÁPIDAS NOS LLEVAN)

Durante la noche
alguien amó unas cuantas canciones viejas
del mismo modo que se ama a un ángel,
con la misma textura, idénticas ganas de volar.

Durante la noche
dieron exactas las tres de la memoria
y alguien supo del tamaño del miedo,
cuánto pesa de cierto el dolor.

Durante la noche
alguien visitó tierras firmes y naufragios,
alguien averiguó lo impreciso de sus límites,
alguien se dejó rozar por el tacto del tiempo
como si fuera la única noche, la última vida.

Durante la noche
alguien bebió botellas de licor de tristeza,
bebió como un antiguo y venerable poeta chino,
bebió leche materna y agua del mar.

Durante la noche
alguien hizo votos de aullido y de silencio,
alguien desmigó su corazón para los pájaros,
alguien lloró de alegría en un idioma distinto.


Durante la noche
alguien recordó los más hermosos cuerpos,
los ojos más indóciles,
y besos insolentes y flacos
como la lluvia de verano o una revolución.

Durante la noche
alguien quiso una carta verdadera, una carta
escrita por los dedos del deseo, un mensaje
con palabras no borrosas que nombraran
sin que eso fuera una forma de caer.

Durante la noche
alguien cosió con un hilo claro
aguas de fuentes oscuras.


Los pájaros de la mañana se alimentan de despojos,
de algas que arrancaron de los sueños.


Del libro Asombros [colección Carne y Sueño, César Sastre Editor, 2006]










COMO LA MARIPOSA POSADA EN LA ALAMBRADA,
INDIFERENTE A LA NOCIÓN DE MUERTE

El instante que media
entre una pregunta y su respuesta,
ese segundo de vacilación
propiedad de lo aún no concebido,
ese intervalo de vacío
en que respiran codiciosas,
como animales fabulosos y sin rostro,
las posibilidades.


Del libro Asombros [colección Carne y Sueño, César Sastre Editor, 2006]







Criaturas

Hay palabras que van y vienen de uno a otro lado
casi sin notarse, como la luz unta el día,
cumpliendo un pacto antiguo.

Hay palabras que languidecen igual que amores
que decaen, tristes, en anemia o burocracia,
fatigados de pérdida.

Hay palabras que se comprenden en los severos
dominios del invierno, palabras malheridas,
infaustas cortesanas en los fueros de un rey cruel.

Hay palabras como fúnebres farsas o sombras
sin figura o guiñapos en las fauces de cachorros,
palabras vencidas por su propio veredicto
igual que barcos que tan sólo trasladaran
enfermedades infecciosas de isla a isla.

Hay palabras que huyen en barcazas de ciprés
por el río de la misericordia, audaces,
prófugas, sin reposo.

Hay palabras como peces turbios en un lago
de dolor cristalino.
Hay palabras dulces masticando sal.

Hay palabras que son cisnes nadando aguas extintas.
Hay palabras como hormigas en el mar
que intentan alcanzar la tierra.

Hay palabras imantadas, clérigas de arcaicos
saberes, muy turbadoras palabras con alas
de perro, tan diestras en
hablar desde otro tiempo y nacer en este instante.

Hay palabras que golpean tenaces la puerta
de tu casa con la sombra de sus puños. Insisten,
como la lluvia sobre las lápidas insisten,
precisas, feroces.

Hay pecios del ruido del mundo, palabrería.

Hay palabras como palomas que se disputan
migajas de este cielo.
Hay palabras con nariz de payaso, palabras
como gafas de ver.

Todas, todas ellas devoran
implacables, cruciales, el país de lo sin nombre,
todas imponen su presencia arrogante, convierten
el oro del misterio en piedra pura.








SON LOS QUE ROMPEN EL CRISTAL
los perseguidos,
acechando en la sangre común
los ríos de una luna bruta,
los que desentierran los labios ocultos para hablar.
Son los supervivientes, los niños salvajes,
los hermanos de la primavera y el dolor.
Son los que pasan delante del tirador de dardos.
Son los que rompen el cristal,
los acogidos al insomnio,
al arco y a la flecha; los idiotas,
los buscadores sin más brújula
que su amor de nadie,
que su amor de escarcha,
que su amor.
Su casa es la casa derrumbada
y cien veces construida.
Su casa no tiene techo
y es la tuya y la mía también.
Sus ojos están venciendo siempre
la tumba del frío.
Fingen morir,
pero no mueren.
Son los que desentierran los labios ocultos para hablar.







(Seis aproximaciones) para nombrar una ciudad


I
Nombrar: atrapar un animal que no existe.




II
Qué es vivir, esa sigue siendo la pregunta, qué es vivir, qué ciudad fundar dentro de cada piel y en las calles y en las casas, volver o no milagro el mundo, ser o no ser pasto del olvido, carroña de los buitres de la muerte. Cada uno muestra sus documentos de dolor, las astillas que le tocan en los huesos. Ciudad de gente sola que aprende a vivir sin aventura. Ciudad que respira bajo el alud violento de la falsificación.



III
¿Qué se siente en la tormenta cuando uno es el sitio en donde va a caer el rayo? Gente a cielo herido. Acampados en mitad de la vía. Gente en el polvo. Braceros en la tempestad. Viven en avenidas desolladas, viven en cantinas sobre la cuerda floja, viven en la mandíbula desencajada de la ciudad. Ellos esperan los añicos del amanecer pero no esperan nada. Ellos esperan que todo estalle pero no esperan nada. Miradas en un espejo roto, caracolas sin mar. Habitantes de arenas movedizas. Hermanos del filo sin más propiedad que las lágrimas, sin más propiedad que lo perdido, sin más propiedad que lo que resta. Un puño feroz les golpea cada día. Yo sé a quiénes pertenecen las manos que golpean. Yo sé, y usted sabe, quiénes empuñan su muerte lenta, quiénes vierten las paladas de tierra que cu­bri­rán sus ataúdes. Yo sé quiénes les entregan cada día. No hay crónicas de su desalojo. Pero yo sé. Usted sabe.



IV
La noche sigue color de rubí, barrio de demonios y esplendores. Hay pruebas: lugares sin techo, habitaciones, azoteas, alamedas del deseo. Hay pruebas: antídotos, insinuaciones, enfermerías. Hay pruebas: un amor, un lápiz, un cuerpo en el espejo. Corren tiempos de redada. Pero también de almacenes, alivios, goces, reuniones sagradas y secretas.



V
Como nos deslumbran los besos desconocidos de una boca bien cono­ci­da, así nos asalta de repente una ciudad nueva, espigas de tiempo en­cen­di­do, el lugar exacto en el que ser.



VI
Hay una ciudad sin mapa, fugitiva e inasible, cierta: la compuesta de deriva e intemperie, la que cada uno escribe en su tiempo, la que se bautiza con el corazón y ya jamás pierde su nombre.









UNOS POEMAS DE PARA NOMBRAR UNA CIUDAD


EL DESEO ES UN HUÉSPED

Se entra en el amor
con el bullicio de chiquillos
que juegan en una piscina.
Se sale del amor
con el silencio de dos viejos
que miran en la playa
la lenta asfixia de un ahogado.









NIÑOS BAJO LA LEY DE LAS PALOMAS

Ella susurra la cura, conoce transparencias: «Hay otro nombre, uno secreto, intraducible, que, una vez alcanzado, no podrán arrebatarnos».


Ella desamarra el dolor del sentido de la tierra: «Ni el olvido que evapora la sangre. Nada nos lo arrebatará».


Y una perezosa sabiduría va atravesándonos hasta volvernos locos.








SANATORIO PARA ENCERRAR A PASEANTES

Toda la materia huye de su precio bajo un cielo que vigila.

En la ciudad todos los amores son clandestinos.

¿Quién puede respirar?
¿Quién sabe apreciarlo?

En inadvertidos desafíos caminan.


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