Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

martes, 28 de diciembre de 2010

152.- SARA HERRERA PERALTA


Sara Herrera Peralta nació en Jerez de la Frontera, Cádiz (España) en 1980.
Ha publicado los poemarios, La selva en que caí (Torremozas, 2007), De ida y vuelta (Difácil, 2009) y Sin cobertura (La Bella Varsovia, 2010).
Por su obra ha recibido los premios Voces Nuevas (2007), Premio Internacional de Poesía Joven Martín García Ramos (2008) y Ana de Valle (2009).

Sus poemas han sido incluidos en las antologías y libros conjuntos Poemas para un minuto I (Hipálage, 2007), Voces Nuevas, XX Selección (Torremozas, 2007) y 50 maneras de ser tu amante (Puntos Suspensivos, 2010), así como en revistas como La sombra del membrillo, Palabras Diversas, El coloquio de los perros, MLRS, Catálogos de Valverde 32, Nayagua o el fanzine Bar Sobia, en ediciones impresas y digitales. Ha sido invitada como poeta a encuentros y festivales de poesía como La ciudad en llamas (Oviedo, 2009) o el Festival de la Palabra Versátil.es (Valladolid, 2010). Entre 2009 y 2010 coordinó el proyecto Yo también leo, para el fomento de la lectura entre jóvenes. Su obra ha sido parcialmente traducida al francés y al portugués.

MBA especializado en Comunicación y Medios y por el ESG Graduate School of Management de París, Master en Dirección de Marketing y Comunicación por la UOC, es Diplomada en Turismo y Diplomada en International Management Assistance con intercambio en universidades de Helsinki y San Petersburgo. En la actualidad estudia un Grado en Lengua y Literatura Españolas. Pasó parte de su infancia en Trebujena (Cádiz) y vivió en Jerez de la Frontera hasta los diecinueve años. Después ha vivido, estudiado y trabajado en distintas ciudades, como San Sebastián, Helsinki, Málaga o París, donde reside desde 2007.

WEB DE SARA HERRERA PERALTA






Dreams agency

Cantamos y maldecimos los días de hambre,
de hambre y de Nocilla,
teniéndolo todo y no teniendo nada.

Cantamos creyendo en el paraíso
de una playa desierta con palmera inclinada,
el olor salado y el sonido de las olas,
cabalgando.

Testimoniamos los hechos.
Y quizá, algún día, sepamos por qué las colas son largas
en el Corte Inlgés, - una vez que hemos comprado ya
el papel higiénico, el arroz y los huevos -,
en la agencia de viajes.
Un billete, por favor.
Un billete para ir a algún sitio,
no importa dónde, lejos del barrio.

Cuando cantemos creyendo que el paraíso existe,
que de verdad hay una playa
y una isla desierta
y un cocotero
y una palmera,
cuando cantemos, por fin, convencidos
de que el paraíso existe,
los dioses serán menos,
ya no tendremos tantos sueños.





Anda y sueña

La metamorfosis de un sueño
truncado
sobre el tejado de las casas:
los habitantes rebelándose.

Cuando falta el dinero faltan
otras cosas.

Él, que tuvo el sueño dorado en la palma de la mano,
se ha vuelto emprendedor,
creador de iniciativas propias.

Levantar la casa ladrillo a ladrillo,
llegar al acuerdo con el banco.

Construir la vida
es hipotecar, también,
el alma entre los muros.

Del poemario Provocatio





Las niñas buenas van al cielo



Serás mujer
con la llegada de la fiesta.
Como la primavera supone
los almendros en flor
y el otoño avanza
las primeras lluvias del año.

Serás mujer,
mi pequeña dama duende,
cuenta cuentos a la edad
de los catorce años.

Serás mujer
y te crecerán los pechos,
podrás así dar de mamar
a nuestros hijos
y darles cabida a ellos
en tus caderas,
uno a uno,
uno tras otro.

Serás mujer,
pequeña dama duende,
a la edad de catorce años,
con la muñequita repollo aún
en la almohada de la cama
y los libros de Mafalda
en el cajón del escritorio.

Serás mujer, querida,
- hormonal changes
of puberty -.









El chico más guapo de la clase
supo que llevaba la inicial
de su nombre tatuada.

Bella primera dama,
voy a conquistarte.

La seducción es un juego como
El Cluedo.

Los chicos
que hacen trampas y saben de antemano
quién es el sospechoso:
eso es
morir por primera vez
sobre la cama del dormitorio.






Yo arañé mi piel
hasta tallar en ella la inicial
del chico más guapo de la clase.

Las chicas rebeldes no van a los colegios de monjas.
Las chicas rebeldes se dan vueltas a la falda
para tenerla más corta.
Las chicas rebeldes se ponen pendientes
a juego con sus pulseras.
Las chicas rebeldes usan rimmel
y lápiz de ojos
y miran y piden que se les mire
y piden más
y quieren ser populares
y quieren ser las misses del colegio.

Las chicas rebeldes ya han crecido
y son las mismas chicas rebeldes
que cuando fueron adolescentes.

Con los labios de los Rollings
y las piernas entreabiertas,
sentadas en el puerto
durante los primeros días del verano,
las chicas rebeldes
esperan a los chicos y miran
y piden que se les mire
y se preguntan por qué
no ha tenido éxito
su último modelo de pantalón Levi’s
o sus nuevas All Star.

Las chicas rebeldes
creen que con la llegada del verano
se abren nuevos horizontes
y ya pueden volver a ser chicas rebeldes,
chicas malas y egoístas,
vampiras chupa sangre.







Perdí una a una las velas de cumpleaños.
Yo, la cara bonita,
delgada y blanda niña de ojos azules.

Mírame, sonríe para la foto.

La niña buena,
todas las niñas buenas van al cielo.

Posar para los mayores,
poner la mano para las gominolas
y los veinte duros.

Yo, la cara bonita,
la niña de las manos grandes.
La que quería ser princesa
y luego jefa de un taller mecánico.

La niña, la cara bonita.

Papá, ¿a dónde van los muertos
cuando mueren?

Los calcetines con borlones,
los zapatos de hebilla,
la niña princesa rosa egoísta,
la cara bonita.






Chevaleret

Hay parámetros decimonónicos en cada barandilla.
Responden a las necesidades de los viejos, a veces de los niños.

Nos sostienen bajo el techo.

Un sostén para las almas, son grises como el humo.
A veces, sobre las tierras quemadas del vagón de metro
se despiertan las voces de los inconscientes.

Cuánta juventud con cargo, qué infinita extensión del futuro.
Bricolaje inventado,
el debate es siempre el mismo: la segunda jornada; la liga de fútbol.
Monótonas, erguidas: siempre ahí.

El sostén, la presencia. Da igual en qué tarea,
no importa en qué memoria.
Hay componentes estáticos que brillan a nuestro alrededor,
cubiertos de grasa, para permanecer aunque el tiempo pase,
aunque la vida se agilice, aunque sigamos este túnel
que nos lleva


desesperadamente
a ninguna parte.

(De ida y vuelta – Premio Internacional
de Poesía Joven Martín García Ramos. Difácil, 2009).








18:33
Al hilo rojo

Los bancos del parque son
mis paradores de ciudad.

Un anciano deambula en línea recta.

Un joven se acerca. Se estrechan los cuerpos.

-Perdone, tiene usted una pegatina en su espalda-.

-Gracias, joven. Estos niños de hoy en día…
Muy amable. ¿Tendría usted hora?-

-Sí, claro, las seis y media-.

-¿Cómo se llama?-

El tentempié de los árboles.
La distancia entre los dedos y
el rastro de unos zapatos
de cordones desatados.

La tarde tiene sabor a castaña recién hecha.

-Perdone, tengo prisa-.

-Disculpe. Muchas gracias-.


Y vuelve a colocarse su pegatina en la espalda.

(Sin cobertura. La Bella Varsovia, 2010)


No hay comentarios:

Publicar un comentario