Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013
martes, 28 de diciembre de 2010
146.- DANIEL MACÍAS DÍAZ
DANIEL MACÍAS DÍAZ
Moguer (Huelva), España, 1965. Ha estudiado y realizado cursos en Sevilla, EE.UU., Irlanda, Canada, y Suiza. Ha trabajado como piloto comercial en Belice, Méjico, Guatemala, Irlanda, Reino Unido, Argelia y Arabia Saudita. Ha sido incluído en las diez antologías de "Voces del Extremo" (Fundación Juan Ramón Jiménez,1999-2009), ha publicado los libros de poesía: "El imperio sobre nada","Las aventuras de Imperio Sevilla"(Baile del Sol), "Como nieve en Sevilla -o sobre la depresión del 10-"(Editorial Ultramarina cartonera & digital, Sevilla, México, Internet,2010). "Manual de Neuroguerrilla" y "La Nave y el Yermo, diario de un piloto del desierto" por el momento disponibles en la red. También ha sido pintor en Sevilla, instructor de vuelo en Dublín, profesor de inglés en Caracas, aprendiz de brujo en el Orinoco, y más cosas que no recuerda o no quiere recordar. Ama todas las formas de vida, los mitos, la navegación, la etnobotánica,la vida tribal, el mar,las selvas y los desiertos. Es budista mahayana, anarquista y pacifista hasta la médula, y a la vez no sabe lo que es
WEB DE DANIEL: LA TIERRA DE LA PIEDRA NEGRA
En números rojos
cosechar mandrágora
y pescar pulpos en las rocas negras de la bajamar,
en números rojos
contar estrellas en la mia capanetta,
y si hay que amar, en la rendición total,
y si hay que hablar, sólo verdad o locura.
No hace falta haber matado o robado para empezar de nuevo,
báñate desnudo en el turquesa lechoso,
y si la vas a desenterrar, haz un círculo grande primero,
no le vayas a cortar sus largos brazos,
las flores moradas, te las comes o las entierras con cuidado,
dos cangrejos dan sabor a una olla de arroz,
y en números rojos grita conmigo:
¿Dónde están los dueños de la tierra?
¿Dónde los límites y las vallas?
En números rojos
veo los pueblos de África, allí darían su vida por estar aquí,
y la dan, y la dan, y yo en números rojos
juego con las zodiacs hechas jirones,
y con esa patera azul que parece hecha con cajas de tomates,
cosechar mandrágora, cosechar mandrágora...
y la arena es cous-cous,
planetas sin número,
stultifera navis en la orilla prometida.
De "Las aventuras de Imperio Sevilla"(Baile del Sol, 2007)
CIUDADANO DANIÉ, CIUDADANO NADIE
Por Moguer,
por Caracas, por Bangkok
por Triana o por Dublin
se cruzan los desconocidos distraídamente,
y nadie sabe que este cuerpo no es mío
ni va a ningún sitio.
Es muy fácil, aunque seas extraterrestre
pasar por ciudadano,
sólo hay que vestir como todos,
caminar con cierta urgencia
sin sonreir, sin mirar fijamente a nadie.
Es muy fácil ser ciudadano
si no tienes hambre,
si no te caes al suelo.
CUALQUIER DÍA
Cualquier día me levantaré y será cualquier día,
un día de romper la baraja y dar un volantazo,
de tirar la toalla, comprarse un mulo y no pagar la hipoteca.
Ese día no venderé ni compraré nada,
no me regalarán lágrimas negras,
las uvas de la parra no estarán altas,
y me sentaré a mirar remolinos de hojas y bolsas de plástico,
como un emperador de la nada, dueño de vientos y de brillos.
Cualquier día me levantaré y cualquier día será como cualquier día,
al despertar no estarás allí dormida con semen seco en tu lomo,
me afeitaré adormilado, ducharé este pellejo
y mientras me aprieto el cuello y el alma con una corbata,
haré un esfuerzo para seguir siendo
el adorador de cualquier día,
cualquier día...
FÓLLAME COMO SI NO HUBIERA MAÑANA
Fóllame como si no hubiera mañana,
congela el tiempo y allana la yerba
para hacer un nido de gorilas,
sólo por unas horas, y en esta comunión
resucitaremos un presente pegajoso y subterráneo
que no hay quién mate del todo,
y ahora fóllame,
fóllame como si no hubiera mañana.
LA GARGANTA DEL HOMINIDO
Un hombre con cara de mono puede vivir en la Tierra dos millones de años y dejarla
intacta.
Un hombre con cara de mono se establece perfectamente en el atasco simbólico,
sin medios de transmisión o acumulación cultural, sin arte, sin magia, sin fuego, sin perro,
con toscas herramientas de piedra, compartiendo la comida y cuidando de los ancianos y niños
en el campamento base, con la única poesía de la supervivencia del grupo.
No hay poema más largo ni más viejo;
lo canta la garganta del homínido,
lo han escrito las piedras y los huesos en los campamentos base de la Garganta de
Olduvai.
¡Ay, Sapiens sapiens!
¿Dónde está tu campamento base?
PAN, TABACO, Y MANDARINAS.
PAN TABACO Y MANDARINAS
PAN TABACO Y MANDARINAS
ME REPITO LA LISTA CON MIEDO A OLVIDAR
ANTES RECORDABA SIN ESFUERZO
LISTAS DE COMPROBACIONES LARGUÍSIMAS
POEMAS EN LENGUAS VIVAS Y MUERTAS
PAN TABACO Y MANDARINAS
ME DESVÍO PORQUE ME LLAMAN DESDE LA PLAZA
SÍ
YO SOY EL FANÁTICO DEL VIENTO Y LA LLOVIZNA
Y VEO A HÉRCULES SOBRE UNA COLUMNA
TAN FUERTE CON SU AS DE BASTOS
MIENTRAS YO ME DISUELVO
VIRTUD Y FORTUNA DEL DON NADIE
BASTAN UNOS SEGUNDOS YA ME RECOMPONGO
PORQUE HABLAMOS DE UNA MISIÓN
PAN TABACO Y MANDARINAS
ME EXPLICO CLARO Y ME ENTIENDEN
ME SONRÍE LA CHINA DE LA TIENDA
SABE QUE PODRÍA ENGAÑARME FÁCILMENTE
Y A VECES LO HACE
PAN TABACO Y MANDARINAS
CADA VEZ NECESITAMOS MENOS
Y PIENSO QUE PODRÍAMOS PLANTAR TODO ESO
PERO TENEMOS MUCHOS DUEÑOS
Y NO SOMOS DUEÑOS DE NADA
PAN TABACO Y MANDARINAS
LA PIEL DEL LEÓN
PAN TABACO Y MANDARINAS
LO TRAIGO TODO CARIÑO
PAN TABACO Y MANDARINAS
DE MANUAL DE NEUROGUERRILLA
El doble solo
Amarilleaban las dulces praderas de Tejas,
y arriba en el aire era menos verano
mientras paseábamos saludando a los tiernos borreguitos
que hacían temblar las avionetas enclenques de los novatos como nosotros.
Aquel gordito noruego y buenazo
me dijo en una pista desierta que se llamaba “Alliance”:
-Ahora tú solo...First Solo Flight!
Esa misma mañana mi mujer me dijo lo mismo,
en un teléfono azul y sudado a cielo abierto,
mientras yo miraba las largas uñas de mis pies,
arqueadas como pestañas sobre mis chanclas ardientes.
Por la tarde, solo en los aires,
sin mujer, sin hijos, sin instructor,
el motor sonaba más aliviado y potente,
solo en los aires entraba un hombre en la gran casa celeste,
descuidado, ligero, en pantalones cortos,
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