Rafael Francisco Mérida Juan.
Nacido en Sevilla en 1967, es delegado en la capital andaluza de la Asociación de Escritores Noveles (www.asociaciondeescritoresnoveles.es). Participó en el Primer Congreso organizado por la citada asociación en Oviedo durante el mes de diciembre de 2007. Igualmente colabora habitualmente con numerosos grupos poéticos, principalmente de Andalucía Occidental, como Noches del Baratillo, La Galatea, Tertulias del Carambolo, etc.
Tiene escritos, pendientes de publicación dos poemarios titulados “La memoria de tu olvido” y “Versos en ausencia” que verán la luz próximamente, así como una novela “La caridad en sombras” y trabaja en la preparación de otros dos poemarios y un libro de relatos en prosa poética.
Ha visto publicado uno de estos relatos en la revista Y Latina y mantiene varios blogs en Internet, destacando www.lamemoriadetuolvido.blogspot.comywww.librodearena.com/edel .
RACHAS
Rachas del impetuoso viento
arrastrando sin demora
la pasión de un cuerpo
que se desborda feliz.
Fuego del ardiente volcán
quemando sin mesura
la juventud de un deseo
que se entrega sumiso.
Aire del tímido crepúsculo
perdiéndose sin fuerzas
el amor de un alma
que se detiene apagado.
Brazos del incandescente río
removiendo sin descanso
el placer de una piel
que se siente incomprendida.
YA NO QUIERO MÁS BATALLAS
Ya no quiero más batallas,
pues sé que perdí la guerra,
ahora tocará el reposo
mientras llegan otras luchas
para usar las mismas armas
con las que no gané nada,
las de la palabra cierta,
el corazón descubierto
y la ilusión de vivir
escondida en cada gesto.
Y al disiparse ya el humo,
mis ojos podrán ver claro,
que este campo y estas lides
no merecieron la pena,
sólo vivir recompensa
pues al final del camino
descubriremos las huellas
de quienes más nos dejaron
sin que supiéramos verlo,
mientras el tiempo pasaba.
ANDAS
Andas, a diario, de puntillas
por el mapa de mi alma,
hubiese preferido ser pisoteado,
llenar mi cuerpo de huellas y cicatrices,
hasta que no supiéramos
dónde comienza la luz
dónde termina la sombra.
mas el amor nunca es lo que se quiere,
ni siquiera, a veces, lo que se siente,
es una realidad salpicada
de breves retazos de sueños.
NADA EL TIEMPO ES
Nada el tiempo es,
más todo lo engulle
impertérrito y voraz
y nunca, de pasar termina,
siempre transcurre sin más,
o quizás además de relativo
ni siquiera exista,
y sólo el reflejo de un
modo de vivir sea.
¿Un mal invento del hombre?
¿o el error está en medirlo?
¿o en dejar que nos gobierne?
¿no duró quizás lo mismo,
la hora de placer que
esa otra que nos dejó herido?
¿Acaso no esperamos siempre
algo que pasará como pasó
lo que ya no es nada?
¿Qué es el tiempo?
¿Una luz permanente que no
siempre ilumina el camino?
ME VISITA LA NOSTALGIA
Me visita la nostalgia
llena de arrugas y ausencias,
la de las sombras insomnes
que me siguen consumiendo
como una vela prendida
cuya llama ahora agoniza,
la del vértigo al rozarme,
que tus manos producían,
la de los besos sinceros
que no preguntaban nada
y la de tu cuerpo desnudo
que siempre me rescataba.
SIN HABER VISTO NUNCA EL MAR
Sin haber visto nunca el mar,
me embarqué en una goleta
para surcar los océanos
buscando de ti el olvido.
Amanecieron tormentas
de cielos aún estrellados
y con los truenos hablé
de tus silencios oscuros.
Miré con temor la noche,
recé sin oraciones saber
y al llegar a nuevo puerto
soñaba que tú esperabas.
Por los caminos salados
llegué hasta tierras lejanas,
me enamoré de sirenas
hundiendo allí tu recuerdo.
Una tarde en un naufragio,
sentí llegada mi hora,
y nadé queriendo encontrar
la orilla de tus deseos.
Cuando a mi tierra volví
traje un fardo de vivencias,
las viejas manos vacías
y mi corazón varado.
LOS SILENCIOS DE LA MADRUGADA
Los silencios de la madrugada
fueron aletargando mi mente,
las sombras oscuras sepultaban la luz de mis ojos,
la soledad del caminante invadía mi alma
y en esa hora que en ningún reloj se fijó,
en ese instante que ni yo mismo recordaré,
vinieron a buscarme como a un viejo amigo.
¿Cuánto las había echado de menos?
¿Cuánto las necesitaba a todas?
Y volvieron a mostrarme su universo,
se esparcieron ante mí para que pudiera sentir
y juntas fueron formando este texto,
allí estaban todas desde la A hasta la Z,
y formaron palabras dulces y tiernas
y estas crearon frases llenas de amor
y regresó a mis ojos la luz que fue sepultada.
ME AHOGA
Me ahoga este aire frío del invierno,
me ahoga porque tú no estás,
porque por mis mañanas solo cabalga
un jinete solitario que cruza mi mente,
no veo su rostro,
no necesito verle
para saber quien me visita,
somos viejos enemigos,
y vago perdido sin esperar nada,
como una luna sin noche
como una noche sin estrellas.
como una estrella sin cielo.
Sólo deseo seguir creciendo
en el campo fértil de tu piel,
recibir la luminosidad que nace
de tus elocuentes ojos,
y empaparme
del goteo incesante,
como lluvia imperceptible,
de tu corazón insondable,
ahora que sé que no existen
sombras tan poderosas que puedan
acabar por derrotarme,
sigo aquí, en pie como un
enhiesto ciprés, callado, fiel,
aparentemente imperturbable,
mas constantemente buscando
con su incesante cimbreo
la caricia del viento,
de ese mismo viento que hoy,
me sigue ahogando,
sólo porque tú no estás.
SE FUE LA TARDE
“A Edel”
Se fue la tarde, como todas,
llevándose una a una las horas
sin importarle lo que en su transcurso
sucedía, sin avisar y silenciosa.
Y en esa luz que se apagó
quedó el rescoldo de un deseo,
la ansiedad de dos latidos,
la intensidad de apenas tres horas,
la claridad de cuatro pupilas,
la emoción de cinco sentidos
y la búsqueda de la verdad,
¿cuántas razones para amarte?
Y en la oscuridad de la noche
percibí que el amor es también
ausencia y presencia dentro
y supe que no encontraría cifras
para conocer las razones de un amor
cimentado en la infinita razón del corazón.
HAS ACUDIDO FIEL A LA CITA
“A la poesía por darme la vida”
Has acudido fiel a la cita.
Noble dama de los ojos profundos.
No te he llamado pero ante mí estás,
has reconocido la hora de la nostalgia,
y vuelves a mí para robarme el alma
y al mismo tiempo llenarla de sentido.
Son ya demasiados los momentos
en que has acudido a socorrerme
y ya ves sigo igual que hace años,
ahogándome en el mar de incomprensión
que yo mismo he ayudado a llenar,
y tú te lanzas con arrojo a salvarme
y cambias ese mar de lágrimas
por un horizonte de promesas,
de sueños por llegar.
Has acudido fiel a la cita.
Noble dama de la voz amiga,
de las caricias cálidas,
tú que me haces grande y pequeño a la vez
y de nuevo estás presente regalándome
las palabras que a tantos hicieron más humanos.
Tú que te mostraste desnuda a Juan Ramón,
que fuiste aliento en el dolor para Hernández,
tú hermosa y noble dama
que diste sentido al caminar de Machado
y fuiste luz de amor para Neruda,
tú que en tu humilde sencillez
hiciste ver la grandiosidad del sur a Cernuda
o fuiste sin más la voz que brotó de Salinas,
inigualable dama que hiciste eternas
a las golondrinas de Bécquer.
y aquí estás ante mí para hacer brotar
de mis vacías manos,
todo un universo de sensaciones
que salen de un libro y se agolpan
en mi corazón y que me hacen eterno deudor
de tus labios de papel.
Tú noble poesía,
comida de solitarios hambrientos de amor,
tú que hoy has traído contigo,
algo tan inigualablemente hermoso
como los ojos de a quien en la distancia
amo sin que ella lo sepa.
Que lindo sentir en ti, noble dama,
el calor que mi amada me niega.
CANTÁBRICO
“A mis amigos de Asturias”
Han sido siglos rompiéndote
sobre la piel de las rocas,
salpicando tu bravura
la orilla de atardeceres
que doraban tu figura.
Tú, Cantábrico envejecido
con tu sapiencia insondable,
curtido entre mil tormentas
que se llevaron las luces
de hombres que tuyos fueron
y entre tus olas, hoy duermen.
¡Cuántos sueños en ti volcados!
¡Cuántos poemas dictados
desde tus saladas aguas!
¡Cuántos caminos futuros
seguirás abriendo tú!
como éste que ahora descubres
ante mi alma asombrada
que desde el sur hoy te canta.
CÓMO SABER SI ERES TÚ
Cómo saber si eres tú
la que aguarda mi llegada,
la que en silencio lamenta
tantas noches olvidadas
que ya el tiempo oscureció,
la de los besos cansados
que regalabas a oscuras
cuando mi luz te bastaba
para que de ti naciera
tanta pasión desbordada,
cómo saber si mañana
será demasiado tarde
para tomar tus dos manos,
las mismas que acariciaban
tantas ansias demoradas.
¿DÓNDE ESTARÁS?
“A la niña del cuadro”
¿Dónde estarás?
Cuando la lluvia humedece las ilusiones
y la ciudad entera se sumerge en la impaciencia.
¿Dónde estarás?
Cuando la vida corre por las venas
y altera los corazones de la gente tranquila.
¿Dónde estarás?
Cuándo el viento enfría los sueños
y congela las esperanzas de los que aguardan.
¿Dónde estarás?
Cuándo el sol calienta los deseos
y eleva la temperatura febril de las ansias.
¿Dónde estarás?
Cuándo la pena disuelve la risa
y encierra el alma en depresión y soledad.
¿Dónde estarás?
Cuándo la alegría esconde el llanto
y pinta sinceras sonrisas en los labios.
TU BOCA
Tu boca me acercó el agua
que mi alma enamorada
para andar necesitaba,
por eso cuando te fuiste
y te llevaste la fuente
que en abundancia brotaba,
te perseguí hasta en sueños
encontrando en el camino
otros chorros que manaban,
quizás desde lo más puro
mas la sed no me quitaban,
por eso seguí vagando
hasta que el mar encontré
buscando para olvidarte
entre sus olas razones,
y en sus brazos me arrojé,
se empapó mi corazón
mis pulmones se inundaron
y me ahogué para siempre
en la sed de tu recuerdo.
SEGUIRÉ ESCRIBIENDO VERSOS
Aunque las olas se mueran
sin que lleguen a la orilla
y en el cielo no haya estrellas
que iluminen el camino
ni las cigüeñas regresen
en febrero hasta su nido,
seguiré soñando sueños.
Aunque las flores se mustien
sin esperar al otoño
y los días se acobarden
escondidos en lo oscuro
ni se refugien los cuerpos
entre sábanas de lino,
seguiré soñando sueños
en los que los dos desnudos
entrelazábamos besos
mientras el tiempo dormía.
Aunque el gorrión no vuelva
a posarse en primavera
y el sol nunca nos visite
para madurar los sueños
ni en silencio se reciten
tantos poemas hermosos,
seguiré escribiendo versos.
Aunque tus ojos no miren
éstos que lloran tu ausencia
y los niños ya no jueguen
con la estrenada inocencia
ni los grillos en verano
canten por la madrugada,
seguiré escribiendo versos
gritando a los cuatro vientos
que mi alma desgarrada
sola, te sigue queriendo.
A TRAVÉS DEL CRISTAL
A través del cristal
de aquella ventana
ya desvencijada,
naranjos helados
tranquilos miraban
pasar otra tarde.
La luz fenecía,
las sombras ganaban
terreno a los sueños.
Tu cuerpo desnudo
traía de vuelta
la vieja locura
por ti renacida,
y yo no volvía
de otro corazón
que sigue esperando…
TEMBLABA MI MANO
Temblaba mi mano la primera vez
como la hoja que suspira al filo del otoño
y ambas volaron en busca de su destino,
mi mano se posó sobre tu pecho,
la hoja, al suelo se precipitó fríamente,
y en su caída soñó que era primavera
y que un retoño de la rama nacería
para reunirse otro octubre en ese suelo
que ahora ella abrigaba tristemente;
mi mano no sabía que el invierno llegaría,
que el latido ardiente del presente,
mañana sería sólo un pálpito,
simple afirmación de que se vive
y no esa pasión que ayer se desbordaba.
Pobre cerebro el mío,
ese que ordena a mi mano,
dicen que inteligente es el hombre,
más la hoja que no piensa
sabe que nada permanece, todo es caduco,
yo creí que eterna era la luz,
sólo porque tembló mi mano la primera vez,
era marzo, la víspera de otro otoño.
EL NIDO
Presuroso va buscando
el nido que abandonó
cuando la tarde aún era
una promesa temprana.
Y vaga volando errante
por esos oscuros cielos,
sin estrellas ni luceros,
sin un farol con que alumbre
ese camino de vuelta
que sus alas no recuerdan.
Y muy triste lloraría
si lágrimas encontrase
entre ese plumaje pardo
que será su único abrigo
en esta noche desierta,
que de su pico prendida
no tendrá siquiera luna.
COMO UN PIRÓMANO
Como un pirómano desesperado
prendí fuego al recuerdo de tu beso
con la esperanza de salir ileso
de tan absurdo incendio provocado.
Y esas llamas mi alma han socavado
incapaz de cargar con ese peso,
pagando lo incitado por mi exceso
a un precio en absoluto imaginado,
pues al no oír ciertos consejos sabios
que confiaban sólo en la prudencia,
cegué por siempre el río de tus labios
sin entender que furia y negligencia,
siempre harán zozobrar los propios labios
que atesoran pasión mas no paciencia.
A VECES, SÓLO A VECES
A veces, sólo a veces,
el mundo cabe en mi mano.
Sucede en extrañas noches
en las que todo se paga
y mis dedos no te alcanzan,
y mis labios no te besan.
A veces, sólo a veces,
cinco sentidos no bastan.
Ocurre cuando las luces,
emanan de lo profundo
y mis ojos no se cansan
y mis besos no se acaban.
A veces, sólo a veces,
sobran todas las palabras.
Acontece mientras duerme
tu mano sobre la mía
y mis amores te sueñan
y mis ansias no se calman.
A veces, sólo a veces…
Y PASA EL TIEMPO
Y pasa el tiempo y no vuelves.
Y yo soñando que vuelvas.
Ya no puede ser ausencia
lo que mis manos no tocan,
ni puedo inventar palabras,
para nombrar un vacío
que intentan llenar las tardes
prendidas de otros cabellos.
Y pasa el tiempo y no vuelves.
Caen tus besos en silencio,
en el pozo del olvido
que otros labios hoy se beben,
mientras mueren los te quiero
sorprendidos por la inercia,
que el viento quieto enmudece.
Y pasa el tiempo y no vuelves.
Y ya no espero que vuelvas.
Tiene escritos, pendientes de publicación dos poemarios titulados “La memoria de tu olvido” y “Versos en ausencia” que verán la luz próximamente, así como una novela “La caridad en sombras” y trabaja en la preparación de otros dos poemarios y un libro de relatos en prosa poética.
Ha visto publicado uno de estos relatos en la revista Y Latina y mantiene varios blogs en Internet, destacando www.lamemoriadetuolvido.blogspot.comywww.librodearena.com/edel .
RACHAS
Rachas del impetuoso viento
arrastrando sin demora
la pasión de un cuerpo
que se desborda feliz.
Fuego del ardiente volcán
quemando sin mesura
la juventud de un deseo
que se entrega sumiso.
Aire del tímido crepúsculo
perdiéndose sin fuerzas
el amor de un alma
que se detiene apagado.
Brazos del incandescente río
removiendo sin descanso
el placer de una piel
que se siente incomprendida.
YA NO QUIERO MÁS BATALLAS
Ya no quiero más batallas,
pues sé que perdí la guerra,
ahora tocará el reposo
mientras llegan otras luchas
para usar las mismas armas
con las que no gané nada,
las de la palabra cierta,
el corazón descubierto
y la ilusión de vivir
escondida en cada gesto.
Y al disiparse ya el humo,
mis ojos podrán ver claro,
que este campo y estas lides
no merecieron la pena,
sólo vivir recompensa
pues al final del camino
descubriremos las huellas
de quienes más nos dejaron
sin que supiéramos verlo,
mientras el tiempo pasaba.
ANDAS
Andas, a diario, de puntillas
por el mapa de mi alma,
hubiese preferido ser pisoteado,
llenar mi cuerpo de huellas y cicatrices,
hasta que no supiéramos
dónde comienza la luz
dónde termina la sombra.
mas el amor nunca es lo que se quiere,
ni siquiera, a veces, lo que se siente,
es una realidad salpicada
de breves retazos de sueños.
NADA EL TIEMPO ES
Nada el tiempo es,
más todo lo engulle
impertérrito y voraz
y nunca, de pasar termina,
siempre transcurre sin más,
o quizás además de relativo
ni siquiera exista,
y sólo el reflejo de un
modo de vivir sea.
¿Un mal invento del hombre?
¿o el error está en medirlo?
¿o en dejar que nos gobierne?
¿no duró quizás lo mismo,
la hora de placer que
esa otra que nos dejó herido?
¿Acaso no esperamos siempre
algo que pasará como pasó
lo que ya no es nada?
¿Qué es el tiempo?
¿Una luz permanente que no
siempre ilumina el camino?
ME VISITA LA NOSTALGIA
Me visita la nostalgia
llena de arrugas y ausencias,
la de las sombras insomnes
que me siguen consumiendo
como una vela prendida
cuya llama ahora agoniza,
la del vértigo al rozarme,
que tus manos producían,
la de los besos sinceros
que no preguntaban nada
y la de tu cuerpo desnudo
que siempre me rescataba.
SIN HABER VISTO NUNCA EL MAR
Sin haber visto nunca el mar,
me embarqué en una goleta
para surcar los océanos
buscando de ti el olvido.
Amanecieron tormentas
de cielos aún estrellados
y con los truenos hablé
de tus silencios oscuros.
Miré con temor la noche,
recé sin oraciones saber
y al llegar a nuevo puerto
soñaba que tú esperabas.
Por los caminos salados
llegué hasta tierras lejanas,
me enamoré de sirenas
hundiendo allí tu recuerdo.
Una tarde en un naufragio,
sentí llegada mi hora,
y nadé queriendo encontrar
la orilla de tus deseos.
Cuando a mi tierra volví
traje un fardo de vivencias,
las viejas manos vacías
y mi corazón varado.
LOS SILENCIOS DE LA MADRUGADA
Los silencios de la madrugada
fueron aletargando mi mente,
las sombras oscuras sepultaban la luz de mis ojos,
la soledad del caminante invadía mi alma
y en esa hora que en ningún reloj se fijó,
en ese instante que ni yo mismo recordaré,
vinieron a buscarme como a un viejo amigo.
¿Cuánto las había echado de menos?
¿Cuánto las necesitaba a todas?
Y volvieron a mostrarme su universo,
se esparcieron ante mí para que pudiera sentir
y juntas fueron formando este texto,
allí estaban todas desde la A hasta la Z,
y formaron palabras dulces y tiernas
y estas crearon frases llenas de amor
y regresó a mis ojos la luz que fue sepultada.
ME AHOGA
Me ahoga este aire frío del invierno,
me ahoga porque tú no estás,
porque por mis mañanas solo cabalga
un jinete solitario que cruza mi mente,
no veo su rostro,
no necesito verle
para saber quien me visita,
somos viejos enemigos,
y vago perdido sin esperar nada,
como una luna sin noche
como una noche sin estrellas.
como una estrella sin cielo.
Sólo deseo seguir creciendo
en el campo fértil de tu piel,
recibir la luminosidad que nace
de tus elocuentes ojos,
y empaparme
del goteo incesante,
como lluvia imperceptible,
de tu corazón insondable,
ahora que sé que no existen
sombras tan poderosas que puedan
acabar por derrotarme,
sigo aquí, en pie como un
enhiesto ciprés, callado, fiel,
aparentemente imperturbable,
mas constantemente buscando
con su incesante cimbreo
la caricia del viento,
de ese mismo viento que hoy,
me sigue ahogando,
sólo porque tú no estás.
SE FUE LA TARDE
“A Edel”
Se fue la tarde, como todas,
llevándose una a una las horas
sin importarle lo que en su transcurso
sucedía, sin avisar y silenciosa.
Y en esa luz que se apagó
quedó el rescoldo de un deseo,
la ansiedad de dos latidos,
la intensidad de apenas tres horas,
la claridad de cuatro pupilas,
la emoción de cinco sentidos
y la búsqueda de la verdad,
¿cuántas razones para amarte?
Y en la oscuridad de la noche
percibí que el amor es también
ausencia y presencia dentro
y supe que no encontraría cifras
para conocer las razones de un amor
cimentado en la infinita razón del corazón.
HAS ACUDIDO FIEL A LA CITA
“A la poesía por darme la vida”
Has acudido fiel a la cita.
Noble dama de los ojos profundos.
No te he llamado pero ante mí estás,
has reconocido la hora de la nostalgia,
y vuelves a mí para robarme el alma
y al mismo tiempo llenarla de sentido.
Son ya demasiados los momentos
en que has acudido a socorrerme
y ya ves sigo igual que hace años,
ahogándome en el mar de incomprensión
que yo mismo he ayudado a llenar,
y tú te lanzas con arrojo a salvarme
y cambias ese mar de lágrimas
por un horizonte de promesas,
de sueños por llegar.
Has acudido fiel a la cita.
Noble dama de la voz amiga,
de las caricias cálidas,
tú que me haces grande y pequeño a la vez
y de nuevo estás presente regalándome
las palabras que a tantos hicieron más humanos.
Tú que te mostraste desnuda a Juan Ramón,
que fuiste aliento en el dolor para Hernández,
tú hermosa y noble dama
que diste sentido al caminar de Machado
y fuiste luz de amor para Neruda,
tú que en tu humilde sencillez
hiciste ver la grandiosidad del sur a Cernuda
o fuiste sin más la voz que brotó de Salinas,
inigualable dama que hiciste eternas
a las golondrinas de Bécquer.
y aquí estás ante mí para hacer brotar
de mis vacías manos,
todo un universo de sensaciones
que salen de un libro y se agolpan
en mi corazón y que me hacen eterno deudor
de tus labios de papel.
Tú noble poesía,
comida de solitarios hambrientos de amor,
tú que hoy has traído contigo,
algo tan inigualablemente hermoso
como los ojos de a quien en la distancia
amo sin que ella lo sepa.
Que lindo sentir en ti, noble dama,
el calor que mi amada me niega.
CANTÁBRICO
“A mis amigos de Asturias”
Han sido siglos rompiéndote
sobre la piel de las rocas,
salpicando tu bravura
la orilla de atardeceres
que doraban tu figura.
Tú, Cantábrico envejecido
con tu sapiencia insondable,
curtido entre mil tormentas
que se llevaron las luces
de hombres que tuyos fueron
y entre tus olas, hoy duermen.
¡Cuántos sueños en ti volcados!
¡Cuántos poemas dictados
desde tus saladas aguas!
¡Cuántos caminos futuros
seguirás abriendo tú!
como éste que ahora descubres
ante mi alma asombrada
que desde el sur hoy te canta.
CÓMO SABER SI ERES TÚ
Cómo saber si eres tú
la que aguarda mi llegada,
la que en silencio lamenta
tantas noches olvidadas
que ya el tiempo oscureció,
la de los besos cansados
que regalabas a oscuras
cuando mi luz te bastaba
para que de ti naciera
tanta pasión desbordada,
cómo saber si mañana
será demasiado tarde
para tomar tus dos manos,
las mismas que acariciaban
tantas ansias demoradas.
¿DÓNDE ESTARÁS?
“A la niña del cuadro”
¿Dónde estarás?
Cuando la lluvia humedece las ilusiones
y la ciudad entera se sumerge en la impaciencia.
¿Dónde estarás?
Cuando la vida corre por las venas
y altera los corazones de la gente tranquila.
¿Dónde estarás?
Cuándo el viento enfría los sueños
y congela las esperanzas de los que aguardan.
¿Dónde estarás?
Cuándo el sol calienta los deseos
y eleva la temperatura febril de las ansias.
¿Dónde estarás?
Cuándo la pena disuelve la risa
y encierra el alma en depresión y soledad.
¿Dónde estarás?
Cuándo la alegría esconde el llanto
y pinta sinceras sonrisas en los labios.
TU BOCA
Tu boca me acercó el agua
que mi alma enamorada
para andar necesitaba,
por eso cuando te fuiste
y te llevaste la fuente
que en abundancia brotaba,
te perseguí hasta en sueños
encontrando en el camino
otros chorros que manaban,
quizás desde lo más puro
mas la sed no me quitaban,
por eso seguí vagando
hasta que el mar encontré
buscando para olvidarte
entre sus olas razones,
y en sus brazos me arrojé,
se empapó mi corazón
mis pulmones se inundaron
y me ahogué para siempre
en la sed de tu recuerdo.
SEGUIRÉ ESCRIBIENDO VERSOS
Aunque las olas se mueran
sin que lleguen a la orilla
y en el cielo no haya estrellas
que iluminen el camino
ni las cigüeñas regresen
en febrero hasta su nido,
seguiré soñando sueños.
Aunque las flores se mustien
sin esperar al otoño
y los días se acobarden
escondidos en lo oscuro
ni se refugien los cuerpos
entre sábanas de lino,
seguiré soñando sueños
en los que los dos desnudos
entrelazábamos besos
mientras el tiempo dormía.
Aunque el gorrión no vuelva
a posarse en primavera
y el sol nunca nos visite
para madurar los sueños
ni en silencio se reciten
tantos poemas hermosos,
seguiré escribiendo versos.
Aunque tus ojos no miren
éstos que lloran tu ausencia
y los niños ya no jueguen
con la estrenada inocencia
ni los grillos en verano
canten por la madrugada,
seguiré escribiendo versos
gritando a los cuatro vientos
que mi alma desgarrada
sola, te sigue queriendo.
A TRAVÉS DEL CRISTAL
A través del cristal
de aquella ventana
ya desvencijada,
naranjos helados
tranquilos miraban
pasar otra tarde.
La luz fenecía,
las sombras ganaban
terreno a los sueños.
Tu cuerpo desnudo
traía de vuelta
la vieja locura
por ti renacida,
y yo no volvía
de otro corazón
que sigue esperando…
TEMBLABA MI MANO
Temblaba mi mano la primera vez
como la hoja que suspira al filo del otoño
y ambas volaron en busca de su destino,
mi mano se posó sobre tu pecho,
la hoja, al suelo se precipitó fríamente,
y en su caída soñó que era primavera
y que un retoño de la rama nacería
para reunirse otro octubre en ese suelo
que ahora ella abrigaba tristemente;
mi mano no sabía que el invierno llegaría,
que el latido ardiente del presente,
mañana sería sólo un pálpito,
simple afirmación de que se vive
y no esa pasión que ayer se desbordaba.
Pobre cerebro el mío,
ese que ordena a mi mano,
dicen que inteligente es el hombre,
más la hoja que no piensa
sabe que nada permanece, todo es caduco,
yo creí que eterna era la luz,
sólo porque tembló mi mano la primera vez,
era marzo, la víspera de otro otoño.
EL NIDO
Presuroso va buscando
el nido que abandonó
cuando la tarde aún era
una promesa temprana.
Y vaga volando errante
por esos oscuros cielos,
sin estrellas ni luceros,
sin un farol con que alumbre
ese camino de vuelta
que sus alas no recuerdan.
Y muy triste lloraría
si lágrimas encontrase
entre ese plumaje pardo
que será su único abrigo
en esta noche desierta,
que de su pico prendida
no tendrá siquiera luna.
COMO UN PIRÓMANO
Como un pirómano desesperado
prendí fuego al recuerdo de tu beso
con la esperanza de salir ileso
de tan absurdo incendio provocado.
Y esas llamas mi alma han socavado
incapaz de cargar con ese peso,
pagando lo incitado por mi exceso
a un precio en absoluto imaginado,
pues al no oír ciertos consejos sabios
que confiaban sólo en la prudencia,
cegué por siempre el río de tus labios
sin entender que furia y negligencia,
siempre harán zozobrar los propios labios
que atesoran pasión mas no paciencia.
A VECES, SÓLO A VECES
A veces, sólo a veces,
el mundo cabe en mi mano.
Sucede en extrañas noches
en las que todo se paga
y mis dedos no te alcanzan,
y mis labios no te besan.
A veces, sólo a veces,
cinco sentidos no bastan.
Ocurre cuando las luces,
emanan de lo profundo
y mis ojos no se cansan
y mis besos no se acaban.
A veces, sólo a veces,
sobran todas las palabras.
Acontece mientras duerme
tu mano sobre la mía
y mis amores te sueñan
y mis ansias no se calman.
A veces, sólo a veces…
Y PASA EL TIEMPO
Y pasa el tiempo y no vuelves.
Y yo soñando que vuelvas.
Ya no puede ser ausencia
lo que mis manos no tocan,
ni puedo inventar palabras,
para nombrar un vacío
que intentan llenar las tardes
prendidas de otros cabellos.
Y pasa el tiempo y no vuelves.
Caen tus besos en silencio,
en el pozo del olvido
que otros labios hoy se beben,
mientras mueren los te quiero
sorprendidos por la inercia,
que el viento quieto enmudece.
Y pasa el tiempo y no vuelves.
Y ya no espero que vuelvas.
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