PEDRO DE LARA
Córdoba. Siglo XIX
Fue un poeta muy importante. Se suicidó.
Tempestad
Se oscurece la faz del firmamento;
ruge con furia la tormenta airada;
se oculta la avecilla en la enramada
que azota audaz el huracán violento,
y se anega la tierra en un momento;
y suspira la flor, ya deshojada,
al ver que sin piedad es arrastrada
al arroyo que corre turbulento.
Aterrado, en su hogar, el campesino
santa oración con ansiedad murmura
para aplacar al Hacedor divino,
y la luz del relámpago fulgura,
y el rayo asolador se abre camino
entre las sombras de la noche oscura.
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