Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

sábado, 30 de marzo de 2013

1528.- UMM AL-HASAN BINT ABI YA' FAR AT-TANYALI




Umm Al-Hasan bint Abi Ya´far At-Tanyali
La biografía de esta mujer extraordinaria, personalidad ilustre y de gran cultura, en las fuentes árabes únicamente aparece dentro de las obras de Ibn al-Jaṭīb y de manera muy parca. 
A pesar de ello, su figura es lo suficientemente interesante y fuera de lo común como para haber llamado la atención de diversos investigadores, de manera que existen algunos trabajos que se han ocupado de ella en mayor o menor medida. Sin embargo, son pocos los datos que se conocen sobre su vida y existen diversos aspectos que solo se pueden esbozar o deducir de manera aproximada. A pesar de ello, en las siguientes líneas se intentará exponer y dar respuesta, aunque sea parcial, a los aspectos fundamentales de una biografía. 
La protagonista de esta biografía tenía un nombre especial: Umm al-Ḥasan, que puede ser interpretado tanto en sentido literal, y entonces sería una kunya que indicaría que fue madre de un varón llamado al-Ḥasan, como en sentido figurado o metafórico, y entonces significaría Ruiseñor. 
Umm al-Ḥasan era de Loja y es posible que hubiera nacido en esta ciudad, pues su padre se trasladó desde Málaga a Loja para ejercer el cadiazgo (judicatura). Sin embargo, es más probable que naciera en Málaga por varias razones. En primer lugar, el momento en el que su padre se traslada a Loja debió de ser a una edad ya madura, pues el nombramiento para el cadiazgo en general y el de una ciudad media como Loja en particular debía de producirse cuando el aspirante tenía ya una experiencia y edad respetable, por lo que es probable que ya hubieran nacido sus hijos. En segundo lugar y más importante, la anécdota que sobre Umm al-Ḥasan se cuenta muestra que cuando su padre llegó a Loja desde el Occidente de al-Andalus, es decir, Málaga, contó el sobresaliente caso de su hija y una personalidad acudió a someterla a prueba y comprobar los méritos que se le atribuían, lo que pone de manifiesto que la precoz muchacha ya vino a Loja con su padre desde Málaga.
Dado que no se cita la fecha de su nacimiento, podemos fijar esta data como término ante quem a partir del fallecimiento de su padre en 1349-1350, teniendo en cuenta, además, que se crió bajo la tutela de su padre y fue él quien la educó desde pequeña y le enseñó la medicina. 
En el mismo sentido, otro dato que contribuye a situarla cronológicamente es el hecho de que su padre fue maestro del polifacético ministro e historiador Ibn al-Jaṭīb (713-776/1313-1374), como ya se ha indicado. Por tanto, Umm al-Ḥasan sería contemporánea de este y quizás se conocieran en su juventud (menos probablemente en la infancia, pues Ibn al-Jaṭīb se trasladó muy pequeño a Granada, donde creció, y todavía no habría llegado a Loja Umm al-Ḥasan, ya que Ibn al-Jaṭīb estudió con el padre de esta en Málaga). 
Además, la biografía de Umm al-Ḥasan que Ibn al-Jaṭīb redactó para su obra al-Tāŷ almuḥallà (dedicada al emir Yūsuf I, fallecido en 1354, y, por tanto, redactada antes de esa fecha y después de 1333, cuando accedió al trono), indica: “y todavía [hay quien] la visita por [su dedicación a] la docencia y [a] la instrucción, imitándola por su maestría a la hora de curar las heridas y tratar con preparados efectivos el dolor”. Por todo ello, cabe situar su nacimiento entre la tercera y cuarta década del siglo XIV, en torno a 1325-1335.

Alcanzó gran maestría en la ciencia de las lecturas coránicas, pero además tenía amplios conocimientos de literatura e incluso componía poesías ella misma. A ello añadía una gran competencia en otras materias y, en particular y de manera más sorprendente, en estudios de medicina. 
Sobre su faceta médica, sabemos que la adquirió mediante las enseñanzas de su padre, que también era médico (había estudiado medicina, aunque no sabemos si llegó a ejercer), como ya se ha señalado. Hay que destacar que supone un caso único en su tiempo pues no existe otra mujer en la etapa nazarí (1232-1492) que destaque en el ejercicio y docencia de la medicina. La medicina no era una disciplina extraña entre las mujeres andalusíes y sin duda hubo bastantes que la practicaban debido a las limitaciones del acceso al cuerpo femenino que los médicos varones tenían impuestas. 

Como poetisa, esta lojeña compuso varios poemas de los que solo se han conservado dos que parecen ser, al menos en el segundo caso que se indicará a continuación, fragmentos de poemas mayores. 
El primero de ellos constituye la respuesta a una cuestión que le planteó la citada personalidad que había ido a examinarla y que también le preguntó sobre la caligrafía. Ella le respondió recitando los siguientes versos que había compuesto y que dada su brevedad reproducimos aquí en dos versiones diferentes pues aunque coinciden en el contenido difieren en la forma, cuestión fundamental en poesía: 





«La buena letra no aprovecha a la ciencia, 
 es un adorno en el papel tan sólo; 
el estudio es mi meta y no deseo otra cosa 
 pues según su saber se eleva el joven sobre los mortales». 





«La caligrafía no interesa a la ciencia, 
 sólo es ornato en el papel. 
Yo reivindico el estudio y nada anhelo en su lugar. 
 En la medida de su ciencia descuella el joven sobre los demás». 




A estos versos replicó un individuo impertinente, del que no se dan más datos, con otros dos versos en los que trataba de ridiculizar y desacreditar a la poetisa de Loja, utilizando juegos de palabras y doble sentido, pero con un resultado, desde el punto de vista técnico, deficiente por su métrica defectuosa. He aquí dichos versos: 





«Trillar de más, ignorante, es pulverizar, 
 y esto es una verdad de Perogrullo. 
Toma del estudio una porción, pequeña (o) grande. 
 El sentido común es lo que al vulgo hace triunfar».



El segundo poema de Umm al-Ḥasan pertenece al género típico (es uno de los más cultivados) de la poesía árabe, el panegírico o alabanza. Habitualmente son poemas bastante extensos, por lo que es posible que estos dos versos pertenecieran a una composición más amplia. Sobre el personaje objeto de la loa solo se conoce su nombre de pila, Riḍwān, y no se aportan más detalles sobre su identidad o la ocasión con la que fue compuesto el poema. Se ha propuesto identificarlo con el poderoso chambelán Abū l-Nucaym Riḍwān, que promovió diversas construcciones en Granada, como la Madraza (universidad) y las murallas del Albaicín, entre otras benefactoras iniciativas. Dado que fue contemporáneo de la poetisa de Loja y sus cualidades coinciden con las encomiadas en el poema así como la relevancia social del personaje, resulta bastante probable que fuera el destinatario del poema. 
Como en el caso anterior, dada su brevedad reproducimos aquí dos versiones diferentes del poema pues cada una de ellas evoca matices distintos y sugerentes: 






«Si preguntan: ¿Quién es el hombre virtuoso 
 que ha obtenido la gloria y en quien está enraizada la nobleza? 
les respondo: Riḍwān es único en esta época, 
 el tiempo no prodiga hombres como él»


* * * 



«Si preguntaran quién entre la gente posee virtud, 
 detenta grandeza, y la gloria le es connatural, 
respondería que Riḍwān, único en su época. 
 El tiempo es avaro en (hombres) como tal». 




3.4. Fallecimiento.

Sobre su muerte, nada dice su único biógrafo, y paisano, Ibn al-Jaṭīb, pero al igual que se ha indicado más arriba un término ante quem para delimitar la fecha de su nacimiento, se puede establecer un término post quem para aproximarse a la de su fallecimiento. 
Al leer con detenimiento la biografía de Umm al-Ḥasan, se observa que el autor escribe, a diferencia de lo que hace en otras biografías de personajes ya fallecidos, en presente, en el tiempo verbal de imperfectivo, lo que, sin duda, se explica porque está redactando en un momento en que todavía vive su paisana lojeña. La obra en la que inserta esta biografía es, como se ha indicado, al-Iḥāṭa fī ajbār Garnāṭa, que fue redactada principalmente durante el exilio del autor en Salé (1359-1362), por el destronamiento del emir granadino Muḥammad V, y luego fue continuada hasta 1369. 
En el mismo sentido, la otra obra de Ibn al-Jaṭīb en la que aparece la información sobre esta lojeña, la Rayḥāna, fue terminada después de 771/1369 y aunque dicha información es un traslado de la biografía de Umm al-Ḥasan que Ibn al-Jaṭīb redactó para su obra al-Tāŷ al-muḥallà (dedicada al emir Yūsuf I, fallecido en 1354, y, por tanto, redactada antes de esa fecha, pero después de 1333, cuando este emir subió al trono), cabe suponer que si hubiese fallecido la biografiada lo habría indicado el autor. 
Por otro lado, en el pasaje de dicha obra (al-Tāŷ al-muḥallà, trasladado a la Rayḥāna), aparece una frase que no se encuentra en la otra obra (al-Iḥāṭa); tras indicar que la lojeña había aprendido los principios, medios y casuística de la medicina, añade: “y todavía [hay quien] la visita por [su dedicación a] la docencia y [a] la instrucción, imitándola por su maestría a la hora de curar las heridas y tratar con preparados efectivos el dolor”. Es evidente que si la biografiada hubiese fallecido cuando el autor redactaba alguna de estas obras, sin duda habría modificado esta expresión de “wa-lam yazal yatacahhadu-hā (“y todavía [hay quien] la visita”, literalmente: “siguen visitándola”). 
Por tanto, en esos años sesenta del siglo XIV la dama de Loja aún debía de seguir viva y, probablemente, acercándose a la madurez si es que no había entrado ya claramente en ella. 


[DOS MODELOS DE MUJERES “SABIAS” ANDALUSÍES EN LA LOJA
NAZARÍ
Antonio Olmo López
Francisco Vidal Castro]









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