Alfredo Cazabán Laguna
Alfredo Cazabán Laguna (Úbeda, 1870 - Jaén, 1931) fue un escritor y periodista jiennense. Se le considera "el gran cronista oficial" de la historia del Santo Reino.
Nació en una familia acomodada venida a menos. Tras obtener el título de Maestro de Primera Enseñanza se trasladó a Jaén donde, después de pasar por varios trabajos, se integró la Diputación Provincial. Desde la capital realizó una labor como periodista e investigador, que alternó con la escritura y la enseñanza, ya que ejerció como profesor en el internado de la Institución Teresiana en Jaén, a petición de Josefa Segovia. También fue director del Museo Provincial de Jaén y secretario vitalicio de la Real Sociedad Económica de Amigos del País.
Dos veces contrajo matrimonio y murió el 14 de enero de 1931.
Labor periodística
Su nombre está ligado al de la revista "Don Lope de Sosa", de la que fue fundador y director, y en la que escribió más de un millar de artículos sobre el arte, las costumbre y las tradiciones de Jaén. "Don Lope de Sosa" dejó de publicarse en 1930, poco antes de su fallecimiento.
Reconocimientos
Una placa recuerda la casa donde vivió, en el número dos de la calle Muñoz Garnica, la popular "calle Ancha". También existe una calle con su nombre que une las plazas del Pósito y del Deán Mazas, así como un retrato suyo en el Museo Provincial, obra de José María Tamayo, que le recuerda como el gran renovador de esta institución cultural.
La diputación provincial de Jaén convoca cada año los premios de investigación "Cronista Alfredo Cazabán", para temas sobre la historia y la cultura de la provincia del lugar.
Bibliografía
T. Moreno Bravo, Alfredo Cazabán Laguna, Cronista oficial de la provincia de Jaén. Su vida y obra, Jaén, 1976. IEG.
El encuentro
Despunta el alba del postrero día...
Lleno de angustia, con dolor pasea
la Cruz del Redentor; grita, vocea
con sed de sangre la canalla impía.
A aquel cuadro de horror y de agonía
que alumbra un centurión de roja tea,
flotante el mando que en aire ondea,
víctima del dolor, llega María.
Ambos se ven. Antes filiales lazos
ya no hieren a Cristo los abrojos,
ni ya le abruma de la cruz el peso.
Y forman fuerte nudo con sus brazos,
y al mirarse con lágrimas sus ojos
sus dos almas se funden en un beso.
EL HORNAZO
Perdone el lector si trazo
algo en broma, en tiempo serio.
Ha empezado ya el imperio
del hornazo
Y sale ya de los hornos
la rica masa caliente,
(que no es comida de Fornos
meramente)
pero que es grata y sabrosa
y que nos sienta muy bien,
porque, al fin, es una cosa
de Jaén.
Manjar un poco funesto
que nuestro buen gusto alaba,
bastante más indigesto
que la grava;
que las tripas nos arruga
y que forman sus deleites
harina, matalahúga,
sal y aceite.
Hoy que causando mil males,
y a la clara luz del sol,
nos burlan los industriales
con huevo!,
nos resultan maravillas,
frente a estos inventos nuevos,
esas tortas amarillas
con sus huevos.
No dejo al mundo que siga
progresar... Soy un pelmazo!
A mí a cantarle, me obliga,
el hornazo...
¡Los de las trenzas cruzadas
sobre óvalo que blanquea,
que saben a casa honrada
chica y fea!
¡Los que producen placeres,
cuando se engullen –tan ricos-,
a los hombres, las mujeres,
y los chicos!
¡Los que, al comerlos, excitan
y piden líquidos varios,
cuando el jueves se visitan
los sagrarios,
y nos consuelan un tanto,
calmando el hambre cruel,
en la madrugada del
Viernes Santo!
¡Estas lanzaderas únicas
más ricas que los ochíos,
que llevan bajo las túnicas
los judíos!
Perdona lector, si trazo
mis coplas en tiempo serio.
Yo a la tradición me abrazo,
y, embebido en su misterio,
canto el soberano imperio
del hornazo.
PIE QUEBRADO; La Regeneración; Jaén, 12 de abril de 1924.
LA ALAMEDA
En la clásica Alameda
ha empezado el paseo,
y por las tardes no queda,
según veo,
en la ciudad, quien no empiece,
a recorrer los caminos
tras los encantos que ofrece
Capuchinos
Ya en su altura no se reza,
ni en ella está tan bonita
la Virgen de la Cabeza
en su ermita.
Cayó el palacio famoso
del obispo cardenal
don Baltasar de Moscoso
y Sandoval
Se hundió el viejo monasterio
que abrió a los pobres su puerta
y se sembró el cementerio
de su huerta.
Y las crujías oscuras
y las estancias severas,
se trocaron en verduras
de las eras.
El recordar no conviene;
la tristeza dura un día,
y tras la tristeza viene
la alegría.
Y hubo allí fiestas locales
y paseo lechuguino,
revistas de Nacionales
baile y vino,
y entierro de la sardina
con discursos joco-serios
y conquistas vespertinas
y... misterios.
Y a la vera del llanete,
con cascabeles sonoros,
como español gallardete,
grana y oro,
surgió la plaza de toros
el año cuarenta y siete.
La Alameda, que reunía
al pueblo y la aristocracia,
y unidos los dividía,
cayó un día
en desgracia,
y eran sus calles desiertos;
sus jardines solitarios;
como muertos
sus árboles centenarios.
Sólo en sombras imponentes
su conjunto se envolvía,
y ya el agua de sus fuentes
no reía.
Fuentes mudas, silenciosas,
sin rumores, sin ruido,
que al callar, hablan de cosas
del olvido...
Hoy la Alameda lozana
-jardines que son primores
muestra por tarde y mañana
los colores
de la floresta, que aroma
los sibaritas deseos
y matiza y policroma
sus paseos.
Y allí retornan las gentes
las tardes primaverales...
¡Son tan gratos los ambientes
vesperales!
Vuelve el amor secular
a juntar la gente bien
con el brazo popular
de Jaén,
y como noble recreo
que del pasado nos queda
siempre será la Alameda
¡el paseo!
PIE QUEBRADO; La Regeneración; Jaén, 24 de abril de 1924.
COPLAS DEL DÍA
Al escritor Pedro Pérez
lo han llevado al manicomio
más no por las tonterías
con que daba en el periódico
las noticias,
sino sólo,
porque, antes de que naciera,
ya era tonto.
Las joyas no están baratas;
pero las piden, al verlas,
las bellas, dulces e ingratas,
con gozo de poseerlas...
Lector: si el lujo desatas
porque gustes complacerlas,
no compres joyas de perlas;
compra joyas de patatas.
¡No están las joyas baratas!
Con literario pretexto
dice mi amigo Andrés Ruiz
que tiene ganado un puesto...
¿de perdiz?
Los Cosacos del Kuban
vendrán en Corporación,
y un concierto nos darán.
Los cosacos que vendrán
no son todos ¡ilusión!
No son todos los que están,
ni están todos los que son
y serán.
PIE QUEBRADO; La Regeneración; Jaén, 7 de junio de 1924.
LA NOCHE DE SAN JUAN
A pié, jinetes y en coche,
hacia la ribera van
las gentes. Esta es la noche
de San Juan.
Noche de empresas galanas
y embrujados talismanes
en que se ennovian
las Juanas con los Juanes.
Noche de antiguas consejas
que otra vez contarán luego,
a los rapaces, las viejas
junto al fuego.
Noche en que sobre un granado,
cuando toca la campana
las doce, pasa un quebrado
y... así sana
Noche en que mozas y mozos
se asoman a los brocales
de los pozos
y ven rostros funerales
Noche en que la Tragontía
(hija del rey Baltasar,
según mi abuelo decía),
canta su triste elegía
que nadie quiere escuchar;
pues, de fijo, moriría
a otro día,
al que la oyera cantar.
Noche de virtudes tales
en que agua de tierra y cielos
vuelve a los calvos los pelos
y señales.
¡Oh, noche apacible y grata!
Noche de anhelo y de afán.
Noche en la que, en cabalgata
los sueños, alados, van.
Noche de la serenata
de San Juan.
Entre el ramaje sombrío,
perfume el hortal ofrenda.
Canta el río
la fronteriza leyenda
del sultán y la cristiana.
Y de la Sierra cercana
llega allí tan grata orilla
cuando apunta la mañana,
que en ella viene, sencilla,
la flor de una serranilla
del marqués de Santillana.
De San Juan la tradición
firme, constante, ferviente,
permanente
del pueblo en el corazón,
la guarda el Guadalbullón
envuelta con su corriente...
Aguas de leyenda mora...
de alfanjes y cimitarras...
de sangre que las colora...
Aguas donde, eterna, llora
la guitarra,
y hay en su lloro un reproche
de una dama o un galán...
¡Noche misteriosa! Noche
de San Juan...
PIE QUEBRADO; La Regeneración; Jaén, 24 de junio de 1924.
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