Miguel Pizarro Zambrano
Alájar (Huelva), 1897-Nueva York, 1956. Poeta.
El poeta, dramaturgo, periodista, diplomático y profesor de español Miguel Pizarro Zambrano nace en Alájar, Huelva, el 24 de junio de 1897 y fallece en Brooklyn, Nueva York, en enero de 1956. Con pocos años se establece con su familia en Granada, donde estudia Filosofía y Letras. obteniendo la licenciatura en 1917. En 1915 es uno de los fundadores de la revista Granada. Forma parte de la tertulia de “El Rinconcillo”, que se reunía en el café Alameda de la plaza del Campillo, en la que participan Federico García Lorca, Melchor Fernández Almagro, Manuel Ángeles Ortiz, José Fernández Montesinos y Antonio Gallego Burín, entre otros.
Mantiene una gran amistad con Federico García Lorca, que le dedica varios poemas.
" ¡Miguel Pizarro!
¡Flecha sin blanco!
¿Dónde está el agua
para un cisne blanco?
El Japón es un barco
de marineros antipáticos.
Una luna y mil faroles.
Sueño de papel pintado.
Entre la roca y la seda,
¡la roca! Miguel Pizarro.
La seda reluce ausente
y a la roca vienen pájaros."
Federico García Lorca.
Se traslada a Madrid, donde traba amistad con Pedro Salinas y Jorge Guillén, trabaja en el Centro de Investigaciones Históricas y colabora en La Esfera y El Sol, diario que en 1921 le envía a Japón como corresponsal y llega a ocupar la cátedra de español en la Escuela Oficial de Idiomas de Osaka, ciudad en la que sobrevive a la fuerte sacudida sísmica de marzo de 1927, también se dedica a la enseñanza del idioma en Kobe, donde permanece hasta 1934. Lorca dedica la sección “Andaluzas” de Canciones a su amigo, con esta dedicatoria: “A Miguel Pizarro (En la irregularidad simétrica del Japón)”. A su regreso de Japón en el Transiberiano es asaltado por bandoleros manchúes. En 1934 imparte clases de español en la Universidad de Bucarest, donde conoce a la que seria su mujer, Gratiana Oniciu. El inicio de la guerra provocada por la rebelión militar del general Franco le sorprende en Barcelona, pero es nombrado por Fernando de los Ríos cónsul y enviado a San Francisco, donde recauda fondos para la causa republicana. Una vez en Washington, organiza el depósito temporal del Guernica de Picasso asegurando su conservación y ejerce como primer secretario de la embajada de la República Española con Fernando de los Ríos. Regresa a España, en enero de 1938, y al finalizar la guerra, desde Figueras emprende el camino del exilio cruzando a pie los Pirineos. Desde Francia retorna nuevamente a Estados Unidos, se establece en Nueva York, en el barrio de Brooklyn, y trabaja como profesor en el Brooklyn College y en la New School for Social Research, hasta pocos días antes de su muerte.
La obra poética de Pizarro, Versos, con prólogo de Jorge Guillén, no se publica hasta 1961. Posteriormente aparece Poesía y teatro (2000), con una introducción de su hija, Águeda Pizarro, en la que se incluye su obra teatral Auto de los despatriados, de la que escribe el autor en el prólogo : “Me he valido en su composición de recursos y formas dramáticas propias a los noh japoneses -por ejemplo el Coro- y de otras de nuestros autos viejos y farsas sacramentales”. Recientemente se ha publicado Poesía reunida.
En su constante peregrinaje la “flecha sin blanco” fue a dar en el exilio. Ya en 1931, desde Japón, a modo de premonición, le escribe a su amigo Federico: “Sólo el vacío que crea el destierro llama la atención sobre la propia persona”. Al final de su vida, en un diario desgarrador escrito en Brooklyn, nos dice: “Muertos y callados para siempre. Y yo ahora siento de golpe todo el hueco de tu ausencia de tantos años”.
“Flecha sin blanco. / Volando voy sin tino, /
volar será mi blanco, / mi destino, /
eterno en el instante del camino. Saeta de
Zenón. / Quieta en el aire. / Sin herir ni caer,
/ sin dar en otra parte.”
Miguel Pizarro
La escritora y filósofa malagueña María Zambrano se enamoró de su primo Miguel Pizarro, poeta y dramaturgo, cuando aquella soló contaba diez años de edad y mantuvo con él una intensa relación, compartiendo ambos también el amor por la literatura. El padre de María prohibió por incestuosos los amores con su primo, hecho que causó a los novios un gran dolor y motivó la salida de España de Pizarro. Para Maria Zambrano su primo sería siempre el gran amor de su vida y, muchos años después, confesaría: “Miguel Pizarro era el ser más bello por dentro y por fuera que yo he conocido”.
Dime por qué huyes de mí
Con amor aún en la boca,
¡ay Casandra, junco, fábula,
verso sin posible glosa!
¿No clama tu pecho, el mío,
necesidad, sangre sola,
corazón a corazón,
sin más pozo que tu boca
sin más agua que tu lengua
sin más pan que tus palomas,
suave ligazón extrema?
“¿Cómo no salir de mí
si dentro estás sin salida?
Si te vas con noche oscura,
Mañana estaré vacía,
Ya no hallaré yo el camino
Que me conduce a mí misma
Por tus labios y mi boca.”
El cielo, negra guarida.
¡Ay, las cosas sin remedio
qué malas de contar, niña!
(Dedicada a María Zambrano)
Fui por los pueblos buscando,
pregunté de puerta en puerta...
El reino que yo perdí
a ninguna luz se encuentra.
Poesía y teatro, p. 23. Dip. de Granada, Granada, 2004. El lector
interesado podrá encontrarlo también en PIZARRO, Miguel: Poesía reunida (Bca. de la Huebra, 2005).
Mis amores ya no son
ni nadie que de ellos sepa.
Pero el vacío en mi pecho
me canta que espere y crea.
A la orilla de la espuma
me saldrá la luna llena
Op. cit, p. 153. El lector interesado podrá encontrarlo también en
PIZARRO, Miguel: Poesía reunida (Bca. de la Huebra, 2005).
EL LOTO DE KITANO
El loto en el lodazal
fugitivo de su cieno.
Silencio.
No se me acaba el sentir
de adentro.
El corazón que me late,
el tiempo
El agua del olvido,
recuerdo.
La pena que me limpia,
anhelo.
El barro de mi carne,
el suelo
de un sueño.
El loto en el lodazal,
ya distante de su cieno,
tan alto y blanco,
puro y sereno.
Silencio.
Op. cit, p. 132. El lector interesado podrá encontrarlo también en
PIZARRO, Miguel: Poesía reunida (Bca. de la Huebra, 2005).
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