José María Gutiérrez de Alba
José María Gutiérrez de Alba (Alcalá de Guadaíra, Sevilla, 2 de febrero de 1822 – 27 de enero de 1897), poeta y dramaturgo español.
Nació en el seno de una familia de labradores acomodados. Estudió latín y griego en los jesuitas de Sevilla y posteriormente pasó una temporada trabajando en el campo con su padre antes de matricularse en la Universidad de Sevilla y cursar estudios de Filosofía y Derecho. Empezó a probarse como escritor con la novela La Tapada y su primera pieza teatral. Después vino su obra Fábulas políticas mientras colaboraba en el periódico sevillano El Centinela de Andalucía. En 1847 se traslada a Madrid para terminar la carrera de Derecho, pero abandona pronto los estudios para consagrarse por completo a las letras. Allí permaneció hasta 1870, (excepto un paréntesis forzoso por motivos políticos) escribiendo la mayoría de sus obras teatrales y colaborando con importantes periódicos.
Fue condenado a 10 años de cárcel en Ceuta, que evitó emigrando a París. Este exilio duró hasta la amnistía de Isabel II por el nacimiento de su hijo Alfonso XII. Tomó parte activa en los acontecimientos revolucionarios que en 1868 obligaron a Isabel II a abandonar el trono de España.
En 1870 se le encarga una importante misión en las colonias españolas en América, llegando hasta Bogotá, donde residió durante trece años; allí fundó el periódico El Cachaco. De vuelta a Alcalá de Guadaíra, se le nombra bibliotecario municipal, cargo especialmente creado para él.
En sus piezas teatrales se atrevió a introducir personajes de la vida pública, promoviendo el cultivo del género de la revista, que se consolidaría en el panorama teatral decimonónico español ya en el último tercio del siglo. También trató de concienciar a las masas: en Una mujer literata (1851), Gutiérrez de Alba parece afrontar el debate sobre el lugar de la mujer en la familia burguesa. Algunos de sus éxitos teatrales más relevantes fueron: Diego Corrientes o El bandido generoso y El tío Zaratán, Hombre tiple y mujer tenor, Un club revolucionario, La elección de un diputado, Los farsantes y Maese Gorgorito o El teatro y el convento.
Diego Corrientes o El bandido generoso
«¿Quién a enmendar me metió / lo que Dios ha establesío? Daré ar probe de lo mío / que al rico Dios se lo dio (...) Ya se acabó en este suelo / aquer a naide temía; / aquer que en Andalusía / por los caminos andaba, / er que a los ricos robaba / y a los probes socorría»
El tío Zaratán
Parodia de «Guzmán el Bueno» en un acto y en verso
Escena I
EL TÍO ZARATÁN, PERICO, LA TÍA PELUSA, PERLILLA, EL TÍO GARDUÑO, EL TÍO JUAN en traje de soldado inválido, Mozos y Mozas de la venta.
EL TÍO ZARATÁN
Pues ya este garrote yegó der cortijo,
jíncate en roíyas, Peiro, elante e mí,
que yo soy tu pare y tú eres mi hijo,
y toos los presentes estamos aquí.
Recibe esta tranca, levanta ligero
y corre a la puerta con grande valor.
Da un fuerte estacaso, que junda ar primero.
Al monte e las liendres, que ayí no hay dolor.
Pero aguarda un poco, que venga Perliya
y eya te la entriegue, que es mosa juncá.
PERLILLA
¡Eso es, pa armar bronca!
EL TÍO GARDUÑO
No temas, chiquiya.
EL TÍO ZARATÁN
¡Jesú, qué muchacha! Arrímate acá.
(PERLILLA se acerca y, tomando el garrote de manos de EL TÍO ZARATÁN, lo entrega a PERICO.)
PERLILLA
¡Miste qué vergüensa!... Elante e la gente...
En fin, Periquiyo, si es fuersa reñí,
tómalo y con eyos échala e valiente.
No tengas cudiao, que yo estoy aquí.
PERICO
Venga acá; de cuatro lo menos doy cuenta.
Ya tengo un coraje, que no pueo pará.
¡Tunantes, tunantes! ¡Quitarnos la venta!...
Si arguno se atreve, que venga pa acá,
que sarga a la puerta, que asome er josico
aonde yo lo guipe siquiera una ve,
y va de cabesa, como soy Perico,
en er Tagarete su chola a escondé.
EL TÍO ZARATÁN
¡Güeno, Periquiyo, me tienes contento!
¿No había e ser valiente, paesiéndose a mí?
Voy a echarme un trago, pa que ér cobre aliento.
(Coge una botella y, después de beber, echa el aliento a PERICO.)
Mía que te lo encargo, Peiro, a la chichí.
Y tú, mi Pelusa..., ¿por qué asín te alejas?
¿Por qué a ese muchacho no vas a abrazar?
Pero... ¿estás yorando? ¡Por vía e las viejas!
¿Piensas que a Perico lo van a matar?
LA TÍA PELUSA
Saratán, no yoro. Tu vista te engaña.
EL TÍO ZARATÁN
Te estás refregando los ojos.
LA TÍA PELUSA
¿Yo? No.
Si era pa quitarme de aquí... una...
EL TÍO ZARATÁN
Me estraña
que tú quieas negarme lo que endico yo.
LA TÍA PELUSA
Pus es verdá, yoro porque lo he parío,
yoro... porque yoro..., porque es la verdá.
PERICO
¡Mare de mi arma!
LA TÍA PELUSA
(Abrazándole.)
Ven acá, hijo mío.
PERICO
No apriete usté tanto. ¿Me iba usté a ajogá?
LA TÍA PELUSA
Saratán, escucha.
(Llamándolo aparte.)
EL TÍO ZARATÁN
Pelusa, ¿qué quieres?
LA TÍA PELUSA
Er tío Juan no es güeno, mos quiere vender.
EL TÍO ZARATÁN
¡Jesús, y qué tontas que son las mujeres!
¿No ves que ya er probe no se pue tener?
EL TÍO JUAN
(Aparte.)
Ayí está Pelusa jablando de queo,
y po ensima e el hombro me miran a mí.
Que pierdan la venta sólo es mi deseo...
EL TÍO ZARATÁN
¿Quies comprometerme?
LA TÍA PELUSA
Ya verás, gilí.
EL TÍO ZARATÁN
Amigos, que sea la venta hoy un fuerte,
caa trago una arroba, caa cuerpo un tonel...
Con vino e San Luca se asusta la muerte.
Ar vino, muchachos, atracarse de él.
(Vanse.)
Escena II
EL TÍO ZARATÁN, EL TÍO GARDUÑO y PERICO.
EL TÍO GARDUÑO
Ar fin, Perico, abiyelas
un güen garrote trincao,
pa endiñar con ér de firme
muchísimos garrotasos.
Vamos a jaser la prueba.
A ver tus fuersas, muchacho.
(Se ponen a pulsear sobre la mesa y PERICO rinde la mano de EL TÍO GARDUÑO.)
¡A ésta va! ¡Güeno Perico!
Tienes los puños templaos,
y ar que caiga por tu banda
no le espera mu mar trago.
Saratán, esto es un moso.
(A PERICO.)
Yo te yevaré ar contao
aonde haiga bronquis a osenas,
aonde se endiñe caa palo,
Perico, que cante er creo.
EL TÍO ZARATÁN
Mía, Garduño, no seas bárbaro,
ni vaya a meté ar chiquiyo
aonde lo dejen lisiao.
EL TÍO GARDUÑO
Entre la gente e calibre
esto es camelá.
EL TÍO ZARATÁN
Cudiao...
EL TÍO GARDUÑO
Pus vaya, tío Saratán,
que usté era otavía un muchacho
y en la primera trifurca
no se le urmieron las manos.
Apriende en ér, Periquiyo,
que aunque lo ves tan borracho,
tamién fue un moso de genio,
y tiene su arma en su armario.
Sólo que ahora er mostagán
lo tiene tan encantao,
que, sólo ar golé una uva,
está ya cabesa abajo.
Disen que los de ahí enfrente
la venta quieren quitarnos;
pero, si en tar cosa piensan,
están mu diquivocaos,
que ar chusqué que un coscá trinca,
¡cuarquiera le echa la mano!
EL TÍO ZARATÁN
No será mientras yo beba,
que en poniéndome achispao
y jeche endeje la puerta
un aliento asina..., mato
en un instante más gente
que un cañón de a veinticuatro.
Luego jablaremos de eso.
Quiero isirle a este novato
las grandes obligaciones
que hoy mesmo ensima se ha echao.
PERICO
Vamos a ver.
EL TÍO ZARATÁN
Periquiyo,
escucha lo que te jablo.
En primer lugar... pruensia,
mucho pesqui... y casar largo.
No espresiá ar que te convíe,
manque te bebas un cántaro,
y aluego, ar tiempo e pagá...,
jaserte er disimulao.
Cumplir con lo prometío,
echarla siempre de guapo,
bocanón con las mujeres
y con los hombres cayao.
Por último, juir del agua
como de la cruz el diablo
y acercarse siempre al vino,
que es la sangre der cristiano.
EL TÍO GARDUÑO
Perico lo jará asina;
lo jará, porque es honrao,
que ar fin y ar proste la rama
siempre se paese al árbol.
Pero... ayí fuera un ruío
me paese a mí que ha sonao.
¿Serán los de la otra venta?
¡Que sean! Mu pocos estamos
pa efendernos aquí entro;
mas por eso no hay cudiao.
EL TÍO ZARATÁN
Estando toos preveníos...
EL TÍO GARDUÑO
¡Ay, tío Saratán!... Acaso
hay aquí uno que nos vende.
EL TÍO ZARATÁN
Caya y no seas mal pensao.
¿Quién había e ser?
EL TÍO GARDUÑO
¿Quién? Tío Juan.
Tiene cara e renegao,
y no pue jaser na güeno.
EL TÍO ZARATÁN
Garduño, ¡que seas tan bárbaro!
EL TÍO GARDUÑO
De ese puró no me fío.
No le he visto echar ni un trago
deje que está aquí en la venta.
Quisás está conchabao
con los de enfrente... y al fin,
manque me digan que es santo,
de hombre que no bebe vino
cosa güena nunca aguardo.
EL TÍO ZARATÁN
Si no abiyela un calé,
¿cómo ha e bebé el esdichao?
EL TÍO GARDUÑO
¿Entonse qué jase aquí
por toas partes atifando?
EL TÍO ZARATÁN
Arrecogiendo coliyas,
pues no hay loben pa tabaco.
Mía que con él no te metas.
EL TÍO GARDUÑO
Bien está, mas... si lo atrapo
jaciendo arguna e las suyas,
por er piscueso lo agarro
y le jago escupir lengua
pa treinta y nueve estofaos.
EL TÍO ZARATÁN
Vamos, Garduño, ayá entro
a preparar los muchachos.
Perico, que estés alerta,
por si se armare er fandago.
Escena III
PERICO.
PERICO
Perico, ya te encuentras bien armao.
(Examinando el garrote.)
Perliya te lo dio, no hay quien te tosa.
¡Vamos a ver un moso bien plantao
cuando la bronca empiece! ¡Na!... ¡No es cosa!
Ar primero... lo dejo estropeao,
a otro le jago chispas la filosa
y... cuando ya no tenga a naide enfrente,
tomo una güena chispa de aguardiente.
Escena IV
PERICO y PERLILLA.
PERLILLA
¡Qué cosquiyas siento aquí!
¿Qué es esto, corasón mío?
¡Ay! ¿Por qué brincas así?
¿Qué es lo que pasa por ti
que yo nunca lo he sentío?
(Reparando en PERICO.)
¡Ay, Dios mío de mi arma!
Me voy antes que me vea.
PERICO
Perliya, vamos con carma.
¿Te vas a dir? Pus jarrea.
PERLILLA
¡Qué güen genio! Esto me esarma.
PERICO
¿Te las guiyabas, Perliya?
Vaya una salía pronta.
PERLILLA
Me dio vergüensa...
PERICO
Ésa es griya.
¡Juir de mí!...
PERLILLA
¿Es maraviya?
180
PERICO
Sí, porque tú no eres tonta.
PERLILLA
¡Qué gromas tienes!
PERICO
¡De veras!
PERLILLA
¿Conque vas a peleá?
PERICO
Quisiá Dios que por ti juera,
manque contra mí viniera
er gigante Guliá.
¿Qué vale pa mí un gigante,
teniendo yo este estrumento?
Que me lo pongan elante...
PERLILLA
¡Ay! Caya, porque me siento
la cara yena e... semblante.
PERICO
¿Qué tienes carita e rosa?
PERLILLA
¿No me he puesto colorá?
PERICO
¿Qué es eso? ¿Es arguna cosa?
PERLILLA
Es que yo soy mu medrosa.
No me güervas a asustá.
PERICO
Vamos, Perliya, ¿ha pasao?
PERLILLA
Ya pasó er susto.
PERICO
Corriente.
PERLILLA
Te vi ya tan enfaao...
PERICO
Es que estoy yo acostumbrao
deje chico a ser valiente...
Pero... ¡Qué importa er való,
si no tiene uno consigo
más que peniya y doló!
PERLILLA
¿Y no pueo saberlo yo?
PERICO
No, porque no te lo digo.
PERLILLA
Entonces no lo sabré.
PERICO
Mujer, ¿no lo has acertao?
PERLILLA
Dímelo ya, sin molé.
PERICO
Ayá va: a una, a dos, a tre...
Estoy mu enamorao.
Si no te lo digo e pronto,
me voy con eyo en er buche.
Bien sabes tú que me amonto...
Pero...
PERLILLA
(Aquér que paese tonto
es pa estas cosas un estruche.)
¡Conque hay amor, Periquiyo!
PERICO
¡Qué quies tú! ¿Soy yo de nieve?
Ca uno tiene su poquiyo...
PERLILLA
Vaya, ¿y quién es la que mueve
tu probe corasonsiyo?
PERICO
Perliya... ¡Si yo supiera
que eya me tenía e queré!
Dímelo tú.
PERLILLA
¡Güeno fuera!
¿Y a mí quién?
PERICO
¡Ay, retrechera!
¿Otavía no? ¿Cómo ha e ser?
PERLILLA
Si más claro no te esplica,
Perico, yo no te entiendo.
(¡Qué tonto!)
PERICO
(¿Y si me espotrica?)
PERLILLA
¿Y po una cosa tan chica...?
(¡Jesú, me estoy consumiendo!)
PERICO
¿Qué le importa ar cabaó
tener los brasos de asero,
ni ganar con er suo
un güen cacho de manró
pa alimentá er tragaero,
si aluego, ar finá der día,
er probe güerve abroncao,
con la barriga vasía,
pa no encontrarse a su lao
quien... le guise la comía?
Y viendo a sus camará
ca uno con su ca una,
ér solo se va a acostá
sin tené con quién jablá,
si no jabla con la luna.
PERLILLA
¿Y quién te ha dicho, plasnón,
que, habiendo tantas mujeres
aguardando una ocasión,
tú no has de encontrar, si quieres,
quien... te cosa er camisón?
PERICO
¿Y eso qué me importa ar fin?
Perliya, a ninguna quiero
si ar cacho de serafín
que a mí me jace salero,
no le jago yo tilín.
PERLILLA
¡Conque camelas!
PERICO
No es chansa.
PERLILLA
¡Vamos ayá!
PERICO
¡Qué quies tú!
PERLILLA
Arvierto en ti una muansa...
¿Qué tienes?, por tu salú,
¿qué has perdío?
PERICO
La asperansa.
PERLILLA
¿Te espresia?
PERICO
Yo no lo sé.
PERLILLA
¿Sabe que a ti te pesquiva?
PERICO
Temo isírselo.
PERLILLA
¿Y por qué?
PERICO
Porque eya es mosa que priva...
PERLILLA
¿Y tú?
PERICO
Yo... un probe chorré.
PERLILLA
(¡Jesú, me está dando gana...!)
Eres un tonto.
PERICO
¿Quién, yo?
PERLILLA
A ti te digo, Juan Lana.
¿No sabes tú que el amó
jasta los montes ayana?
PERICO
¡Ay! Sí, dime, po ese sielo...
Dime la verdá, Perliya.
¿Elante e eya sin canguelo
podré jincarme en roíya
a isirle que la camelo?
PERLILLA
Perico, ve sin cudiao,
que eya no te espresiará.
No tengas mieo, arrastrao.
PERICO
¡Perliya! ¿Qué has chimuyao?
Er plasé me va a ajogá.
Siento aquí en er corasón
una fatiga, un aqué...
(¿Si será que estoy chispón?)
Perliya, dilo otra ves,
no me des una esasón.
Siquiera otra ves na ma.
PERLILLA
Ve, y que te lo diga eya.
PERICO
¡Otra ves eya, qué ta!
Si eres tú la que me... aquéya.
PERLILLA
(¡Acabará e rebentá!)
¿Conque yo?
PERICO
¿Te has enfaao?
PERLILLA
¿Enfaarme yo? ¿Por qué?
PERICO
Por lo claro que he jablao.
PERLILLA
Me tenías ya con cudiao,
por eso te pregunté...
PERICO
¡Várgame Dios, qué pareja!
Si vamo a jasé ruío...
¡Tenía un doló!
(Señalando al corazón.)
PERLILLA
¿A quién te queja?
PERICO
¿No me habías tú comprendío?
PERLILLA
¿Yo, en qué?
PERICO
En los guiños de oreja.
Dame una prenda, salá,
pa que vean que te camelo
y tú me quies camelá.
PERLILLA
¡Mi pare! Adiós, me voy ya.
Toma... la moña e mi pelo.
(Le da un lazo y vase.)
Escena V
PERICO, luego EL TÍO JUAN.
PERICO
Sí, me camela Perliya.
¡Qué moña! ¡Qué oló tan rico!
Un beso...
(Dándoselo.)
manque er josico
me lo yene e mantequiya.
¡Jesú, Jesú, qué jermosa!
Me la via poné en er pecho,
asina, en er lao erecho.
Con eya no hay quien me tosa.
EL TÍO JUAN
(Los dos estaban aquí,
y Perliya va juyendo,
y esa moña que estoy viendo
es la suya.)
PERICO
¿Es usté?
EL TÍO JUAN
Sí.
Vengo a isirte, Periquiyo,
que ayá está er belén armao
y que a ti te han reservao
un prajandí y un cuartiyo.
PERICO
Pus voy, po el arma e mi mare.
Ya que a beber me se obliga,
no quieo que nunca se diga
que soy menos que mi pare.
EL TÍO JUAN
Corre ayá, corre ligero,
que quien la echa e bebeor
en lanses e tanto honor
acúe siempre er primero.
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