Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

lunes, 1 de agosto de 2011

674.- DANIEL LÁZARO ABOLAFIO


Daniel Lázaro Abolafio nace en Málaga el 8 de noviembre de 1970, y se obstina en vivir a la orilla de un mar que le seduce bajo todas sus formas posibles: la literaria de los mitos, la científica de la Historia, la más prosaica de los baños estivales, el bañador y las chanclas, etcétera, porque el mar es tan camaleónico en sus significados como en sus brillos. Como no se puede ser sublime sin interrupción, como exigía Baudelaire, desperdicia las mañanas en una oficina pública, donde trabaja como funcionario al servicio de los ciudadanos y de la Junta de Andalucía. Confiesa una grafomanía bastante aguda y, como Cervantes, una ansiedad por leer todo papel que cae en sus manos, lo que incluye folletos publicitarios, libros de todo pelaje, hojas voladas por el viento, revistas, yo qué sé, una locura...





LA VÍSPERA


Pilos ardió, y los otros palacios arderán también,
mañana, pronto... Ya vienen por el mar
en sus naves oscuras. Millares son, y atroces,
sanguinarios. La población, temerosa,
abandona sus aldeas, se encarama en promontorios,
se fortifica en colinas. Nadie recorre ya
los caminos solitarios, se pierde el cereal
en su abandono, y la maleza se apropia
de los campos.
De qué inhóspita llanura,
de qué bosque sombrío, de qué tierra brutal
procede esta amenaza. De qué montañas descienden,
qué desierto abandonaron, de qué lugar ha partido
esta raza salvaje, o es que surgen acaso
de la noche. No les bastan las joyas, el oro,
los vestidos. Únicamente la sangre apacigua su sed,
solamente en el horror se sacia su apetito,
en el horror y la muerte, la destrucción, el fuego.
No escucharán nuestros dioses las inútiles plegarias,
y no los conmoverán promesas ni sacrificios.
Vanamente se excavan ocultos pasadizos,
se almacena el aceite, el grano, vanamente se alza
esta muralla inservible. Ya vienen por el mar.
Y nada puede salvarnos.



EL REGRESO

Tiro, año 707 a/c

Después de cuatro meses de ardorosa paciencia,
vigilando en silencio la quieta lejanía
para verlo llegar, ayer se dibujó en el horizonte
la silueta del convoy, y unas horas más tarde
mi apuesto capitán atracaba en el puerto,
erguida sobre la proa su imponente estatura,
rígido y ceremonioso, pero abriendo una sonrisa
cuando me vio en el muelle.
Cuatro meses después
pude abrazar por fin a mi anhelado esposo,
y anoche mismo, Heteb, nos trabamos en combate.
Con un súbito giro enderezó contra mí
su afilado espolón, y hubo un choque brutal,
estrepitoso, sobre el revuelto oleaje
de las sábanas. El mástil se tronchó
por la cintura, y se abrió de repente
una vía de agua, por la que el mar penetraba
con un chorro furioso. El timón se rompió,
y comenzó la nave a vagar enajenada,
la vela ardía, Heteb, crujía el maderamen,
pero yo resistí, me batí largamente-
no te rías, mujer- y aunque su brusca embestida
me rompió, y no pude contener
su fogoso abordaje, nadie fue vencedor
en tan terrible choque, y nuestras naves se hundieron
en un sueño apacible.


NOTAS
LA VÍSPERA: Hacia finales del siglo XIII a/c una coalición espontánea de distintos pueblos, conocidos por la Historia como pueblos del mar, recorren y devastan algunas regiones del mediterráneo oriental y central. Derriban el Imperio Hitita, asolan el Oriente Próximo, donde uno de estos grupos se instala, los filisteos- futuros palestinos-, atacan Chipre, la Grecia continental, intentan en dos ocasiones invadir Egipto, siendo trabajosamente rechazados, y se cree que pudieron llegar en sus correrías hasta Sicilia, Cerdeña y la propia Italia.
Durante el siglo XIII la mayor parte de los palacios micénicos parece prepararse apresuradamente para un seguro ataque: se amplían y perfeccionan las defensas, se construyen accesos secretos a manantiales subterráneos... El incendio de Pilos a comienzos de ese siglo, después de un supuesto asedio, pudo ser el desencadenante de la situación de inquietud generalizada.
Suele atribuirse tradicionalmente a los pueblos del mar la destrucción de los palacios micénicos, aunque en los últimos tiempos ha surgido una teoría alternativa que no hay que descartar, y que achaca a las rivalidades internas el final de esta civilización. En el poema se apuesta por la primera explicación, pero por cuestiones de eficacia poética, no por convencimiento.
EL REGRESO: Para proteger el transporte de mercancías de la amenaza de los piratas se organizaban grandes convoyes que eran escoltados durante toda la travesía por barcos de la armada, lo cual no excluía, por supuesto, la navegación solitaria.
Hacia el año 800 a/c los fenicios ya remataban la proa de sus naves de guerra de un espolón puntiagudo que podía convertirse, en caso de enfrentamiento, en una terrible arma de choque.




IV

...Perfumes deliciosos y diversos,
cuanto puedas invierte en voluptuosos y delicados
perfumes...

No pases distraído. Aspira fuertemente
el olor poderoso de la fruta, el aroma dispar
de las especias: suave la canela, delicado el anís,
penetrante el jengibre... Respira junto al mar,
el vapor invisible que flota suspendido,
los salados efluvios que las olas traen.
Inhala, cuando el deseo los humedezca,
el hálito caliente de unos muslos.
Absorbe tras la lluvia la fresca emanación
que de la tierra sube. Siente, en el aire de primavera,
el perfume que dejan los jazmines, el azahar,
las magnolias... Aspira, respira, inhala,
absorbe, siente. Y percibe, mortal, como huele
la vida.

(De Glosa a Ítaca, inédito [fragmento recogido en Francisco Ruiz Noguera, Frontera sur. Antología de jóvenes poetas malagueñοs, 2007])





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