Antonio Romero Márquez
Poeta español nacido en Montilla (Córdoba) en 1936. Estudió en las Universidades Laborales de Córdoba y Sevilla en donde cursó diversos estudios técnicos. Con una beca pudo más tarde ir a Madrid, realizando en la Universidad Complutense los estudios de Filosofía y Letras, en la especialidad de Filosofía, al tiempo que asiste a la Escuela Oficial de Periodismo y trabaja en diversas agencias de publicidad. En oposición de ámbito nacional obtiene su Cátedra de Instituto, en la especialidad de Lengua y Literatura. Por breve tiempo, estuvo vinculado al mundo del periodismo, decantándose por la enseñanza. Es autor de numerosos artículos (algunos de crítica literaria) en diversas revistas y periódicos (se le cita en la edición de Don Quijote de la Mancha del Instituto Cervantes). Ha realizado diversas traducciones, entre ellas La elegía de Marienbad con verso rimado y con la misma estrofa que empleaba Goethe; así como también en verso rimado, y siguiendo el orden en que las rimas aparecen en el original, de Los Sonetos a Orfeo.
Ha publicado Silencio y columnas, libro que obtuvo el Premio Nacional de autores noveles, en 1982, obteniendo muy buenas críticas y siendo seleccionado por la revista norteamericana World Literature Today como el poemario español del año. A él se añaden otros títulos, (libros o plaquettes) como Versos para ser calumniado, Las palabras del viento, Sonetos, Raíz y vuelo, Addenda, Violenta violeta, Sobre sombras y esplendores, El fuego es mío, Jardín de arena, por el que obtuvo el Premio Bahía, en el año 2001, con una segunda edición corregida y aumentada, así como Arcilla iluminada, (por el que obtuvo el Premio “Vicente Gaos”), Málaga clara y otros poemas, Fuego negro (I Premio de Poesía Antonio Gala) y Con palabras que son de vuestras bocas (Premio Joaquín Lobato).
En 1993 fundó con Pedro J. Vizoso el suplemento Papel Literario, del Diario Málaga Costa del Sol. Fue el autor de los fascículos que formaron lo que sería el libro, con ilustraciones de cuadros del pintor, Picasso, Una mirada. En su poesía hay ecos de poetas de todos los tiempos,[cita requerida] domina la forma clásica, sabiendo que Fernando de Herrera llegó a escribir cuatro sextinas, (poema al que dio actualidad Ezra Pound entre otros) él ha compuesto igualmente cuatro poemas de esta modalidad. Por expreso encargo de Jorge Guillén seleccionó y recogió en una antología (Antología del mar) Los poemas de Aire nuestro que versan sobre el mar o en los que este elemento tiene alguna presencia.
Actualmente reside en Málaga,donde ha encontrado la paz y tranquilidad para realizar y finalizar la mayor parte de su obra.
Publicaciones
Silencio y columnas (Madrid, 1984)
Versos para ser calumniado (Málaga, 1986)
Sonetos (Montilla, 1989)
Addenda (Fernán Núñez, 1991)
Oda a la música (Málaga, 1993)
Raiz y vuelo (Málaga, 1993)
Las palabras del viento (Málaga, 1994)
Sobre sombras y esplendores (Málaga, 1995)
Violenta violeta (Casa del Inca. Montilla, 1995)
El fuego es mío (Málaga, 1997)
Escultor de relámpagos (Málaga, 1999)
Fuego y nube (Antología. Málaga, 2000)
Jardín de arena (Premio Bahía 2001)
Arcilla iluminada (Premio Vicente Gaos. Valencia 2003)
Porque conoceremos…
Se abrirán nuestros ojos a un sol centelleante,
saciaremos la sed en ríos sin orillas,
y nuestros corazones serán como semillas
con el temblor del barro y el fulgor del diamante.
O puede que en sus manos el viento nos levante
para incendiar al mundo como ardientes astillas,
y hasta puede que hablemos de raras maravillas
con el pasmo del niño y el ardor del amante.
Veremos que es perfecta la espiga ya madura,
que la vida es profunda y una hermosa aventura;
y seremos felices entre todas las cosas.
Temblará como un tallo en la hierba la espada,
y hasta la roca dura se sentirá asombrada
porque conoceremos las palabras dichosas.
XLI
Se abrirán nuestros ojos a un sol centelleante,
saciaremos la sed en ríos sin orillas,
y nuestros corazones serán como semillas
con el temblor del barro y el fulgor del diamante.
O puede que en sus manos el viento nos levante
para incendiar al mundo como ardientes astillas,
y hasta puede que hablemos de raras maravillas
con el pasmo del niño y el ardor del amante.
Veremos que es perfecta la espiga ya madura,
que la vida es profunda y una hermosa aventura;
y seremos felices entre todas las cosas.
Temblará como un tallo en la hierba la espada,
y hasta la roca dura se sentirá asombrada
porque conoceremos las palabras dichosas.
XLI
La vibración del sol en mi ventana
me despertó de un sueño, como tantos,
absurdo y complicado. Ya la aurora
componía su música sencilla:
fronda alzada en verdor y en frecos trinos,
nubes blancas y el mar, resplandeciente.
Eres tú, corazón, quien desafina.
me despertó de un sueño, como tantos,
absurdo y complicado. Ya la aurora
componía su música sencilla:
fronda alzada en verdor y en frecos trinos,
nubes blancas y el mar, resplandeciente.
Eres tú, corazón, quien desafina.
(De "Jardín de arena",
Premio Bahía-2000).
Premio Bahía-2000).
Bonito trabajo. Gracias.
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