Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

martes, 10 de mayo de 2011

392.- AQUILINO DUQUE




Aquilino Duque Gimeno 

Escritor español nacido en Sevilla el 6 de enero de 1931. En 1975 fue distinguido con el Premio Nacional de Literatura de España. Anteriormente había obtenido el Premio Leopoldo Panero de poesía en 1968, el Premio Ciudad de Sevilla de novela en 1970 y el Premio Fastenrath de la Real Academia Española en 1972.

Nacido en Sevilla el 6 de enero de 1931. Licenciado en derecho por la Universidad de Sevilla, amplió estudios en las Universidades de Cambridge (Trinity Hall) y la Southern Methodist University en Dallas, Tejas. Narrador, poeta y ensayista, Aquilino Duque es autor de libros como De palabra en palabra (Premio Leopoldo Panero del Instituto de Cultura Hispánica y Fastenrath, de la Real Academia Española); el Mono azul (finalista del premio Nadal, 1974 y Premio Nacional de Literatura, 1975). Su obra ensayística incluye obras como El suicidio de la Modernidad y El cansancio de ser libres. Es autor de la obra fundamental sobre el Coto de Doñana titulada El mito de Doñana. Entre sus últimos libros cabe mencionar Las nieves del tiempo, Las máscaras furtivas, Crónicas extravagantes, Mano en candela y Entreluces. Aquilino Duque tiene varios premios de periodismo, entre los que se cuenta el premio José María Pemán, de la Caja de Ahorros de Cádiz. Desde 1981, Aquilino Duque es individuo de número de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Ingresó con el título "Andalucía, examen de conciencia". Le contestó Ignacio María de Logendio e Irure. Sustituyó a José Montoto y González de la Hoyuela.
Ha explicado cursos de Literatura española contemporánea en las Universidades de Sevilla y Chapel Hill, Carolina del Norte, y pronunciado conferencias en las Universidades de Cambridge, Sevilla, Roma, Pennsylvania, Georgetown, La Rábida, Málaga, Mar Menor, Oviedo, Guadalajara (Jalisco), Museo de Bellas Artes de Sevilla, Palacio de las Naciones de Ginebra, Instituto Británico de Sevilla, Instituto Español de Roma, Londres, Nueva York, Viena, Munich y Utrecht. En 1998 pronunció el XVI Pregón taurino de la Real Maestranza de Caballería en Sevilla.



Títulos


Licenciado en Derecho, Universidad de Sevilla, 1953

Diploma in Comparative Legal Studies, Cambridge University, 1955
Master of Laws, Southern Methodist University, Dallas, Texas, 1956
Individuo de número de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, 1981


Premios


Washington Irving, de cuentos Casa de América, Madrid, 1960. Obra premiada: “El festival de la Pañoleta.“

Ciudad de Sevilla de novela, Ayuntamiento de Sevilla, Sevilla, 1960. Obra premiada: “La rueda de fuego.“
Leopoldo Panero 1967, de poesía, Instituto de Cultura Hispánica, Madrid, 1968. Obra premiada: “De palabra en palabra.“
Archivo Hispalense de ensayo, Diputación de Sevilla, Sevilla, 1971. Obra premiada: “La sombra de Bécquer.“
Fastenrath, de poesía, Real Academia de la Lengua, Madrid, 1972. Obra premiada:“De palabra en palabra.“
Premio Nacional de Literatura 1974, Madrid, 1975. Obra premiada:“El mono azul.“
Vendimia de prosa, Casa del vino, Jerez de la Frontera, 1982. Obra premiada: “Don Federico Rubio y la Vendimia.“
Círculo Catalán, de periodismo , Círculo Catalán, Madrid, 1987. Obra premiada: “La invención de América.“
José María Pemán, de periodismo, Cádiz, 1988. Obra premiada:“Enfermedades morales.“


Poesía


La calle de la luna, Sevilla: Ayuntamiento de Sevilla, 1958.

El campo de la verdad, Madrid: Adonais, 1958.
De palabra en palabra, Madrid: Cultura Hispánica, 1968.
El invisible anillo, León Col. Provincia, 1971.
Aire de Roma Andaluza, Sevilla: Renacimiento, 1978.
El engaño del zorzal, Madrid: Hiperión, 1986.
Las nieves del tiempo, Granada: Comares, 1993.
Poesía incompleta: Valencia: Pretextos, 1999.
Entreluces, Renacimiento, 2009.
RELOJ DE ARENA (Antología poética, 1950-2009), Ediciones de la Isla de Siltolá (2011)



Ficción


La operación Marabú, Madrid, Alfaguara, 1966. Reed. Sevilla: Renacimiento, 2003.

Los consulados del Más Allá, Barcelona, Plaza y Janés, 1966. Reed. Alcalá de Guadaira: Peréntesis, 2003.
La rueda de fuego, Barcelona: Planeta, 1971. Reed: Sevilla: RD, 2005.
La linterna mágica, Barcelona: Plaza y Janés, 1971.
El mono azul, Barcelona: Destino, 1973 y 1974. Reed: ABC 2002.
La historia de Sally Gray, Madrid: Ediciones del Centro, 1975.
Los agujeros negros, Barcelona: Argos, 1978.
La luz de Estoril, Barcelona: Planeta, 1989.
Las máscaras furtivas,Valencia: Pretextos, 1995.
El Piojo Rojo, Valencia: Pretextos, 2004.
La loca de Chillán,Valencia: Pretextos, 2007.
Caza Mayor, Renacimiento, 2011.


Memorias


El rey Mago y su elefante, Valencia: Pretextos, 1993.

La era de Mairena, Sevilla: la Carbonería, 1995.
Mano en candela, Valencia, Pretextos, 2002.
La cruz de don Juan, Barcelona: Ediciones B, 2003.


Ensayo


La carrera de armamentos, Madrid: Editorial Católica, 1981.

La idiotez de la inteligencia, Madrid: Encuento, 1982.
La España imaginaria, Sevilla: Libros del Altozano, 1984.
El suicidio de la modernidad, Barcelona: Bruguera, 1984.
Metapoesía, Sevilla: Ayuntamiento de Sevilla, 1984.
Andalucía crítica, Córdoba: Monte de Piedad, 1989.
El toreo y las luces, Valencia: Diputación Provincial, 1989.
El cansancio de ser libres, Sevilla: Universidad de Sevilla, 1992.
Plaza partida, Sevilla: Fundación el Monte, 1995.
Grandes faenas, Cádiz, Universidad de Cádiz, 1996.
Actualidad del 98, Sevilla: Fundación el Monte, 1998.
Cataluña crítica, Madrid: Criterio Libros, 1999.
Crónicas anacrónicas, Barcelona: Altera, 2004.


Viajes y paisajes


El mito de Doñana, Madrid: Ministerio de educación, 1977. Reed. Fundacion Lara, 2004.

Guía natural de Andalucía, Sevilla: Real Maestranza y Valencia: Pretextos, 1986.
Sevilla, bajorrelieve, Sevilla: Comisaría para la Expo, Ayuntamiento de Sevilla, 1991.
Crónicas extravagantes, Sevilla Universidad de Sevilla, 1996. Reed: Sevilla: Ediciones Encuentro, 2008.






DIALÉCTICA

Somos la inmensa mayoría;
somos todos iguales y mediocres.
Tú, poeta, no olvides que eres masa;
canta en el coro y nunca se te ocurra
salir de formación o adelantarte,
que el que destaca es un insolidario
reo de lesa historia, y tú no debes
olvidar que nosotros olvidamos
piadosamente tus orígenes.
¿Que fuiste un precursor?
¿Que tu palabra precedió a la aurora?
Somos la luz, la eternidad es nuestra.
Vivimos en aurora permanente.
Limítate a cantarla y, si dudases
aún, ven y pregunta, que doctores
tiene la santa madre historia.
¿Qué soberbia es la tuya
de buscar la verdad por cuenta propia?
¿Quién eres tú, que no te basta
esta ración de luz que se te asigna?
Ten calma. Algunas veces la verdad
es históricamente inoportuna.
Es cuestión de aguardar algunos años,
algunos siglos como mucho,
¿y qué son unos siglos cuando piensas
en la paradisíaca eternidad
que ganarás con tu silencio?
Esgrime el arma que te damos
y asesina cadáveres,
momias propiciatorias,
que el mundo de hoy está bien hecho
pues obra nuestra es.
Ya no hay contradicciones:
en nuestra sociedad, sino dialéctica.
Somos progreso, libertad, justicia.
La Historia está de nuestra parte.
Todo aquél que no canta con nosotros
canta contra nosotros.
Este es el juego, si lo aceptas
te leeremos todos, pues en ti
fulgirá, espejo colectivo,
la elevación de nuestro pensamiento.
Si no lo aceptas, abre tu escritorio
oloroso a manzanas putrefactas
y saca esa pistola que despeja
las dudas de una vez y para siempre.
A florecer, rosal planificado.
Y tú, viola tricolor,
flor ojerosa, pensamiento viudo,
no hagas escenas de mal tono
sobre la tumba de ese desdichado
zángano de la superestructura,
de ese poeta anónimo
que no tuvo bastante
con perder las cadenas.

1964. De palabra en palabra, 1972.





Juego de espejos

Juego de espejos, sucesión de engaños,
de luna nueva va a la luna llena,
y hay quien tardó cerca de treinta años
en llegar a Salzburgo desde Viena.

Desde el hotel del Vellocino de Oro
hasta el palacio Mirabell,
Almaviva so io, non son Lindoro,
y no te he sido siempre fiel.

Tienen de bueno los espejos
que multiplican el espacio
y reproducen a lo lejos
aquel hotel y este palacio.

Aquel hotel que ya no existe,
este palacio, estos jardines,
y esta ciudad, que no resiste
el frenesí de los violines.






ABRAZO


Reloj de arena, tu cuerpo.
Te estrecharé la cintura
para que no pase el tiempo.




El peso de lo guardado

Me pesan las manos de tantas caricias guardadas,
me duelen los ojos de cerrarlos buscándote,
escuece el deseo de hablarte, escucharte, mirarte,
y surgen susurros, en alto, callando palabras.

¿Para qué mis piernas si de ti no me alejan?
¿Para qué mis brazos si no me acercan?
¿Para qué mi voz si no te llama?
¿Para qué el tiempo si no lo paras?

Putas mariposas que vuelan y rascan
os ahogare con vino en las entrañas
a patadas os saco, a sorbos os mato,
me pesa el alma de abrazos no dados.




LA ESPERA

Miré a tu alrededor;
registré apresurado mis bolsillos...
Quise haberte traído cualquier cosa,
porque palabras tenía pocas
y todas eran de bisutería.

Esperaba a la muerte con la tópica
sobriedad española: a su cabeza
la cruz vera, a su lado
aquel retrato de desconocido
toledano o cretense
de ojos de cisco y barbas de ceniza.

Fumaba un cigarrillo interminable
del condenado a muerte,
manchándose de ceniza
las pobres sábanas rosadas.
Su corazón se iba desovillando
en un hilo de voz
que se ovillaba al mío
para hacerlo girar como una peonza.

Intenté hablar de nuevo. Fue imposible.
Los lugares comunes de consuelo
con que ahuyentamos el dolor extraño
de la propia conciencia, no podían
rebasar la garganta, donde ya
aleteaba un pájaro rebelde.




SIETE VILLANCICOS


1. Oasis de las aguas vivas

El que de estas aguas bebe
no mezcla el mal con el bien.
Si aquí apenas cae la nieve,
aún menos cae en Belén.
Palmera que el viento mueve
sobre la arena en la duna,
abanico de la luna
caída en el agua y rota
en espejitos de luz,
y a la vera de la Cruz
un pozo que no se agota.


2. Bulerías de Belén

El camino de Belén
lo van a sembrar de flores
Aixa, Fátima y Marién.
Y pasarán los pastores,
y pasarán los tres reyes,
y gallos quebrando albores
en las carretas de bueyes.
Hay un coche de caballos
atorado en el badén.
Quiebran albores los gallos,
caminito de Belén.


3. Camino real

Cada vez se alarga más
la sombra que va detrás
y son más cortos los días,
las noches siempre más frías,
pero el mundo aún gira en torno
de la Noche de Belén.
Ya está la masa en el horno
y el aceite en la sartén
y en un junco de ribera
se ensartan roscos de vino.
Tres reyes van en hilera
¡milagro! por buen camino.


4.

Campanilleros, posadas,
mañanas del rey David,
cantan voces delicadas
algo así como «Venid».
Venid, venid y adoremos,
alegres y triunfadores,
marineros, a los remos,
a las alas, aviadores.
Pesa en las alas la escarcha,
los remos rezuman sal,
¡y cuántas leguas de marcha
hasta dar con el Portal!


5.

Pone el almendro la nieve
y hay por allí un carpintero
que simula con serrín
los caminitos de albero.
Los pastores, el rebaño,
los tres reyes con su ofrenda
y una estrella de leyenda
hecha de papel de estaño.
Hay además este año
una red ferroviaria
entre Belén y Samaria.
San José se ríe,
la Virgen también
y el Niño se asusta
cuando pasa el tren.


6.

Noche clara de alegrías,
que está naciendo el Mesías
y al menos por esta vez
medio mundo está a sus pies.
Y los pastores le cantan,
y las nubes se levantan,
y vivir vale la pena
que por algo es Nochebuena.
¡Y viva Dios!
¡Viva la Virgen
que Lo parió!


7. Belén en El Escorial

La niña risueña
con cuatro ángeles sueña.
Su hermanito, serio,
entra al monasterio;
lleva un violín
a la escolanía
de San Agustín.
En la noche fría
voces de cristal.
¡Belén en El Escorial!
Se armó la de San Quintín
en cuanto llegó al portal
el niño del violín.




RELOJ DE ARENA (Antología poética, 1950-2009)
Edición de Abel Feu
Ediciones de la Isla de Siltolá



Jesús Cotta

Puede quedar feo que yo reseñe un libro de una editorial que me ha publicado a mí, pero, como en casi todo, a veces conviene hacer excepciones, sobre todo si, como ocurre en este caso, el libro en cuestión me gusta. Lo honrado entonces es reseñarlo, por muy mal que pueda uno quedar. Me arriesgo a ello, porque este libro vale la pena: Aquilino Duque es un buen poeta; Abel Feu, un buen antólogo; la Isla de Siltolá, una buena editorial; y la edición de su nueva colección "Arrecifes" es además bellísima. La conjunción de estrellas ha sido propicia y el resultado es un libro delicioso que reúne para el amante de la buena poesía lo más representantivo de una obra que comenzó en 1950 y aún no ha terminado: más de medio siglo.

Esta antología es, pues, como un río que pasa del rápido al remanso, de la cascada al meandro y en cuyas márgenes se suceden los juncos, los sauces y los trigales. Y que aún no ha desembocado. Pero la barca con que lo vamos navegando es la misma y no cambia por mucho que cambien las aguas y las orillas y los pájaros del río. La barca es griega y su madera es española y el viento que mueve sus velas viene de Italia. De los primeros poemas a los últimos, la voz del poeta resuena fuerte, firme y segura, una misma voz que canta canciones muy distintas.

Entre ellas destaco, para empezar, los romances. Lorca los revolucionó y los convirtió en algo nuevo y distinto y personal, hasta el punto de que muchos de los romances actuales suenan a él. Algunos, para evitar a Lorca, escriben romances rarísimos. Lo difícil es, pues, escribir un romance que beba de toda la tradición romancera de España, incluido Lorca, y que ofrezca algo bueno y personal. Y eso es lo que consigue el autor en romances estupendos como A mí mismo, asomado a las “almenas”.

Como lector habitual que soy de poesía, echo en falta entre los autores españoles actuales que alguna vez cultiven un metro que no sea el endecasílabo blanco. Con la riqueza métrica de nuestra milenaria tradición poética, quedarse en el endecasílabo me parece un empobrecimiento. Muchos poetas han renunciado a la rima y a las estrofas clásicas porque su poesía, en esos moldes, les suena a antigua o les parece una pose. Pero el autor de este libro se atreve con ellas y las hace suyas, naturales, propias, airosas. Y, no contento con eso, las adorna de rimas audaces e imprevisibles. La riqueza métrica y estrófica es uno de los grandes alicientes de este libro. Además de los consabidos endecasílabos blancos, nos encontramos con heptasílabos, alejandrinos y octosílabos; y con sonetos, segudillas con bordón, coplas, cuartetos, serventesios, etc. Y de esta manera el poeta no sólo nos llega al corazón y a la cabeza, sino también al oído y la música.

Pero lo mejor del libro para mi gusto es la elegante dignidad, la maestría poética y la contundencia expresiva, sin barroquismos pero sin simplezas, en fin, la voz alegre y florida, pero, a la vez, profunda y filosófica con que el poeta, a lo largo de tantos años y de tantos poemas tan distintos, desde el libro de La calle de la luna a Entreluces, canta a la juventud, a España, a Roma, a lo que no pudo ser, a lo que sí pudo ser, al amor, a Dios, al silencio... Bajo el poeta se esconde un filósofo y bajo el filósofo un amante de la belleza y bajo el amante de la belleza un niño maravillado ante el mundo. Nunca la amargura del enfermo. Nunca el pesimismo del suicida. Nunca el resentimiento del fracasado. Y bajo palabras sencillas y hermosas, se esconden la hondura y la sugerencia. El despilfarro y el vigor de la juventud está en estos versos:

"Soy un bosque que arde, 
soy un río que crece 
y me sobra poder para darte la vida." 

Y la soledad en estos: 

"A mí me están consumiendo 
como veintidós carbones 
veintidós años que tengo." 

Aunque el antólogo ha dejado fuera algún poema señero que a mí me tiene enamorado, celebro el criterio con que ha hecho la selección y no me resisto a aconsejar al lector que se regale el placer de leer y releer la invectiva de "El ignorante", el "arco tendido" de "Coventry Street", la definición poético-filosófica de lo que es besar a una mujer en "El amor", el tratamiento originalísimo de lo divino en "De la existencia de Dios", el conocimiento y la magnanimidad en "El último viaje de Antonio Machado", la gracia de lo pequeño e inocente en "Una niña aprende a nadar", el salero dolce y original de las "Sevillanas romanas" y el glorioso y necesario poema de "Mejor callar", donde he leído las mejores razones para saber que está todo dicho y seguir, sin embargo, escribiendo. Siempre he pensado que los poetas aumentan el número de cosas bellas en el universo. Vale la pena dedicar a ello la vida. Bienvenido sea, pues, esta antología de la belleza.


RENOVACIÓN

Si dices la verdad no la repitas.
Sólo el que miente insiste.
Hay que cantar siempre algo nuevo,
nacer un poco cada día.
No permitas que el tiempo te aprisione
en su círculo mágico. Cada aurora es distinta,
y lo que anoche se te derrumbaba
se yergue con el alba más triunfante que nunca.
El hombre sólo es libre cuando mira adelante.
Solamente es feliz quien se inventa el destino.
En la rueda del año, para algunos monótona,
todo revive y se renueva:
el hijo, el libro, el árbol,
y esta bendita lluvia mientras arde
la leña en el hogar
y arma su gran guiñol la fantasía.











1 comentario:

  1. "El peso de lo guardado" no es mío ni sé de dónde sale. Elimínese, por favor. Un verso que hay que corregir es el que debe decir "Almaviva son io, non son Lindoro"

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