763.- CASILDA DE ANTÓN DEL OLMET

Casilda de Antón del Olmet de Lanuza López de Haro, nacida en Huelva el 21 de Febrero de 1871, murió en Madrid en 1950. Dama de la Real maestranza de Caballería de Zaragoza, condecorada con la Medalla de dicha ciudad y distinguida escritora.
Poetisa y dramaturga española, nacida en Huelva en 1871, y fallecida en fecha y lugar desconocidos. Creció rodeada de un ambiente humanístico que facilitó su esmerada educación y desarrolló su afición por la literatura, pues era hermana del poeta y diplomático Fernando Antón del Olmet, Marqués de Dosfuentes.

Sus primeros escarceos literarios se manifestaron en el género poético, a través de una serie de composiciones que vieron la luz en diferentes medios de comunicación, como La Época y La Correspondencia de España. Ya con cierto renombre como poetisa, Casilda Antón de Olmet dio a la imprenta dos volúmenes de versos, titulados Cancionero de mi tierra y Nuevo cancionero.

Luego probó suerte con el género dramático, pero el estreno de su primera pieza teatral fue tan desastroso que, a partir de entonces, su trayectoria literaria quedó truncada para siempre. La pieza en cuestión, titulada En conciencia, es una comedia dramática escrita en prosa y compuesta de tres actos, que fue estrenada en el Teatro Español de Madrid el día 20 de abril de 1901. Cuenta la historia de un joven que contrae matrimonio con una mujer a la que, por avaricia, odian la madre y la hermana del protagonista, quienes sólo esperan de su nuera y cuñada una dote que nunca llega. La pésima arquitectura teatral de esta pieza, unida a la pobreza en el desarrollo psicológico de sus personajes, fue mal sufrida por los espectadores que abarrotaban el Teatro Español durante la noche de su estreno, quienes prorrumpieron en ruidosos pateos y voces de protesta que a duras penas permitieron a los actores culminar su primera función. Sin embargo, la autora consiguió que su obra pasara por la imprenta (Madrid: Sociedad General de Autores Españoles, 1901); y, en una "Carta Prólogo" dirigida "al Duque de Tamames", atribuyó el rotundo fracaso de su estreno a la reciente puesta en escena de Electra, de Benito Pérez Galdós, que, según Casilda Antón del Olmet, había pervertido el gusto del público madrileño. Aunque sólo sea por esta cómica sandez de la autora onubense -que, a pesar de sus disculpas, no debía de andar muy segura de su talento dramático, pues no volvió a escribir ninguna otra pieza teatral-, merece la pena recordar en la historia de las Letras españolas de comienzos del siglo XX su figura y su obra.
Texto extraído de: http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=anton-del-olmet-casilda





EL GALLO

Soberano señor de l gallinero
manto y corona dignamente ostenta;
imperativa, su actitud violenta
es la arrogancia del patricio fuero.

Mal camina el galán aventurero
cuando soplarle alguna dama intenta
que, armado de espolón, cualquier afrenta
ha de vengar a fuer de caballero.

En cuestiones de honor intransigente
los campos enemigos delimita
y se instituye en guardia permanente.

Desde el predio feudal donde milita,
a los espacios lanza el estridente
grito de alerta que el clarín imita.









EL PERRO

Si el hambre un día por mi puerta entrara,
de tu cariño no rompería el lazo,
más te acercas a mí si te rechazo
dieras el pecho si alguien me atacara.

Odiarías a todo el que me odiara,
tú me cobras la pieza que yo cazo,
sufres paciente el golpe de mi brazo,
mis pasos seguirías si cegara.

Vigilas receloso mientras duermo,
no te apartas de mí si estoy enfermo,
lames con gratitud mi avara mano.

Si Francisco de Asís te conociera,
de hermano el nombre con amor te diera;
yo no soy digno de llamarte hermano.











MATERNIDAD

De sus polluelos siempre rodeada,
cuidado infatigable les prodiga;
les cede el trigo y la sabrosa hormiga,
con verlos prosperar recompensada.

Pierde su mansedumbre acostumbrada
si el defenderlos a luchar obliga;
con sus alas de madre los abriga
en los rigores de la madrugada.

Cantando sólo en el alumbramie nto,
la gallina demuestra su contento
y en triunfo resonante lo convierte.

Febril e inmóvil no abandona el nido
y de sí misma llegará el olvido
hasta causarle por amor la muerte.









AVENTURAS

Blancas palomas que al dejar el nido,
henchidas de ilusiones vuestra mente ,
la mirada fijáis impertinente
en un foco de luz desconocido.

Alzáis el vuelo sin prestar oído
al rumor de algún ave delincuente ,
no arredra a vuestro espíritu impaciente
e l de la caza destructor sonido.

Por las ciegas ambiciones impelidas,
sin notar del halcón el espionaje,
lleváis hacia el peligro vuestras vidas.

Antes de terminar vuestro viaje
por una flecha del amor heridas
en el fango mancháis vuestro plumaje.








ROSA DE PASION

Como la espiga por la hoz segada,
como la rosa que marchita el viento,
ha inmolado su vida a un sentimiento
en sus deberes fija la mirada.

Con el velo nupcial amortajada,
sola, entre cirios sobre el pavimento,
sin que la hubiese ajado el sufrimiento
conserva su hermosura inmaculada.

Hay en su boca un gesto sonriente,
se halla su faz de palidez cubierta
y un destello de luz brilla en su frente.

Hacia la calle la ventana abierta,
el vulgo que pulula indiferente
en la tragedia ve sólo una muerta.









A VATES INCIPIENTES

Al pedirme un elogio del Soneto,
mal contáis con mi pluma, que, reacia
se detiene, pues ve su ineficacia
en asunto que a juicio lo someto.

El tratar de internarme en el secreto
del Arte, de lo Bello y de la Gracia,
en mí sería pretenciosa audacia
y empresa superior, que no acometo.

Sois vates incipientes; mis lecciones
hubieran de causaros confusiones:
admitir, por lo tanto, mis excusas.

Yo no acierto a ensalzar las rutilantes
refulgencias del oro y los diamantes
del joyel predilecto de las Musas


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