Antonia Naranjo París
Nació en la Estación de Linares-Baeza, Jaén en 1953.
El paso de los trenes, el olor a carbonilla, el humo de las máquinas de vapor, el continuo trasiego de viajeros, la convirtieron muy pronto en una amante del arte de visitar otros sitios, tal vez empujada por la curiosidad que despiertan las vidas opuestas.
Durante varios años recibió clases en el madrileño estudio de Don Francisco Montoro Poza, pintor y profesor de la Real Academia de San Fernando. Pero Antonia es una intrépida autodidacta que disfruta con la experimentación e intenta con trazos de colores y palabras crear mundos en los que quedarse un rato.
Su técnica siempre libre ha madurado con el paso de los años. Los viajes, la lectura, la búsqueda, el aprendizaje, la curiosidad dan como fruto una obra diversa y original, sensual y estoica, luminosa y, a veces, hermética como su creadora.
En su haber cuentan varios premios literarios de relato corto. Y, en diciembre de 2011, Editorial Séneca le publica su primer libro de poemas, titulado “YA PUEDES AMARME”… (Rafa Núñez)
Poema VI
La vida: mi vida,
que no ha ido ni ha vuelto,
que no ha dicho ni ha hecho,
empuja
con el corazón de lo no vivido
y se cree posible,
y se siente cercana.
Sigue el rastro de un gesto
que se esfuerza por seguir siendo.
Por conservar palabra tras palabra,
el germen latente
de unos versos liberados de culpa,
y absueltos de castigos.
En algún lugar.
En ese momento,
que ve tan sólo lo que cuenta
y precisa del instante
que da presencia a su mirada,
coge mi sueño
y lo convierte en la ola
de un beso que contiene
la forma de su cuerpo.
POEMA XI
De arrope, el Infierno;
de rosa algodón de feria, el Cielo;
la Tierra de sirope y golosinas.
Tú, una diosa
para los poetas helenos.
Mientras escribo,
absolutamente perfecto.
Y tú, cierta.
POEMA XII
Sólo fue ayer.
De la noche espesa,
apenas si queda la silueta.
Se asimila el sueño
de quien no quiere soñar.
y se apresuran
los tiempos en un haz de anhelos
que van deshilvanados
hasta la idea de detenerse en ti.
El momento perfecto
que tiene morada
entre tus brazos,
en el hueco de tu pecho,
y en el reino de tu sexo,
espera estar en lo que pretende ser
allí donde el hoy
sólo sea promesa de mañana
compartida y siempre renovada.
Ya se rinden mis labios.
Ya te acaricia y te respira mi aliento,
Ya te busca mi piel
donde sopla la brisa del paraíso.
Ya te siento.
POEMA XIV
¡Qué poco importa ya la noche
y que tú estés al otro lado de la distancia
para sentir firme ese equilibrio
que se mantiene por sí mismo!
POEMA XV
No sé si el despertar
de los sueños verá el alba
de tu cuerpo en un gesto
de libertad.
Si mis manos serán capaces
de romper el sello de la ignorancia,
de acariciar las palabras escritas
que viajaron
hasta la luz de tu fondo.
Y si mi cama, muda, sin vínculos
y sin nadie a quien llamar,
será habitada con tu carne
en una realidad distinta
mezcla de amor y de inocencia.
Que los dioses me concedan
nada más que tu sexo humedecido
Poema XXXIV
Pasa lenta,
muy lenta la tarde.
La retienen las imágenes,
los aromas, los respiros
de un año antes.
Se alza el recuerdo
de la hondura y depone
la triste sensación
de irrealidad que sembró
el impuesto olvido.
La fisura de un sueño
no alcanzado
sacude con fuerza
el singular, el regio aliento
de aquel efímero
y casi inexistente pedazo de día.
Y recrece lenta, muy lenta,
aquella fuga indefinida
que me hizo soñar,
que me invitó a vivir
al rozar el sol la línea del horizonte.
No hubo que forzar
los brazos para abrazarnos
ni se cerraron
las bocas ante el beso.
Se sometió el pecado
a la tentación de la carne.
Y escuché
el quejido gozoso de mi sexo.
Hoy, un año más tarde,
lento, muy lento,
este desaforado ensueño,
viste la ausencia,
y casi, disuelve
la doctrina de tu olvido.
Mis manos se embelesan,
se desatan, se abren.
Mis dedos se concilian,
se aprietan, se escurren.
Y un área de fuego humedecido,
desencadena un intenso,
un estremecido deleite solitario
que marca por dentro,
por dentro y por fuera de mi cuerpo.
Las pinturas son de Antonia Naranjo
Su WEB:
http://naranjoparis.com/portal/
No hay comentarios:
Publicar un comentario