Arcadio Ortega Muñoz
Escritor español nacido en Granada el 28 de agosto de 1938. Cofundador de la colección literaria Aldebarán y primer Presidente de la Academia de Buenas Letras de Granada, entre 2002 y 2008. Obtuvo los premios “Virgen del Carmen” de poesía en 1975 por su libro Cuando la mar se vuelve fría, el "García Lorca" de la Universidad de Granada en 1981 por su libro A nuestros poetas muertos y el "Almería" de la Caja de Ahorros de Almería en 1978 por su novela Viento del Sur. Es Presidente de Honor de la citada Academia y Medalla de Oro al Mérito por la ciudad de Granada en 2009 concedida por el Ayuntamiento de Granada.
Arcadio Ortega, formado en la Escuela Profesional de Comercio de Granada, así como en la Escuela Social de dicha ciudad, entre los años 1957 y 1961, ha desarrollado dos principales frentes de actividad: el profesional, relacionado con actividades directivas del mundo bancario, la dirección de la Fundación Escuela Superior de Negocios de Andalucía y la dirección de la Fundación EMASAGRA, en su última etapa profesional; y el de la creación literaria desarrollado tanto por la vía de la poesía como por la de la novela, sin que falte una sostenida labor ensayística expresada durante años por la vía del periodismo literario en sus habituales colaboraciones con los diarios Información de Andalucía, en la década de los setenta, Ideal y Córdoba, en la de los noventa. Aunque su primer libro, en este caso de poesía, Existir es el verbo, aparece en 1970, en un momento ya de madurez personal, un libro en el que indaga en las claves de la existencia, eso no quiere decir que no mantuviera una intensa actividad cultural y literaria en sus años de juventud granadina, tal como pone de manifiesto su pertenencia a los consejos de redacción de las revistas Actualidad universitaria, Hermes, Antorcha y Justicia social, habiendo dirigido la revista radiofónica Gaudeamus, y su colaboración, entre 1964 y 1965, con el semanario madrileño Signo, en el que se ocupó junto a José Luis Garci de su página de cine y teatro.
La etapa sevillana de su vida resultó decisiva para darse a conocer como poeta –su citado primer libro es editado por Ángaro de Sevilla en 1970– y para crear en 1972, junto a los poetas José Luis Núñez y Roberto Padrón, la editorial y colección poética Aldebarán, en la que vieron la luz más de medio centenar de libros poéticos tanto de poetas conocidos –Juan Ramón Jiménez, Ángel Crespo, Rafael Laffón o Victoriano Crémer– como de jóvenes poetas, además de los títulos suyos Casta de soledad (1972), Ángeles sin sexo (1974), Los bordes de la nada (1978), y Notas para un libro de ausencia (1979). Este grupo y colección poéticos resultaron dinamizadores de la vida literaria sevillana de los setenta hasta la muerte de uno de sus integrantes, José Luis Núñez, y el traslado a Granada de Arcadio Ortega.
Tras su traslado a Granada, continúa desarrollando su labor creadora tanto en el dominio de la poesía como de la novela y el periodismo literario. Publica A nuestros poetas muertos (1982), El fondo del espejo (1991), Granada: Crónica de un desguace (1997) y Ocaso en Granada (2000). Estos libros fueron recogidos, adelanto de sus poesías completas, en Áncora del tiempo (Poesía, 1970-2000) (2004). Con posterioridad, han visto la luz dos nuevos libros poéticos Existir en las horas (2005) y La hora del té (2007). Su producción novelística comienza con la publicación de Evasión de capital (1979), cuya historia se centra en el periodo de la transición política en España; y continúa con Viento del sur (1979), novela que su historia en los pescadores de bajura; en Candidato Independiente (1993), indaga en la toma de conciencia política; en dos de sus novelas, El Hijo del Presidente (1998) y Los juguetes del yuppi (2001), se introduce en el mundo financiero. A estas novelas seguirán El retorno de las rosas (2002), novela poética, El silencio de Laura (2003), El testamento (2007) y Ayer cumplí 89 años (2009). En su labor ensayística sobresale Andaluces con paisaje (2003).
Obra poética
Existir es el verbo, Sevilla, Ángaro, 1970.
Casta de soledad, Sevilla, Aldebarán, 1972.
Ángeles sin sexo, Sevilla, Aldebarán, 1974.
Cuando la mar se vuelve fría, Sevilla, Ángaro, 1975.
Los bordes de la nada, Sevilla, Aldebarán, 1978.
Biografía de la luz en Granada, Granada, Banco Industrial del Mediterráneo, 1978.
Notas para un libro de ausencia, Sevilla, Aldebarán, 1979.
A nuestros muertos, Granada, Universidad de Granada, 1982.
El fondo del espejo, Sevilla, Ángaro, 1991.
Alpujarra. Fuente de luz, Sevilla, Surcos de Luz, 1991.
Granada: crónica de un desguace, Granada, Ediciones Miguel Sánchez, 1997.
Ocaso en Granada, Granada, Extramuros, 2000.
Áncora del tiempo tiempo (Poesía, 1970-2000), Salobreña, Alhulia, 2004.
Existir en las horas, Salobreña, Alhulia, 2005, col. Mirto Academia.
La hora del té, Salobreña, Alhulia, 2007, col. Mirto Academia.
Amor, amante, amada, Granada, Fundación, Emasagra, 2008.
Intimidad del agua, Granada, Fundación Emasagra, 2009.
Novela
Evasión de capital, Barcelona, Ultramar Editores, 1979.
Viento del sur, Barcelona, Pareja Editor, 1979.
Candidato independiente, Granada, Ediciones Albaida, 1993.
El hijo del presidente, Granada, Ediciones Osuna, 1998.
Café Suizo, Granada, Ediciones Osuna, 1999
Los juguetes del yuppi, Granada, Ediciones Osuna, 2001.
El retorno de las rosas, Salobreña, Alhulia, 2002.
El silencio de Laura, Granada, Dauro, 2003.
El Testamento, Córdoba, Almuzara, 2007.
Ayer cumplí 89 años, Granada, Ayuntamiento de Granada, 2009, col. Granada Literaria.
Ensayo y otros escritos
Granada a cinco voces, Granada, Ayuntamiento de Granada, 1999.
La Academia de Buenas Letras de Granada en el mundo de las Academias, Granada, Academia de Buenas Letras de Granada, 2002.
Andaluces con paisaje, Salobreña, Alhulia, 2003.
Intrahistoria de la Academia de Buenas Letras de Granada en su primer sexenio, Granada, Academia de Buenas Letras de Granada, 2008.
LUZ ÚLTIMA
Por los montes calientes de la tarde
ha dejado en su ser, como tendido,
un enjambre de grises que en el nido
cervical de la noche, gime y arde.
Grita la luz, al fin, en un alarde
de restallar su fuego en alarido
de rojos sempiternos. Ya vencido,
quiebra el vergel con su esplendor cobarde.
Así se muere el sol, en un marasmo
de surcos, desazón y plenitudes,
donde alcanza su paz y su hermosura.
Así se muere todo, en un espasmo
de tibieza letal, en donde aludes
de sueños y de Dios, son espesura.
(De Biografía de la luz en Granada, 1978)
EL TÉ
La tarde, la ocasión. Las aspidistras
circundando la fuente,
acompañando,
creando un bosque insomne de hojas verdiagudas
que rebrillan las sombras en la humedad del patio.
Un surtidor, altivo y lúdico,
derrama los efluvios de luz que desde el cielo
filtra la claraboya donde el gris se diluye.
Suena en francés la música y el barman
nos sirve un té muy noble, aguado y en su punto.
sólo silencio y paz se percibe inconsciente
donde el aire acelera la tormenta anunciada.
Tú llegas presurosa
para decir amor con la sonrisa clara,
así, sin condiciones, levemente,
y ahí un latir de estrellas pavorosas y humildes
que juegan a comparsas.
Me aseguro que está la eternidad en los ojos,
tu cuerpo,
mi presencia y la noche.
Puede morir la tarde, ya no importa.
y entonces bebo el té diluido en sus oros
como si fuera el día del principio de entonces.
AMOR , AMANTE , AMADA
ARRÁNCATE mi amor, alza ese vuelo
de mieses y de orquídeas. Despereza
tu paz. Crece tus senos. Ponte espesa
que está cruzando un ángel por el cielo.
Acúdeme mi amor, con ese velo
que yo desgarro a dientes, que no cesa
de ofrecerme la luz y la tibieza
de esa lumbre tenaz que canta en celo.
Acércate mi amor, deja que roce
la pulpa de tu ser en la espesura
de ese tacto sutil de tu alborada.
Ven hasta aquí voraz, quiero que goce
la loca plenitud de tu figura,
mientras rimo tu amor, amante, amada.
CANTAR ES UN VIVIR DE ETERNIDADES
PRÍSTINO, ancestral, que no obsoleto,
mi amor, pulpa, crisol, fuente, la vía
láctea hecha sol, que al sur de cada día
coagula y calostrea mi esqueleto.
Traigo la voz, el grito, el llanto, el reto,
el alféizar violado, cetrería
vestal, risco de sangre, la bravía
razón que brinca en luz; y tu respeto.
Desde las espeluncas de mi mente
saltan genes de historia que advinieron
para tañer oboes, arpas y laúdes,
cítaras, loas, cantos, voces-puente
que ensalzaran el cuajo que un día fueron
pasión sin par de nuestras altitudes.
IMPOSIBLE DUDAR DE TU EXISTENCIA
VOLVER con otros labios no podría.
Tengo besos con forma de tu boca
que revuelven mi paz y acrecen loca
el ansia más profunda de mi hombría.
Para todo en la vida hay un día.
Pero tu amor me nace y se desboca
anegando los tiempos. Y disloca
hasta lo más sutil de mi porfía.
Traigo los labios secos de tu nombre.
Vacíos para el roce de tu labio,
esperando en torrente tu presencia.
Te traigo para el beso al primer hombre
que fue purificado en el agravio
de un instante dudar de tu existencia.
ASIR TU NOMBRE QUIERO
HE bailado tu nombre entre las sílabas
removiendo las madres más lejanas,
y ha crecido tu cuerpo desbordando
esta brisa sutil de la mañana.
He apresado la luz de tus pupilas,
aquellas que fulgían con mis latidos,
y se ha dado en vivir la primavera
en los ocres Vivaldi de los tilos.
He querido palpar el terso pubis
que desmembró la vida en sus confines
y es un bosque que crece enajenado.
Te he pedido vivir estos instantes
porque el sueño se tiende al horizonte
y el futuro de ayer no está cerrado.
ABORDAJE
PUSE cerco de espinos a mi vida
y llegaste rompiendo la alambrada
cuando todo era ya pasión cerrada,
cicatriz de pasión sobre la herida.
Mas la flecha llegó honda y suicida
a emponzoñar el sueño, la mirada
en los ojos perfectos de una amada
que ya jamás podrá ser requerida.
He vuelto a reforzarme los recuerdos
protegiendo del viento tu memoria
para vivir en paz solo y contigo.
No quiero que por mor de ser tan cuerdos
se rompa la pasión de tanta historia
como guarda tu nombre y yo conmigo.
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