El poeta Francisco Carrasco Heredia, nacido en Cortegana (Huelva) el 20 de marzo de 1930 de padres cordobeses, reside en Córdoba desde los siete años. Estudió primera enseñanza y bachiller en el Colegio Salesiano de esta ciudad. Contabilidad y Cálculo Mercantil por libre.
Ha publicado en revistas del género como Caracola de Málaga, Poesía Española de Madrid, Claraboya de León, Zubia de Córdoba, Anfora Nova de Rute, Peña Labra de Santander, Alto Fragile de Bari (Italia) entre otras. Su obra poética figura en antologías como Panorama de la Poesía en Córdoba (Felipe Muriel). Antología general de Adonais (1943-1968). Tercera Antología de Adonais. Nº 300-301 (ed. Rialp, Madrid). Poesía Hispánica del Toro, siglo XIII al XX. (Mariano Roldán, Madrid). Poesía Andaluza (José y Fernando Tuvilla, Almería). Panorama Poético Andaluz (Ramón Reig, Sevilla).
Ha recorrido gran parte de la provincia de Córdoba dando lecturas poéticas con la Cátedra Juan Rejano de la Diputación Provincial y en centros de enseñanza de la capital con la concejalía de Cultura del Ayuntamiento. Miembro del Grupo Zubia, cofundador de la revista del mismo nombre y del Premio de Poesía Ricardo Molina. Es miembro Correspondiente de la Real Academia de Córdoba.
Socio fundador del actual Ateneo de Córdoba y Ateneista de honor por el Casablanca. Recibió la Fiambrera de Plata en 1987. Colaboró en la creación del Aula Juan Bernier de Poesía (1985) y ha sido jurado del Premio de Poesía Juan Bernier en numerosas ocasiones. Presidente de la sección de Poesía del Ateneo, ha contribuido a la realización de actividades importantes como el ciclo Poesía en la Bodega (1) y publicaciones como Los andaluces del siglo XX, a cuyo consejo de dirección perteneció y en el que fue responsable de redacción en el apartado de Literatura.
OBRA:
Las raíces (Adonais. Madrid, 1966).
Con el tiempo en las manos (Melibea. Talavera de la Reina, 1980).
Diálogos de la luz y de los ojos (Ibn Gabirol. Málaga, 1982).
Humano exilio (Diputación Provincial. Córdoba, 1984).
Ciudad marina (Polifemo. Córdoba, 1987).
Políptico del Ingenioso Hidalgo (Cuadernos de Raquel. Málaga, 1987).
Tierra nativa (Cuadernos de Ulía. Fernán Núñez, 1991).
Esperando el olvido (Galatea. Córdoba, 1991).
De ayer (Ayuntamiento de Córdoba, 1992).
Ceremonias contigo (Cajasur. Córdoba, 2000).
Sombras en el espejo (Asociación Literaria Huebra. Huelva, 2002).
De los años. Poesía 1965-95. Edición de Manuel Gahete (Diputación Provincial. Córdoba, 2003).
Temblor compartido de los años (Diputación Provincial. Córdoba, 2003).
Arroyos de Córdoba. Ateneo de Córdoba
EL TELÉFONO
Veintiséis ocho siete ochenta y uno.
Solté el disco al girar
y me invadió tu voz como el relámpago
cuartea la habitación última de la tarde.
Suplicaste disculpa,
y con el leve roce del perfume
de tu delicadeza,
me decías que acababas de salir de la ducha.
En tu cuerpo desnudo yo inventé nuevas formas
de amor con que oficiarte
todo el ceremonial de mi silencio
sin que menoscabara tu ideal.
Y con el beneficio del deseo
fui haciéndote otros ramos de mi amor
para besarte, tarde venidera.
Y echado en el descuido sé que colgué el teléfono.
Las raíces (Adonais. Madrid, 1966).
Con el tiempo en las manos (Melibea. Talavera de la Reina, 1980).
Diálogos de la luz y de los ojos (Ibn Gabirol. Málaga, 1982).
Humano exilio (Diputación Provincial. Córdoba, 1984).
Ciudad marina (Polifemo. Córdoba, 1987).
Políptico del Ingenioso Hidalgo (Cuadernos de Raquel. Málaga, 1987).
Tierra nativa (Cuadernos de Ulía. Fernán Núñez, 1991).
Esperando el olvido (Galatea. Córdoba, 1991).
De ayer (Ayuntamiento de Córdoba, 1992).
Ceremonias contigo (Cajasur. Córdoba, 2000).
Sombras en el espejo (Asociación Literaria Huebra. Huelva, 2002).
De los años. Poesía 1965-95. Edición de Manuel Gahete (Diputación Provincial. Córdoba, 2003).
Temblor compartido de los años (Diputación Provincial. Córdoba, 2003).
Arroyos de Córdoba. Ateneo de Córdoba
EL TELÉFONO
Veintiséis ocho siete ochenta y uno.
Solté el disco al girar
y me invadió tu voz como el relámpago
cuartea la habitación última de la tarde.
Suplicaste disculpa,
y con el leve roce del perfume
de tu delicadeza,
me decías que acababas de salir de la ducha.
En tu cuerpo desnudo yo inventé nuevas formas
de amor con que oficiarte
todo el ceremonial de mi silencio
sin que menoscabara tu ideal.
Y con el beneficio del deseo
fui haciéndote otros ramos de mi amor
para besarte, tarde venidera.
Y echado en el descuido sé que colgué el teléfono.
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