Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

miércoles, 29 de mayo de 2013

1703.- JULIO HERRANZ


Julio Herranz nació en Rota, CÁDIZ en 1948 y reside en Ibiza desde 1974, isla en la que se ha convertido en un referente cultural de primer orden. Durante los últimos años ha compaginado su labor como redactor jefe de cultura del periódico Última Hora Ibiza y Formentera con su carrera literaria. 
Julio Herranz Benito, poeta y escritor, obtuvo en 1991 el Premio Nacional de Poesía, Rafael Alberti. Orgulloso de ser de Rota, vive en Ibiza y cuenta la leyenda que protagonizó el caso extremo del "vine a pasar un verano y han pasado 10 años": En su caso, algo hizo que tuviese que hacer una escala de avión en la isla.... en 1974!!! 
Más info en: http://www.lasmusas.com/julioherranz.htm

OBRA:

-Armas de sueño y cuerpo, Plaquette número tres de Revista Pandero-Rota (Cádiz),1979
-El ángel y su estirpe, Silene, Univesidad de Granada (1981)
-Memoria de la luz, Caja General de Ahorros de Granada (1988) - IV Premio “Ciudad de Jaén”
-La mirada perdida, Unicaja, Cádiz - Premio Nacional “Rafael Alberti” (1991)
-Cartas de amor sin embargo, Res Publica Edicions Ibiza (1998)
-Incubando (que sí y que no), Quaderns de Literatura, número 6 - Consell Insular d´Eivissa i Formentera Ibiza, 1998
-Suite aïllada, Col.lecció Poesia Precintada - Res Publica Edicions Eivissa, 2001






De Armas de sueño y cuerpo   
Plaquette número tres de Revista Pandero
Rota (Cádiz), 1979



REHUSO LA RAZÓN

Que no dejen entrar su cuerpo hermoso
hasta la paz tranquila de mis sueños;
que su rostro se nuble de mi lado
dando espacio al vacío del olvido;
que su alegría no entristezca mi paso
y que su luz de espigado narciso
no se vuelva tiniebla entre mis manos,
ávidas de abarcar su geografía.

Pero que estés ahí, que te sienta
como el aire feliz de mi garganta,
presente y necesario
mas todavía inofensivo amor,
gentil en sus caricias y alimento
de libertad y vida.

Y es que ha sido insensato
estar un día entero sin encontrar tus ojos
por todos los caminos de mi paso;
sin sentir tu sonrisa, tu movimiento
de genio adolescente, tu apetito sin par,
tus palabras de sol, tus gestos no aprendidos
que visten los rincones de mi casa

Así que vuelve y vete y no te vayas más,
pero extiende tus alas, acelera
el fluir de la sangre por mis venas.
Aunque sólo pretexto, tu existencia
es fuerza de clamor para la tibia
monotonía constante de mi duda.





Y PASASTE DEPRISA

Mejor que no lo entiendas,
que tan sólo el deseo,
siempre imprevisto,
siempre renovado,
sea tu realidad más inminente.

Desde el azul cautivo de tus ojos
una burla del mundo te aparece
y piensas: no es la hora,
no puedo detenerme.
Y agitas todo el cuerpo
hoy tostado de sol y de manos furtivas
y vives; pero dices que es sueño
y que no quedará Ibiza
entre tus labios. Aspiras
aún más fuerte el olor del verano
y recorres los cuerpos
dejando tibio el sabor de tu boca
en la forma perfecta
de un bello dios adolescente.

Y así te irás, seguro de ti mismo
y satisfecho de todos tus momentos,
porque la isla te ha dejado jugar
a que puedes ser libre. En tus brazos
y en el azul del cielo, mar y en tus ojos continuos
hay signos inmortales que lo perdonan todo,
hasta esta ausencia que viste soledades,
noches preñadas de recuerdos,
camas de abrazos rotos que no me duelen ya 
y un regusto de piel como amor o deseo.





De El ángel y su estirpe
Silene, Univesidad de Granada (1981)



HECHIZO EN LA PALABRA

“Hay que preferir siempre lo más trágico
Oscar Wilde

Una fecha prepara la nostalgia
y vuelve atrás el brillo de una luz y un aroma.
Septiembre se hizo el mes y veintiséis el día
que a la noche condujo.
Tú lucías veinte años seguros en belleza;
tenía yo la edad de un sueño ajeno al tiempo.

Puede que aquellos versos vencieran tu reserva o, acaso, mi insistencia derribó tus temores.

Pero lo que fue cierto es que el beso prohibido se hizo carne en mi lecho con silencio solemne, que el levísimo roce de tus labios me supo a sentimiento de que lo hacías consciente del valor de tu acto, consciente de quererlo.

Que la dicha después abriera mis caricias,
nadie pudo impedirlo.

Vino la oscuridad y el rito se hizo lucha
de sábanas y brazos; mi boca despertando
tus frutos más remotos. Intimidad de piel,
sin rastro de recuerdos, elevaba la sombra.

En camino hacia el sueño, compartir un cigarro nos dio la pauta lenta, insinuación o llama al compás del olvido que remansa la vida.

Es cierto que una noche
puede borrar a tantas de soledad y miedo.





EL RETRATO DEL MARCO

I

Niño que fuera yo, y mi fotografía encuentre el movimiento capaz  de devolverme al tiempo aquel.

La luz
engarzada de querubines
y el lirio sin acecho
grabando su inocencia por mis plantas.

¿Cuántos retablos mancilló la aventura fatal
de enumerar los años?

El álbum familiar
amplifica la duda, vierte
su desazón a pulsos de guijarros
dibujados, inciertos, en el azogue gris
de repetidas sombras.

Niño, vuela, regresa
al ovillo primero del fértil vientre
que nunca, nunca debiste desgarrar.

Imagina una excusa, haz algo, huye;
atrasa los relojes
y fíjalos en la breve canción
que cerraba tus ojos al ocaso.



II

Me has descubierto ahora
en la imagen del hombre que contempla

        noria inútil los días-
el devenir terrible de la piel arrugada,
esa turbia pregunta de para qué,
hasta cuándo,
y una mueca de loco por respuesta.

Mejor romper ya todo, no abrir puertas, jamás, que guarden ángeles.  No hay ayer, no hay mañana;
el hoy es este instante,
sin más fe que el latido
y sin más solución
que el refugio de un cuerpo en otro cuerpo.






De Memoria de la luz
Caja General de Ahorros de Granada (1988)
IV Premio “Ciudad de Jaén”



MAÑANA DE VERANO

Cuando la naturaleza se nos revela
como la referencia suficiente de la vida
es el primer aviso de los años
para aceptar que ya no somos jóvenes
y que la tempestad de la pasión
encuentra en ella el puerto deseado.

Lucidez de la luz en la mañana
de un verano que hasta ayer
me resultaba odioso.
Y no sé si alegrarme
por esta sabia madurez que despierta
o entonar cantos elegíacos
(como procede) por los dones perdidos.

¿Qué va a pasar ahora?
¿Qué solución le doy a la memoria?
Si hubo estragos (y tantos)
en la mal que sufrida resaca de los ángeles,
¿qué me traerá este tiempo
de soledad buscada que amanece?








De La mirada perdida
Unicaja, Cádiz
Premio Nacional “Rafael Alberti” (1991)



POETA AISLADO

Tienes los años necesarios
para haberte hecho un nombre
entre tus compañeros de viaje;
sin embargo, no cuentas en la nómina
vana de los que suenan, laureados,
en conspicuos salones literarios.
Aún escribes jugándote la piel
de adolescente crónico y así
no burlarás a tus fieles demonios
el oropel debido a tal esfuerzo.
Sin medro no hay aplauso
y el paño, por muy fino que sea,
oculto no se vende. Con todo,
la moraleja te resbala las ganas:
el mar te ha sonreído
y un cuerpo hermoso acompaña tu paso.





USUFRUCTO

No es motivo de orgullo
ese halago social de lo bien que te sienta
el paso de los años. Al contrario;
tú dirías más bien que lo lamentas:
el ahorro en salud es señal evidente
de que la vida, a la que temes,
va pasando a tu lado sin consideración.
Si no te hiere es porque te ignora.
Tu sólo orgullo –cínico tal vez-
es la sentencia con la que te explicas:
“Sólo me gasto si merece la pena”.





De Cartas de amor sin embargo
Res Publica Edicions
Ibiza (1998)



I

Ya lo sé: expresarlo en palabras es reducirlo, pero precisarlo.  Mas hay que hacerlo; así que sigamos jugando al acertijo de lo que ignoramos para llegar a comprender lo que buscamos.  Acaso así llegaremos a la altura del ojo cerrado en los pliegues de la botella vacía, la única soledad compartida que nos permite un mínimo de garantía en la que asentar nuestros miedos a esa frontera que crece sin control del deseo. Un riesgo que nos hace sentir la presión sanguínea en la vena pequeña de la frente.

La mano vuela sobre el picor concreto y confunde impulsos semánticos con la fibra orgásmica del sueño ancilar.  A tanto el beso, a tanto la eyaculación precoz; resultando que la paráfrasis horizontal del amor se reconvierte en animal lúbrico que serpentea entre las axilas y los ombligos cuadrados, como una perspectiva de noches rotas en la melodía azul de tu distancia, la que nos marca esta geografía vieja, que de tan humana ya no acaba de encontrar un lugar seguro.  ¿Cómo puedo alargar el beso hasta tu sombra?  La cabeza de Medusa fija su mirada en mi chakra superior y siento un salpicón de lujuria afinado en la consagración de otra primavera.  Desgraciados los dos por trasvasar el fuego de los dioses a una bombona de butano, mientras una vía láctea se escurre entre el pulgar y el índice con la fatiga de la melancolía.  El ruido del mar llega hasta mis oídos y su rumor parece un nombre que crece en la paz dulce de este cementerio de papel.  Invocaré de nuevo tu presencia por el método del cuarzo y la obsidiana hasta que las alas de nata caigan sobre mis labios y rompan a llover cuerpos de luz en respuesta a la plegaria de la angustia.

Aunque me caiga de espaldas hacia delante
en el circuito cerrado de nuestra cama.





III

Es frío este agujero; por eso doy vuelo a las palabras que merodean en los abismos de la sombra.

¿A qué callejón sin salida nos llevará la dirección del disparo?  El miedo incendia las paredes de color rojo; el lirio se inclina para cederme su símbolo; la brisa mece la luz disuelta en oros, y la canción, que no quiere olvidar, se entretiene vaciando carajillos al compás de un bolero cirrótico.  Era evidente: la playa se extendía con el pálpito del amanecer escupido en soles.

Tú sonreías con el rostro cubierto de ternura cansada.  Yo, más terco, agarrado al mástil de tu pierna, volcaba las caricias en un metro setenta de horizonte.

Fue luego, cuando ya la mañana tiritaba en las hamacas, que vi tu cabeza rodar hasta mis pies rogándome que de una puta vez vaciara el cenicero.

Y lo hice. Con el temblor que anuncia el paso de las sardinas en escabeche; feliz de que el programa se cumpliera con el rigor de las disposiciones transitorias.

Desde aquel día un pensamiento crece por lo desagües de la isla: la fusión del cartílago gris es comprometer el curso de la estrella polar.

Pero ¿qué tienes que ver tú con el anzuelo de plata que colocaron atado de aquel palo de lapizlázuli?  Bien, lo acepto: el conjuro tenía sus reglas; y como tú parecías insensible al grito agrio de las medusas...  Sí, ya, tu viejo argumento: la pereza es una válvula de contención del orgasmo indeciso; ¿y qué?

Tu sentido trágico huele a papeles de azúcar y recados de púrpura.  Así que dejaré que el tendón roto de tu pie izquierdo abra otro expediente de formol y volveré a teñir las macetas del odio con los vientos alisios del engaño.

Verde concilio y azul cansino, mi corazón se cierra en un beso sin alas.  Borrando el tiempo con escamas frías, mejor dejar que el golpe augure un mañana de liturgias.  Quiéreme con el tacto que enreda lágrimas y chicles, así nadie sabrá lo que nos traemos entre estas manos que no acaban de dar más luz que la que nos salva de la angustia doblada en duelo de mosaicos.  Empuja la piel que da vueltas y vueltas digitales;

a la veintisiete me encontrarás con el humor
dolido de esparragos y pinchos.

Corre, que te beso.





De Incubando
(que sí y que no)
Quaderns de Literatura, número 6
Consell Insular d´Eivissa i Formentera
Ibiza, 1998



LO SÉ, LLEGARÉ TARDE

Y no será consuelo la imagen aprendida
en la memoria ajena. Me faltará una sombra
evocada en un fulgor de cañas
y la mañana verde que señaló el adiós.

Me faltará, sospecho, la intimidad agreste
del lirio blanco que acechaba la noche
con la brújula del danzón.

Sobre todo, lo sé, llegaré tarde y nunca
al contagio fatal de la esperanza.

Qué pena.





UN CUBA LIBRE, PLEASE

Mulata de dos leches, alborotando
el patio a golpes de cadera,
palmera de cabaret.

El Tropicana te ama;
que la divisa, sumisa,
venera la teología de tu piel.

Dame ese trago largo
y en un dulce letargo
me beberé tu miel.





CARNE DE SALDO

Oferta de piel morena
que sin pena se inmola
al deseo del norte.
Rebajas de fin de fiesta
que no cuestan lo que valen.

Llévese una mulata,
van baratas, y olvídese
la conciencia en la maleta.
Si le apetece un pecado
más osado, dese el gusto
y repita cuanto quiera:
carne de revolución
y a gozar de la ocasión.








De Suite aïllada
Col.lecció Poesia Precintada
Res Publica Edicions
Eivissa, 2001



ALESHORES, UNA ILLA

Quina veu va menar el meu pas
cap a un indret antic i nou
on la bellesa infecta l´ànima?

Com saber-ho ara, després
de cels i inferns alternatius
amagats en la pell i en els ulls
amb la tendresa d´una bofetada?

Aleshores jo no sabia que una illa
podria ser un pou de llum
on el desig naufragaria
cercant signes de foscor altiu
que obrís els crits blaus dels plaers.

Abans de decidir els camins de sortida
ja era perdut i condemnat sense remei
a la tasca de desfullar la por
amb les mans ferides de llampecs.

De cop i volta el meu destí ombrívol.





AMB LA NEU DE LA FLOR

És covard l’amor davant la força
del seu imperi. Malgrat tot
de la seva covardia pren coratge i fe
per jugar-se el cor amb les mans lligades,
amagant-se darrere un vel de llum.

En descàrrec seu, dir-vos que el febrer
creixia tendre de blancor, colpint
el silenci del cos amb els llavis pàl.lids
de la flor ufanosa, fins que el desig
va respondre a la crida vella.

Covada la malaltia lírica i refusada la prudència,
no hi havia res a fer: anar per feina
sense fer cabal del preu del miracle.
L ´amant vora l´amant en llur sudari
de mel i pètals i el mite etern
recreant la cançó de la vida.














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