Diego Medina Poveda (Málaga 1985).
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid. Máster en Estudios Literarios (UCM). Cursando actualmente el Máster en Edición de la UAM. 2º premio POETAS DEL 27 (2003). 2º premio de poesía UNIVERSIDAD DE MÁLAGA 2005. 1er accésit del premio de poesía UNIVERSIDAD DE MÁLAGA 2006. 1er premio de poesía MALAGACREA 2010 con el libro Las Formas Familiares. Ha publicado el libro de poemas Urbana Babel, Col. Monosabio, 2009. Antologado en: Frontera sur: Antología de jóvenes poetas malagueños, ed. Francisco Ruiz Noguera, Col. Puerta del Mar, 2007; Catálogos de Valverde 32, ed. Raúl Díaz Rosales, Málaga, 2008. Y para qué + poetas (herederos y precursores), Eppur, 2010; La dolce vita. Poesía y cine. Antología (con 8 ½ trailers narrativos malagueños), ed. F. R. Noguera, Col. Málaga Cinema, 2010; Clave de sol 16 sobre la música (jóvenes poetas malagueños), ed. F. R. Noguera, Fundación Málaga Ciudad Cultural, 2010. Ha publicado en la sección cultural de El Mundo de Málaga, en la de El diario Sur, y en diversas revistas de literatura tales como: Robador de Europa, Synthesis, Paradigma, Liberlect, La plaza humana, La corná...
AMORES DIGITALES
Te diré por debajo de la mesa
lo mucho que te quiero
por estos subterfugios de madera,
te diré con palabras lo del tacto:
esa brisa bermeja que se hunde
entre tus piernas de alabastro.
Te diré que te quiero
con ese amor que dan los dedos:
amores digitales y analógicas risas;
nombraré el verano de tus muslos
y la calima roja de tu falda,
las ventoleras
que mis cinéticas manos desbordan
por los suburbios de tus telas
donde guardas
el corazón elástico de los besos
y esa dicha malévola que da el calor, el fuego
sin sentido y el honor vulnerado;
porque frente a frente somos
amantes luciferes que se miran
con los haces lascivos de los ojos,
porque yo solamente no quiero
contemplar tu belleza que levita
sobre el mantel de sucia urbe estampada,
yo quiero atravesar los edificios:
andamiajes de faros derribados
donde la única luz que me guiara
fuera esa flor que escondes en tus labios
y el oscuro sudor de tu aliento
exhalando el lugar de tu mundo en mi oído,
palabras que tú clavas en mis tímpanos
para que pueda yo anclar tus piernas
a mis mares airados.
CREPÚSCULO DE SOMBRA
He de salir, salir y no ser nada,
no ser palabra ya que arda en la boca,
he de salir como agua en el arroyo
en líquida estampida que desborda
el ser y nada guarda en su cauce;
caminar por recuerdos, las memorias
cercadas por los diques de este cuerpo
que vuelen y no sean ya memorias;
y después como el agua prosigue,
como deja de ser cosa corpórea
por mi frente en cascada se termina
y de ser deja para ser ya rosa,
rosa de luz, luz del alba que tiembla,
sombra y fuego, crepúsculo de sombra.
Y es que cuando la carne se ilumina,
cuando nace el estío en la gran bóveda
y de esta tierra irradia lo concreto
el agua del arroyo se evapora,
arde lo azul, y es eterna arriba...
Y así como eternas son las horas
quiero salir y ser eterno, Claudia,
que no me espere lo que todo borra,
y que llegue el crepúsculo y me haga alma,
y que llegue tu noche y me haga sombra.
SÍLFIDES DE SANATORIO
Como sílfides de sanatorio ellas
por estas calles pútridas caminan
cuántas veces
habrás observado
sus faldas abiertas
ondulantes
sus largas piernas levemente heridas
aire rasgado
o humo de fábrica
cuántas veces
Clement
habrá pasado
con su irrisoria flor marchita
en esos
labios
y tú
Lacombe
ni siquiera
eres ya el médico que un día fuiste
noche tras noche
al blanco son del Sena
y la roca
a esas ninfas
desde
tu andén contemplas
ahora
solo caminas
las uvas
al rumor de las aguas vendimiaste
son cuadros de París aquellas musas
que nada harían en los hospitales
let it bleed
te dices
Lacombe
en sitio alguno la brisa marina
encuentras
un naufragio es la vida
y mientras de tu vaso el vino bebes
al vino que es tu sangre
lúcidamente
cantas
y a ellas
a las que tú antes sanabas
más les pides que te hieran
Fiften men on the Dead Man´s Chest
Fiften men on the Dead Man´s Chest
Yahoo! and a bottle of rum!
CLASIC BARBECUE
En recuerdo de Garcilaso
Que nos ha de sudar el hopo, Alcino,
Pompeya, Esparta, Atenas o Cartago,
la bota empina, bebe, mientras hago
unos pinchitos: flor, fuego y tocino.
Échate un cantecito ¡anda vecino!
entona el ripio al son de este lago
que por cada estribillo yo me cago
en Flérida, en Filis y en Mambrino.
Olvídate de musas macareno
que en esta tierra verde y cabreada
es de razón pastar el sol de olvidos.
El sol y el vino ¿no es verdad Tirreno?
pues pásame esa alita tostada
mientras deshojo chuzas y cupidos.
Urbana Babel
Qué rumor se escuchaba en tu estómago
impaciente,
qué lenguaje de pájaros y abetos,
qué lustro infinito de mensajes
inconscientes,
de pan recién labrado,
de una palabra recién dibujada
con el éter del aire,
con tu risa
libre,
con tu pecho,
y en algún lugar de aquel mundo
escarbábamos
para desentrañar el sol
de sus secretos milenarios,
nada sabíamos y sin embargo
creíamos saberlo todo,
pusimos rostro a esos fonemas
y fuimos dos dioses panaderos
elaborando al horno de los días
nuestra existencia de torre creada,
de urbana babel cercana al cielo.
Qué crepitar de físicas pieles,
qué infiernos celestes
dentro de estos cuerpos.
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