Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

jueves, 17 de marzo de 2011

284.- INMACULADA MENGÍBAR

INMACULADA MENGÍBAR
Nace en Córdoba en 1962, aunque ha residido en Granada, Tenerife, Almería y Málaga. Poeta.
Es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Granada, ciudad en la que comenzó a escribir y publicar, pudiendo encuadrarse su poesía en el grupo denominado como poesía de la experiencia o nueva sentimentalidad, muy vinculado al poeta de la Generación del 27 Rafael Alberti, y al profesor universitario Juan Carlos Rodríguez.

Poemarios
Los días laborables (finalista del Premio Hiperión; Madrid, Hiperión, 1988)
Pantalones blancos de franela (Premio Jaén de Poesía; Madrid, Hiperión, 1994).
Poemas en el número 3 de Reverso (Córdoba, abril de 1996).
Inclusiones en antologías de poesía
Ellas tienen la palabra: dos décadas de poesía española (eds. Noni Benegas y Jesús Munárriz; Madrid, Hiperión, 1997)
Los cuarenta principales: antología general de la poesía andaluza contemporánea (1975-2002) (ed. Enrique Baltanás; Sevilla, Renacimiento, 2002)
La otra sentimentalidad: estudio y antología (ed. Francisco Díaz de Castro; Sevilla, Fundación José Manuel Lara, 2003)








Karma

En los últimos años,
Ulises y Penélope
han realizado algunas visitas a una bruja:
Siempre salía yo.

Y por más que él negara cualquier cosa,
me dice que Penélope
se ha puesto como loca a restaurar las redes
y a la vez a buscar apartamento.
Y que ahora es el fin.
Que por eso ha venido.

Cuando me lo confiesa,
todo esto me deja no sé cómo, de pronto.











Y sobre aquella especie de amuleto plateado...

Y sobre aquella especie de amuleto plateado
prendido en su chaqueta,
que me hizo esconder
—era un regalo de ella— a media noche,
no escribir un poema.








Cosas de mujeres

Pero seamos realistas:
Penélope, cosiéndole,
no es más feliz que yo
ahora mismo rompiéndole
la cremallera.






The story of our lives, de mark strand

Después de este silencio,
qué nos queda.

Me conmueve mi propia soledad, mientras leo.

¿Así que
ésta era la historia de mi vida?

Me recuesto y te miro
envejecer sin mí.



Mujeres de carne y verso.
Antología poética femenina
en lengua española del siglo XX.
Edición de Manuel Francisco Reina.
La esfera literaria. 2002







Sesión continua

Vamos andando tan deprisa a veces.
Video club, relaciones humanas, pub, se vende,
¿qué voy a hacer mañana?, si estuvieras
conmigo ahora, el mar.
El mar triste de las agencias de viajes,
o el de aquella postal, tierna y cursi, que nunca
me enviaste
es tan desconsoladamente verde
como las luces
de los taxis amargos del otoño.
Y es un desesperado
abuso de desconfianza y soledad
el que me lleva
de nuevo a ti, esta tarde,
ahora que las tiendas
empiezan a cerrarse, y es hermoso
pensarte entre la gente, aferrarse a la idea
de que podrías surgir
debajo de cualquier paraguas, sorprenderme
de espaldas, tapándome los ojos y los sueños.
Sobre todo, los sueños. Dónde irá
la gente, tan deprisa,
desandando esta ausencia de pájaros, buscando
refugio en los portales de la noche. Ahora sé
que es preciso haber muerto
muchas veces de amor
para atreverse de esta manera a reincidir
y admitir que me dueles
como un beso prohibido para siempre,
casi secretamente,
como sólo la vida puede doler a veces,
o esta lluvia lentísima
de otro octubre sin ti.


en Los días laborables.
Hiperión, 1988.








POR MÁS INTERRRUPTORES QUE EL OLVIDO TE OFREZCA
no podrás apagarme jamás de tu memoria.
Yo estaré en la salida de los cines de invierno,
y acaso en la del sueño,
esperando en la luz de tu mesilla
como una maldición. Por más que intentes
numerar las sesiones del recuerdo,
yo te perseguiré. Y ahora
que aún es tiempo de amarnos, subiré
al primer tren que lleve nuevamente a tu vida,
tomaré el primer taxi de luz para buscarte,
cruzaré los semáforos en rojo,las señales
prohibidas que me tiendas,
y al fin me habrás de amar, ya sin remedio,
tú me tendrás que amar ―sesión continua―
cuando por fin la noche
nos encienda.




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