Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

lunes, 21 de marzo de 2011

MARGA BLANCO SAMOS [312]



Marga Blanco Samos 

(Granada, 1973) es Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Granada y Profesora de Enseñanza Secundaria de Lengua Española y Literatura. Ha sido finalista del Premio Federico García Lorca de Poesía de la Universidad de Granada por el libro En un continente cualquiera (Universidad de Granada, 1997). Posteriormente ha publicado A cierta distancia (Cuadernos del Vigía, Granada, 1998) y Mirando pájaros (col. Maillot Amarillo, Diputación de Granada, 2003). Ha sido incluida en las Antologías: Nuevas voces de la literatura en Granada (Consejería de Cultura, Granada, 1998) Milenium: Ultimísima Poesía Española (sel. de Basilio Rodríguez Cañada, ed. Celeste, Madrid, 2000); La voz ilimitada. Antología de poetas españolas 1940-2002, (sel. de José Mª Balcells, Universidad de Cádiz); Ni ciencia ni sombra. Poemas granadinos del siglo XX (sel. de Andrés Soria Olmedo, Diputación de Granada, 2003)  Antología del beso (sel. e introducción de Julio César Jiménez, ed. Mitad Doble, 2009) y Antología poética sobre el viaje (sel. Begoña Callejón, ed. Fin de viaje, 2011) entre otras. También ha participado en dos Antologías de la Colección Romper el Cerco: El grito, poemas contra la tortura (2005) y Un árbol en lugar de una estatua (2009). Ha participado en la coordinación del VII Encuentro de Mujeres Poetas (Granada del 6 al 9 de noviembre de 2002) y en la edición de Palabras Cruzadas, VII Encuentro de Mujeres Poetas (Universidad de Granada, 2003); y en la organización del Primer Encuentro de Revistas Literarias de Granada (del 6 al 8 de febrero de 2003). Ha publicado el libro de recopilación de columnas de opinión, Ojo avizor (col. El genio maligno, 2008).
Ha colaborado en diversas revistas literarias. Desde el año 2000 a 2004 ha sido directora de la revista Letra Clara, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada. Desde septiembre de 2003 hasta noviembre de 2005 ha sido columnista del diario Granada Hoy. También ha publicado la Guía Didáctica sobre el poeta Luis Rosales, Cosas que yo más quería (Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Granada, 2010).



y veas lo que nunca has visto
José Antonio Muñoz Rojas

Asómate un día a la terraza,
quítate de los ojos la ciudad,
el coche blanco y el perro con cadena.
Escarba la tierra que hay una joya:
enterrados con alas los tesoros
han huido de museos y de bancos.
Observa los tejados y cristales
saluden los fantasmas del pasado,
que mueran o se rían de nosotros.
Mira a los jilgueros que no escapan de sus jaulas,
divisa a las cornejas que ni cantan tan mal
ni pasean solo en Londres.
Sumérgete como un buzo entre cintas
geranios cerebro y abanicos.
Acércate al azahar sin miedo,
el romero de abejas, dañan menos
que ciertas emboscadas y palabras.
Déjate mecer por el viento,
por el corazón diminuto de la ropa tendida
que ha inundado esta casa.

Asómate un día que nuestra hija
quizá entrara sin darnos cuenta
colándose por la terraza.








Aquí no hay aurora boreal
pero el cielo come
del verde de los campos.
Aquí no crece el botón de oro
ni la hierba de la sangre,
pero qué importa
si al besarte
juntaba sin querer
el mar y los álamos.







Oye,
voy a llegar sin aliento
a decírtelo,
ven salta la tapia
tengo un cartón para la cuesta
monta sin hacerte daño con la barra
atravesemos el puente morisco
que nos lleve a otro sitio
que entren el agua y el sol por el espejo
antes de que a alguien
se le ocurra derribarlo
podemos decirle adiós a la muerte
al final de cada pueblo
antes de que la urraca
te susurre sobre el mármol
o el cemento. Vente conmigo.

(De Mirando pájaros)





VIVIR EN EL PRONOMBRE

Si la luna nos persigue en una esquina
y nos descubre,
dile que no éramos nosotros.
Salta del olmo al plátano
cuando regreses,
pasa desapercibida
como las colillas
o los pétalos de geranio
en las aceras
y si alguien nos descubre
aun siendo tan pequeña,
recuerda que no éramos nosotros.
Aunque al bajar las es
caleras
el vuelo de tu falda
deje una ola de deseo en mis ojos,
aunque te dé señales
de mar embravecido
y me hayas visto cara de albatros
al mirarte, si alguien se da cuenta
yo no era.
Y por lo tanto
no éramos nosotros.

(De Mirando pájaros)





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