Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

lunes, 21 de marzo de 2011

303.- JORGE DÍAZ MARTÍNEZ


JORGE DÍAZ MARTÍNEZ
(1977, Córdoba) ha publicado La piel de la memoria (2005, IV Premio Vicente Núñez de Poesía, Visor) y Almizcle y tabaco (2006, Premio de Poesía Arcipreste de Hita, Pre-Textos). Ha publicado también los cuadernillos Cómplices (2006, V Premio Cuadernos del Laurel, Cuadernos del Laurel) y Técnica mixta sobre zona erógena (2010, Poesía para peatones).

Ha ejercido como profesor de ELE en Barcelona y como lector MAEC-AECID en la Universidad de Lenguas Extranjeras de Dalián (China). Actualmente, realiza un doctorado en Teoría de la Literatura y de las Artes y Literatura Comparada en la Universidad de Granada.

Ha colaborado con El Ideal como columnista de opinión y desarrolla habitualmente la crítica literaria en las revistas Paraíso y Culturamas. Ha participado en diversos ciclos poéticos o encuentros como Cosmopoética, así como en el I Congreso Internacional de la Asociación Española de Teoría de la Literatura. Parte de su obra ha sido traducida al inglés y adaptada a la pantalla dentro de un proyecto de cine experimental en desarrollo exhibido en los festivales Darklight de Dublín y Argos de Bruselas. Sus poemas y artículos han aparecido en publicaciones literarias como Extramuros, La hamaca de lona, Casatomada, poesíadigital.es, La Bella Varsovia o Espacio habitado. Ha sido incluido en las antologías Poesía viva de Andalucía (2006, Universidad de Guadalajara, México), Entre el puente y el río (2009, Almuzara), Terreno Fértil. Un ámbito poético (2010, Cangrejo Pistolero Ediciones), El mercado de los pájaros (2011, La fragua de metáforas) y Andalucía en el Verso. Biznaga de poesía Andaluza (2012, Ediciones depapel). Ha editado, junto a Ana Alvea, la antología Poesía por venir. Antología de jóvenes poetas andaluces (2012, Ediciones En Huida).


COLADA

Algo importa si sufres
esas pinzas,
la cuerda que sostiene
el margen de tu cielo,
cómo limpia
piel muerta de la piel
el viento que voló
tu ropa de la cuerda.

Importa dónde caes.

(de La piel de la memoria)





VALENTINA, EL INVIERNO.

Serán más de las nueve de un domingo.
La gente entra y sale de las cafeterías
o desayuna al sol en las terrazas,
pero Valentina duerme, duerme tranquila.

¿Que si trabajé… Trabajé en un montón de sitios!
Yo tenía que cuidar de mi hermano
y tenía que comprarle la ropa y las cosas del colegio,
los cuadernos, los lápices, los libros, la ropa… todo.
Yo era la que traía el dinero a casa
y cuidaba de mi madre también,
que estaba siempre bebiendo…
y yo era sólo una niña!

Valentina amanece en el suelo, en la esquina
de Reyes Católicos con Calle Elvira.
Sus perros, como ángeles, la arropan.
No la despierta el humo
ni el ruido de los tubos de escape,
no la despiertan los pasos
ni el sol
que en los labios hinchados
ya la besa.

Una rasta rubia le cae en la mejilla.

Su sueño será espeso y pegajoso.





PAISAJE DE LA MULTITUD QUE SNIFA.

“Mi vaca tiene un trozo por la sangre
de paisaje comido.”
Leonidas G. Montoto.

No podemos esperar no se puede es posible más?
Mascar glándulas de perro, bocinas de papel, orina, perfidia.
Negra
bésame láctea, peca.
Dame u n p o c o m a s d e p e r f u m e v enad o .
Mi blanda de cristal, por qué me
aprietas de vapor bajo tus
ganas, cierra lapuertaja

insomnes de débil suerte
escupidera boulebar son siete
vamos a
des g r a n a r h o n d o n a d a m a ña n a . ..
Huele a pólvora el aire
l a t e r s u r a d e l a i r e e n l a g a rg a n t a
raíles súbitos
alastiza tempranos
en la red ondulada
subastas del ánimo
e n l a s u p e r f i c i e u n l a g o l a m i n a d o





LABERINTO

Perdido en un laberinto
con paredes llenas de libros,
leer de aquí y de allá
tranquilamente, y entretenerse
un rato con los amigos, ir de copas, beber,
fumar, enamorarse…
es agradable, y placentero
y si no fuera
por ese mínimo hilillo de cordura
que procuramos acallar, suavizar
bajo la onda de una música
amortiguada, y si no fuera
por lo que hemos entrevisto en
destellos y por esa constante inquietud
que nos acompaña
asomándose de vez en cuando
hola! y que nos deja
como un niño con sus juguetes
por el suelo, absurdos, desarmados
y pregunta en el metro
cuando vuelves del curro
iluminado
y contestas que vale,
que es aquí.


El poema Valentina, el invierno pertenece al libro: Almizcle y tabaco. Los poemas Paisaje de la multitud que snifa y Laberinto están inéditos.

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