José Luis Castillejo
José Luis Fernández de Castillejo y Taviel de Andrade, más conocido como José Luis Castillejo (Sevilla, 1930 - ), escritor, poeta y pintor de vanguardia, y diplomático español.
Vivió varios años en Francia y Argentina, acompañando a su padre en el exilio político, y realizó estudios en Francia, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos. A pesar de su vocación por la filosofía del Neopositivismo y la Lógica formal, y su pasión por el arte abstracto, entró en la Escuela Diplomática y fue el primero de su promoción. Dentro de una postura liberal, participó en la oposición política al Franquismo. Ocupó diferentes responsabilidades en Estados Unidos (1959, secretario de la Embajada de Washington), Argelia y Alemania y fue embajador en Nigeria. Escribió en el Boletín dirigido por Enrique Tierno Galván y ejerció la crítica de arte en la revista norteamericana Art International, con ensayos sobre Jim Dine, Roy Lichtenstein, o los españoles Antoni Tàpies y Genovés. En 1968, estos trabajos se incluyeron en el libro Actualidad y participación, editado por Tecnos, la editorial que dirigía Enrique Tierno. En 1966 asistió en Londres al Simposio sobre Destrucción en Arte, consiguiendo escapar de la policía, que se empleó con mano dura con los artistas llegados de América y Europa, gracias a sus contactos diplomáticos. En Colonia fue testigo de como Num Jam Paik destrozó "literalmente" tijeras en mano, la camisa del "maestro" John Cage. Inició su vida como escritor en 1967, con 37 años, impulsado por su amistad con el poeta Juan Hidalgo, con La caída del avión en terreno baldío, una "novela" muy influida, a decir de Raúl Morodo, por la filosofía de Wittgenstein y el Surrealismo. Miembro del grupo Zaj, entre sus obras se cuentan ensayos y libros de vanguardia que forman parte del ambicioso proyecto "El libro de un libro". La caída del avión en el terreno baldío (1966) es una autobiografía ficticia expresada a través de citas, textos, palabras sueltas, poemas visuales, frases que denuncian un determinado orden y destruyen la sintaxis oficial. Más tarde, en contra de la experimentación de la época el artista defenderá una nueva escritura alejada de la palabra hablada, la música, la pintura, el dibujo, la caligrafía, y concluyendo con el signo desnudo, pero escrito. Crítico admirador de Clement Greemberg y coleccionista de arte moderno, ha elaborado toda una teoría sobre la escritura y la comunicación a partir de su propia experiencia; muchas de sus obras inéditas están depositadas en la Staatsgalerie de Stuttgart. Su lírica pertenece a la llamada Poesía visual:
Hace años me interesó más lo escrito de la escritura; ahora, en cambio, me preocupa más lo no escrito. No se puede separar el mundo de lo escrito y el mundo de lo no escrito. Es decir, no se puede separar escritura y mundo. Ya es hora de que no se diga soy escritor, es escritor, no soy escritor, no es escritor. Ser o no ser, esa no es la cuestión. La escritura no es sólo un hacer sino también un no hacer y asimismo un deshacer. La (quizá mal) llamada escritura no escrita o no escritura no es un hacer ajeno a la escritura. Es un hacer no ajeno, es decir, no alienado. No escribir, cuando no es o no pretende ser un puro no hacer, puede ser una no escritura de la escritura o escritura de la no escritura, algo que contradice aquello de que “lo escrito, escrito está” (en La escritura no escrita).
Estudioso de Gertrude Stein, ha traducido algunas obras de esta, como por ejemplo Autobiografía de Alice B. Toklas (1932) (Barcelona: Bruguera, 1983).
Obra
La caída del avión en terreno baldío (1967)
Actualidad y participación (1968)
La política (1968)
The book of i´s (1969)
The book of eigthteen letters (1972)
El libro de la letra (1973)
La escritura no escrita (1996)
The book of J´s (1999)
Tlalaatala (2001).
Letrabra, Junto a Eduardo Scala (2012)
Kathlenn (El Gato Gris, 2013)
Ensayos sobre arte y escritura (Ediciones La Bahía, 2013)
"José Luis Castillejo"
La escritura no escrita
Por Fernando Millán
José Luis Castillejo es el nombre más habitual utilizado como escritor por José Luis Fernández de Castillejo y Taviel de Andrade, diplomático (alcanzó el grado de Embajador de España) nacido en Sevilla en 1930. Como en el caso de Boso, Castillejo inició su vida pública como escritor ya en el inicio de su madurez, en 1967, con 37 años.
Este comienzo se produce, según su propia confesión, gracias al encuentro con Juan Hidalgo, que en 1964 había creado el grupo Zaj en compañía de Walther Marquetti. Hidalgo fue para él un "descubridor", o tal vez más un "catalizador" que le hizo tomar conciencia de hacia dónde debería dirigir su componente como escritor.
Porque en efecto, aunque Castillejo haya sido a lo largo de su vida una persona con un interés fundamental en la filosofía, y ello le haya llevado a elaborar toda una teoría de la escritura y la comunicación, y haya ejercido como coleccionista de arte contemporáneo y como crítico y ensayista haya publicado textos básicos en la historia del arte en España, él a sí mismo se considera sola y únicamente un "escritor" en un sentido limitado, casi utilitario: es "el que escribe".
Al igual que otros escritores y artistas de los sesenta, Castillejo trabaja en una continua interrelación entre la teoría y la práctica. Pero en su caso, la práctica, o más bien la "experiencia" de la escritura, es lo determinante, lo que da lugar a la teoría y no al revés. Si en el arte, la literatura y la música del siglo XX, la trayectoria personal de cada autor es definitoria y fuente imprescindible para conocer y analizar su producción, en el caso de Castillejo este principio es paradigmático. La originalidad de Castillejo hay que relacionarla con la originalidad, la diferencia de su biografía, aparte de los componentes intrínsecos, puramente personales, que solemos definir a partir de conceptos como sensibilidad, inteligencia, perspicacia... Desde el año 59 en que fue nombrado secretario de Embajada en Washington, la mayor parte de su vida ha discurrido fuera de España. Para entonces ya había vivido varios años en Francia y Argentina, acompañando a su padre en el exilio político, y había realizado estudios en Francia, Alemania, Inglaterra y USA.
Durante su etapa norteamericana inició su contacto con el arte contemporáneo, que le llevó a iniciarse como coleccionista comprando una obra de Antoni Tàpies, bajo la influencia de su amigo el pintor Manolo Barbadillo. El siguiente paso fue la crítica de arte que ejerció durante bastantes años en la revista norteamericana Art International, publicando ensayos sobre Jim Dine, Roy Lichtenstein, o los españoles Tàpies y Genovés. En 1968, estos trabajos se incluyeron en el libro Actualidad y participación, editado por Tecnos, la editorial que dirigía Enrique Tierno Galván.
El ensayo que daba título al libro es, visto treinta años después, el trabajo más lúcido y esclarecedor publicado por un español sobre el arte contemporáneo, y de forma especial sobre la acción como nueva forma de arte. El tiempo transcurrido, y a pesar de que el propio autor (en función de su propia evolución intelectual y artística) repudia este texto, no ha hecho disminuir su potencialidad. Siempre que tengo ocasión, como ahora, recomiendo su lectura para entender algo de lo que sucedió en los sesenta. Para ese año tan emblemático, me refiero al 68, ya había publicado Castillejo sus dos libros de la etapa Zaj: La política (1967) y La caída del avión en el terreno baldío (1966). El primero es un libro de prosa que ha quedado, incluso dentro del reducido mundo de la vanguardia y la experimentación, en tierra de nadie, en una especie de limbo crítico. A mí esta situación me recuerda la de mi libro Prosae, al que yo considero mi producción más redonda y elaborada y del que ningún crítico ni historiador ha querido decir nada. Posiblemente, como diría el propio Castillejo, en los momentos finales de la modernidad la prosa experimental nos incomoda porque no nos deja lugar para el dilettantismo. La política es el libro que más relaciona a Castillejo con Gertrude Stein, su gran amor literario y la fuente primera de su particular teoría de la escritura, concretada en su libro La escritura no escrita, finalizado a mediados de la década de los setenta pero no publicado hasta 1996.
El periodo de pertenencia de Castillejo al grupo Zaj es su etapa más activa públicamente, participando en happenings y asistiendo a acontecimientos internacionales. En 1966 asistió en Londres al Simposio sobre Destrucción en Arte, consiguiendo escapar de la policía, que se empleó con mano dura con los artistas llegados de América y Europa, gracias a sus contactos diplomáticos.Y fue testigo, en Colonia, de como Num Jam Paik destrozó "literalmente" tijeras en mano, la camisa del "maestro" John Cage. Sobre ello, escribiría que el artista coreano no
entendió el significado de los nuevos rituales del happening "...quizá por venir de un país subdesarrollado, cuando creyó que todo estaba permitido...."
Aunque formalmente Castillejo nunca dejó de formar parte del grupo Zaj, él reconoce que a partir de 1968 Juan Hidalgo le apartó de sus actividades ante las diferencias surgidas sobre la evolución y el significado del arte contemporáneo. Porque si hay algo que Castillejo siempre ha tenido interés en destacar es su alejamiento de cualquier forma de absolutismo, fundamentalismo o literalismo. Justo lo contrario (esto lo digo yo) que Hidalgo.
Para Castillejo, su obra emblemática es el Libro de la i, aparecido en Suiza en edición del autor en 1969. En los años siguientes publica dos libros más que pueden considerarse como desarrollo de la forma de escritura concretada en el Libro de la i. A partir de entonces, su evolución continua y desemboca en lo que él empieza a llamar "la escritura no escrita":
"Empecé queriendo buscar a la escritura y descubrí tantas cosas que no podían ya aceptarse como tales, entre ellas la propia escritura (escritura no escrita). Llegué a una escritura impropia (escritura desplazada), pero no al vacío, no a la página en blanco idealista de Mallarmé, sino a los fundamentos de la escritura, a la mancha, el grafismo, el material y a lo no escrito, a lo que ya no es escritura. O mejor dicho, a lo que ya no parece serlo..."
Castillejo, siguiendo al que él considera su maestro, el crítico norteamericano de arte, Clement Greemberg, considera que las producciones artísticas tienen una especificidad histórica y cutural, aunque no metafísica o absoluta. Por eso se califica a sí mismo como "escritor de libros". En La escritura no escrita hay una llamada continua al análisis relativizador, como una crítica de lo dogmático, lo absoluto, lo simbólico, lo nihilista, pero también lo trascendente.
Castillejo no cae, desde luego, en un pirronismo: acepta el conocimiento que viene de la experiencia y la posibilidad de que la razón lo interprete y lo traduzca. Pero sin excesos: "El idealismo creía en la pura página en blanco, en el regreso a una inocencia originaria. Pero nuestra inocencia no puede ser simple sino trabajosa, ganada con esfuerzo..."
La escritura no escrita, según confesión del propio autor, fue escrita para dar un fundamento teórico a su obra Un libro de un libro, que él mismo considera de difícil realización, ya que "dada la poca capacidad de nuestra época para el simbolismo, este último sería mal interpretado e incluso confundido con un objeto minimalista o fetiche."
Afortunadamente, José Luis Castillejo sigue en plena producción. Jubilado desde hace unos años de la carrera diplomática, pasa parte de su tiempo en USA y parte en Madrid. En el 99 editó un nuevo trabajo: El libro de la j, y ha escrito varios ensayos sobre el lenguaje y la escritura de excepcional finura analítica.
http://www.escaner.cl/escaner51/millan.html
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