Rosana de Aza
Poeta y pintora granadina, residente y muy querida en Sevilla desde hace más de dos décadas.
Comprometida y apasionada por el legado andalusí, el sefardí y el flamenco, que divulga a través del arte, los libros y la música desde su “Casa de la Memoria”, de la calle Cuna, en pleno casco histórico de Sevilla.
“Hora: mensuración del tiempo
que al dolor se elonga
y en el gozo amaina”
RdeA
Fuyitsubo
El emperador es el emperador,
sustancia clara de deidad terrena,
y, como tal, no tiene que oponerse
a las leyes que auspician los tiranos.
El jurista es el jurista
y nada diferente hace que dar forma
a las leyes que auspician los tiranos.
El escribano es el escribano:
de su pericia solamente se demanda
que grafíe la hermosura de los signos
en las leyes que uspician los tiranos.
¿Por qué yo, la cocinera Fujitsubo,
seré apresada de por vida
al traspasar de nuevo, la puerta de este templo,
si, fiel cumplí mi cometido,
y cociné las setas que comieron todos?
(sin haberlas desprovisto del veneno)
“… Ni al lado ni de frente.
Sola.
Y enfrente.”
RdeA
Teiko
Llegará el Otoño y me pillará sola.
Me dará una embestida,
cruel,
sobre las manos.
(perderé tantas horas como niebla
en la consciencia de lanzar
primero un pie,
después el otro).
Llegará el Otoño y me dará voces.
Me levantará, también, la falda
a la salida de la tarde de un colegio de curas.
Grises tibios tomarán las calles por asalto
blandiendo los cálidos naranjas del verano
a esas alturas impopulares y antiguos…
Y entonces el Otoño me tirará piedras.
Pero tendré suerte,
porque, con las primeras lluvias,
nadie sabrá que me ahogo con mis ojos.
Podré vestirme ya de negro
con la cuenta del frío y esas nubes…
Y bregar por ahí, recolectando flores,
y (¡que no pasen miedo…!)
meterlas en la boca.
Tendré un pañuelo en terciopelo puro
donde el pétalo que quiera
hará su corazón
y hará su esfinge.
Y es que este otoño
será en verdad Otoño,
desplomará sus hojas en mis dedos,
sus troncos en mi cara,
sus manos en mi olvido.
Y es que este otoño me va a pillar un poco
con una luz aquí
y otra en la luna,
con un trabajo más
para vivir andando…
Y es que este Otoño
ni me vuelvo loca
ni me pego un tiro.
Quiero entero el dolor de tu impresencia.
Del Otoño y saber que te he perdido.
De: “Libro de las mujeres desgraciadas de Kioto” – 1999
Finalista Certámen Literario “Elena Martín Vivaldi” – 1999
Finalista Premio García Lorca de Poesía de la Universidad de Granada – 1997.
Ed. Instituto Andaluz de la mujer – 2000
ISBN: 84-7921-072-9
Dentellada
La vida es un perro venido del infierno
un pérfido lebrel
que aúlla engrandeciendo sus ladridos
según arriba el miedo
ungido de existir a tus entrañas.
Ese dogo feroz se refocila
en turbia hez de sedimento impuro,
en borbotón febril,en magma pestilente
En el hedor del que se nutre la consciencia.
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