Rafael Hinojosa Serrano
Nacido en Alcalá la Real, Jaén en 1943. Catedrático de Lengua y Literatura, ensayista, crítico literario y poeta. Libros de poemas publicados: Erosístoles, Hominal presencia, Madrigales de la espera. Poemario religioso de un poeta laico, 30 prosas de amor y Antología . Versos de tierra. Libros en prosa: Antología 2. Meditaciones del ego, Literatura y escuela. La cultura es para ti. En la actualidad es Concejal de Cultura y Universidad de Alcalá la Real (Jaén).
Como catedrático ha dado clases en el Instituto Ángel Ganivet de Granada y en el Instituto Español de Lisboa. Licenciado en Filología Románica por la Universidad de Granada. Tiene el Premio de Poesía Arcipreste de Hita (1983) el Francisco de Quevedo (1989) y el Ibérico de Poesía (Coimbra, 1991). Un nuevo libro de ensayo “Cultura y Universidad” (2012). Ponente literario en Salamanca, Tánger, Gijón, París, Lisboa, con trabajos sobre Miguel Hernández, poeta de sangre y besos, La España de Machado, Eros y thanatos en Pablo Neruda, Razón y fe en el XVIII, Quevedo poeta del amor, La poesía de la Ilustración, etc. Primera experiencia nacional docente sobre Talleres de Poesía. Articulista de opinión en el Ideal de Granada y Alcalá Información.
Paisaje en primavera
Por la limpia mañana, azul en los celestes //
ventanales de luz en los olivos //
de la tierra gastada por el grito,//
en la hora del malva en los oteros //
y la anchura del viento, más allá de las nieves,//
perfilando el perfil de la nevada,//
siempre la claridad, intensa y dibujada //
sobre las nubes clandestinas,//
al alba, cuando duermen los sueños de metal,//
allá en los horizontes tumbados bocarriba.
Como un blanco jinete con su luna adentro, //
se destapa en un mar de claridades,//
viene lenta la prisa de los montes //
por poseer tu cuerpo debajo de las hojas,//
como abeja que liba en su panal dorado,//
la quieta primavera, jovial, inenarrable,//
la luz de l´ Acamuña viajando hacia mi casa //
por donde añil gotea su vasta transparencia.
Era un niño, entonces me gustaba //
el olor de la yegua amanecida,//
peregrino en el vientre del romero //
aluminio metal, crónica quince,//
cuando se oye la paz del monasterio //
y la belleza se cuela con los grillos.
¡Cuántas viejas palabras//,
las altas soledades de un desnudo paisaje en mis ruinas!,
¡Qué frescor más liviano en la palma del laurel! //,
jugando a los rebaños
de los siglos antiguos! //,
allá entre las montañas altivas, presumidas,
se oye nuestro canto //
aquel que nos cantaba la paloma risueña.
Paisaje en primavera //,
cuando me anima siempre un retorno ensoñado,
la vida en estas cumbres, arriba, //
más arriba del cénit de los astros,
allí te tengo a solas //
te rezo y te descubres para mí solo.
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