Irene Marta Gil García
"Nací en 1995 en Sevilla, y desde que tengo uso de razón la poesía ha sido como el mundo: no deja de sorprenderme. Soy amante de las libélulas y de todas las simbologías que les encuentro, así como del arte, la vida sobre ruedas, las palabras, el mar…
He publicado en varias antologías, y Libélula es mi primer poemario, la infancia de mi obra, tan dinámica y cambiante, probablemente, como yo."
Poeta Con sólo 18 años, la joven acaba de publicar 'Libélula', su primer poemario, en el que recoge 35 de sus textos. Defensora del arte en todos sus formatos, colabora en distintas iniciativas del mundo poético y pertenece a la asociación Personas
Entusiasta y enérgica, esta joven de tan sólo 18 años contagia su pasión por la poesía a todo el que la escucha hablar de este género. Irene Marta Gil García acaba de publicar su primer poemario, Libélula (Ediciones En Huida), compuesto por 35 poemas en los que la joven trata de reflejar emociones. "A nadie le interesa lo que te pase a ti. Es más importante que transmitas algo". De hecho, en esta recopilación de textos se encuentra un poema que Irene Marta escribió cuando tenía 13 años, pues piensa que con éste consiguió transmitir una emoción por primera vez. El título de su primer libro, Libélula, es algo recurrente en varias de las composiciones, aunque no siempre con el mismo significado. "Soy muy dinámica y cambio de estilo al escribir". Estudia Arte Dramático y cuenta que fue su profesora de Lengua, Lola Crespo, la que le metió el gusanillo por la poesía: "Me atrapaba en su mundo literario". Desde entonces, no ha dejado de escribir y colaborar en distintas iniciativas porque reconoce que "cada tarde hay algo que hacer en el mundo poético". Irene Marta pertenece a la asociación Personas Libro de Sevilla, cuyos miembros estarán todos los sábados de este mes en el Metrocentro de la ciudad repartiendo poemas y recitándolos. La autora es consciente de que es un mundo muy difícil, pero confiesa: "Si alguna vez me arrepiento, que no sea por no intentarlo".
Me censuraste por ser
esclava de mis obsesiones.
Porque entre tanta miscelánea perdida
no hay lugar para empresas eternas,
para confecciones monouso.
Prefabrico emociones desintegradas
envueltas en paños mojados,
las hacen secreto a voces,
corren del rumor a las manos;
finalmente la noche
aplasta a los supervivientes.
Es permisible apreciar
el atractivo del crimen,
la sal enrojecida,
estremecidos los trazos
de sus pasos itinerantes.
Y luego se flagela al alma
contra la culpa enclítica.
Donde antes hubo inspiración
ahora los gatos afilan sus bigotes,
listos para la sutil batalla
de un encarnizado elegante.
Destellos y sonrisas amables
con sabor a sangre bajo el corte en la mejilla.
Escupo al suelo, que hierve
y el cinismo huye al siguiente escenario.
La función...va a comenzar.
Disfruten del espectáculo.
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