Antonio Arjona Sepúlveda
Nace el día 11 de abril de 1946 en Casarabonela, Málaga, pueblo enclavado en plena Sierra de las Nieves, en una huerta bañada por el río llamada “La Raja de la Vieja”. Hijo de José y Francisca , es el tercero de cuatro hermanos –José, el primogénito, Ana, Antonio y Francisco-.
Sin luz eléctrica, viviendo las faenas del campo, disfrutando y temiendo las noches estrelladas, soportando los fríos de la sierra, sufriendo todo lo que curte y proporciona los parámetros fundamentales de la existencia humana, Antonio va formando su personalidad.
Desde muy niño se encuentra con lo que será el medio de manifestación de su arte, ya que Antonio presenciaba las tareas de su padre en la carpintería. “Si mi padre hacía una carreta, yo me ponía a su lado y hacía otra en miniatura.” Recuerda, como un gran acontecimiento en su vida, el encuentro con Juan Martín, dueño de la fragua adonde su padre encargaba las piezas metálicas de sus construcciones. El impacto que causó al niño Antonio el contacto con el fuego y el descubrimiento de las posibilidades de éste con el yunque y el martillo, le produjeron una total fascinación. Juan Martín le ponía a cargo de un fuelle muy rudimentario, con dos mandos, y Antonio quedaba maravillado con el fuego y con el hierro al rojo. Tanto le atraía que, aunque no tenía medios, con un martillo era capaz de transformar un pedazo de lata en algo útil o artístico.
Hago mi primera escultura a los siete años, jugando a ser mayor, en mi querida huerta de mi pueblo natal: “un arado romano”. Pasado cierto tiempo vine a encontrarlo expuesto en la afamada bodega de Málaga, “El Pimpi”, lugar de cita cultural y de obligada visita de famosos -anteriormente sala de fiestas-, y allí lleva varios lustros. “La cabeza del compá Tormento” y “Todas las hojas de otoño” son obras cercanas en el tiempo a la anteriormente citada, desaparecidas en la mudanza familiar a la ciudad de Málaga. Posiblemente, quisieron quedarse allí, con los recuerdos tiernos de la niñez, en el nido entrañable de la infancia.
Hablándome de aquel arado romano, el mismo que hemos utilizado hasta los años cincuenta, Antonio me da nombres y detalla todas las partes que lo componen: ejero, garganta, unida al ejero por dos vilortas; cabeza, unida a la garganta mediante una incisión ajustada en ella; la reja, parte del arado que incide en la tierra, y la mancera, lugar donde aprieta y dirige el gañán el útil. El ubio es otro útil, donde se uncen los mulos, que se acopla a la punta del ejero para arrastar el arado. Está compuesto por tres piezas de talla de árbol, y se llaman ombligo a la parte central, y los extremos, o camellas, de las que parten las costillas que entran en el cuello del animal.
En 1954, por expreso deseo de su padre, la familia Arjona-Sepúlveda se traslada a Málaga. José quería para sus hijos tuvieran un lugar mejor para realizar los estudios y quiso proporcionarles una vida con más posibilidades. Los estudios primarios de Antonio se iniciaron en Casarabonela y continuaron en Málaga, entrando en las Escuelas del Padre Mondejar, uno de los mejores centros de formación de cuantos existían, con un alumnado que contaba por entonces en más de mil estudiantes de oficios diversos. De allí sale con la titulación de Técnico Superior en Producción por Mecanizado. Comienza a trabajar casi de inmediato para ayudar a la familia, aunque sigue realizando distintos estudios después, una vez que ya se ganaba solo la vida.
Su etapa laboral comienza en Intelhorce, más tarde ingresa en una compañía inglesa montando calderas de vapor. Después realiza un curso en el PPO, estudiando diversas materias: -topografía, trazado de carreteras, construcción de edificios, etc.- obteniendo el título de Jefe de Obras Civiles. Se traslada a Madrid y trabaja en la construcción del oleoducto Torrejón-Loeches, para suministrar combustible a la base americana, con una compañía francesa y en calidad de soldador soldaduras descendentes. Más tarde, pasa un examen en el Colegio de Ingenieros de Madrid con el objetivo de entrar a trabajar en la construcción de una central térmica. Aprueba y se traslada a Canarias. Corrían los años 72 y 73. Fue en Canarias donde nació su segundo hijo, Siendo. Antonio es padre de seis hijos Gerundio, Siendo, Mar, Antonio, Azahara y Paula.
Con el dinero que ahorra en las islas, compra tres casas con un total de 300 metros cuadrados en la Estación del Perro y monta su primer taller, un taller de esculturas con hornos de fundición de bronce, de secado, de vaciado, para llevar a cabo la fundición a la cera perdida. Trabaja en él hasta 1989, año de la riada que desoló Málaga y en particular las tierras colindantes al Río Guadalhorce. Se traslada ese mismo año a Zapata, barriada de Alhaurín de la Torre, trasladando toda su maquinaria y estableciendo en Los Arcos el segundo taller, el mismo que mantiene actualmente.
De su relación con las instituciones mejor no quiere hablar, achaquemos a la mala suerte la falta de consideración para con su obra. La mayoría de proyectos presentados han caído en saco roto, el proyecto del Puerto de Málaga, el de Blas Infante, el de La Paula, en el Pasaje de Chinitas… todo se quedó en nada. El techo de la antigua Casa de Cultura de Málaga, que cuando estaba tomando cuerpo su boceto y dando sensación de viabilidad, echan abajo el edificio. Para la casa de Cultura de Fuengirola había realizado otro proyecto para realizar dos palmeras de bronce, un trabajo para el que vuelven a quedarse sin presupuesto. La suerte y su contrario, gajes de trabajar con libertad. No imagino a Antonio en las pasillos de las instituciones pidiendo favores. Antonio no necesita a nadie para comer ni dar de comer a los suyos. Bien sabe ganarse la vida. Pero lo que Antonio crea, las esculturas que salen de sus manos, no necesitan rogatoria ninguna. El arte es eso, arte, y pobre del que no lo aprecie. El cometido del artista es la creación, el del vendedor, el pregón de su producto.
Antonio Arjona tiene registradas más de veinte patentes de su invención y múltiples útiles para uso doméstico, de navegación e industriales. De las máquinas que integran el taller de Arjona, más del ochenta por ciento de ellas son de fabricación propia y se encuentran en pleno rendimiento. Treinta y cinco diseños realizados en máquinas con funcionalidad operativa varia trabajan actualmente. Matasuegras, farolillos de feria, banderas, gafas y antifaces, sombreros de época, collares, más de cien productos distintos salen de sus máquinas. Entre sus inventos patentados citaré: dobles mandos para coche, tres o cuatro sistemas, hidráulico, neumático, por roldana; una regla extensible para la construcción, un gato hidráulico, un gato que eleva los coches mediante la presión de los gases del tubo de escape, una silla para corregir la desviación de columna, una pieza que saca las anclas de los barcos cuando se quedan agarradas al fondo del mar, una tenacilla automática para amarrar alambre y varios útiles para uso doméstico: un invento para evitar la deshidratación en las freidoras, un sacacorchos “pasiempre”, un exprimidor “pasiempre”…
Ha estado en más de una ocasión en el Ministerio de Industria invitado por Patentes y Marcas pero dice: no iré nunca más ni patento nada más. Para cualquier autor hay derechos, para los inventores sólo pago de impuestos.
Antonio me cuenta la siguiente anécdota: E n la Galería Picasso, donde expuse un falo con proporciones descomunales, cuando yo no estaba, tapaban el glande porque era tan grande como la cabeza del fenómeno de Valle Inclán. Lo llevamos a la galería en procesión, entre cuatro amigos y otros tantos amigos que se unieron para ayudar. Fabriqué un pequeño trono, o parihuelas, y así lo llevamos. Después lo expuse en la Feria de Agosto, en la década de los 70, convertido en surtidor. Por el día, de agua, y a partir de las doce de la noche, de vino, siendo una celebración que acogieron con simpatía, en particular el mundo de los homosexuales, agarrándose a él de madrugada…
Una de sus últimas creaciones, El Panderero, escultura de grandes proporciones ha sido –muestra de gran belleza- portada y contraportada del número 8 de la Revista Calle del Agua. Hace algunos años tuvo una escultura finalista en la Bienal Internacional de Marbella, en Lucena, el “Monumento a Rodríguez de la Fuente”, el “Monumento a Área 5”, el mobiliario y decoración de varios establecimientos de carácter cultural y lúdico - “Café Teatro”, “Galería de Arte”, “Terral”- y un largo etcétera en la ciudad de Málaga, son parte expuesta de la obra de Arjona.
María Victoria Verdú
TU BOCA
Tu boca...
forma tuya
que,
con las semillas de tu voz... crece,
dando forma a la palabra que anuncia y muestra el jardin
cuando apareces,,,,,,
AUNQUE BAJO SU AMPARO....
"Aunque bajo su amparo viva un manipulador de sueños,
no deja de ser sagrado un templo.
La metafora de la luz que persigue un monton de piedras ordenadas,
que se parece al espíritu de los hombres que lo construyeron."
LAS FLORES AMARILLAS DE LA TARDE....
Las flores amarillas de la tarde viven en noviembre
el aire oscuro huele a cementerio
la noche está llena de una música de niñas que cantan
noviembre vaga en la niebla que oculta las orillas
todos los rios tienen una ofelia, un espíritu flotando
como un racimo de flores ahogadas
los muertos han vencido a la muerte,
las flores amarillas de la tarde viven en noviembre.
SOLO EL AMOR PUEDE PROMETER
Solo el amor puede prometer,
porque vive de ilusiones.
Tú que has llenado de pájaros
el espacio desierto del excepticismo
y llevas como una acequia
el porvenir fértil y la esperanza.
Cómo no desenterrar los cimientos antiguos
de la existencia,
para que la luz inunde y los confunda
con la vitalidad de los tallos nuevos.
También yo, te visité esta noche.
Como un aire tibio recorrí tu cuerpo
de flor ahogada en sueños
y en el cáliz de tu boca sucumbí encantado
por la embriaguez dulce de tus labios.
EL AMOR DE LAS FLORES
El amor de las flores
no tiene olores
tiene la musica de las canciones.
El amor de las flores
no tiene colores
tiene la fuerza de las pasiones.
El amor de las flores
no tiene nada
solo a tus ojos para mirarlas.
DEL NIÑO NACE EL VIEJO
Cuando sentados en los bancos de las plazas veo a los viejos,
corvos, ladeada la cabeza y apoyada sobre el tallo seco
-vástago malogrado del árbol- bastón...
Cuando sentados en los bancos de las plazas,
aferrados al palo -compañero y sostén-,
parecen más que nunca más cercanos y unidos a la tierra.
Son como niños, a los que se les hubiera terminado el tiempo
y la vida, en la que todo era una aventura nueva...
EL COLOR TIENE Y EL OLOR LA BRISA...
El color tiene y el olor la brisa
en la noche de la noche.
La Luna
Agosto
maduro
oriental
sereno en la calma que embriaga
perfuma la noche.
La Luna
blanca como una muchacha
que se hará de dia
y será de nadie.
La noche
para el sarmiento que sueña
oculta al jazmin
del silencio callado
de la noche.
Dorada
en los pechos de los montes
redonda
mágica
desnuda como un muslo dormido
la uva
callada
madura
en las sombras de la noche clara.
En la tierra
y en el cielo de los montes
el perfil de las chumberas
con raices de lagarto
en los montes de la noche.
Vivas
bravas en sus tallos
las ramas
se asoman en lo bravío
con la luz clara
en la frescura nueva de la noche
amanecida por la mañana.
Por los montes
la Luna
o por el mar
se va.
El amanecer
siempre es la primera vez
al contemplarlo.
Desde los montes a la playa
Málaga.
La mar refresca sus pies
antes de salir el sol.
DE LAS COSAS CALLADAS...
De las cosas calladas que tienen lo que al alma atrae y enamora...
Reaparece tu sombra en la palabra Granada, sin ti.
Granada...
capricho en sombra de la luna,
clarooscuro vivo del ojo encantado;
arquitectura poseída, voluntad del deseo.
Decadencia sostenida en el tiempo por la fuerza de su imagen seductora.
Sueño trascendido por los que embriagados dieron forma ordenada a su cuerpo esparcido,
en su propia naturaleza.
No te abandona el recuerdo, herida o hueco, por donde la memoria se pierde en ti....
Aparece tu encanto de perfil que sueña, por los jardines poseídos de la luna.
Tus cabellos inundan la noche, una danza oscura me persigue sin ti,
la noche de Granada.
Más grande que Antolín Arthur.
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