Alba Torrebejano Osorio
Nació en Jaén un 13 de noviembre de 1996, y desde ese momento, 11 km separan a sus inquietudes de la capital.
A pesar de su juventud, desde los 14 años ha participado en múltiples lecturas de Jaén, como en el recital poético en homenaje a Gabriel Celaya y otras lecturas del CSA “Jaén en pie”, el ciclo La caja de Lot, la exhibición de poesía Slam de la Feria del Libro y del festival Imagina Funk de Torres, el 2º Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez o el I Recital Poético de Mancha Real.
Por otro lado, colabora con Proyecto Slam en los talleres impartidos a estudiantes de la ESO durante el Gran Slam, participando también en el I Torneo Poético Nacional de Jaén conocido como Slamopolis.
También participa asiduamente en el concurso mensual, llegando varias veces a la final y siendo ganadora de los Slam 17 y 21; además de intervenir como poeta invitada en el Slam 37.
En el verano de 2012 crea El Club de los Imberbes, participando y organizando colectivamente este ciclo de encuentros entre jóvenes poetas de la provincia como animación a la lectura y a la escritura, que continuará también en el verano de 2013.
Ha sido incluida en la publicación del vídeo-libro de Proyecto Slam ‘Una antología visual de poesía oral’ (2012) y en la antología del ciclo La caja de Lot.
Próximamente publicará un breve poemario titulado ‘De nuestra propia hambre’ (2013), con el que obtuvo el 2º premio del XVII Concurso Facultad en la modalidad de poesía, otorgado por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de Jaén.
Sigue trabajando en el intento de su primer poemario, Sin sentido definido, del que publica poemas en su blog homónimo, sinsentidodefinido.blogspot.com.
Actualmente reside en Torredelcampo y estudia Bachillerato en la Escuela de Arte “José Nogué”, compaginándolo con sus estudios de violín y composición en el Conservatorio Profesional de Música “Ramón Garay” de Jaén, además de estar inmersa en otros proyectos musicales, como en el trío de cuerda Trestacato.
Mordisco ∞
Lo peor de lanzarse al vacío es que nadie te agarre
y que te dejes inacabadas todas tus colecciones.
Fallido intento
Intento alcanzar lo simple
lo cristalino
cualquier cosa que pueda elevarme
y me prive de pensar demasiado
Cada parpadeo tiene un sentido oculto
equilibrado con el perfecto vaivén
elíptico de sus pendientes rojos
Cada paso destierra montañas
por conseguir el juicio justo
decidir qué mereces en ese instante
No es la evasión sino el premio de ser
viajero tripulante de carreteras rotas
deseo en desuso caminante en vano
que tal vez nació demasiado tarde
Quién soy yo para tener labios de lupa
aquél que escucha la cura si está triste
y se abandona a su suerte
cuando una puerta se le cierra en las narices
Jactancias de un mediocre
“Yo no tengo, ni deseo tener, sangre de estatua.”
Oliverio Girondo
Guardaré mis posesiones en las entrañas de un perro
no necesito más de lo que consumo
seré leal y evitaré entramarme demasiado
para ser un estorbo prefiero no ser
me quedaré en el borde de la mediocridad
prefiero eso porque es lo que merezco
mi nombre no sería capaz de soportar los vaivenes de las calles
las eternas inconstancias que nadie entiende y todos asumen
y que por mucho que lo intente
sé que como todos acabaré cediendo
la humildad se dejará ver y se tomará respiros
en su efecto es lo máximo a lo que puedo pretender
tragar de vez en cuando un poco de aliento
tan solo cuando el orgullo lo pida
y lo merezca
La culpa la tienen las magdalenas
Siempre me han gustado los payasos
que pueden vestir de azul teniendo el alma negra
y viceversa en el epicentro de los caídos
ellos son los que alimentan a mi muerte regresiva
rodeada de aturdidos perturbados por la derrota
almas rotas que siguen admirando mi miedo
a su lengua democrática
a que me deje sin palabras
y yo tenga que inventarme algunas
para poderlas escribir en las paredes de mi infierno
Conclusiones de la primera cena
El pan lunar
ese círculo imperfecto
laberíntico ansiado de estómagos secos
cuelga de una pared atado a un clavo oxidado
subestima la saliva y llora
me mira fijamente y me dice
nadie es lo suficientemente imparcial para juzgarme
yo callo asiento obedezco
quizá no podía hacer más que eso
de qué sirve ganar si en el fondo te consideras un perdedor
me empapo sin pudor y sin piedad
de una verdad estrafalaria
se me da mal escribir epitafios
aunque por suerte no es una habilidad muy deseada
pero llegará ese día llegará
el momento en que nadie me pueda atrapar
Digresiones
Preludios sin fuga
eso es lo que se oye por aquí
lugar donde se tiende al puntillismo
y los momentos vaporosos
como el de ahora o nunca
pretenden ser demasiado temprano
para admitir que somos hombres
refugiados con clarividencia
en ese musgo grisáceo pelado de horizontes
que nos mantiene intactos
confrontados y obsoletos
vivos sobre muertos o muertos sobre vivos
es lo mismo bajo una realidad que se azora
si se te escarcha la voz y dices esto
los buenos siempre se quedan atrás
en la retaguardia suspirando consuelos
y llegarás a convertirte en lo que en ellos viste
un garabato espeso
un borrón en el aire
difícil de ver
Mordisco I
Tengo clavado en la pierna
el contorno verdoso de tu boca
el rastro rojizo de cada diente
que dibujó dos medias lunas
en el mapa en blanco de mi piel
nunca antes escrito por nadie
Tal vez mañana ya no esté
o haya cambiado de color
pues es que así son mis cicatrices
que al igual que tú van y vienen
aprietan y muerden sin reparo
me complacen aunque duelan
me confunden sin saberlo
y al final desaparecen
aunque todo el mundo sepa
que un día estuvieron ahí
Tan solo espero
no haber cogido la rabia
Repentes
“Como si se pudiese elegir en el amor,
como si no fuera un rayo que te parte los huesos
y te deja estaqueado en la mitad del patio”.
Julio Cortázar, Rayuela
Y así de repente
de un día para otro
me pillo con las manos en la masa
escribiéndote un poema de amor
dónde quedó la melancolía
esa tristeza muda esas nostalgias
la rabia la impotencia el miedo
ese ansia de escapar a la deriva
que inundaba cada uno de mis versos
Y así de repente
de un día para otro
ya no me interesan esas penas
y me sorprendo imaginando
cada pliegue de tu cuerpo
cómo me adentro en la boca del lobo
por pura y absoluta voluntad
y sé que ya no me importa perderme
porque sé que al menos te he encontrado
Y así de repente
de un día para otro
añado una nueva enfermedad a la lista
y sin duda lo peor es que ahora
no pretendo curarme por completo
porque te miro a los ojos y sé quién eres
porque cierro los ojos y me enredo en ti
porque hiciste dudar al tiempo en el andén
y porque simplemente no te tengo miedo
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