Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

sábado, 1 de marzo de 2014

1897.- SAMUEL CRUMAN



Samuel Cruman

Nació en Castilleja de la Cuesta, un pueblo cercano a la ciudad de Sevilla el día 4 de Abril de 1993. Aunque siempre muy alegre pasó gran parte de su infancia entre hospitales. Empezó a escribir en secreto en tercero de la ESO, cuando se animó a participar en un concurso del aljarafe sobre poesía (obteniendo el segundo puesto). Al pasar a bachillerato y en otro instituto encontró su ventana hacia la expresión, participando en todos los actos que podía, es aquí cuando nació como Samuel Cruman, el chico poeta.





Despierta y despertaré

Despierta y despertare,
Hazte ver y veremos
Donde acaba este juego
De corazones y querer.

Yo lancé los dados
Y tú los recogiste por mí.
Ahora los dos estamos
Juntos al fin.

¿Tú crees que tardaremos
Mucho tiempo en terminar?
A lo mejor me esperan en casa…
Por favor, tira ya.

Quiero ver tus cartas,
Las mías te puedo enseñar.
¿Quién es mi reina de corazones,
Quién de mis diamantes el as?

A que jugamos ahora,
A la botella o a la pelota,
¡Da igual, que de vueltas
Y así salgan las respuestas!







Amor

Dando la clase de filosofía,
Me encontraba yo tal día
Que la suerte no me acompañaba
Y el amor se me escapaba.

No tenía que haber preguntado
De lo que se estaba hablando.
Las ideas incompletas de un corazón cercano,
De confusas palabras se llenaron:

“Nada es como amar,
Ni querer, ni alabar.
Si quieres no amas.
Si amas quieres.”

(Como escribí un día de verano
Sentado debajo de un tilo,
Aun corazón se lo dije
Que ya no es mío:
“Si yo quiero tu quieres.
Si tú no quieres, yo no quiero.
Pero aunque queriendo
yo quiera que tu quererme quisieras.
Yo, ¡Te quiero!”)

Como dice el profesor:
“Querer es tener que dar,
Dar para recibir.
Cariño por cariño, amor por amor”

Después de esto,
Me quede como al principio;
Pero el corazón ajeno
Se alejaba del mío.

Siguió el profesor diciendo más:
“Amar es dar sin recibir.
Darlo todo por la nada,
Hasta dar la vida por morir.”

Después de esto,
Me quede como al principio;
Pero el corazón ajeno
No estaba al lado mío.

Como buen filosofo,
Pregunto me mi pregunta.
A la que conteste
Sin ninguna duda:

“Mire usted, no sé qué decirle.
No entendí nada para repetirle.
El amor es cosa de dos
Hay que dar para recibir.

Porque si uno quiere y el otro no,
Al final lo que hay es desamor.
Abrazos y besos das, respuesta no tienes;
Tristeza entra, todo duele.






Llama de llamas apagadas

Mientras la llama
de aquella fogata
se mantenía despierta,
móvil e inquieta.

Las otras dos llamas,
que en nuestros corazones se hallaban,
jugaban como niñas
en el parque después de la salida.

Iban pasando los días
que se tornaron en nuestras vidas.
La una de la otra
pareciendo más gemelas cada hora.

Pero el tiempo pasaba
y las estaciones no esperaban.
Llegó la primavera
y no apagó la llama, con la lluvia lenta.

Llovía y llovía, soplaba y soplaba.
Las nubes corrían, mientras ellas se juntaban.
Y de la fiesta del renacimiento
pasamos al estío veraniego.

A de ser verdad
el dicho de la antigüedad
que dice que el fuego,
se combate con el mismo juego.

Las dos llamas que tanto brillaban
se apagaran, tras caer envenenada.
Y como la vida de una era la de la otra,
la muerte de una llevo a la pena de la otra.

Veneno del pensar
fue el que los llevo a separar.
Mas una en sus últimos brasas
cinco cartas a la otra le enviaba.

La tinta de ceniza
por las lágrimas se corría.
La rabia y el desconcierto de la llama
fueron suficientes para decir! Ya basta!

Ella sola, viva en la vida,
solo con el pensamiento que tanto le dolía,
deseando que la otra no se apagara
pero la dicha susodicha solo quería que la olvidara

Finalmente la fogata,
a causa del viento, la noche,
apagó aquella única llama.
Todo oscureció, en la candela de los amores.







Me acordé de ti y soñé

Y tu sonrisa…
Que abanica el aire,
Pura y limpia.
¡Anda y mírame!

Con tus ojos de sirena,
Varada en la orilla,
Tu piel tierna y fina
Sumergida en la arena.

Y tus pasos seguidas,
Que escucho en y sigo.
Cierro los ojos e imagino
Cuando tocas mis mejillas.

Y tu mejilla con mi mejilla,
Y tus labios en mis labios.
Y s descubrir agrario
De una nueva fruta prohibida.

Y tu pelo se me enredaba,
Moreno y grácil, y aun así parecía
Que con la blanca sonrisa
La brisa lo abanicaba.








Compañía

Compañía que endulza
tiempos cortos y afines,
que disuelven el alma,
que besan para despertar.

Compañía que habla
de futuros que vendrán,
de cosas que no pasaran,
de ti, de mi.

Compañía que asesina
a tu persona infeliz,
con momentos mentirosos
de una lluvia gris.

Compañía que no acompaña,
que te deja vagar,
que no está cuando debe
y que esta cuando no.

Compañía. ¿Qué se yo?
Con ella afortunado,
sin ella ufano agraciado.
Compañía, la soledad, la mejor.


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