Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

viernes, 5 de julio de 2013

1734.- RAFAEL RODRÍGUEZ ALMODÓVAR


Rafael Rodríguez Almodóvar
Rafael Rodríguez Almodóvar es un poeta jerezano (Jerez de la Frontera, 17 de julio de 1921)
Estudió Filosofía y Letras en Sevilla y en Madrid y fue director del Banco Exterior de España en Ceuta, Zaragoza y Granada, siendo esta ciudad última donde reside.
Sigue muy vinculado a Jerez de la Frontera, su ciudad natal, y a Ceuta
Actualmente es miembro de la Real Academia San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras de Jerez de la Frontera, de la cual fue promotor y fundador.
Su poesía, intimista y entrañable, siempre se hace interrogantes y trata principalmente los temas eternos del amor y la soledad.

Obra

En ningún tiempo (1990)
Ámbar de mi vino (1992)
De Nieblas y silencios (1998)
Memoria del tiempo cumplido (2001)
Vigilia de los días (2006)
Tiempo de contar (2009)

Poemas recogidos en antologías de la Universidad de Granada “Del amor y sus paisajes” (2004) y “Contemplando la vida” (2007) y en “Poetas por la Paz” (2002). 





ESPERANZA 

CUANDO la tarde crea silencio y soledad. 
Cuando la noche llega con una fina lluvia, 
como un cristal brillante, que hiere las voces 
que se agolpan en la mente, 
presiento que tu mano no llegará a mi mano 
y te ocultarás de mí con la cansada tristeza 
de un largo día, del incierto futuro 
que tú sola a recrear te inclinas. 

Los años que pasaron son la vida misma 
y tuvieron sus momentos en que los gozos fueron
como flor en tu pelo, como sonrisa callada 
en una tarde cualquiera, cuando el mundo se abría
con seguras esperanzas de metas imposibles. 
Que se alcanzaron luego con dolor y encanto, 
pues nada se recibe sin trueque de alto precio,
sin que dejemos, a veces, el oro de los días. 

Vuelves aquí y acrecientas en un solo latido 
el sol que nace cada día y el aire que respiras 
y dejas que el ámbar de mi vino lo sepa tu boca
y que mi ilusión te lleve a la esperanza última. 






DÍA DE NOVIEMBRE 

QUEBRADA ya la tarde 
adelgazando la rosada luz 
que baja a la montaña, 
un frescor de blancas nubes 
se posa en el aire que respiro. 

Si el día se marcha 
o llega la noche, no lo sé. 

¿Sabré algún día 
conocer mi soledad, 
partida en dos 
o en qué predio 
se quedarán mis huesos? 

Sobre el mármol blanco 
un rayo de luz se adivina 
y la brisa de la tarde 
corona centenarios árboles. 







SOLEDAD DE PLOMO 

LA alcoba sin su aire 
y el corredor vacío. 
Sin sostener sus manos 
mi sensación de frío 
acrecienta la angustia 
en mi rincón a oscuras 
vencido por el plomo. 

Ya no me quedan noches 
para sentir sus labios. 
No habrán promesas nuevas 
ni tiempo renovado 
y la viva candela 
encendida en sus ojos 
no quemará mi cuerpo. 

Su tiempo, ya cumplido... 







PERDIDA ONZA DE ORO 

POR aquella sonrisa 
que iluminó su cara 
como espuma del mar 
en la orilla encendida. 
Por el sol que la tuvo 
poseída de luz 
mientras yo me perdía 
sin poder encontrarla. 
Porque aspiro a tenerla 
como onza de oro, 
solitaria y brillante 
apretada en mi mano 
y sentir el metal 
con su frío lacerante 
cuando el calor escapa 
de su cuerpo rendido.








EL PUENTE DEL TIEMPO 

EL puente del tiempo, que aprisiona 
el pasado y el ayer por el que anhelo 
cruzar la alameda y el parque 
donde jugar solía, bajo la vigilante 
mirada cariñosa de mi madre solícita. 

El otoño triste del árbol derribado 
sobre la acera estrecha del pasado 
donde jugaba ilusión, jugaba alegría, 
donde el destino programaba 
la presa rota de una meta 
que nunca alcanzaría. 

Ahora que la nieve oculta la montaña 
y el sol se rompe en dos mil soles,
aquellos naranjos de mi ciudad perdida 
se tornan en fantasmas imposibles 
de una angustia interior que me aprisiona 
como una losa de mármol o un vino amargo 
de una mala cosecha, de una sucia vendimia







FUTURO INCIERTO 

PASABA de la luz del mediodía. 
Me aferraba a las tardes insondables. 
Me llenaba de estrellas en la noche. 

Buscaba por las luces y las sombras 
caminos nunca hollados por el hombre, 
enlazando el pasado y el presente. 

Perdidos los encuentros en el paisaje, 
la propia soledad yo la encontraba 
gritando mis palabras en el aire. 

Veinte veces el eco repetía 
mi propia soledad enardecida 
rozando el ramaje de los árboles. 

Si el presente está aquí y no lo entiendo 
y el pasado me hiere y anonada 
ya presiento el futuro que me aguarda. 







SOLO ISLA 

ESTA es ya solo mi isla y no todas las islas. 
El mar que la rodea 
recoge los grafismos 
rizados de las olas 
que la tarde suscribe. 
Cuando me alcanza su eco 
que llega hasta la orilla, 
el aire me lo quiebra 
como cristal danzante, 
rompiendo voz y timbre. 

El mar entre mis manos 
y soledad en piedra, 
proyecto de futuro. 
Y el corazón sosiego 
mi tristeza latiendo. 






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