Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

martes, 2 de julio de 2013

1722.- JUAN ANTONIO CAMPUZANO Y DE HOYOS


JUAN ANTONIO CAMPUZANO Y DE HOYOS

Puerto Real (Cádiz), 1906-1982 
Desde Santander hasta Puerto Real se desplazó como tantos otros, a finales del siglo XIX, Juan Campuzano (padre). En un primer momento se instala en casa de un tío suyo que años antes también se había venido desde Torrelavega. Poco después regresa a su localidad natal para casarse con Consolación Hoyos en 1901 y volver al sur. Aquí hace muchos negocios: tiendas de ultramarinos, bodegas... La pareja tuvo siete hijos: Juan Antonio, Mari Pepa, Rosalía, Rafael, Antonia, Joaquina, Consolación y María del Carmen. 
Así durante la dictadura de Primo de Rivera, un joven Juan Antonio que había nacido en 1906, conforma con otros compañeros y amigos el grupo Republicano Radical de Puerto Real. En estos años empiezan sus primeros contactos con la masonería. Así con veinte años ingresa en un grupo sin ser todavía Logia, sino Triangulo, con el seudónimo de Salvochea. 
En 1929 fallece su padre Juan, con lo que se hace cargo de todos sus negocios. Cuando llegan las elecciones municipales de 1931, el Partido Republicano Radical, el cual preside, gana las elecciones, siendo el primer alcalde de Puerto Real en la II República. Pocos meses después deja el cargo para ser Vicepresidente en la Diputación Provincial. A su vez, con la marcha de la presidencia de Pedro Icardi, toma su puesto. 
En estos años crea y dirige El País, periódico semanal puertorrealeño, órgano del PRR. 
Según recuerdos familiares en 1934 con la unión entre Lerroux y Gil Robles, sale de la política ante una decisión que nunca aprobó. 
Con el golpe de Estado se ve obligado a enrolarse en el ejército rebelde. Lo hace en contra de sus ideas y para salvar la vida. Pero su vida militar no queda ahí. Un tiempo después y con la graduación de Teniente, y a través de recuerdos familiares, sabemos que marcha al frente ruso. Es 1941 y se alista en la División Azul. Los motivos: el miedo a las represalias por su pasado. En el frente va a escribir cuatro volúmenes, inéditos a día de hoy, titulados "Los cuadernos de Ivan Ivanovich". Regresa en 1943. 
Nunca gustó hablar de estos años, pero según nos cuenta la familia a su regreso es procesado. No llega a ser encarcelado, pero fue condenado a 12 años de inhabilitación y arresto domiciliario. Por estos años conoce a la sevillana Dolores García Páez, con la cual intenta marcharse a México, aunque finalmente la idea no llega a fraguarse. Aunque no se casaron, podría decirse que fueron pareja. Los duros años de la posguerra los pasó dando clases particulares de literatura, inglés o francés, idiomas éstos que junto con el italiano dominaba a la perfección. Un tiempo después marcha a Sevilla donde trabajará en la Academia Orad, regentada por un antiguo amigo masón. Volverá de nuevo a su pueblo natal, presumiblemente a finales de los años 50 donde llegará a escribir coplas de carnaval para el coro de dicha localidad. En estos años también trabaja traduciendo muchos libros y a inicios de los años 60 marcha a Ginebra con Aquilino Duque, para hacer de traductor en la ONU. 
Su familia lo recuerda como un "masón, ateo y republicano", a pesar de su forma de ser algo independiente, producto de su paso por la vida. 

Fuente: Santiago Moreno Tello: Periodistas represaliados en Cádiz (Asociación de la Prensa de Cádiz, 2008).







YA ESTÁ LA LUNA EN EL CAMPO

Ya está la luna en el campo.
Lo dice la serranía
llena de un alba de oro
como si viniese el día.
En los pinares del Puerto
grupas de caballos brillan.
Ya está la luna en el campo
caminando que camina...
La ven dos caballos negros
la ven dos contrabandistas:
ocho lunitas mojadas
tiemblan en ocho pupilas.
-Vete, luna de la sierra,
escóndete en la bahía.
Yo te sacaré del agua
antes que despunte el día.
-O envuelta en papel de seda
-luna de la serranía-
Te ocultarás entre los juncos
de plata de la marisma...

Ya está la luna en el campo,
redonda, sola, amarilla...

Sobre los caballos negros
huyen los contrabandistas:
ocho alfileres de luna
clavan las ocho pupilas.






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