Amalia Domingo Soler
(Sevilla, 1835-1909)
Reconocida en el mundo de las letras como una de las mejores escritoras poetisas de finales del S. XIX. Sus referencias biográficas aparecen recogidas en enciclopedias y trabajos como:
·- “Historia del feminismo en Andalucía”
·- Páginas de biografías de mujeres andaluzas.
·- “Historia del Espiritismo en España”.
·- “Historia del Periodismo Espiritista”
·- Filosofía.org.
Según la apreciación de Ethi Ghilbert, Amalia Domingo Soler, como escritora perteneció a la generación del 98, de acuerdo a la designación que Guillermo Díaz Plaja, dio a la generación de ilustres literatos y tribunos que menciona en su Historia de la Literatura Española, de los que dice: "Son autodidactas, batalladores, llevan a la prensa, a la tribuna y al libro sus ideas y doctrinas”. Pero, por otro lado, basándonos en una cita escrita por nuestro querido amigo Manolo Bernal Parodi, en el Boletín Andalucía Espiritista nº 17 (Jul-Sept 2006), refiriéndose a esta clasificación de Amalia entre los literatos de la Generación del 98, concluimos, según palabras textuales, “…no debemos meter a Amalia en este grupo, no porque no merezca tal distinción, sino porque Amalia trasciende las características propias de tal elenco, aunque coincida en algunos puntos.
Cuando Azorín y Gabriel Maura inventaron en 1913 el nombre de Generación de 98 para definir a un grupo de escritores, semejantes entre sí por su edad, que inician sus obras en el último lustro del S.XIX, Amalia había comenzado su obra cuarenta años antes, por lo que, desde el punto de vista cronológico Amalia no pertenece a esta generación.
La visión de estos escritores de España circunscribiéndose en una Castilla medieval idealizada, varía de la visión objetiva de la España que trasciende sus fronteras presentada por Amalia. Y en cuanto a los problemas espirituales que plantean estos escritores, Amalia está a enorme distancia de ellos. El ciego concepto de la Inmortalidad del Hombre que defiende Unamuno, considerado la figura cumbre de esta generación, basado en la fe religiosa,…., para él no hay otra visión de lo trascendente que lo que nos ofrece la religión…..” Concluye el asunto nuestro querido amigo con la siguiente expresión: “Amalia no necesita que nadie le arrime la luz, ya que brilla con luz propia”.
Volviendo con Ghilbert, comenta refiriéndose a Amalia; "Debemos lamentar la injusticia, de que su nombre no figure aún en las antologías ni en la historia de las letras castellanas donde le corresponde un lugar bien merecido, pero no olvidemos, para explicarnos este silencio en torno al nombre de Amalia, que con la restauración de la monarquía en España, triunfaron y recuperaron, en gran parte, sus prerrogativas de oscurantismo y venganza los elementos clericales, con los que Amalia sostuviera las más brillantes y ardorosas de sus polémicas. No obstante su biografía aparece en el Diccionario de Espasa Calpe, una de las enciclopedias más importantes del mundo".
Su infancia
El 10 de noviembre de 1835 nació en Sevilla Amalia Domingo Soler, que no llegó a conocer a su padre, separado de su madre. A los ocho días quedó ciega, pero gracias al tratamiento de un modesto farmacéutico, a los tres meses recuperó la vista, que sin embargo le quedaría muy delicada. Amalia escribió sus primeras poesías a los diez años de edad, y a los 18 publicó sus primeros versos. Cuando tenía veinticinco años desencarnó su madre. Durante 3 meses perdió por completo la memoria. Los recursos de que su madre disponía, prácticamente se agotaron en el tratamiento de su salud, y las relaciones con sus familiares (parientes del padre) no eran de las mejores. Amalia se dirigió a Madrid, con la esperanza de encontrar mejores condiciones para vivir, con sus poesías y con un trabajo modesto. Pero sus ojos fueron empeorando día a día, y los oculistas le confirmaron que si no dejaba el trabajo de coser, no tardaría en quedar totalmente ciega. Le recomendaron un doctor gracias a quién recuperó parte de la visión perdida.
En cierta ocasión, conversando con su médico, Amalia se quejaba de su mala suerte, y el médico, bromeando, le dijo: «Mire, sí creyésemos lo que dicen unos locos que han inventado una nueva filosofía, todo esto que le ocurre es por estar pagando alguna mala acción de su vida anterior.» Y, viendo lo muy sorprendida y a la vez interesada que había quedado Amalia ante aquellas palabras, le prometió traerle la propaganda que había recibido sobre el particular. Así lo hizo en la siguiente visita, entregando a Amalia el ejemplar de la revista El Criterio y, al ver nuevamente el gran interés con que Amalia se ponía a leerlo, exclamó: «A ver si yo, materialista y escéptico, seré el culpable de que haya otra espiritista.»
Tras haber buscado consuelo, sin encontrarlo, en religiones como la Católica y la Protestante; Se despertó entonces en ella gran interés y el afán de tener todas las revistas que se publicaban en España de Espiritismo; para conseguirlo no halló mejor medio que enviar a cada una de ellas una poesía.
El Criterio número 9, de 1872, publicó en portada el primer artículo de Amalia, titulado «La Fe Espiritista». La acción de Amalia en favor del Espiritismo ya no cesó. Tras un tiempo de haber estado participando en las reuniones de la Sociedad Espiritista de Madrid, unos amigos de Barcelona la invitan a trasladarse a la ciudad donde podrán hacerse cargo de ella y prestarle su apoyo. Se traslada a Barcelona y participando de las reuniones del grupo “la Buena Nueva”, comienza a transcribir los relatos de los espíritus que allí se comunicaban, ejemplo la obra Te Perdono Las Memorias del Padre Germán, a la que más adelante haremos referencia. Amalia se consagró a la divulgación de las ideas progresistas y reformadoras del Espiritismo frente al oscurantismo imperante de su tiempo. Animada por su amigo Luís Llach, retó a duelo dialéctico a un ilustre jerarca de la Iglesia Católica, el canónigo don Vicente Manterola.
A finales de 1877 decidió contestar un artículo que había salido en el "Diario de Barcelona" titulado "El Mundo de los Espíritus" y que decía que el Espiritismo era una monstruosidad. Amalia contestó publicando en la "Gaceta de Cataluña" su primer trabajo y así siguió respondiendo a una serie de artículos que se escribían en contra del Espiritismo...Se encontraba Amalia en esa polémica cuando el editor espírita Juan Torrents y su amigo Luis Llach la invitaron para que empezase a escribir un periódico espiritista, escrito por mujeres y dedicado a ellas.
Publicándose el 22 de Mayo de 1879 el primer número donde escribió un artículo titulado "La idea de Dios" y siendo denunciado y, condenado a 42 semanas de suspensión. El 12 de Junio salió otro periódico "El Eco de la verdad" del cual se publicaron 26 números reapareciendo "La Luz del porvenir" el 1 de Diciembre del mismo año. Siendo editado por ella los 20 años siguientes en que ella vivió.
En un torbellino de descontroladas sensaciones, iba del dolor al placer, de la felicidad a la tristeza, pensando en la suerte que estaba reservada a su querido Centro “La Buena Nueva” y al mismo tiempo experimentando el placer de haber concluido, por fin, una vida tan intensamente marcada por sufrimientos.
Estaba lista para partir, el 29 de abril de 1909.
Obras de Amalia Domingo Soler
Desde el año 1873 hasta 1903, Amalia había entregado a la prensa más de 2.000 producciones (como indica en el prólogo de su libro Ramos de Violetas), las cuales fueron publicadas en periódicos de España y del exterior, algunos de los cuales fueron: El Criterio y El Espiritismo, de Madrid; La Gaceta de Cataluña, La Luz del Porvenir y la Revista de Estudios Psicológicos, de Barcelona; La Revelación, de Alicante; El Espiritismo, de Sevilla (esto dentro de España). Las Ilustraciones Espiritas, de México; La Ley del Amor, de Mérida de Yucatán; La Revista Espirita, de Montevideo; La Constancia, de Buenos Aires; los Anales del Espiritismo, en Italia, (fuera de nuestro país).
Sus libros publicados fueron:
El Espiritismo refutando los errores del Catolicismo Romano; Recopilación de 46 artículos que publicó Amalia en La Gaceta de Cataluña, rebatiendo los discursos y artículos del canónigo don Vicente Manterola en contra del Espiritismo.
Memorias del Padre Germán. El espíritu del Padre Germán tuvo una decisiva influencia en la vida de Amalia, en su última encarnación, fue un sacerdote que vivió desterrado en una pequeña aldea y que destacó por su labor de consolar a los humildes y los oprimidos, desenmascarando al mismo tiempo a los hipócritas y a los falsos religiosos de la Iglesia.
Te perdono, memorias de un espíritu que fueron publicadas en 1904 en los últimos números de La Luz del Porvenir. Este libro contiene comunicaciones que fueron recibidas en «La Buena Nueva» por el espíritu de Iris, el cual relata varias de sus más interesantes encarnaciones, en las que se puede observar el progreso paulatino del espíritu.
Ramos de Violetas, Ramos de violeta II editado el 3 de julio de 1903 en dos tomos. Colección de poesías y artículos espiritistas publicados en La Luz del Porvenir.
Sus Más Hermosos Escritos, contiene relatos de la vida cotidiana analizados a la luz del Espiritismo por Amalia.
Memorias de una mujer. Autobiografía de Amalia escrita en 1891, en dos partes. La segunda parte fue dictada tres años después de su desencarnación a la médium María, que colaboraba en el Círculo «La Buena Nueva». Narra el prólogo y detalles de sus impresiones en la vida del más allá. Se publicó el libro en 1913.
Hechos que prueban. Contiene 41 relatos que prueban la Ley de Reencarnación, y que fueron publicados en La Luz del Porvenir. Publicado en 1956.
Réplicas de Amalia, publicado en 1960 por la editorial del Ateneo de Propaganda Espiritista Allan Kardec, colección de ocho artículos polémicos desglosados de El Espiritismo refutando los errores del Catolicismo Romano, agotado desde hace muchísimo tiempo.
Cuentos Espiritistas. Vivencias de la propia autora que, a través de su lenguaje sencillo y humano, nos conmueve al introducirnos en el corazón de las verídicas historias que cuenta.
Las Grandes Virtudes. Historias destinadas a los niños, que les hablan sobre la modestia, la tolerancia, el amor, la caridad, la humildad, la voluntad, la templanza…
Mas libros visita la biblioteca.
Actividad Social de Amalia:
Propulsora y defensora de los derechos de la mujer y de un Estado laico acorde con las exigencias del progreso de la humanidad. Fue gran defensora de la mujer incluso desde la tribuna, reivindicando la igualdad.
El mejor medio de que se sirve es su revista La Luz del Porvenir, creada para ser escrita y leída por mujeres, aunque después ha sido una publicación de tal repercusión, que dio la vuelta al mundo y hoy día continúan recuperándose sus artículos. Vamos a recordarla tal como el autor de los Grandes Iniciados y Santuarios de Oriente, el novelista, poeta y autor dramático francés, Edouard Schuré (1841-1929), la describiera: "Una mujer rebelde, un espíritu que pertenecía más al siglo siguiente que al siglo en que vivió". Animaba a sus lectoras tal como comprobamos en las siguientes citas:
“La mujer más pobre, la más abandonada, la que el infortunio convierte en hoja seca que el viento arrastra a su capricho, puede llegar a ser grande convirtiéndose en maestra de aquellos que saben menos que ella”
"Instruirse, moralizarse y engrandecerse es lo que necesita la mujer. Pues la mujer de nuestros días se empequeñece, se contenta con poco”.
Amalia se lamenta de la falta de profundidad en los diálogos sostenidos por la mayoría de las mujeres. "Hablan de ropas, comentan la vida ajena, se quejan del servicio y de la caristia de la vida -se pregunta- ¿Son solamente capaces de hablar a las otras mujeres? Nada de imaginación activa, sentimientos desbordados, racionales que las eleven de la marginalidad común. Son indolentes en instruirse. Adoran los esplendores de la ciencia pero si las sustenta con el enorme numero de páginas de un libro que les es ofrecido para que se documenten, las asombra”. Amalia propone la necesidad de variar el sistema de la educación femenina, que es apenas superficial, conforme las costumbres de la época. Reclama con justicia que las humildes mujeres del pueblo, pobres víctimas de un trabajo superior a sus fuerzas, adquieran en su infancia apenas las nociones de enseñanza: Leer y escribir correctamente para que en sus raros espacios de tiempo puedan entregarse a la lectura útil. Dice con palabras textuales;
"Es preciso comenzar a regenerar al pueblo, iniciando la educación por las mujeres. Para eso trabajamos. Nuestro lenguaje es simple, nunca tratamos de hacerlo difícil. Nuestro objetivo no es ser alabada por los intelectuales y sí entendida por nuestros necesitados y los carentes de conocimientos nuevos. “Los luchadores del progreso universal no podemos permitir el estacionamiento de la mujer”.
En los cementerios se planteaba un problema a la hora de los sepelios; pues cuando se trataba de enterrar a librepensadores que habían manifestado su deseo de ser sepultados sin rituales, los representantes de la Iglesia no lo aceptaban e incluso prohibían el entierro. "La Luz del Porvenir" se hizo eco de innumerables incidentes provocados por esta actitud y se generó una revolucionaria novedad al crearse “la Sociedad Humana de Entierros Civiles”, por iniciativa de Miguel Vives y Vives, cuyo objetivo era la celebración de entierros laicos y económicos.
Cuando desencarnó Fernández Colavida, Amalia rompió con los convencionalismos sociales, que prohibían a las mujeres acompañar al féretro para ser sepultado; escribió una poesía y la leyó delante de la tumba de su amigo. A la hora del entierro, sabedoras de que Amalia integraría el cortejo, varias damas se unieron al grupo, tomando idéntica deliberación. Junto al túmulo, Amalia leyó su poesía. Y un golpe más se daba a los convencionalismos de la España católica, soberbia por la fuerza de su clero, dispuesto a imponer su voluntad a cualquier precio.
Labor social a través del periódico:
En Murcia, afectando también Lorca, Orihuela y Almería se produjo una inundación que redunda en horribles pérdidas para centenas de familias humildes. El Eco levanta entre sus lectores una suscripción para concurrir en la ayuda de aquellos desgraciados, añadiendo en la invitación publicada en las páginas: "No sólo para las víctimas de Murcia, es también para los trabajadores catalanes que hace mucho tiempo sufren la inundación de la miseria... “
En el número 23 de El Eco de la Verdad, aparece una novedad, la creación de un Montepío regional. Se forma con el "loable fin de mejorar la suerte de los obreros españoles". Una especie de Asociación de Socorros mutuos. No sólo dedicaba su atención a lo material que llegaba a su mesa de trabajo. Amante extraordinaria de la libertad, se daba el deber de visitar las cárceles, donde iba a llevar consuelo a los que los azares de la vida habían enterrado en aquellos túmulos para vivos, como acostumbraba llamarlos. “La cárcel de Barcelona, por ejemplo, no podía reunir peores condiciones, la mayor parte jóvenes y llenos de vida, en la más perjudicial disponibilidad, pues sólo trabajaba su imaginación, odiando una sociedad estúpida que no sabe evitar el crimen y tampoco castigarlo. La sociedad - Concluye Amalia en su pertinente comentario - reúne desde la imbecilidad a la crueldad: destruye el cuerpo y desmoraliza el alma”
Acostumbraba a decir que si no fuese por la urgencia de la imprenta, sus trabajos serían como "la tela de Penélope", o sea, se desharía por la noche lo que fue hecho durante el día.
Colaboradores de la Luz del Porvenir:
Una larga lista de personas colaboraban más o menos en La Luz del Porvenir. Pocos hombres, con honrosas excepciones, firmaban sus artículos. "De la mujer para la mujer", era lo propuesto por Amalia. Joaquín Cepeda, María Pujol, que de la Argentina le enviaban colaboración. Concha Seras tiene a su cargo, en diversos números la exposición y comentario de los principios doctrinarios para mayor comprensión de los textos básicos del Espiritismo. Eugenia N. Estopa Fernández comienza a colaborar en La Luz a sus 23 años. Hija de andaluces, nacida en Gibraltar el 19 de diciembre de 1859. Termina sus estudios y conoce varias lenguas, tiene cultivo musical y ejecuta muy bien al piano. También diseña y pinta primorosamente, perfeccionándose en el Museo de Bellas Artes de Sevilla; al mismo tiempo se dedica a la literatura por la cual experimentó siempre una profunda y decidida vocación.
En La Habana, trabajos suyos fueron incluidos en una Antología de poetas andaluces contemporáneos. Sus poesías se distinguían por el sentimentalismo que las inspiraba, destacándose las magnificas interpretaciones que valorizaban las primeras páginas de La Luz con un exhaustivo análisis e interpretación de los principios espiritas. Obteniendo, entre otros muchos galardones, en 1899 la Palma de Plata en el Concurso Internacional celebrado por la Academia Montreal de Tolouse (Francia) Ocupó con mucho éxito la tribuna, como distinguida oradora.
Antonia Pagés, tras una vida llena de sufrimientos y la pérdida de su hijo, conoce el Espiritismo gracias a su amistad con Fernández Colavida.
Amalia Torres de Maresma retrata particularmente un problema que la Barcelona pujante e industrial de aquellos tiempos ofrecía material excelente a las páginas de La Luz: la mujer trabajadora. Antonia Amat de Torres a su vez discute los conceptos de las religiones universales y las vuelve fáciles a la comprensión por una enseñanza sintética y clara, sobre todo liberal y amplio. Concha Geras a su vez, era otra colaboradora con un alma entusiasta que soñaba con el amor universal y que, en todas sus conversaciones o artículos, demuestra su generosa inspiración. BELÉN SÁRRAGA de Ferrero es la directora de una escuelita laica de niños, que lleva el nombre de Sócrates. Rosario de Acuña e Isabel Peña son dos altas figuras que dieron buena parte del gran prestigio de que disfrutaba las páginas de La luz. Rosario de Acuña, libre pensadora, independiente, se califica a sí misma de la siguiente manera: "Una mujer que siente y piensa, que medita y habla, que busca y pregunta, que vive y cree, que duda y ama, que lucha y espera. Tiene fe en lo Absoluto, en lo Infinito, en lo Eterno, aunque no desee afiliarse a ninguna secta u organización definida. Cree que debe ser demolido "el último bastón de la muralla hasta el último fundamento" para crearse una nueva sociedad.
Cuando los sectores teológicos la llamaron Materialista y las legiones fisiológicas o naturalistas le dicen Espiritualista, ella responde:
“Librepensadora que respeta integralmente el pensamiento ajeno, siempre a favor de la gran corriente de la vida que lleva por nombre este lema indestructible: Ama a tus semejantes".
Mujer de una cultura extraordinaria, intrépida, fuerte, desafía los más crueles embates ideológicos y se pone al frente de su tarea ocupando las páginas de célebres periódicos vehículos del libre pensamiento, encarando con valentía el problema de la redención de la mujer, contra los convencionalismos que la prenden a tantas injusticias y a tantos desniveles conceptuales.
La Luz del Porvenir, más allá de la alta categoría del elenco de escritoras que hemos enumerado, cuenta en su cuerpo de colaboradoras con mujeres extraordinarias, todas las plumas puestas al servicio de ese órgano de combate, corresponden a temperamentos equilibrados, pues no se necesita de poco coraje para enfrentar el sector religioso de un lado y, el convencionalismo de otro, los cuales condenaban a la mujer que tuviese dudas, calificándolas de Marisabidillas o de nihilistas intolerables.
Extraído de la revista Espiritismo Cultural
El Espiritismo
Es el Espiritismo, el gran consuelo
que los mortales hallan en la tierra,
sin el imbécil limbo, sin el cielo,
ni del infierno la espantosa guerra:
el hombre encuentra en él, clara y sin velo
la lógica razón, donde se encierra
la causa y el efecto del problema
sin pecado de origen ni anatema.
Justa, evidente, fácil y sencilla
se ostenta la verdad sin duda alguna;
en él la preferencia a nadie humilla,
ni existen preeminencias de fortuna;
que en el Espiritismo sólo brilla
la nobleza del alma y no la cuna,
porque el espiritista es el obrero
del único progreso verdadero.
Las religiones todas han pintado
un Dios a sus caprichos y a sus antojos;
en todas le busqué, pero no he hallado
quien calmara mis angustias y mis enojos;
que el Dios que los mortales han formado
le cercan de la duda los abrojos,
y nada más horrible que la duda…
¡Feliz aquel que tras la fe se escuda!
Yo en los templos, al pie de los altares,
quería hallar a Dios, oyendo misas,
y escuchando monótonos cantares
del incienso entre nubes indecisas.
Envidiaba a los hombres que, a millares,
escuchaban con plácidas sonrisas,
las historias de luengas tradiciones,
de milagros, de santos y visiones.
Los envidiaba, sí; porque en mi anhelo
yo no encontraba a Dios en mi agonía;
un mito fue para mí siempre el cielo,
y el purgatorio, estafa y mercancía;
buscando a mi dolor algún consuelo
crucé los mares, y en tan fausto día,
al contemplar el piélago profundo
rendí homenaje al Hacedor del mundo.
Encontré a Dios en medio de los mares,
en sus noches tranquilas y serenas,
dejé de recordar mis patrios lares
y olvidé mis dolores y mis penas;
yo no había visto a Dios en los altares
mas lo hallé de la playa en las arenas,
en las montañas de nevada espuma
y en las rocas veladas por la bruma.
Al conocer de Dios el poderío
y al comprender Su sabia omnipotencia,
hallé en la humanidad un gran vacío:
que la unidad faltaba a esta existencia.
Entre honores y glorias, vi al impío,
y a la virtud sumida en la indigencia,
y dije: la creación es una obra
en donde un algo falta, o algo sobra.
¿Por qué unos gozan mil y mil placeres
y otros sufren tormentos sin medida?
¿Por qué, Señor, distingues a los seres,
para unos muerte, y para otros es vida?
¿Porque a los miserables los prefieres
dándoles recompensa inmerecida?
¿Y en tanto un alma pura y delicada,
no encuentra la felicidad soñada?
Tú que diste perfume a las flores,
y a las eternas olas su murmullo,
y al refulgente sol sus resplandores,
y a la enamorada tórtola su arrullo,
y a las aves plumajes de colores,
y al gusano de seda su capullo,
¿cómo hiciste al hombre desgraciado,
cuando Tu misma esencia lo ha formado?
Estas quejas al viento yo lanzaba,
cuando escuché una voz, pura y suave,
que estas sentidas frases murmuraba
“ Dios ha querido que tú duda acabe;
si ves la humanidad gimiendo esclava,
sufriendo una expiación penosa y grave,
no creas que retrocede en su adelanto,
la perfección se riega con el llanto”.
“ Recuerda de Jesús la triste historia,
que diecinueve siglos han pasado,
y aún los hombres veneran su memoria,
y sus leyes al mundo han dominado;
pues con la muerte conquistó su gloria;
y Él que fue escarnecido y humillado,
¡ha sido de la tierra el gran profeta,
el regenerador de ese planeta…!
“ No pienses que en la tumba está la muerte
porque ves disgregarse la materia
nada en la tierra permanece inerte
todos circulan por distinta arteria;
en mi revelación vengo a ofrecerte,
la causa que da efecto a la miseria:
porque Dios en su justa omnipotencia
para ninguno tiene preferencia”.
“ A cada cual le da lo que ha ganado:
al espíritu dio libre albedrío,
y éste por sus antojos dominado
vive según su loco desvarío:
para el progreso eterno destinado,
prefiera el lodazal, o el limpio río,
que dure años o siglos su jornada,
hacia el Todo camina, no a la Nada”.
“ Hay mundos mil y mil donde los seres
encuentran elementos de arte y vida,
mezclados con acervos padeceres,
armonía universal no comprendida:
pues si fueran eternos los placeres
sería su sensación desconocida;
y tienen peso igual en la balanza,
la realidad del bien y la esperanza”
“ La esperanza es la voz de las edades
y el Espiritismo su idioma,
manantial de las lógicas verdades
que en la fuente de Dios raudales toma;
consuela mil penalidades,
astro del luz que en el Oriente asoma:
y es el Espiritismo la gran ciencia
que os puede definir vuestra existencia”.
Cesó la voz de modular sonidos,
latió mi corazón, sentí en mi mente
brotar los pensamientos confundidos
cual brotan del volcán su lava hirviente;
la luz fue penetrando en mis sentidos,
comprendí la justicia omnipotente,
y ví que la creación es una obra
que nada le hace falta ni le sobra.
¡Humanidad que vive sumergida
en la más dolorosa indiferencia,
y que por tu ignorancia eres deicida;
reconoce y admira a la gran ciencia,
que descifra el problema de la vida
demostrando el por qué de esta existencia,
y el pasado, el presente y el mañana,
las tres edades de la raza humana!
¡Qué presentan cien mil generaciones
en sus dioses, sus ritos y misterios,
en las ruinas de pueblos y naciones,
y en los bosques, primeros monasterios,
las sectas de diversas religiones,
que existen en distintos hemisferios,
los mundos que en su eterno movimiento
obedecen a un solo pensamiento!
Por el Espiritismo se eslabonan
formando una cadena bendecida,
los unos en los otros se aprisionan
y componen el Todo de la vida.
¡Atrás los orgullosos que blasonan
de haber marcado al tiempo una medida,
para el tiempo no hay límite prescrito,
porque éste, como Dios, es infinito!
LA ORACIÓN
Para rogar al Eterno
yo no encuentro necesario
entrar en el santuario
que la costumbre fijó,
¡Cuando un alma dolorida
no encuentra a su mal consuelo
le basta mirar al cielo!
¿ Hay templo mas grande? No.
Las iglesias confundidas
dentro de grandes ciudades
son centros de vanidades,
y allí no puedo rezar.
Una muchedumbre inquieta
ante mis ojos se agita,
que va a la casa bendita
su gala y lujo a ostentar.
En medio de tantos seres
no hay unos labios que imploren,
lo hay unos ojos que lloren
con llanto del corazón.,
Acuden al santuario,
tranquilos y sonrientes
murmurando indiferentes
por rutina una oración.
Oraciones estudiadas
sin sentimiento, ni anhelo,
se perderán, que en el cielo
no las pueden comprender.
Cuando en la mente angustiada
un eco doliente vibra,
y cuando fibra por fibra,
se deshace nuestro ser.
Entonces de nuestros labios,
brotan frases incoherentes,
que suben puras y ardientes
hasta del trono del Señor.
Esa es la oración bendita
que el Omnipotente escucha;
-¡El gemido que en la lucha
lanza el triste pecador!-
Nuestra religión cristiana
es dulce y conmovedora,
es tierna y consoladora
como ninguna lo es.
Y aunque ha sido combatida
y humillada en su pureza,
resplandece su grandeza
de los siglos al través.
De la construcción humana
me gustan las catedrales,
con Ventanas ojivales
y dudosa claridad.
Con sus naves silenciosas
y sus arcadas sombrías,
con sus graves melodías
y su triste majestad.
O en la cúspide de un monte,
una solitaria ermita,
donde el pecador medita
pensando en su porvenir.
¡Cuántas veces he rogado
en esos pobres asilos,
ignorados y tranquilos
donde se acaba el sufrir¡
Cuando me encuentro en parajes
donde no hay templos de piedra,
ni ermitas, donde la hiedra
pueda su manto extender.
Busco en collados y en montes
magnífico santuario,
que en un valle solitario
allí está el Supremo Ser
Allí está el cielo y la brisa,
las cascadas y las flores,
y las aves de colores
que bendicen la creación.
Está la naturaleza,
esa fábrica grandiosa,
de belleza portentosa
y gigante construcción.
La obra del hombre
¿qué vale ante esa débil
muralla que al mar le sirve de valla?
¿No se ve allí a Dios quizá?
Pues se suceden los siglos,
los mares se precipitan,
las olas siempre se agitan
y nunca van más allá.
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