Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

domingo, 21 de octubre de 2012

1407.- MANUEL SALINAS




MANUEL SALINAS
Nació en Granada. Desde 1978 reside en Málaga. Es Doctor por la Universidad de Málaga, catedrático y poeta, sobre todo; pero también narrador, crítico y autor dramático. De entre su obra poética publicada destacan los libros “Edelvira” (1975), “Los espejos fingidos” (1985), “Esplendor de la tristeza“ (1984), Zulo de noviembre” (1988), "El mar en los hangares" (2004). Y las plaquettes “ Escribir la muerte”, “La soledad de que sabe una historia”, “Para que tú seas la noche”, etc. Coherente y fiel con la propia escritura, con la propia voz, con un lenguaje rico, vivo, complejo y contradictorio. Su poesía , como él mismo dice, es POESÍA DE LAS AFUERAS.
WEB DEL AUTOR: http://ningunanubeesinutil.blogspot.com.es/



LA PALABRA: EL FUEGO Y LA MÚSICA
        
         “Los poetas ignoran que es un dios quien habla por ellos”                                                                                                                            

          Platón
            
                                                                                                                                                               
Soy quien pervierte a las hijas del rey.  Soy
una dulce picadura, una nube, cualquier cosa.
Las embriago en la sombra con silencio de aljibe
o con un rumor de pozo, para que enjoyen
con blancas flores diminutas su frente
celeste. Me gusta verlas bailar a  mi alrededor,
girar bajo exultantes trinos como estrellas
de oro, y sentir que para su sed
toda la lluvia no basta. Así
late la luz. Así
acude la noche.
Tienen empapados de amatista los ojos
y oscuras alas de sirena y para que no me pierda,
me ofrecen entre derramada fruta otra vez el Paraíso.
Las amo, no ha de volver la mañana, las amo
tanto; son  los verdes caminos que tienden
alfombras del alma y en primavera,
a pesar de la nieve, saben alegres canciones
de cerezas y campos de cebada.
Tendremos mil hijos. No vivo en vano.





DOLOR

“ ... dolor, yo te conozco”.       

A. Machado.


Es tu dolor lo mejor de mi vida:
me duelen tus manos, como una fresca llamarada;
me duelen tus ojos, de su herida vengo.
Me dueles tú, yo te conozco:
escasa eternidad
               que ni llega ni se queda.
Y cuando deje de amarte,
qué raro fruto de frío será el mundo.
Es bueno que al dolor le duela algo,
que nada se repare,
       que llore y que se muera.
Es tu dolor esa llama que llamo;
es tu dolor el color de mi alma.
Me dueles tú, dolor, yo  te conozco,
yo sé de tu alta nieve, de la fiereza
donde se turba el agua.






LA MÚSICA INVENTA

“ Y yo por los aleros
qué serafín de llama busco y soy”
García Lorca 

Los violinistas conocen esta música
que el poeta escribe en el cielo con un puñado de agua.

Sólo ellos saben dónde una vez estuvo el aire
y cantan a la puerta desprendida del alma.

Te quise, entre espumas y nubes; te he perdido:
una alegre llama en los tejados se baña.

Me llamaste, canción del agua que un gorrión trae en el pico.
Te he visto: la vida de manzanas se empapa.

Los violinistas inventan el escote de las rubias muchachas
y van por la lluvia que llega,

pintada de abril, incendiando el agua.






CARRO DE FUEGO

“El poeta mira al mundo como un hombre mira a una mujer”.
W. Stevens

Llévame a los cielos
envuelto en el fuego de las cosas que amas;
hospédame a solas en su corriente;
pídeme socorro con un perfume de flauta de espinas;
avívame, soy lumbre,
violeta sonora de un ático donde las niñas
se peinan con alondras y cantan.
Vuélame la noche, la tarde, el claro día.
Madúrame la casa de verde fruta.
Lléname de saltos de caballo el alma.
Llámame con sueños por mi nombre de poeta.
Coróname de migas de buen pan. Ampárame
y baila hermosa, mientras el mundo se hunde,
con un dulce violín en la solapa.
Regálame esa nube para gastarla juntos;
dime que sí. Dame la tinta, luz, agua: todo
lo que sea tuyo y tiemble de alegría
en los falsos oros de esta pavana
que la noche toca en los atardeceres con niebla.






MAÑANA DE RESURRECCIÓN

“Desayunados todos”
César Vallejo.

Desayunados todos,
en el hombro ningún sueño duele
y la muerte a la muerte ahoga en la azul rosa de una taza.

Prodigio esta mermelada 
donde dulce aguardaba lo lluvioso
y perdido en los verdes manteles

y donde, para ver el milagro, 
los niños cruzan el jardín con una nube en el pecho,
hartos de pan mojado y rubias alas de cristal de Sèvres.

Ésta es La Casa; 
ésta es mi casa y sobra el café
y es pecado la tristeza
junto a esa naranja
que de la primavera bajó al frutero.






TODO ES INFANCIA

“Todas las tardes en Granada
 todas las tardes se muere un niño”
García Lorca

No, no ha de volver la mañana,
pero yo creo en el dorado vino de su luz tierna
y en la lluvia que con todo tropieza cuando el amor se desborda.

No, no hay jardines en el cielo,
pero yo amo su azul Sahara y sus rosas ardientes
y canto a la oscura noche sin cauce, el pan nuestro de las despedidas.

No, nadie comprende la alondra 
que a la muerte calla, la nube de septiembre, la luz que queda encendida, 
reclamando un dormido rincón del Paraíso.

No, sólo los sueños nos llevan de la mano.  Sólo 
los niños. 





ENAMORADA PALABRA

“Los que de corazón se quieren sólo con el corazón se hablan”
Quevedo
                                  
Sé luz: pon la vida en llamas.
Sé ala: abre lenta las piernas.
Sé aire: haz del cielo el mejor lugar de la tierra.
Sé alma: entra dulce en vena.
Sé sal: haz más felices los días felices.
Sé noche, y sueña que hay Dios.
Sé espejo, sé loba, sé sola,
porque te tengo eterna.





OH, DULCE PÁJARO DE JUVENTUD. 

Oh, Sweet bird of youth.

                                   “No hablo  de las cosas que he visto; sino de las que
                                    he soñado”.
                                                           Lord Dunsany

Me perdí en el amor
que es un país manchado de leyendas y de historia, porque tú
olías a fruta tendida y cantabas turbadoras canciones
de un festín sin fronteras.
Qué mástil, qué jarcia, qué vela desplegada podrá apacentar
ese corazón mío que ruge, amamantado con vino.
Quién recordará que es un don ebrio el curso callado del arte,
y que era abril, y que en cada ondulante trazo, en cada estival sílaba
de tu nombre, anclado sobre la hierba, late el lento perfume
de un verso absurdo, el murmullo desafiante de un baile lejano
donde alguien canta,
                         se vive solamente una vez,

con un erizo o una estrella de mar entre las manos,
mientras balancea las ceñidas caderas la cantante
y en la sombra de la luz suena la orquesta:
oh yeah,
                 oh, yeah,
                                      oh yeah.





1 comentario:

  1. ¡No hace falta hacer elogios! ¿Para qué? Solamente leer estos versos y extasiarse. Gracias a internet he descubierto, aunque tarde, un poeta universal y eterno: Manuel Salinas. Enhorabuena. No hacen falta más palabras.

    Jesús García Castrillo
    ( Autor de "El enigma de Baphomet )

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