Francisco Machado Ruiz, nació en 1885 en Sevilla y fue el menor de la casa Machado. Murió el 5 de enero de 1950.
Francisco Machado Ruiz. Poesías: “El reloj de la carcel” y “A Concepción Arenal”
Originales manuscritos.
Por Manuel Álvarez Machado
http://www.antoniomachado.com/2010/07/francisco-machado-ruiz-poesias/
Francisco Machado fue el menor de los cinco hermanos Machado Ruiz., y como los dos mayores, Manuel y Antonio, también fue poeta. Poeta y escritor, pues varios fueron los campos literarios y periodísticos que cultivó con asiduidad..
Su obra, aparentemente escasa, no lo es en realidad. Una gran parte no llegó nunca a divulgarse, permaneciendo inédita, otra, dispersa en varias revistas y diarios, quedó olvidada con el paso de los años – solo algún que otro poema se recuerda de vez en cuando-, y el único libro que publicó, Leyendas Toledanas, que alcanzaría una segunda edición, es difícil encontrarlo.
Varios son los poemas que se publicaron en revistas y diarios de su época, y varios los artículos de diverso contenido. Destacamos los de índole jurídica, generalmente relacionados con el Derecho Penal y la Criminología. Aunque ya están casi olvidadas fue bastante amplio su repertorio de canciones, todavía registradas en la SGAE figurando él como autor de las letras – algunas alcanzaron gran popularidad -.
Finalmente queda su obra inédita, cuyos manuscritos se conservan. Esperamos que vean la luz en un día próximo, y si no se consigue en el formato tradicional de libro papel tal vez sí en formato de libro digital.
Entre estas últimas obras se encuentra un volumen de poesías titulado “Ráfagas de inquietud” que, además de contener aquellos poemas que publicó en revistas y diarios, contiene muchas totalmente inéditas. Varios trabajos sobre temas jurídicos, criminología y sociología, otros de temas costumbristas, estampas de la época. Colaboraciones teatrales, y una importante colección de guiones cinematográficos – algunos de ellos basados en las leyendas toledanas que versificadas publicó -.
A continuación reproducimos dos de sus poemas más conocidos: “El reloj de la cárcel” y “A Concepción Arenal”. Y en reconocimiento a Don Daniel Pineda Novo y a Don Enrique Sánchez Lubián por sus libros sobre Francisco Machado Ruiz, citamos y transcribimos sus palabras impresas sobre estos versos:
EL RELOJ DE LA CÁRCEL
Daniel Pineda Novo, “El otro Machado”. Guadalquivir Ediciones, Sevilla 2006.
“y en versos heptasílabos y dos endecasílabos, el poeta concibe esta composición, que acusa la marcada influencia de la poesía de su hermano Antonio … En la desierta plaza, cubierta de una luz redonda, destaca el erecto reloj de la Cárcel, “con su campana vieja” ….Suenan las horas lentas, y sus tañidos lo llenan todo de una honda pena que penetra, que inunda hasta el corazón de los pobres reclusos… Quimeras, lúgubres sonidos, la armonía lenta, el eco ronco de un azadón en tierra… Palabras, frases, hondamente machadianas, con influencias de Bécquer… Bécquer y Antonio Machado se unen en este poema,,, Simbolismo y romanticismo; en verdad, Antonio Machado fue un romántico tardío, lo que asimiló su hermano Francisco”,
“Francisco Machado utiliza en el poema una retórica muy de su tiempo; ese lastre de postromanticismo, que también utilizó su hermano, aunque lo más noble del poema es que el autor se desborda en humanidad con los afligidos, con los que sufren en la Carcel, “donde el pobre recluso/pasa su vida muerta…”,
“emplea los procedimientos del auténtico romanticismo: muerte, silencio, sombras, tristezas, quimeras de las ciudades muertas, destacando la imagen exacta – visual y auditiva – del reloj. Imagen que inicia el poema y lo cierra…”.
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Mi madre, Leonor Machado Martínez, hija de Francisco Machado, me dice con total seguridad que este poema fue escrito en León en el año 1930, ciudad en la que en esas fechas estaba destinado su padre como director de la Prisión Provincial. Recuerda que la cárcel tenía la puerta principal en una plaza no muy grande y que encima de aquella un reloj sonaba al marcar las horas, “era el reloj de la cárcel”.
EL RELOJ DE LA CÁRCEL
Hay una luz redonda
en la plaza desierta,
el reloj de la Cárcel
con su campana vieja
…………………………………
Sus tañidos al viento
toda la plaza llenan.
Cuando suenan las horas,
parece que se quejan.
¡Corazón de la Cárcel!
¡Alba de la siniestra
mansión del infortunio
donde mora la pena!
¡Donde el pobre recluso
pasa la vida, muerta
contando el minuto
la intensidad inmensa!
¡Qué lentas van pasando
las horas de tristeza!
En el ambiente trágico,
flotan como quimeras -
brazos largos -
plegarias, que no alcanzan
y deseos de cosas
que no llegan.
………………………………..
El reloj de la Cárcel
con su campana vieja
cuando suena, parece
que llora o que se queja.
Y el lúgubre sonido
de su armonía lenta
semeja el eco ronco
de un azadón en tierra
……………………………….
Hay una luz redonda
en la plaza desierta,
el reloj de la cárcel
con su campana vieja.
A CONCEPCIÓN ARENAL
Enrique Sánchez Lubián, “El reloj de la Cárcel. Poesías y Leyendas Toledanas de Francisco Machado”. Editor: d.b. Comunicación, Toledo 2005.
“El 30 de enero de 1920, Francisco Machado, como subdirector de la Cárcel Provincial, tuvo una destacada intervención en los actos organizados en el presidio con motivo del centenario de Concepción Arenal. Esta socióloga y ensayista gallega dedicó toda su vida a la reforma social, especialmente en el ámbito penitenciario”,
“nuestro protagonista glosó la figura de la señora Arenal, su obra penitenciaria y la gratitud especialísima que merece de los penados. Seguidamente leyó a los penados una poesía dedicada a la persona de la gran impulsora de las reformas penitenciarias. La poesía fue recogida puntualmente en las páginas de El Castellano, El Eco Toledano, y la revista Toledo. En la primera publicación se presentaba a Francisco como hermano del exquisito literato D. Manuel y del gran poeta y catedrático D. Antonio, mientras que en la segunda se destacaba que la lectura de los versos había sido magistral”,
“Las crónicas de la celebración dan cuenta del resto de actos celebrados con motivo del centenario, incluidos discursos del capellán penitenciario, don Leopoldo Gutiérrez Canales, quien glosó una de las Cartas a las delincuentes de Concepción Arenal,………. Los actos concluyeron con un almuerzo con las autoridades. La comida se celebró en el patio del establecimiento….”
“En El Castellano se decía que al abandonar la prisión los periodistas los infelices reclusos continuaban su yantar, muy animosos, muy contentos, por virtud de ese generoso aforismo de “Odia el delito y compadece al delincuente”, que tan magistralmente practicó, ampliándolo sentimental y científicamente la insigne Concepción Arenal”.
“Nota 39: …. En noviembre de 1949, Francisco Machado volvió a publicar esta poesía en el samanário gráfico Fotos”.
Con motivo de este mismo centenario Manuel Machado también dedicó una poesía a Concepción Arenal:
A CONCEPCIÓN ARENAL
(Manuel Machado)
…..
Porque fue buena y comprendió …
Porque su cuerpo fue leña
que su alma clara consumió
con una llama hogareña …
Porque negaba la maldad
y sabía la muerte impotente …
Porque alcanzó la bondad
del corazón y de la mente …
Porque tuvo al dolor cariño.
Porque en el hombre veía al niño …
Porque hizo el perdón fatal …
Porque endulzó las penitencias …
Porque iluminó las conciencias …
Es santa Concepción Arenal.
A CONCEPCIÓN ARENAL
con motivo de su centenario
(Francisco Machado)
Concepción Arenal, España entera
canta en loor de tu bendita gloria,
tu fama de mujer, santa y austera
habrá de perdurar en nuestra Historia.
Rayo de sol entre las sombras fuiste
consuelo del enfermo dolorido:
la amarga queja del dolor oíste
del pobre delincuente arrepentido,
y a escuchar te aprestaste diligente.
Procurando vivir junto a la vida
de la insaciable y la perduta gente;
viendo manar la sangre de la herida,
hiciste del Dolor tu santuario.
¡Oh, mujer inmortal, santa y asceta!
Por eso al celebrar tu Centenario,
al lado del Dolor, canta el poeta.
No has muerto, no, tu espíritu preside
esta fiesta solemne y religiosa
y en el alma de todos hoy reside
la tuya, triunfadora y generosa.
Concepción Arenal, al saludarte
y cantar con afán tu excelsa gloria,
esta composición quiero dejarte
Adiós me dijiste
Adiós me dijiste
Una tarde plácida,
Escuchando el lánguido
Suspirar del agua.
Adiós para siempre
Repetiste impávida
Siguiendo el camino
Sin volver la cara.
Dispersa y atónita
Quedó mi mirada
Viendo como un todo
Se convierte en nada.
.
Gracias, querido Fernando, por esta gran aportación.
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