Rafael de Cózar
1951 - 2014
Poeta, pintor y narrador español
BIOGRAFIA
Nacido en el año 1951, en Tetuán, provincia de Marruecos, residió desde los once años en Cadiz, ciudad donde inició su actividad primero como pintor, con diversas exposiciones y premios, para dedicarse más tarde a la actividad literaria, como miembro fundador del grupo literario "Marejada". Falleció en un incendio ocurrido en su casa de la localidad sevillana de Bormujos el 13 Diciembre 2014.
Doctor en Filología hispánica, reside desde el año l972 en Sevilla, donde ejerce como profesor titular de literatura española de la Universidad hispalense.
Ha obtenido los siguientes premios:
Finalista del premio "Guernica" de novela (Madrid, año l979),
Mención especial del Premio "Elisee" de novela manuscrita, Sevilla, l98l,
Finalista de los premios de poesía "Ricardo Molina" de Córdoba y "Rafael Montesinos" de Sevilla.
Premio extraordinario de doctorado de la Universidad de Sevilla (l985).
Premio "Ciudad de Sevilla" para Tesis doctorales, l986, con la obra: Fundamentos históricos de la experimentación poética española.
Premio “MARIO VARGAS LLOSA” de novela, (Murcia 1996) con la obra El Corazón de los trapos.
Ha sido director Literario de la Editorial El Carro de la Nieve, así como Presidente de la Sección Andaluza de la Asociación Colegial de Escritores de España entre 1982 y 2002.
Ha publicado relatos, poemas, estudios y artículos en diversas revistas y periódicos nacionales y extranjeros, habiendo sido traducido al francés, inglés, rumano, alemán y ruso.
Entre sus obras destacamos:
Motín de la Residencia, (novela) Sevilla, Padilla, l978
El Corazón de los trapos, (novela) Premio Vargas Llosa 1996.Madrid, Libertarias Prodhufi, 1997.
Bocetos de los sueños. (relatos) Cádiz, Col Calembé, 2001
Sinfonía nº 1 en negro de Cózar (ma non troppo) Sevilla, ed. autor, l98O
Hace frío esta noche, hace frío (selección), en revista Cuadernos Hispanoamericanos, nº 36l-362, Madrid, l98O.
Entre Chinatown y River Side: los ángeles guardianes, New York,Lautaro edit. 1987.
Ojos de uva, Sevilla, Lautaro Edit. 1988.
Poetas en el aula: J.A. Antón Pacheco-Rafael de Cózar. Sevilla, Junta Andalucía, 1991.
José Marrodan, Rafael de Cózar, Abelardo Rodriguez, por Poesía. Sevilla, El sobre Hilado, 1993.
Poetas en el aula: Rafael de Cózar- Juan José Espinosa. Sevilla, Junta de Andalucía, 1993.
Ya no queda
“Rumbé sin novedad por la veteada calle
que yo me sé. Todo sin novedad,
de veras. Y fondeé hacia cosas así,
y fui pasado…”
César Vallejo: Trilce
Qué puedo decir de ti si ya no queda
ni un mínimo rescoldo en la penumbra
del fondo acristalado de mi copa,
o tal vez sólo un tímido recuerdo de tu piel
cuando en la cama tuerzo las esquinas
y la miel ondulante de tu pelo
me empaña las pestañas de color.
Fui olvidando tus medias en la cómoda,
tu cepillo de dientes, tus camisas
y ponerme tus jeans a mi medida.
He olvidado la cocina para dos
y ya no uso jamás tu cazadora;
me basta una ración en la comida,
no preciso llenar la lavadora
y he cubierto el hueco en la repisa
que dejaron tus libros y tus cosas.
He cambiado las plantas que te gustan
y ordenado de otra forma el salón,
torcí los cuadros por romper la simetría,
arrojo la ceniza en los rincones
y perfumo los pasillos con el humo
del tabaco canario que me fumo
con espíritu de total contradicción.
He logrado con el tiempo olvidar
y ya ni recuerdo cómo fueron
los días que en la penumbra quedan
o en los rojizos tonos de mi copa
como un eco de una antigua historia
que alguien contara en algún lugar
Logré olvidar el cobre de tu frente
e incluso tu líquida dentadura
abrazada por la ternura de tu boca
o la dulce superficie de tu vientre
casi fugaz y aéreo,
y tu saliente hombro
iniciando la curva de tu cuello,
recostada de perfil sobre las sábanas
como el más bello animal.
Tan sólo a veces añoro que en la noche
me claves al costado las rodillas,
o la adorable tortura de tu cadera,
el martirio de tu melena sobre mi boca
y el revés inconsciente de tu mano
que aprovecha para vengarse la ocasión,
o acaso también cuando dormida
violabas las fronteras establecidas
manteniéndome preso junto al muro,
encadenado a tu cuerpo desnudo,
condenado a morir sin remisión,
el resto de la noche sin derechos,
con el pecho fusilándome la espalda,
y con la extensa superficie de mi piel
midiéndote las balas de las venas…
o esas también frías noches del invierno
que usurpabas las mantas de un tirón
y atenazabas mis piernas con las tuyas
para robarme el último calor.
Así pues cuando te digo que ya no queda
ni un rescoldo mínimo de tu sombra
inquietando los restos de mi memoria
y que he cambiado todo de lugar
sin el menor asomo de tristeza,
sólo espero que no entiendas cómo siento
el temor de que descubras cómo miento,
con qué maravillosa desvergüenza.
De Ojos de uva. Rafael de Cózar (1988)
FILOSOFÍA
La Filosofía, amigo, no es Séneca o Platón,
ni Descartes, o Leibniz, ni Spinoza
ni acaso Schopenhauer, y menos Kierkegaard.
Me quedo, si me apuras, con Jasper y Heidegger,
con Hölderlin, Van Gogh y Gérard de Nerval,
los Vedas, Upanisad, Confucio, Lao Tse
y aquello que no sé, ni supe,
ni llego a alcanzar.
En todo caso, el amor al pensamiento
y a la vida es la fuente, el motor de la labor.
La sabiduría, amigo, es el sabor
durante la brega con el tiempo
traducido en ciencia,
esa forma de conciencia
a la que nunca se llega
y en la que siempre crece por delante, de nuevo,
lo ya recorrido.
El saber es el sabor, la digestión del tiempo,
el sueño de la razón
que choca de continuo con la vida,
esa herida que nos va dejando la conciencia
al rozarnos con el mundo que nos toca
la poca porción de lo que somos
en el curso de la historia que transcurre
entre enero y diciembre,
medio día soñando lo que haremos
y el proceso hacia la noche constatando
lo que ya no seremos, ni hemos hecho.
Si la sabiduría es la conclusión del pensamiento
tan sólo rozará al que vive en la decepción,
asume la desesperanza y permanece escéptico.
Por eso vale más, amigo,
beberse de un trago la botella
y la vida beberla de un tirón.
El dolor de cabeza en este caso
al menos se cura con el tiempo.
A PIE DE OBRA
No me cabe duda del fundamento físico
que delimita quince años de diferencia,
del mismo modo que no te miento si te digo
que es evidente y también cuestión de física
la fatal atracción que por ti siento.
Es más difícil comprender la razón
que explique objetivamente
lo que tu dices sentir, amor, por esta ruina.
Si somos objetivos, es evidente,
que en tu caso no es física la atracción
ni cultural tu interés por esta arquitectura,
si somos razonables y consecuentes.
De mi físico yo respondo, estoy seguro
por encima de las evidencias.
Las grietas que reflejan estos muros
no restaron del todo resistencia,
pero este antiguo casco histórico precisa
urgente rehabilitación.
Por ello es preciso, mi joven dueña,
necesario y urgente, que, sin dilación,
te traigas tus andamios y herramientas
a pie de obra,
desnuda si es posible,
aquí, en mi habitación.
Méretrice, écoute moi:
Je dois mourir,
y quisiera doblarte por los pliegues de la vida
romper mi brazo entre tu selva,
arrastrarme y ser la lluvia en tus torrentes.
Méretrice. Dix Francs. Écoute moi:
llegar a ser el negro escarabajo de tu mundo,
clavar mis dedos en el barro duro de tu
cuerpo,
ser la antena de un barco hundido en tus
ojos,
Méretrice des yeux d'or, te lo ruego,
¡Déjame nacer de nuevo entre tus pechos,
doblarte y retorcerme, Meretrice,
soy un triste caminante de tus pasos,
aún no sé nadar
y quiero ahogarme en tu pantano.
Méretricel écoute moi. Je dois mourir
Esa especie de síntesis cosmológica
o esa otra piel más espesa y dura
extendida
paralelamente,
obelisco de la escarpada tierra,
figura de barro y piel
cocida en el sexo del sol,
mi cuerpo hincado en el cuerpo
de la mujer que duerme…
Entre los hilos de la bruma,
mecida en la soledad de la noche,
le asombra dorado un sueño,
la nostalgia de un primer amor
que arrastra entre las olas
las voces que le nombran…
…Y de manzanas
los pliegues de la cama
con su calor alumbran
nuevos sueños sonoros por venir.
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