Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

lunes, 8 de octubre de 2012

1405.- TOMÁS MARTÍN SERNA



Tomás Martín Serna
Nacido en Linares [Jaén]; tres hijos; profesor de Enseñanza Secundaria desde 1989; ha estudiado teatro en la RESAD; actor y director teatral,fundador del GRUPO DE TEATRO AQUELARRE [1982-1991]; actor en cortometrajes y series de ficción. Autor de 8 comedias dramáticas representadas por AQUELARRE [no publicadas]; articulista desde 1984 en distintos medios: periódicos, revistas,boletines,Internet..
Miembro y/o colaborador de distintas asociaciones culturales y artísticas de Madrid.







SI YO FUERA POETA...

Jamás escribiría versos de amor evanescentes,
como expresión de un estado sutil enajenado.
Ni cantaría loas a la vida,
exaltando el gozo de su belleza, en un mundo cruel y amenazado.
Ni versaría sobre ese cínico espejismo, que los ingenuos 
e inocentes llaman amistad, intentando exorcizar la inevitable soledad.
Si yo fuera poeta [uno más entre los llamados o los pocos elegidos],
que engalanan y abrillantan las palabras, por caminos frondosos, 
idílicos y almibarados, mostrando la nobleza del alma arrebatada.
A lo mejor, quién sabe, escribiría bellos poemarios,
y, hasta es posible, serían publicados.
Y,¿porqué no? obtendría algún premio prescindible.
Pero, lo siento, no soy poeta:
sólo sé escribir -y no muy bien- de forma prosáica.
Y demasiado mayor,a mi pesar, para poder evitar reirme sin crueldad
de los Romeos que adoran a sus Julietas;
y de las Julietas que idolatran a sus Romeos,
en el efímero tiempo de una estrella fugaz; para volver a empezar 
cuando el sueño se acaba.
¿Y cómo cantar a la vida cuando no es más que un corto tránsito 
a la muerte?, un camino tortuoso empedrado de dolor,fatigas,
infelicidad, mala suerte,injusticias...para los más;
mientras los menos -elegidos de los dioses y demonios- se ceban 
y gozan en sus jaulas doradas.
¿Y qué decir de la amistad?:
me carcajeo de los que presumen de tener `muchos amigos´,
confundiendo y ensuciando esa palabra sagrada con artificios 
y sucedáneos banales.
Los AMIGOS [de verdad: sobran dedos de una mano para contar 
los que llenan una vida...
En fin, no soy poeta; sólo sé escribir en prosa, y no muy bien.
Y, perdonadme, no lo puedo evitar, cuando escribo prefiero 
hacerlo para escupir en la cara a la mentira, a la hipocresía, 
al engaño, a la manipulación, al abuso, a la corrupción, 
a la falta de ética, a la injusticia...
Sí, ya lo sé, mi `batalla´ es inútil y estéril....pero, lo siento, 
qué le voy a hacer...
no soy poeta.





M U T A N T E S

Llegarán, poco a poco y en silencio,
casi de forma imperceptible
se esparcirán por la faz de la Tierra,
sin que nada ni nadie pueda impedirlo.

Destronarán, por fin y para siempre,
al letal y Gran Depredador,
a la cruel y destructiva criatura
de paradójico y cínico nombre:
homo sapiens; así denominada.

Y arrojarán al abismo de la memoria
sus odiosas costumbres de engaños y mentiras,
de vilezas y perfidias, de abusos e injusticias…
convirtiendo las guerras en pesadillas del pasado
borrando las fronteras, quemando las banderas.

Respetarán a sus semejantes, vecinos o lejanos,
y la palabra solidaridad no será una entelequia,
limosna de `onegés´ ni artificio filantrópico.

Impedirán la existencia de iluminados y redentores,
de sátrapas y demagogos, de corruptos y tiranos,
de farsantes de vocación y políticos de ficción.

Erradicarán del corazón y la mente
los fanatismos culpables de fratricidas luchas,
exigiendo el armisticio infinito y sin tregua
entre Dios, Alá, Jehová… y demiurgos adjuntos,
y los Sumos Sacerdotes serán desposeídos
del poder de sus miedos, del yugo de sus profecías.

Transformarán al planeta en el hábitat ansiado,
abriendo los desagües en la tierra y el cielo
para limpiar la insoportable inmundicia
por el Gran Depredador acumulada y creada,
por su insensatez y codicia, por su ambición y avaricia.

Cierto es que nada de esto ocurrirá mañana,
ni tampoco en un futuro cercano….
pero tened presente que en un tiempo impreciso,
en un mañana soñado: sin duda llegará.

Sólo hay que esperar a nuestros sucesores,
a los hombres distintos,
a los hombres distantes,
a los necesarios y deseados MUTANTES.

Yo así lo espero, yo así lo creo,
y sé que tú ni yo los veremos…
pero, por los hijos de tus hijos,
más te vale, muchacho, confiar tú también
en que así debe ser,
en que así puede ser
y en que así será.





SIEMPRE NOS QUEDARÁ EL MAR 

El crepúsculo extiende su rojizo manto
envolviendo con delicado fulgor
la visible y cercana naturaleza
y el inaprensible y remoto horizonte. 
Una ligera brisa primaveral
continúa su gratificante labor
y con lúdica delicadeza
hace danzar la cometa
de unos alegres niños
en la casi desierta playa.
Sentado en una pequeña roca,
a pocos metros del mar
leo en solitario el periódico,
alternando mi atenta visión
de sus desastrosas noticias
con la fascinante contemplación
de mi querido Mediterráneo.
La crisis persiste inclemente
en su destructiva misión
de arrasar como un cruel tsunami
el presente y futuro de la gente.
Allá lejos, un frágil velero
navega con ajena indolencia
a un mundo triste y desolado
por su angustiosa situación.
Las escasas gaviotas
acarician con sus alas
en su grácil y veloz vuelo
la blanca espuma de las olas...
`Sigue imparable el desempleo,
las Bolsas se hunden sin remedio,
los mercados financieros agreden,
las empresas no levantan cabeza,
las `primas de riesgo´ se inflaman…´
y sin pudor ni piedad
los ajustes y recortes sociales
decretados  por gobiernos ineptos 
sodomizan a media Humanidad.
Me contengo a vomitar
ante tanta injusticia y codicia…,
cerca de mi una papelera
es la digna receptora
de tan infame inmundicia.
Deposito allí el periódico
y paseo descalzo por la arena;
mientras allá lejos, el disco solar
se hunde en el horizonte
como un viejo dios abatido,
con una belleza infinita
en su cósmica solemnidad.
Suena el móvil....,
es mi compañera de alma (y cuerpo)
que reclama mi compañía
rescatándome de mi soledad.
Dirijo mis pasos hacia ella
caminando por la playa
con el agua mojando mis pies,
y con la firme convicción
de que pase lo que pase...
siempre nos quedará el mar.






VENDRÁN DÍAS MEJORES.....

El silencio, pesado y cálido, 
envuelve la habitación.
Son las dos y pico de la madrugada
y una suave brisa se cuela por la ventana
intentando, tímidamente, abrazar la cortina.
Ya estamos en Junio: otro verano más,
que pronto ocupará su lugar
en el archivo de la saturada memoria,
¿será mejor o peor que los anteriores?
Sonrío ante la pueril cuestión;
enciendo, sin ganas, otro cigarrillo
y salgo a fumarlo a la terraza
con la ingenua y absurda ilusión
de que la luna –o las estrellas, da igual-
inspiren mi pobre y estéril imaginación.
Comencé a escribir hace dos horas
y apenas he avanzado unas líneas
de mi nueva y maldita comedia.
Fumo despacio, acariciado por la brisa;
llega un coche y aparca bajo mi terraza.
Apaga el motor y las luces….
y, lo siento, vivo en un primer piso
que aliado con el silencio atenuante
me hace oír un sollozo entrecortado
acompañando a un diálogo susurrante.
Al rato sale una joven del coche,
permanece junto a él un instante,
una voz viril emerge  de su interior,
su tono es crispado, duro, amenazante...;
arranca el auto y desaparece en la noche,
la mujer, inmóvil, lo mira alejarse.
Luego camina lentamente hacia su portal
limpiándose las lagrimas y se funde en él;
y yo continúo fumando indiferente,
esperando la caprichosa
y voluble inspiración 
que no da la mínima señal de aparición.
Una estrella fugaz se deja ver levemente
mientras la luna llena, radiante y rotunda,
continúa colgada con enigmática arrogancia,
sin puñetera intención de querer ayudarme.
Por un instante, y sin poder evitarlo,
intento adivinar la causa o razón
de las lágrimas de la triste joven…
La brisa arrecia y un ligero escalofrío 
me hace volver de la fútil evasión….
Decido irme a la cama pensando
que una noche perdida,
(una más entre tantas)
tampoco es un cataclismo,
y, seguro, vendrán días mejores,
para mí…. y para la triste joven.







H E R N Á N

Tiene mis genes y no es mi hijo, 
 es pequeño, blando, delicado y frágil, 
 sus ojos: oscuros como el azabache, 
 derriten mi corazón cuando me miran 
 y no es posible provocarme más ternura, 
 ni más nostalgia (en ciertos aspectos) 
 por un pasado lejano, distante y difuso.

Su semejanza conmigo no ha lugar, 
 quizá, cuando crezca, quién sabe…. 
 (nada me impide ese pensamiento iluso)

Mentiría si dijera que al nacer 
 era el bebé más lindo del mundo; 
 más que nada porque ninguno lo es… 
 (opinión innecesariamente compartible)

Su nombre, de aventurero conquistador 
 y rapiñador áurico de aztecas masacrados 
 -del que me declaro irresponsable-, 
 tampoco, en principio, fue de mi agrado.

Solo tiene unos meses, pocos, 
 y cada vez que lo miro, 
 me conmueve con su mirada y sonrisa 
y creo, que en todas las galaxias posibles: 
descubiertas, ocultas, imaginadas o soñadas
 pueda existir un bebé más guapo 
 y con un nombre más bonito que el suyo…

Y claro, su madre (mi hija) 
 está convencida de que nunca, 
 jamás, en la vida… 
 he dicho ni diré 
 una verdad más grande.






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