Felipe Alejo Álvarez Navarro, nacido en 1.927, andaluz por naturaleza y vivencia, de profesión “Jornalero de Corcheas superiores” amante de la literatura desde pequeño, apasionado del verso y su métrica, diestro narrador de imaginativos contornos y vivenciales realidades, colaborador en variadas revistas literarias nacionales e internacionales, cofundador de varias tertulias y miembro de distintos foros artísticos literarios, tiene publicados y registrados (17 libros de poesía, 2 de narrativa corta, 2 novelas de variado tema y composición) Tiene por publicar, otras dos novelas y varios libros de poesía. En colaboración con otros compañeros, cuenta con 12 más, entre antologías varias y poemarios sueltos. En la actualidad es alumno del Aula Abierta de la Universidad “Pablo de Olavide” Sevilla, sigue colaborando en varias Tertulias Literarias y Foros de Internet y se considera un viajero empedernido por amor a su Madre Naturaleza.
A LA CULTURAL CÁCERES
(Dodecasílabos)
De duros y ancestrales siglos, surgieron
las gloriosas hazañas de su fiel historia
que en la seca gleba extremeña fundieron
con hombría de fe y soles de gloria.
Tierra sin mar y mar sin tierra, nos dieron
descubrimientos que asombran la memoria
de aquel “Inca”, que en nueva Castilla. Vieron
crisol de culturas con fuerza de victoria.
De Yuste a Guadalupe, de Hervás a Plasencia
trashumancia de leyendas en presencia
de romanas calzadas y puentes vivos.
La heráldica ciudad pone su pasado
medieval y renacentista, acuñado
con presentes renovados muy activos
BALADA DEL HOMBRE ÁRBOL
Hubo un hombre, triste de ser hombre,
tan sólo caminaba, que ni sombra vertía…,
un hombre desolado, con diagnosis, esquizofrenia
y como loco lo trataron.
Su locura: era que se sentía árbol
en este mundo loco, de árida humanidad.
Quería que su piel fuese dura corteza,
que ningún golpe le hiciese daño.
Quería vestir de verde todas las primaveras,
y que sus hojas fuesen sombras para buenos hombres,
con palabras de verdad, que viertan trino y frito
en todos los veranos.
Quería vestirse de ocres dorados en otoño
y pasar el invierno aletargado.
Con estas pretensiones,
hizo en la tierra el hueco necesario
para ser auto trasplantado.
Desnudo de hombre con los brazos abiertos….
se obró el milagro.
Sentía los pies en la tierra
fuertemente enraizados.
Cómo su duro cuerpo se estriaba,
y se cubrían de hojas floridas sus brazos.
Sus ojos ya no veían…
pero sus pimpollos captaban colores
por los hombres jamás matizados…
-¡Qué feliz ese sentía,
ya no podrían hacerle daño…!
Esa misma tarde:
unos niños subidos en su copa
desgarraron unos pedazos…
Una pareja de novios
grabó un corazón con sus iniciales.
Unos recolectores llagaron las entrañas
donde antes latía el humano.
…¡No repararon que la savia era roja
y no de color dorado…!
Del libro “Desde el Porche con Amor”
Evocación
Tuvo mi corazón un lindo anhelo,
encrucijada diaria de pujanza...
Plantar un sauce muy cerca del cielo
y sobre el, dulce nido de esperanza.
Floreció la colmena con desvelo
sobre un albor de lunas en bonanza.
Poco a poco tendrán su propio vuelo
y tejerán, su estela de añoranza.
Hoy, me siento viajar hacia el otoño,
donde emigran los pájaros del alma
y hacen eco los trinos del retoño.
Inclinado en las redes del recuerdo
con su razón, la hoguera ya está en calma,
soñando, la alborada que hoy pierdo.
ALMERÍA EN EL RECUERDO
Abriendo la ventana del recuerdo
penetró tu mañana hasta la mente,
vibró la vista deleitosamente
y en tu lindo horizonte ya me pierdo.
Retando al tiempo cual imberbe cuerdo,
me afano por sufrir concupiscente
las delicias del ser tierra caliente
y en aras del momento, te recuerdo.
Temiendo padecer cualquier olvido
a tu Alcazaba subo, ¡Almería!
Reencuentro de añoranzas con tu nido.
Esperanzas de vida. ¡Maravilla!
Inmenso sueño de esta Andalucía…
Con recuerdos de amor, desde Sevilla.
Del libro “Ser del Sur”
No hay comentarios:
Publicar un comentario