JESÚS CARRASCAL GUERRERO
más conocido como JESÚS WORVE.
Poeta y cantautor onubense.
El verdadero nombre del joven artista es Jesús Carrascal Guerrero, tiene 26 años, una trayectoria que está despegando y es más conocido por canciones como "Carretera y Manta", "Uroboros" o "Ni de coña".
DESGANA
Por los cortes en mis venas
hechos por la realidad,
se derrama el tiempo.
Que cae por el balcón,
hacia un precipicio
de colores mustios,
ya demasiados vistos,
ya demasiado estudiados.
.......
Y paso de decir nada más.
TALLER
En Octubre te habrás ido,
y no dejarás más que una huella impura de ti.
Se llevaron la vista,
me quitaron la fe,
me robaron las marismas,
y ahora te llevan, atada.
Aunque no opongas resistencia.
No podríamos hacer nada para impedirlo,
mientras que te deshaces por la corrupción
de demasiados años en tus entrañas.
Te agrietas por el abandono y las ratas y
te desgranas por la indolencia.
Tan sólo me quedarán los recuerdos
de una caída de bicicleta,
como me consolaste cuando murió el garrapatero,
como me amparabas al amar,
tu oscuridad inducida,
y un par de fotos en condiciones.
Apenas es suficiente.
En este Octubre que no será
lo suficientemente frío,
esos infames te llevan.
Adiós, Tata.
Adiós, imprenta.
Adiós, Azul.
Adiós, desastroso montón de escombros que me amparaban.
Adiós.
Go Away
Odio que se vayan,
detesto que vuelvan
cierro las puertas rotas
prefiero la ciudad Sin Nadie.
Paseo intranquilo por las calles
que habitaron recuerdos,
destruyo los que aún queden en pie.
No se oye ni un murmullo,
ni animales, ni el viento.
Sólo puedo decir: "bien bien"
Era lo que pedía
y es lo que tengo.
No paséis por aquí
a nada quiero ver.
No se admiten más caballos de Troya.
NO PASA NADA
No pasa nada
salvo este silencio sepulcral
y su envoltura de plata.
Las hojas se mueven
y un chaval mira
como el tiempo pasa
entre las deformidades
del alquitrán de la calzada.
Pero no pasa nada.
Un calor que achicharra
los tallos vivos y muertos
de las macetas en los balcones.
Y no está pasando nada.
No pasa nada,
cuando los edificios tapan las vistas
hacia el mar y hacia un futuro distante,
que impiden que te recordase.
En ese segundo,
en el que el cenicero a rebosar
no pueda soportar más enfermedades
o mentiras en forma de colillas.
No está pasando nada.
Ni antes de este momento
pasó nada,
ni mucho menos después,
cuando las ruedas impasibles
aplasten mi dolorido cuerpo,
no pasará nada.
PLACEBO CANCERÍGENO
Fumo, fumo y fumo
como si detrás de cada brizna de tabaco quemada
fuera a encontrar una respuesta.
Falso, me estoy matando.
Un deseo de humo venenoso que se transforme
en una esencia encantadora en el aire.
El incentivo que necesitaba mi espera.
Y esto sigue siendo una mentira visceral.
No está, no hay ayuda,
ni asistencia técnica,
ni rezos
ni páginas web que valgan
es una desesperación personal.
Y en la pasividad de emociones
¿qué es lo que pasa? ¿Qué?
Sin respuestas, sin eso, sin ella,
si, sin ti.
Pero esta calada que estoy dando ahora,
es la última de esta manera.
De esta dejadez.
De esta melancolía buscada.
Lo prometo.
Pero ya lo dije, es mentira.
Me estoy liando otro cigarro
sin haber acabado este siquiera.
LA DECISIÓN DEL FÉNIX
Medita entre la ruina,
la mejor forma de renacer
con su fuego.
Sus llamas determinarán sus cenizas,
y estas, sus músculos, su piel y hasta su carácter.
Debe decidir bien su intensidad,
o morirá en sí mismo,
para renacer con un ego nauseabundo,
lleno de errores repetidos.
Mira la chatarra carmín
que le rodea,
con ojos cansados por la escarcha.
Aunque el frío siempre le hizo pensar.
Y se pregunta durante días, inmóvil.
¿Qué quiero ser?
¿Qué odié de mí?
¿Qué debo evitar?
¿Hasta dónde quiero llegar?
Con una seria introspección,
investiga su ser y sintetiza sus deseos.
Y así arde su flama. Arde. ARDE.
Se quema durante horas,
dejando un huevo entre sus restos,
que nacerá sabio,
aunque con renovadoras esperanzas.
Si ese viejo bebé no lo consigue,
siempre podrá volver a quemarse
junto con sus defectos hasta conseguir lo que quiso.
Un objetivo para tan magnífica existencia.
DESAGÜE ABIERTO
De hoy tan sólo recuerdo,
pisar charcos con botas de agua,
de salir corriendo,
me esperaban las gambas.
A todas horas
no se tuercen los sentidos,
noto caer las gotas ahora,
la lluvia empapa los caminos.
El crepitar de una hoguera ausente
Abrasa mis entrañas,
¡lamentable es el miedo,
las heridas me son extrañas!
Ya no se pudren más estanques,
sin duda puedo salir tranquilo a la calle,
el mundo había cambiado,
lástima no haberme enterado antes.
RIP: Carpe Diem
Que no, que ya no me alejo
Aunque la boca me tiemble,
llenándose de lágrimas de cuero
por las que a veces, sólo a veces
Me ahogo y muero.
Y me entierro,
y me sano,
y me recupero.
Hasta darme cuenta,
de que el “ya” sigue sin haber vuelto
mientras pienso días
que quizás no vendrán
torturado por momentos incompletos.
No obstante, me alegra
no haber atropellado a ese gato de milagro.
Si eso aún importa algo…
Sí, eso aún debe de importar algo.
Errando el tiro
Tecleabas con los pies, un final horroroso
pausado, lento, gris.
Cuando tú sólo intentabas que la bala
te diera de lleno, te aparta de ella, una vez,
y dos, y ochenta y tantas,
una sucia hada
salida de la voluntad de otros, que no eres tú.
Nunca verás al jefe final
para pelear contra él.
La suerte, amante ausente,
escupe su bilis a los pocos afortunados.
Mientras tu momento, fue raptado y torturado por
otros momentos, y le han lavado tanto la cabeza,
que ya no es él,
ahora son recuerdos, no siempre alegres.
Pasado viola tu cerebro,
y abandonaste cualquier perspectiva
de mejorar.
"¿Mirla dónde estás?"
Sólo avestruces que leen,
que destruyen, te acompañan.
No creo que las domes.
Y aún así no dejas de intentarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario