Antonio Carbonell Sánchez
Nació en 1961 en Granda y vive en Roquetas de Mar, Almería, desde los cinco años. Fue uno de los impulsores de la revista La Orilla a mediados de los 80, que avivó la creación literaria en el Poniente Almeriense. En esta época en la que publicó poesía en diarios y revistas y en la que obtuvo algún premio de narrativa. Tras varias décadas distanciado de la escritura, ya en plena madurez, publica su primer poemario, Y tensó el arco,(Instituto de Estudios Almerienses, 2013).
LUZ EN LA HERIDA
Qué ve él frente al espejo cuando delante se demora,
cuando con cierta complacencia de nada se extraña.
A su lado encuentra miedo, débil la voluntad
y mezquinas palabras derramadas que a su paso esparce.
Ella en otra habitación va acunando una tristeza creciente.
Qué ve si de frente el gesto inseguro observa,
la determinación del dolor que consciente prodiga
donde tiempo atrás vertió deseo,caricias y cuidado,
aquellos mensajes de enamorado en sus cabellos.
Qué siente, se pregunta ella, cuando en el afilado silencio
araña con desesperación el desconcierto de tanta herida.
Tan magnifica armadura creerse dueño y propiedad,
vacío rebosante, ni con frío ni calor, ni migajas de consuelo,
solo afán de destrucción atrincheran al cobarde,
obstinado y ciego menester en la tragedia se recrea.
Qué queda sino gélido eco del llanto y de los golpes,
pasos como sentencias, apoyado en la ventana el temblor
donde se reflejan pájaros huyendo en desbandada.
Qué queda tras tanta violencia y desatino sino ansia
de ser hoja caduca que se abandona sumisa al destino
para quien no atinó a afrontar la certera realidad.
Qué espera en la penumbra de sus días junto a la excusa
y el agrio sabor de la humillación y los moratones
con que ya no pueden ni el maquillaje ni la mentira.
Qué espera para oír su propio grito y despierte su dignidad,
ponga cerrojos al pasado cruzando puertas que abrirá el valor
y que luz nueva bañe sus alas mientras se aleja de la tortura,
alzando el vuelo en brusco giro, cambie la dirección de su vida.
Pepe Criado dice de él que "ha creado su propio espacio en soledad, alejado de los círculos artísticos, pero conectado a la vida, a la libertad vital de sorprenderse continuamente a sí mismo ordenando palabras que transmiten el vendaval literario que ruge por su mente".
Es estilo de su poesía, casi sin proponérselo, sigue la senda de la mística iniciada por Ibn al-Arif y que ha llegado a nuestro días con la obra de Valente, Sabiote y Francisca Sánchez-Ros.
"Pero Antonio Carbonell sí se declara deudor de, entre otros y otras, las poéticas de Chantall Maillard, de Wislawa Szymborska y de Kavafis. No obstante, y para seguir situando su poesía a nivel nacional e internacional, es necesario señalar la conexión de sus poemas con la cotidianeidad de la pulsión erótica en los versos del cordobés Vicente Núñez y de la sorpresa en las vivencias diarias en los poemas de la argentina Susana Tosso", aclara Pepe Criado.
He aquí una pequeña muestra de sus versos:
Tensando el arco abandonó la sonrisa en tan rígido hilo,
sintió oblicua en sus dedos
la fuerza del otro lado.
La manzana o el corazón,
aún duda el arquero sobre cual era la historia.
Todo gesto, armonía.
Toda palabra, ala.
Todo límite, espejismo.
Toda certeza, referente.
Todo artificio, sospecha.
Calcé por descuido un día
los zapatos del revés,
el derecho en el izquierdo.
Comenzaba a comprender.
Miedo al olvido, dices.
Para ello los huracanes,
los cataclismos íntimos.
No receles desaparecer
pues eres la eternidad
en cada instante latido.
Miedo al olvido, dices.
Para ello los huracanes,
los cataclismos íntimos.
No receles desaparecer
pues eres la eternidad
en cada instante latido.
© Y tensó el arco, IEA, Colección L Poesía, 2013.
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