Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

miércoles, 1 de febrero de 2012

1105.- GARCI SÁNCHEZ DE BADAJOZ




Garci Sánchez de Badajoz (Écija (Sevilla), 1460 - 1526) fue un poeta español de los siglos XV y XVI, perteneciente a la lírica cancioneril y a la Escuela alegórico-dantesca.

Su familia procedía de la baja nobleza extremaña de Badajoz, pero en el siglo XV se estableció en Écija. El Cancionero General (1511) recoge gran número de sus composiciones, y otras aparecen en pliegos sueltos y en el Cancionero de romances. Según la República del mundo de fray Jerónimo Román, era un eminente músico tañedor de vihuela, al que una gran pasión amorosa le llevó a perder el juicio.
Escribió Liçiones de Job apropiadas a las pasiones de amor, parodia del famoso libro bíblico muy perseguida por la Inquisición, que las mandó expurgar para poderlas publicar en el Cancionero general; Claro escuro; El sueño, donde se figura su propio entierro; El infierno del amor, un poema alegórico al estilo de Dante Alighieri compusto con retazos de canciones eróticas de poetas ya fallecidos que el autor supone perpetuamente penando; el romance Caminando por mis males posee un sentimentalismo subjetivo y enfermizo que se adelanta a su tiempo milagrosamente con caracteres propios del Romanticismo, y las Lamentaciones de amores, que fueron muy elogiadas por Fernando de Herrera. Aparte de esto, elaboró gran número de canciones, villancicos, dezires.
Alabó mucho el estilo de sus coplas Juan de Valdés en su Diálogo de la lengua, y Lope de Vega decía en el prólog de su Isidro: "¿Qué cosa iguala a una redondilla de Garci Sánchez?".

Obras principales
Liçiones de Job apropiadas a las pasiones de amor
Lamentaciones de amores
Caminando por mis males
Claro escuro
El infierno del amor
El sueño






Flor de Pretericiones


Lamentaciones de amores de Garci Sánchez




Ansias y pasiones mías
presto me aveis de acabar
yo lo fio;
¡O planto de Xeremias
veni agora a cotexar
con el mio!


Lagrimas de mi consuelo
que mis penas encubrillas
no podeis,
salid, salid sin recelo
y regat estas mexillas
que soleis.


Sospiros en quien descansam
los tormentos y dolores
pues sabeis
que mis males no se amansan
salid haciendo clamores
y direis:


Animas del purgatorio
que en dos mill fuegos andais
batallando,
si mi mal os es notorio
pareçeros a qu’estais
descansando;


Las q’en el limbo vivis
que de gloria ni de pena
sentis nada,
si mis clamores oys
convertirseos a en pesar
la morada;


Y vosotras que penais
para perpetua memoria
en cadena:
si mis clamores gustais
teneis por creçida gloria
vuestra pena;


Casada de Hierusalem
que fuiste por tus errores
destruida,
vem agora tu tambiem
para que conmigo llores
tu cayda;


Troya tu que te perdiste
que solias ser la flor
en el mundo,
gozate conmigo triste
pues ya llega mi clamor
al profundo;


Babilonia que lamentas
la tu torre sin par famosa
ya’solada,
quando mi perdida sientas
quedarás de muy llorosa
consolada;


Constantinopla qu’estas
tan sola de nuestra gente
a tu pesar,
buelve tu cara y podrás
(viendo lo que mi alma siente)
descansar;


Merida que en las Españas
otro tiempo fuiste Roma,
mira a mi
y veras que en mis entrañas
ay maior fuego y carcoma
que no en ti;


Mugeres que en el parir
hazeis llantos excessivos
de dolor,
cessat pues que veis morir
mis pensamientos captivos
por amor;


¡O fortuna del amar
que trastornas mil navios
no se a dó,
si te quieres amansar
ven a ver los males mios
en qu’esto!


Seyrena tu que hazias
al marinero dormir
con cançiones,
no oyas las ansias mias
porque te hare dormir
con mil sones;


Vos cisnes que cantais
junto a la cañavera
a par del rio,
pues que cantando os matais
mas razón es que ansi muera
yo en el mío;


Pelicano que te hieres
para dar a tus hijos vida
con jemido,
pues que tu sin culpa mueres
con la mia tu herida
terna olvido.


Tu pajaro solitario
por las torres perseguido
do te vemos,
pues que no te soy contrario
ven i hagamos vn nido
en que lloremos;


Tortola que vives triste
sin tu buena compañia
con firmeza,
aunque mucho tu perdiste
no será como la mia
tu tristeza;


Y tu lechuza que moras
en los muros derribados
de contino,
si por la claridad lloras
yo ver luz por mis pecados
no fuy digno;


Ave fenix que sin par
tu te quemas y deshaces
en el fuego,
y otra nueva sin dudar
a la ceniza que hazes
naçes luego;


Ansi yo triste mezquino
me muero por quien no espero
galardon,
doyme la muerte contino
y buelvo como primero
a mi pasion.


Coraçon: no te abrases
en aquesta biva fragua
con enojos,
¡tiempo es ya que derrames
veinte mill cantaros de agua
por mis ojos!










Recontando a su amiga un sueño que soñó


Muy poco ha que pasó
solo por esa ribera,
y como le vi y me vio
yo quise saber quién era
y él luego me lo contó
diciendo: Yo soy aquel
a quien más fue amor cruel,
cruel que causó el dolor,
c’ a mí no me mató amor,
sino la tristeza de él.












Copla


En dos prisiones estó
que me atormentan aquí:
la una me tiene a mí,
y a la otra la tengo yo.


Y aunque de la una pueda,
que me tiene, libertarme,
de la otra que me queda
jamás espero soltarme.
Ya no espero, triste, no,
verme libre cual nací,
que aunque me suelten a mí,
no puedo soltarme yo.










Infierno De Amor (fragmento 2 Y Final)


A guevar vi quexarse
tal que me puso en manzilla,
y en vivas llamas quemarse,
como quien hizo capilla
para en ella sepultarse;
y el secreto mal de amores,
de penas y disfavores
no podiendo más sofrir,
comienza luego a decir:
Livianos son los dolores
que el seso puede encobrir.


Y vi luego a Juan de Mena
de la edad que amor sintió,
con aquella misma pena,
como cuando lo encantó
el Amor en su cadena,
y de tal llaga herido
que le privaba el sentido;
y así estaba trasportado,
diciendo como olvidado:
¡Ay dolor del dolorido
que non olvida cuidado!


Don jorge Manrique andaba
con gran congoxa y tormento,
de pensar no se hartaba
pensando en el pensamiento
que pensar más le agradaba,
diciendo entre sí consigo:
Siempre seré mi enemigo,
pues en darme me perdí,
mas si yo mismo me di,
no sé por qué me fatigo
pues con razón me vencí.
A Sant Pedro preso vi,
que dezía muy sin pena:


Manzilla no hayáis de mi,
que aquesta gruesa cadena
yo mismo me la texi.
Y tornaba con dolor:
¡Oh cruel, ingrato amor,
lleno de rabia mortal!
¡Oh viva muerte y gran mal,
tenémoste por señor,
y tu galardón es tal! (…)


Vi venir a Cartagena,
diciendo con pena fuerte:
Ved qué tanto amor condena,
que aun no me pudo la muerte
libertar de su cadena.
Y dezía con pasión:
Para mi hobo conclusión,
mas no para mis dotores;
ved cuánd fuera de razón
va la ley de los amores:
ser los ojos causadores
y que pene el corazón.


Vi también andar penando
el Vizconde de Altamira,
en amores contemplando;
de rato en rato sospira,
muy a menudo hablando,
diciendo con tran tristura:
Habed un poco mesura,
no me deis ya más cuidados,
que bien bastan los pasados,
señora de hermosura,
guia de los desdichados.


Vi a don Luis arder,
su hermano, en llamas de amores,
que sus gracias y saber,
ni sus muy altos primores,
le pudieron socorrer;
del todo desesperado
pero no desamparado,
segúnd su dicho se esmera,
diciendo desta manera:
Si no os hobiera mirado,
pluguiera Dios que no os viera…











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