Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

domingo, 19 de febrero de 2012

1117.- FERNANDO GARCÍA SEVILLA





FERNANDO GARCÍA SEVILLA
Nació en Granada, España, el 11 de noviembre de 1936. Desde 1952 reside en General Alvear (Mendoza) República Argentina. Es egresado de la Facultad de Ciencias Económicas, con el título de Contador Público Nacional.
Su actividad literaria se encuentra registrada en Antologías y revistas del medio, tales como: Ecos de mis montañas III, Ecos de mis montañas IV, Ediciones Culturales El Fortín, Revista El Alvearense, Ecos del Interior, Plaquetas de S.A.D.E. de General Alvear. Ha publicado el libro de poemas “Quimeras, Realidades y Fantasías” (1997).



ANOCHECER EN EL ALMA


Las notas de la trompeta... tristes suenan,
anochece en tu alma y en tu mirada.


La luna azul de tus sueños dorados
desteje la capa de púrpura y escarlata.


Como perlas del rocío, en tus mejillas,
ruedan, silenciosas, las esperanzas vanas.


Se obscurece tu alma y el sol de la mañana,
ya se acercan las nubes dormidas del alba.


Muy lejos están los días luminosos
que reflejaban los colores de tu cara.


La piedra preciosa y diáfana, atesorada,
saltó, hecha añicos, destrozada.


Y el árbol silencioso que feliz retozaba,
cayó, dando tumbos, en la calle desolada.


Los pájaros que anidaron en la copa amada,
despavoridos huyeron al verla asolada.


Las notas del saxo... tristes suenan,
anochece en tu alma y en tu mirada.




Este poema pertenece a su libro Quimeras, realidades y fantasías.














¡MI ESPAÑA QUERIDA!


La lluvia acaricia mis oídos
incesantemente,
y el aroma a tierra mojada
reaviva reminiscencias
del perfume de las flores
y de mi amada.


Ese pasodoble torero,
que atormenta mi memoria,
me trae el perfil cimbreante
de su cintura
y de su cabello de azabache
al viento.


El traje de luces del matador
Y ese ruedo,
me recuerdan...
mis ilusiones de niño
y mis amores tiernos.


¡Mi ESPAÑA...!:
¡Qué distante te encuentras,
en el espacio y en el tiempo!
¡Qué lejos estoy de ti...,
PATRIA mía!
¿Cuándo te volveré a ver?


!En esta noche triste,
qué no daría
por estar contigo!:
¡Con tus verbenas...
y la “morena de mi copla”!


¡ESPAÑA..., ESPAÑA mía!
¡Retornemos al jardín
que amamos los dos...,
con el Mediterráneo al Oriente,
y el Estrecho hacia el Sud!


¡Quiero besar...
tu tierra pura y bendita!
¡Sentir el aroma de tus sierras,
y beber tus vientos frescos!


¡Maravillarme...
con tu corazón inmaculado,
tus ríos, tus vergeles y tus flores,
tus almendros, trigales y olivares!


¡Deleitarme...
con tus pasodobles,
tus bandurrias y guitarras,
y tus canciones...,
que electrizan a mi alma!


¡MI ESPAÑA QUERIDA...!
¡Te amo y siempre te amaré!


¡Anhelo...
desayunarme en tus valles,
dormir tus sagradas siestas,
y comer los melones...
de tus secanos!
¡Jugar con tus gorriones,
admirar las golondrinas
y saborear las uvas...
de tus viñas!


¡ESPAÑA...! ¡Cuna de nobles,
de valientes y toreros...,
cuánto, pero cuánto te quiero,
mi tierna y mi dulce amada,
quiero verte... inmaculada,
por el camino del cielo!








LOS JINETES DEL APOCALIPSIS


Un sudor frío
cubrió mi semblante.


¡Vi LOS CIELOS llorando,
y a LA TIERRA, vi girando
descontrolada y perdida!


Y observé a un niño sin madre
y mil pájaros caídos
sin poder hallar sus nidos.


Vi a los árboles secos,
a los cauces vi sin agua,
y a la naturaleza, enferma.


Vi los animales feroces
que devoraban los niños;
los infiernos descubiertos,
y las bestias desbocadas,
girando por los desiertos.


Vi los ejércitos mogólicos
devastando los sembrados,
violando las campesinas
y robando los alimentos
y las haciendas...
de los labriegos.


Vi a los peones bruñendo
las armas para la guerra.


Vi, de cerca, las batallas,
las granadas, los bazucas,
los torpederos, las bombas,
las trincheras, las bayonetas,
los campos regados con sangre.


Vi los muertos...
de las Guerras del Desierto
y de las Islas Malvinas.


Vi a un moro degollando
a una mujer con su alfanje.


Y,
¡vi... los jinetes del Apocalipsis...!
¡Y tuve miedo a la muerte!

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