A Lola López-Cózar (CÁDIZ), la definen dos autodefiniciones, el comienzo de su radiografía para el proyecto Ciudad poética, en el que Ventura Camacho recopila la obra de poetas granadinos, “me han pasado por encima unos cuantos años de universidad en filosofía y letras y en ciencias de la educación” y la presentación que hace en su página web, “hace mucho tiempo quise subir al campanario de una iglesia. Una amiga me llevó y la persona que tenía las llaves me preguntó quién era yo. Sin dudarlo le respondí que nadie. Todos somos alguien, me dijo. Desde entonces voy disimulando como puedo, pero aún no sé contestar a esa pregunta”.
La primera habla de su formación, con la distancia y la relatividad otorgada a la academia. La segunda de sí misma, con ese nadie abierto buscador de respuestas.
Lola López-Cózar es una artista que sorprende, creadora de un multiverso en el que se alían todas las formas, todos los sonidos, todas las imágenes y textos. Su trabajo, que algunos definen como poesía visual, tiene una coherencia apasionada en el discurso.
Su obra está en la red, disponible y dispuesta, en los espacios públicos de las redes sociales, se acumula y se expande a ritmos que nos hablan de necesidad y prisa por comunicar. Sus fotografías, sus vídeos y sus poemas marcan un ritmo en el que podemos deambular sin casi darnos respiro. Contadora de historias. Y sus historias luchan, parten, interrogan. Recoge del griego la palabra grafos, imagen, y la une al relato, graforrelatos. Su presentación en la sala barcelonesa Terradeningú, nos da una pista de su intención mestiza : “si una imagen vale más que mil palabras, a veces unas cuantas palabras determinan la forma de mirar una imagen.”
Quien deambula la encuentra y se multiplica su participación en publicaciones, performances, instalaciones y exposiciones, una muestra de las cuales están referenciadas en su web. “Su fuerza anónima, indestructible, parida en versos y en imágenes…” en palabras de Grela Bravo, y así aparece en el proyecto de edición colectiva convocado por el Taller de Gráfica Experimental Utopia Ambulante de México, en Impa, la fábrica de cultura Industrias Metalúrgicas y Plásticas Argentina, en Faro TV, canal de televisión comunitaria argentina, en ElContenedor, publicación de la Factoría TACH, proyecto de edición experimental del artista Alejandro Uribe de México, en Entreactos, organizado por la Galería Texu de Oviedo, en el Festival Polipoético Suburbia, en el proyecto ex!poesía2010, bienal de poesía experimental de Euskadi, que ha movido su muestra de forma itinerante, participando en el III Festival Internacional de Poesía de Sevilla, en la exposición Alfabeto de Gijón, en el Festival Audiovisual Hecho x Mujeres de Argentina en 2011, en la exposición Delicias, salón de na…vida’11 o en MuVi3: International exhibition of video and moving image on synesthesia and visual music en Febrero de 2012.
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Su trabajo ha estado presente en el V Encuentro Internacional de Poesía Visual de Venezuela y en el Simposio Avant, organizado por la Biblioteca de The Ohio State University (EEUU) y patrocinado por TheAvantWriting Collection, TheRare Books & MSS Library, TheCenterforLatin American Studies, y TheDepartmentofSpanish&Portuguese, en la exposición Alfabeto de Gijón, en el III Festival internacional de poesía experimental y de acción de Vigo, en BITtúBITamorín de LaiMuseum. Ha colaborado en múltiples revistas y aparece incluida en múltiples webs de poesía visual y videoarte.
Su voz deliberadamente callada, queda amplificada y empieza a convertirse en referente.
http://www.islasila.com/
http://grafopoema.blogspot.com/
Tus manos
Cuando llega el momento de tachar las entrelíneas y las líneas, de mirarte a los ojos sin descifrar silencios, sin traducir los días, sin fijar las señales que indicaban derrotas.
Cuando llega el momento de la pura verdad están tus manos, mi obsesión por las manos mostrando despedidas.
Tus manos y tus manos y tus manos, las que quise perder a costa de mis dedos, las que el tiempo rompió y ya tampoco existen, las que nunca esperé y me tomaron por sorpresa.
Tus manos y tus manos y tus manos y un instante más nítido que el resto, desesperando las caricias por saber que ha llegado otra incertidumbre, otra huida.
El silencio de las líneas y los márgenes que se escriben a fuego. El silencio y los cuerpos que responden cuando ya no hay preguntas. Los cuerpos perdidos en las líneas, buscando un punto nuevo que termine la frase en el margen derecho del final de una página que ignora si es preámbulo de un texto más completo o el último renglón de cualquier esperanza.
Sed
Tengo sed de calor indefinido, de unos brazos que sostengan mis sueños, de un tiempo que no piense en marcharse, de un tiempo que no piense… de un reloj detenido, de una aguja invisible que no quiera clavarse en el miedo que avanza sobre las despedidas.
Tengo sed de unos pasos redoblando los míos, de caminos perdidos más allá de las brújulas con su idioma insondable, del mar como sonido de todos los paisajes, de botellas de espuma con mensajes de urgencia como cartas de amor correspondido.
Tengo sed de no querer estar en otra parte, de encontrar lo que busco sin perderme mil años en tantos laberintos, de ser yo y que baste un pequeño pronombre para dejarme entrar sin visado aparente.
Tengo sed de borrar los residuos del frío que me habita, de las palabras rotas en forma de cuchillo, de las heridas viejas, del desamor caduco, de la primera vez que me vieron extraña y se quedó en insulto.
Lugares comunes
Todo lo pongo en pie dices de mí, a qué dar nada por sentado entonces. Nada de lo que digas será usado en tu contra porque estoy a favor de no perdernos. Cómo explicar que puedo entender todo salvo la incoherencia. Si la boca habla de lo que le sobra al corazón, mejor tenerla en cuenta para no extraviarnos. No hay más que eso. No hay caminos trazados. Llegan señales, contradicciones que voy interpretando hasta no saber dónde estoy. Interferencias, espirales que agarran la tristeza imponiendo una distancia que no quiero. Estoy cansada de no lograr leerte o a lo mejor lo hago y tú sólo pretendes escribir otra cosa, o a lo mejor yo quiero ser un mago que borre la ansiedad de donde venga, que mezcla la impotencia y el silencio y siente que es la causa central de tu mal gesto. No hay lugares comunes, cada cual con su historia intenta situarse, hay calles por las que juramos no volver a pasar, hay flechas que parece conduzcan donde ya nos mataron.
Mi amor, qué desastre de cuerpo esta mañana,
la angustia bloqueando sus caminos,
el café temblando entre las manos,
la mirada perdida en el recuerdo.
Qué desastre, mi amor.
El teléfono mudo a tus palabras,
el timbre de mi puerta alerta por si vienes y yo,
perdida por las calles buscando tu contorno entre las sombras.
Quiero pensar que no ha ocurrido tu llegada,
que para el coche que adelanta mi paso entristecido,
soy sólo cualquier mujer camino de algún sitio,
sin el eco de tus letras atronando en mis sienes,
gritando subrayado que me echas de menos,
que el tiempo y su carencia no permiten encuentros,
que volverás muy pronto pese a todo...
He venido corriendo contra el amanecer,
contra esa luz impúdica
capaz de arrancarle a mis ojos más certezas,
cerrando, a un paso del abismo, la puerta, la esperanza.
Lista para dormir, mi amor,
para dormir cien años un sueño de alimaña.
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