Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

viernes, 4 de noviembre de 2016

MAR DOMÍNGUEZ [2.194]

Mar Dominguez y Jose A. Garrido.



Mar Domínguez 

(Huelva, 1971) 

Es un referente en la poesía actual onubense que poco a poco va ganando espacios en otros territorios nacionales. 

Libros:

-Dame mi alma y déjame en paz, (Niebla, 2015). Mar Domínguez y José Ángel Garrido Cárdeno unen sus voces en una serie de poemas de estirpe realista. Confidencias de dos seres heridos, testimonios de primera mano de la aflicción y la maravilla de vivir con los ojos abiertos, cada uno de los poemas de Dame mi alma y déjame en paz contiene al menos una revelación, una intención, una oración pagana. El mundo duele. No soy digno. Me perdono.
-Adán y Eva no se adaptan al frío (Ediciones Vitruvio, 2016), de Mar Domínguez y José Ángel Garrido.
-Paraíso Bacuta, (Versátiles, 2016)


La Luna en mi tejado

Tengo un bolígrafo tartamudo
mucha paciencia
un lagrimal que está en huelga
un hambre voraz de verbos mal sonantes
un poema que quiere nacer para ser verdugo 
y un destierro al olvido.

dos gatos huérfanos maullando a la luna
y una luna en mi tejado.

Tengo una guitarra sorda de dos cuerdas
un grillo condenado sin última voluntad
 un insulto en el bolsillo a punto de saltar
una persiana que se cree frontera
 una canción clavada en la garganta 
y un beso sin estrenar.

Tengo una mochila sin cremallera
dos veranos en una caja de zapatos
un portazo que guarda la mentira en la que me suicidé
una silla con tres patas
las varillas de un paraguas cansado
y una cicatriz en la palabra.

Tengo una verdad que no abriga
un secreto que robé en una habitación de hotel media estrella
un hombro prestado
unas botas nuevas con agujeros en las suelas
un reloj adicto a los ansiolíticos
muchos días y pocas acuarelas

dos gatos huérfanos maullando a la luna,
y una luna en mi tejado



PIEDRAS CONTRA EL CRISTAL.

El filo de la falda clavado en el muslo
la aguja del tacón haciendo pespuntes a la acera
y marcas de los días en la piel, 
… Pero por dentro.

La ocasión invita
a robarle las babas a la noche neonatal,
y acude
preñada de miedo y asco,
torpe, como pájaro ciego

lleva las caderas con alforjas cargadas de hambre 
y una boca sedienta de mentiras blancas

poeta con pocos versos que llevar a la mesa 
y escasa elección para decidir muerte
una barata...como ella.
lenta como un reloj en mitad de la guerra
agónica como bando de peces en aire.

El filo de la falda marcada en su alma muda
una mentira en la que puedes derramarte
cuerpo cálido donde clavar tus miedos
un saco para egos instantáneos y voraces.

- Treinta y la cama guapo.
el amor tiene horario comercial en esta parte de la calle.
El mundo es más ingrato con los bolsillos vacíos,
y las almohadas están malditas desde que el sueño se vende en farmacias

tres ayunos cotidianos le abren las piernas
el hambre ajeno hace todo lo demás y casi no duele 

la carne al limite del consumo preferente
tiene un precio de saldo.

¡Id poniendo la mesa!




"Dame mi alma y déjame en paz" (Editorial Niebla, 2015).


CRÓNICA DE LA VERGÜENZA

¿Sabes?
aquí, el frío abraza los tejados
besa cada grieta
y trae canciones silbadas
que calan hasta los huesos.

¿Sabes que pasa?
Que en el mercado
las cestas diagnostican falsas anorexias
y se retuercen desnudas, frágiles.
Desprovistas de razón de ser.

Que los días hacen eco en la sopa
que en la calle no quedan bancos libres.
Que la fragilidad se ha vuelto cotidiana
y adiestrar la mirada haci otra parte
el prozac de los felices.

Que los cuentos con moraleja
ya solo son para hijos pobres.

¿Los veis?
Hay pequeños grupos de críos
apretando las manos a sus madres
que se arremolinan al lado de los columpios
hoy,
las palomas dan de comer a los niños 
migas de pan duro,
en el comedor de la vergüenza.

Vergüenza!
de los que miráis con los pies calientes.

Sabes que pasa?
que no nos quedan fuerzas para cargar más cruces,
ni panes
ni peces
ni mejillas por poner.

Que los gatos viejos y cansados
ahora duermen sobre cartones mojados
tiritan fiebre y vidas en ruinas
pequeñas muertes vacías de paz.

No quedan recetas para una muerte genérica.

¿Acaso no escucháis las voces buscando refugio?
No hay trigo para hacer trincheras
salimos a pecho descubierto
desprotegidos como niños huérfanos.

Vergüenza.
Por los que os quedáis mirando el holocausto
ignorando el hedor en la montaña de cuerpos. 

¿Sabes que coño pasa?
Que salimos a la calle
a gritar futuros contra ventanas cerradas
a la guerra perdida de orgullos pisados
a dar puñetazos al aire que abandera costumbre.

Mientras,
en el foro
de los listos con los pies calientes
arregláis el mundo
hablando de no sé que mierdas
dejando a mis hijos sin libros
y firmando desahucios.

¿Sabes lo que a mi me pasa?

Que tengo helados los pies
que me duele la boca de decir no se puede
que estoy cansada.

Y que cada día
este puto camino
que dibuja la cuesta hasta casa
es más cuesta
y menos casa.


AGORAFÓBIA.

Te prometo.

Que no fui yo
quien rompió el ala del vencejo,
ni achicó el mar
para que cupiese en esta habitación.

Que no fui yo
quién manchó de sombras la calle,
ni amputó las cuerdas de la guitarra,
ni me tracé el cuerpo
con bordes negros.

No fui yo,
quién cubrió la puerta de arañas,
ni inyectó de vértigo las aceras
ni adornó con ojos los árboles.

Yo no.
¡Mírame!

Yo solo soy
la que pasea de puntillas
por el otro lado,
el error que te espera siempre en casa.
La coleccionista de espinas. 

La presa adicta,
del eclipse en el umbral.

Mar Domínguez de “Dame mi alma y déjame en paz”.


(DES)AMOR COTIDIANO
(Critica de Dame mi alma y déjame en paz)

Y las palabras que
soltamos antes de que podamos dudar
de su rareza/belleza son puentes flotantes
D. Levertov


Reseña por Santiago Aguaded Landero

ES NORMAL que un(a) poeta joven no haya encontrado aún su voz (salvo raras excepciones). Es insólito que dos poetas maduros (de edad) que escriben su primer libro tengan la misma voz. A mi modesto modo de ver, hay pequeñas diferencias entre los dos y no creo necesario que haya que cortar vínculos e ir buscando una voz propia (como dice el prologuista). Eso si se ha de producir se producirá y nadie es adivino. Supongo que compartir la vida o vivencias comunes y leerse mutuamente contribuye a pueda producirse ese fenómeno. Creo sin embargo que la poesía de Mar y José Ángel es lo bastante madura como para merecer la atención de los lectores y de los propios escritores. ¿Cuáles son mis razones? Como ya apunta el prologuista del libro su poesía está asentada en la realidad (de la mayoría de la gente): por eso tiene tintes sociales y para ello usa un arma infalible cuando está bien escrita: la ironía y el sarcasmo. Pero a mi modo de ver la mayor virtud del libro es que la poesía es concebida como diálogo, como pregunta. Se ve muy bien el poema último (Tu y yo) o en el poema de Mar “Lobito” pero también a todo lo largo del libro donde la pregunta y el dialogo es predominante, a veces,  oración que no espera respuesta, porque el poeta se halla en soledad y solo se tiene él mismo. Al final el poeta debe comprender que la soledad es necesaria para el escritor y debe buscarla fuera de halagos y contemplaciones.  De los 17 poemas de Mar destacan algunas diferencias con su compañero José Ángel. Ella tiene cierta preferencia a la poesía narrativa (Por amor, Crónica de la vergüenza, A mi madre) que a la lírica, cosa que ni es buena ni mala, solo depende. Tiene intuiciones importantes como considerar que el poeta es un coleccionista de instantes/espinas y por eso valora tanto el dolor de la eternidad. Para ello véase el poema “Masoquista” con el que me identifico totalmente (aunque sólo sea por mis queridas muletas): No podre sentir/la frustración/del dolor.// Ahora toca elegir /eutanasia o usar muletas/ No sé/ no es fácil decidir con este corazón/. Según mi opinión esos poemas cortos son más intensos que los largos. Como muestra uno de los poemas que más me ha gustado es “Insomnio” donde la poeta se confiesa oveja con piel de lobo, aunque solo sea como mecanismo de defensa.

Por otro lado, la poesía de José Ángel es más elaborada. Aunque comparte con Mar ese fracaso profundo del poeta que representa al ciudadano ante el mundo, es un fracaso fecundo. Creo que también sabe que la poesía es conjugar palabras por primera vez, palabras que nunca han estado unidas (según Gamoneda). Creo que se ve en algunas metáforas como “masticar el silencio” o “suicidio de utopías” o en el verso “pintar de amarillo la suerte/muerte” tan próximo al pensamiento de Frida Kahlo o Emily Dickinson. También es más hábil en el sarcasmo/ironía. Una vez dicho lo interesante de este libro, espero con ansiedad  los próximos poemas de ambos autores pues considero necesario alguna evolución (juntos o separados) de manera que esa verdad que no abriga se desarrolle, que ese himno a la noche (como Rilke) muestre ese espacio habitado por ángeles y demonios que es la barra de un bar, en definitiva el mundo que arde en la fértil penumbra del fracaso.

© SAL, 28 Junio 2015





Paraíso Bacuta, es un homenaje poético a su niñez y al entorno de una isla que la marcó posteriormente para el resto de su vida. Paisajes, flora y fauna y juegos en el cuerpo de una niña que crece a la misma vez que una ciudad de la que sólo es espectadora.

“Su nombre, Mar, la hace esclava para siempre de un pasado salvaje e inocente a la vez. Descalza aún por el barro y sin prisa por dejar de sentir la crecida de la marea en los tobillos para pisar el duro asfalto. La autora, en este libro, se niega a crecer. A abandonar esa orilla del río donde la poesía le irá curtiendo la piel como la sal y el barro.” Son algunas de las palabras que utiliza el prologuista para definir una obra que, sin duda, marcará un antes y un después en la vida literaria y personal de la autora.




CEMENTERIO DE BARCOS

      - Mamá, ¿Por qué hay barcos rotos en la orilla?

         Cuando nacen los elefantes, les salen 4 muelas gigantes. Durante toda su vida van mudando esas muelas, se les caen igual que a ti. Pero les vuelven a salir hasta que son muy muy viejos. Cuando una muela se cae y ya no nace, el elefante se alimenta con tres muelas. Cuando se le cae la segunda, el animal ya sabe que está haciéndose viejo y come mucho más despacio con las dos que le quedan, pero cuando pierde la tercera…

         Ahí es cuando el elefante sabe que es viejo y que va a morir porque ya no podrá comer más, así que empieza  a caminar para morir tranquilo, camina con su único molar hasta que encuentra el sitio.

-          ¿Y como sabe cual es su sitio?

           - Porque siente paz y no le da miedo morir. Sabe que ha encontrado el sitio más  bello,  su lugar en el mundo y quiere permanecer en él para siempre. Esos barcos también buscaron su lugar.




Reseña por
Rafael Núñez Rodríguez

Mar Domínguez es una autora todavía por descubrir para la gran mayoría de lectores, aunque su trayectoria ya comienza a ser notable, su voz poética ha comenzado a levantar el vuelo poético. Tanto Dame mi alma y déjame en paz (Niebla, 2015) como Adan y Eva no se adaptan al frío (Vitrubio: 2016), presentaban una autora con una voz atormentada. El primer poemario estaba apegado al asfalto y el sufrimiento, el dolor y la rabia. Mientras que el segundo poemario reflexionaba sobre el tránsito entre edades. La vida adulta tiene sus riesgos y desgracias, aunque a veces estas se ceben con unos más que con otros.

Su voz lírica ya es una escultura exenta. Decimos esto porque los dos poemarios que había escrito con José Ángel Garrido, presentaban las huellas que el transcurso de la vida deja en nuestros más íntimos rincones. Sin embargo, una vez alejada de esa tonalidad, nos encontramos con una poeta que sube dos escalones. El primer escalón supone saltar sola a la imprenta. Ello requiere un cambio de registro, forma y contenido. El registro se ve obligado a cambiar por el tema. De la corte a la aldea, de la ciudad al paraíso, de la madurez a la infancia. Saltos infinitos cargados de finitud humana. Mar Domínguez decidió escoger un molde nuevo para este poemario. La prosa poética sirve para acercarnos a otra forma de entender la lírica, de una autora que sigue  avanzando. El contenido marca todo el libro. Lo urbano se pierde, comienza a quitarse la ropa de los años hasta que quedarse desnuda como una recién nacida.

Paraíso Bacuta es un nuevo comienzo y nos cuenta cómo se hizo la persona íntima de Mar.  Esa voz que nos habla describe una niñez privilegiada, una niñez sublimada por el recuerdo sin caer en una exagerada idealización. Recuerda que fue feliz y recuerda los misterios que la llevaban a la plenitud. El lector debe jugar con los símbolos que puede ir encontrándose a lo largo del relato. Mar, en una entrevista en La Arcadia Onubense, que en los próximos meses será emitida, confesaba que su poemario era puramente evocativo. No por ello, el lector puede dejar de jugar con una lectura simbólica. Bacuta es la belleza de la juventud perdida, todo aquello que tuvo y que le devuelve la serena satisfacción de lo vivido.

Don Francisco Ruano decía, en una reseña de este mismo poemario, que los niños son seres ilimitados. Efectivamente, el poemario habla de los límites de la vida. Al menos de uno de ellos. La infancia, la juventud y todo aquello que permanece incorruptible en nuestro recuerdo mientras vivimos. Luego se transforma, muta y se convierte en el recuerdo virgen de un paraíso vivido y cerrado por el paso de los años.

Este libro de Mar Domínguez es un delicado reloj suizo. Su mecánica solo responde ante ojos que sepan ver las finuras. Nos presenta un jardín del Edén perdido, a través de unos ojos vírgenes e inocentes. Aunque no podemos dejar de evidenciar que quizá un mayor cuidado y algo de tiempo habría dado un resultado mucho más brillante. Según creo, este poemario necesitaba un mayor tiempo de depuración y haber refinado aún más las formas. Pese a todo, lector curioso, es sólo una opinión y te corresponde a ti disfrutar la plenitud de Mar Domínguez. Buena lectura.


*


Quiero dedicar este poema a mi amigo Jose Angel Garrido Cárdeno, darle las gracias públicamente por su paciencia , su infinita amistad y por tantas y tantas veces que presta su hombro a esta puta loca. GRACIAS, de tus idas y venidas al infierno.


INFARTO CEREBRAL.

Ha vuelto a venir
con los dientes afilados

tu pequeña muerte ha llegado
caprichosa y reincidente 
tu insaciable amante carnívora
te descuaja la consciencia
a mordiscos.

sé que te duele,
tu dolor
y el mio

ella te tiene abrazado
tan fuerte que te falta el aire
tan suyo eres ahora 
como nunca fuiste de nadie
ni siquiera de ti mismo.

miro,
te miro
a los pies de la cama 
en la que os amáis
con una mezcla de miedo y celos

nunca tuve a nadie así 
nadie me tuvo así nunca.

testigo de tu entrega
os observo sin hacer nada

ella te arranca la piel
te sacude la carne en danza primitiva
tu cierras los ojos 
como se cierran en los primeros besos

y es tu cuerpo azote
de olas encrespadas 
que rompen una tras otra
en incesante embate.

te inocua el veneno
haciéndote sentir minúsculo ser,
te derramas,
entre delirios
miserable y exhausto.

bebiendo aire
en tragos cortos.

ante mis ojos.

tu pequeña muerte vuelve a escupirte en la cara.
tranquilo,
te susurro aún excitada,
con el miedo en la garganta
beso tu frente.
hoy tampoco serás suyo del todo.

ahora no te dejas abrazar
por estos brazos nuevos,desconocidos, 
que esperan tu regreso

me convierto en intrusa
a los pies de tu cama
invocando recuerdos esquivos
de la memoria prestada.

y es la mía , la mano cleptómana 
que te acaricia el cuerpo extraño 
la que implora tu vuelta
y llora tu sangre derramada

la que te ve partido en mitad exacta
sin voz, sin consuelo ...

reclamo el hogar de tus manos.

eres el judas que me niega
mientras ando en equilibrios
por el borde de tu memoria

venga cariño, 
vuelve.

otra vez 
te devuelve a mi
después de haberte tenido

otra vez 
te desecha
como desechamos las horas
en las que fuiste suyo...

y vuelve con su huida
poco a poco
tu mirada.

vuelve cariño
te estoy esperando
vuelve , 
aquí... somos casi felices.

farfullas:
...eres la más guapa.
y siento un orgasmo que no es mio.

otra vez estás aquí,
y seguimos viviendo.

desechando las horas
en las que fuiste suyo...

o tal vez de nadie.




.


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