Juan de Iranzo
EL POETA LAUDISTA
Fue un poeta activo en Sevilla durante la segunda mitad del siglo XVI, de cuya vida se conocen muy pocos datos.
Toda su producción poética, una veintena de obras, se contiene en el llamado “Cancionero sevillano de Toledo”:
Por el presente soneto creo que es lógico deducir que Iranzo tañía el laúd.
El hecho aparece en el contexto como algo totalmente normal, igual que se dice de otros tañedores contemporáneos (Baltasar Ramírez, Luis de Vargas…) que tañían el laúd, sin que ello les provocase ningún tipo de problemas, aunque la vihuela gozase de mayor popularidad.
Precisamente Juan de Iranzo contribuyó con un soneto elogioso a una de las ediciones de “Orphénica Lyra”, de Miguel de Fuenllana (la que quizás sea edición ‘pirata’):
Juan de Iranzo se incluye en la extensa nómina de poetas que tañían instrumentos punteados, en la estela del divino Orfeo: Garcilaso, Achilini, Arguijo, Cetina…
Para leer este poema con la musicalidad precisa conviene tener en cuenta un pequeño detalle: las haches deben ser aspiradas (herirte, herirme, herido, hincadas, hiero), de modo que se impida la posible sinalefa.
En aquella época el habla culta aspiraba las haches.
Imagen: Grabado anónimo alemán (anagrama WGAB), 1569.
POETA LAUDISTA
A un laúd, uno que lo tañía
De herirte, laúd, jamás me alejo,
ni el Amor de herirme se refrena;
a ti te ciñe cuerda, a mí cadena;
tú suenas dulcemente, yo me quejo.
Tu pecho está herido, yo no dejo
de tener en el mío llaga y pena;
a ti y a mí nos tiempla mano ajena;
tú eres por ti mudo, yo perplejo.
Tú de box, yo amarillo; tú, hincadas
las clavijas que tuercen donde quiero;
yo, mil flechas de amor, de Amor guiadas.
Tú eres muerto, yo muero si te hiero;
los golpes te dan vidas acordadas;
dolor es vida en mí, sin él yo muero.
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