JUAN DE BARRIONUEVO Y MOYA
Natural del pueblo de Villanueva de la Reina, jurisdicción de Andújar, Jaén, clérigo y maestro de Gramática. Escribió y publicó, en el segundo tercio del siglo XVII, una Historia novelesca ejemplar de Ambrosio Calisandro, que denominó La Soledad entretenida. Salió esta obra a luz dividida en dos partes; la primera es sumamente rara; suelen hallarse ejemplares de la segunda, impresa en Valencia, año de 1644. Contiene la segunda parte cuatro comedias; va dedicada por el autor a don Alonso de Barrionuevo, jurado de Murcia, su primo hermano, a quien él mismo se confiesa agradecido por la gran merced que hizo a su padre Esteban de Barrionuevo.
Segunda parte de la soledad entretenida, compuesta por Juan de Barrionuevo y Moya, clérigo, natural de Villanueva, jurisdición de la muy noble ciudad de Andújar. Dirigida a don Alonso de Barrionuevo, jurado de la muy noble ciudad de Murcia, y capitán de una de las parochias de ella. (Esc. del M.) Con previlegio. -En Valencia, en casa de los herederos de Chrisóstomo Garriz, por Bernardo Nogués, junto al molino de Rovella, año de 1644; 4.º
Aprobaciones dadas en Ecija, 3 de enero 1638. -Licencia del ordinario, Sevilla 5 de febrero 1638. -Aprobación dada en Madrid, julio 1638. -Suma del privilegio al autor expedido en Madrid 15 julio id. -Tasa, Madrid, 4 agosto id. -Erratas, Madrid 26 julio 1644. -Dedicatoria sin fecha. -Índice de cosas notables.
No han aparecido documentos que certifiquen su fecha de nacimiento y defunción, aunque parece claro que vivió durante los reinados de Felipe III (1598) y Felipe IV (1621). Era hijo de Esteban de Barrionuevo, labriego del que se tiene constancia de su existencia gracias al testimonio recogido en el proceso que mandó realizar el Cardenal Baltasar de Moscoso y Sandoval en el año 1628, para la beatificación de Santa Potenciana, patrona de Villanueva de la Reina. En dicho testimonio se recoge el siguiente texto[1]:
En el lugar de Villanueva, en el día, mes y año para la información del señor doctor, hizo parecer ante sí a Esteban de Barrionuevo, vecino de este lugar, del cual fue recibido juramento en forma de derecho y habiendo jurado y siendo preguntado, dijo lo siguiente: A la primera pregunta dijo que este testigo ha visto muchas veces, de sesenta años a esta parte, el sepulcro que está en la ermita de los Santos, la cual ermita está cerca del Guadalquivir a un cuarto de este dicho lugar, que este testigo ha visto en todo el tiempo declarado que el prior y clérigos de la iglesia van todos los años a celebrar a la dicha ermita como a la iglesia, y lo propio ha oído este testigo decir que fue en tiempos pasados, y que este testigo ha visto el sepulcro en la ermita todo cubierto de azulejos por encima, como los que traen de Toledo, y que este testigo no sabe leer y ha visto las letras que en él estaban y asimismo el dicho sepulcro estaba de una vara levantado sobre el suelo y que en la ermita antigua que se cayó, se ve muy bien que estaba el dicho sepulcro al lado del evangelio en el altar mayor y en que la ermita de nuevo ahora está al lado de la epístola de dicho altar mayor.
A las generales dijo ser de setenta y cinco años poco más o menos tiempo y que es vecino natural de este dicho lugar y que también sus padres y abuelos fueron vecinos y naturales de él y que ha sido labrador. A la segunda pregunta dijo que no se halló presente cuando el Cardenal mi Señor, en su presencia, mandó abrir el sepulcro y que así no sabe lo que se halló dentro.
A la tercera pregunta dice que oyó decir a Juan de Barrionuevo, su padre, que si hoy viviera tuviera más de cien años, y a otras muchas personas viejas y ancianas de aquel tiempo que si hoy vivieran tuvieran más de cien años, y era común práctica cuando este testigo era muchacho y mozo entre los viejos de aquel tiempo, que Santa Potenciana, la que está enterrada en dicho sepulcro, fue una mujer santa que vivió en la dicha ermita en los aposentos que están incorporados a ella, que allí tejía, y murió en ellos y que estaba supultada en el dicho sepulcro; y preguntado este testigo si las dichas personas ancianas a quienes oyó lo que tiene referido vieron y conocieron a dicha Potencian, dijo que esas personas ancianas no vivieron ni conocieron a Potenciana de trato y habla, sino lo que decían era por haberlo oído decir así a sus mayores y más ancianos y así lo habían oído ellos decir a sus mayores y lo contaban a este testigo siendo mozo. Repreguntado si sus mayores y más ancianos le dijeron en particular y por oído el nacimiento y patria de la dicha Santa Potenciana, sus virtudes y Santos ejercicios, dijo que sólo oyó decir que Santa Potenciana había sido una mujer santa y que vivió y murió en los aposentos de la ermita, que estaba enterrada en dicho sepulcro y que no oyó otra cosa en particular.
A la cuarta pregunta dijo que hace más de sesenta y dos años este testigo se puede acordar que los vecinos de este lugar han estimado y venerado el sepulcro por entender que en el mismo está enterrado el cuerpo de la dicha santa mujer Potenciana, y que ha visto muchas personas entrar y sacar tierra por la ventana del sepulcro para sanar de las ciciones, y que ha oído que en tiempos de sus padres y abuelos se veneró y estimó dicho sepulcro como lugar donde estaba enterrado el cuerpo de una santa.
A la quinta pregunta dijo que ha visto de más de sesenta años a esta parte que se sabe acordar, muchas personas de este lugar sacar tierra de dicho sepulcro para las ciciones, porque entendían sanar de ellas por intercesión de Santa Potenciana que está enterrada en él, y que oyó decir a sus mayores y más ancianos que en sus tiempos también se sacaba tierra de dicho sepulcro para sanar de dichas enfermedades.
A la sexta pregunta dijo que no se acuerda de haber oído decir que por virtud del santo sepulcro o por intercesión de la santa mujer que está enterrada en él, ahora o en tiempos pasados haya obrado algún milagro más; que oyó decir a don Jerónimo de Tapia, vecino de este lugar, que estando en Martos enfermo de ciciones, le habían llevado tierra del sepulcro y que había tomado de ella, y que no se acuerda de haber oído decir otra cosa.
A la séptima pregunta dijo que ha oído decir y ha visto al prior y clérigos de las iglesias de dicho lugar que van a le ermita muchas veces a hacer fiestas, pero que no sabe si se ha hecho a la dicha santa Potenciana o a los demás santos de su advocación.
En la octava pregunta se le interroga si sabe y ha oído decir a sus mayores inmemorialmente que los señores Obispos visitaron la dicha ermita cada uno en su tiempo, estimando y venerando el dicho sepulcro como lugar piadoso y Santo, y algunos de los dichos señores Obispos han tenido resolución de hacerlo aunque no lo han ejecutado, pero todos y cada uno en sus tiempo leyendo las letras del dicho sepulcro y entendiéndolo la devoción y veneración de los vecinos del dicho lugar, lo han venerado y estimado como lugar donde está enterrada una mujer santa, digan en qué y cómo verdad. En este sentido Esteban de Barrionuevo dijo que no sabe lo contenido en esta pregunta.
A la última pregunta dijo que todo lo que ha dicho es la verdad so cargo del juramento que tiene hecho y que es público y notorio, pública voz y fama de este lugar y no firmó porque dijo que no sabía”,
La familia Barrionuevo, asentada en Jaén desde mediados del siglo XIV y procedente de su solar de Doria, destacó en la milicia y en gente de iglesia[2]. Sus hermanos Andrés y Fernando de Barrionuevo, asentados en Torredonjimeno, murieron en la guerra de Berbería, en el año 1541. Alonso y Matías de Barrionuevo, familiares próximos, fueron respectivamente receptor de la Inquisición de Murcia y Arcediano de Cartagena. Barrionuevo Moya fue clérigo y maestro de gramática en la localidad de Écija, donde pudo morir. En el año 1615 aparece su nombre en la obra “Relación breve de las fiestas que en la ciudad de Córdoba se celebraron a la beatificación de la gloriosa patriarca Santa Teresa de Jesús, fundadora de la reformación de Descalzos y Descalzas Carmelitas”[3].
De los ocho certámenes literarios que se celebraron, Juan de Barrionuevo participó en el quinto y noveno. En el folio 27 de la obra antes mencionada se recoge lo siguiente: “Fue tanto lo que compuso Juan de Barrionuevo y Moya, natural de Villanueva de Andújar, que obligó a premiarlo todo en cinco décimas con unos guantes de ámbar de a cinco dedos, que vienen muy a propósito para que cada décima calce el suyo”.
Quando un amante ha llegado
a toda su perfección,
estando en la posesión
de tal venturoso estado,
ama lo que ama el amado
con el mismo lazo estrecho,
que le ciñe amor el pecho;
de modo que todos tres
uno le parece que es,
el que está en amor deshecho...
En el sexto certamen fue premiado el licenciado Pedro Díaz de Rivas por unas quintillas. En el noveno consiguió el primer premio el erudito Juan de Aguilar, maestro de Antequera, que recibió un corte de tafetán realzado de colores. Juan Bautista de Mesa recibió la hechura de un San Juan de alabastro, por el soneto titulado “A la segura confianza que en Dios tuvo Santa Teresa de Jesús”.
Juan de Barrionuevo presentó el soneto “Al pasar Santa Teresa por la nobilísima ciudad de Córdoba”.
A tu tibieza Dios Marcella mía
arcos triunfales, fiestas sacrosantas;
al tocar su Teresa en ti las plantas;
Angélica previno melodía.
Héroes summos del Impíreo envía
a recibir lo que hoy tan dulce cantas
mártires tuyos; que mercedes tantas
por ti agradezcan al candor del día.
A tanto honor de Cidros coronada
tapiza de toronja sus laderas
los Valles, la Morena, de avellanos.
Saluda el Betis su deidad sagrada;
y al pasar la besó, de sus riberas
con labios de cristal las sacras manos.
[1] CASTILLA DE LA VEGA, G.: Proceso a los milagros de Santa Potenciana. Villanueva de Andúxar 1628. Villanueva de la Reina (Jaén), 1987.
[2] CABALLERO VENZALA, M.: Diccionario Bio-Bibliográfico del Santo Reino. Tomo I. Jaén, 1979.
[3] PAEZ DE VALENZUELA, J. : Relación breve de las fiestas que en la ciudad de Córdoba secelebraron a la beatificación de ... Teresa de Jesús. Córdoba, 1615.
Obras literarias.
Primera parte de la “Soledad entretenida”, impresa en Écija por Luis Estupiñan a la Cinteria, en el año 1638. Consta de 233 páginas y 7 de índice[1].
Segunda parte de la “Soledad entretenida”, impresa en Valencia, en casa de los herederos de Chrisostomo García, en el año 1640. La forma 169 páginas[2].
Juan de Barrionuevo incluye en este segundo volumen cuatro comedias en verso , que podrían calificarse de comedias hagiográficas, centrándose la argumentación en la vida del hombre, la libertad y gracia, predestinación y salvación, entre otros temas.
Las comedías tienen los siguientes títulos:
- El Oráculo de Bruto.
- El ángel cordobés y grande abad de Cabra.
- Los dos hijos más esclarecidos de la noble ciudad de Écija, San Pedro Abad y San Wistremundo.
- El santo monje cautivo.
Barrionuevo escribe con un estilo que entra dentro de las líneas del Barroco. En los diálogos y en los largos monólogos de sus personajes es notoria la magia del vocabulario y la mitología, la hipérbole en las sensaciones, la absoluta gratuidad de la fantasía, el uso del hiperbatón para conseguir mayor énfasis en la expresión y la rima.
Se atiene estrictamente a la realidad lingüística de la época. Es un autor que no busca voces estables sino términos que, una vez utilizados, los deja abandonados. Hace un retorcimiento de palabras muy singular, juega con ellas ofreciendo muchos recursos expresivos. En la segunda parte de la “Soledad entretenida” el protagonista, Ambrosio Calisandro, le sucede todo tipo de aventuras con los mensajeros de Mahoma, en la ínsula de los morabitos, con el gran tesoro que halló en los galeones y bergantines, en el encuentro con bandoleros y como el rey de Granada le intentó prender.En el capítulo 4º del libro III de este segunda parte, se menciona a Ilituergo y a la noble ciudad de Andújar. También habla de una fiesta que se celebra en la iglesia de Santa Potenciana, a la ribera del Guadalquivir, en honor a San Bartolomé. Estos datos demuestran que en sus obras recoge datos de su localidad de origen, Villanueva de la Reina.
[1] BARRIONUEVO MOYA, J.: “Soledad entretenida en que se da noticia de la historia de Ambrosio Calisandro”. Biblioteca Nacional. Signatura R-5290.
[2] BARRIONUEVO MOYA J.:”Segunda parte de la Soledad entretenida”. Biblioteca Nacional. Signatura R-16889.
Textos de D. Manuel Rodríguez Arévalo, Investigador y paisano de Villanueva de la Reina.
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