Manuel Fernández Ruano
Manuel Fernández Ruano nace en Córdoba en 1833 y fallece en 1888, poeta de temática religiosa, tiene como obras principales a San Eulogio, o A la venida del Espíritu Santo.
Según algunos expertos fue el poeta más importante que produjo nuestra ciudad en la segunda mitad del siglo XIX aunque su figura palideció al encontrarse en su trayectoria con la notoriedad de Antonio Fernández Grilo.
Tras una breve estancia en Madrid, al amparo del Conde de San Luis, regresa a Córdoba ingresando como redactor en el diario La Lealtad, donde publica poesias y artículos literarios con el seudónimo de Martín Garabato.
Colabora en otras publicaciones locales y alcanza algunos éxitos como los premios de los Juegos Florales de los años 1862, 1865 y 1878.
En 1860 ingresa en la Real Academia de Córdoba.
Ruano falleció en la más absoluta miseria y muchas de sus obras sólo vieron la luz, cuatro años después de su muerte, gracias a la decisión municipal.
Una calle lleva su nombre en su ciudad natal.
En el año 1876, el poeta y literato Manuel Fernández Ruano (1833-1888) escribió una letrilla titulada «La jota de los remendados» a la que puso música el maestro Eduardo Lucena y Vallejo (1849-1893).
Esta melodía, de temática estudiantil, fue incorporada al repertorio de la famosa Estudiantina Española que visitó la Exposición Universal de París en el año 1878. Tal y como se menciona en el libro “Cancionero de estudiantes de la Tuna: el cantar estudiantil de la Edad Media al siglo XX” la versión que popularizó esta comparsa, y que también fuera interpretada por la Estudiantina Fígaro, constaba únicamente de dos estrofas formadas por coplas populares. Se desconocen las razones que motivaron el cambio de letra y el rebautizo de la jota, pasando a ser conocida, a partir de entonces, con el nombre de «¡Olé!».
La obra alcanzó un éxito muy notable y, según cuenta Rafael Asencio González, la editorial Zozaya vendió más de dos mil ejemplares de la misma. La pieza adquirida por el Museo fue comercializado por la Casa Dotesio (1900-1914) bajo el título de «¡Olé! Gran jota ejecutada en París con extraordinario éxito por la Estudiantina Española», lo que da buena muestra de la relevancia del viaje escolar transcurridas varias décadas desde su realización.
Eduardo Lucena fue director de orquesta, músico y compositor. Entre su prolija obra destacan composiciones como la «Pavana», «Aires andaluces» o la «Sinfonía en Mi mayor». En 1878 fundó el Real Centro Filarmónico que es la institución musical más antigua de Córdoba.
Por su parte, Manuel Fernández dedicó su vida a la poesía religiosa y a escribir en diferentes diarios, donde firmaba bajo el seudónimo de «Martín Garabato»
Estudiantina Fígaro 1880 créée à Madrid par le compositeur Granados
¡Olé! Une Jota 'parisienne'
Como se dijo la letra de la Jota es obra de Manuel Fernández Ruano (Córdoba 1833-1888), escritor fundamentalmente de odas religiosas pues, como autor dramático no llegó a figurar, aunque sus obras no sean despreciables ("El Espectro Juez", drama en un acto; "Las Apariencias Engañan", zarzuela en un acto y en verso; "Bufón y Alquimista", zarzuela en tres actos).
Nous avons vu que que le texte de la Jota est de Manuel Fernand Ruano (Cordoue 1833-1888), un écrivain spécialisé dans les Odes religieuses. Cet écrivain n'a pas réussi à percer comme auteur dramatique, bien que ses oeuvres soient à considérer: ("Le Spectre le Juge", un drame en un acte; "Les Apparences Trompent", une zarzuela en un acte et un poèmeen vers; le "Bouffon et un Alchimiste", une zarzuela en trois actes).
(Intro)
A una niña un estudiante
Le declara su amor,
Y ella riendo le decía
Que perdonara por Dios.
Que los estudiantes
aunque remendados
son finos amantes
desinteresados;
Y por el tesoro
que se encierra en mí,
¡Ay! ¡Olé! Darían
todo un Potosí.
No hay gente más galante
Que la gente estudiantil,
Dispuestos a sacrificarse
Por las niñas del país.
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
Cuando tus ojitos miran
A la Estudiantina,
Escuela y libros se olvidan:
Sólo se acuerdan de ti.
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
Las mujeres de esta tierra
Valen un gran Potosí;
Que si mandan para cuerdas,
Luego volveremos, sí.
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
Su existencia, su fortuna,
Su sonado porvenir,
Sus tesoros ilusorios...
Todo, niña, es para ti.
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
Se fijan asaz contentos
En tu gracia y en tu sal,
Y en ver si de algún bolsillo
Se les manda algún real.
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
No es la plata quien nos mueve,
Somos ricos a cual más:
Nos mueven sólo los ojos
De una hechicera beldad.
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
Si una lánguida mirada
Echa el alma con su luz,
¡Virgen Santa, qué tronada
queda la gente! ¡Jesús!.
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
Nuestras flautas desentonan,
Guitarras pierden el son,
Nuestras voces desfallecen
Y se aloca el corazón.
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
Bella niña, cuyos ojos
Dan envidia al mismo sol,
De coral tus tersos labios;
Tus mejillas, de arrebol.
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
Oye, hermosa, los cantares
Que elevamos hasta ti,
Que son ecos naturales
De los hijos del país.
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
La viudita que llorase,
Recuerde su soledad.
Que no llore, en nosotros
Está la felicidad
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
Pondrá fin a su tormento
Con placer y con primor,
El cotidiano alimento
Que da el estudiante: amor.
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
Si es doncella la que sufre,
¿Para qué quiere sufrir,
Si escogiendo a un estudiante
Asegura el porvenir?
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
Su sotana, su manteo,
Su tricornio, todo en fin,
Todo cuanto posea
Lo dará a su serafín.
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
Si es una vieja quien sienta
Delicias en su corazón,
Que no cuente con nosotros,
¡Que nos libre San Antón!.
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
Que registre sus bolsillos
Si los puede aligerar;
Y nos dé un duro si gusta,
Que siga nuestro cantar.
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
No se van cual se va el humo
Nuestras protestas de amor;
No son, niñas, nuestras voces
Las quejas de un trovador.
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
Son quejas lastimeras
Que bucólica engendró,
Son los ecos plañideros
Que el estómago dictó.
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
Así pues, sed generosas
Con los que cantando están,
Y ellos siempre agradecidos
Jamás os olvidarán.
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
(Bis)
Hacia 1880, la moda francesa vuelve sus ojos hacia España. Ciertos compositores sacaron provecho de ese gusto por lo español y crearon obras maestras que todavía se mantienen en nuestro recuerdo: Lalo con la Symphonie Espagnole en 1875, Chabrier con España en 1883, Gabriel Fauré con su Pavana en 1888, Waldteufel con Estudiantina en 1883 (en respuesta a la petición de su editor Enoch)... pero loque resulta menos conocido es que grupos auténticamente españoles de música(particularmente Estudiantinas) consiguieron igualmente aprovechar ese gusto por lo español e hicieron célebres a compositores del otro lado de los Pirineos.
Este artículo está dedicado a una obra singular que hizo época en Francia.Esta obra, la Jota iOlé!, curiosamente fue registrada por la casa de discos de Pathé Frères, pero jamás fue grabada y editada en España... Allí todavía, el disco Pathé Frères se revela como una fuente histórica preciosa. El disco no dice cual fue la orquesta que interpretó la pieza, pudo ser la orquesta Pathé-Frères o, tal vez, una orquesta española...
La Jota de Los Remendados o Jota ¡Olé!
La pieza musical que nos ocupa fue compuesta por Lucena para una estudiantina titulada "Amor y Desinterés" que recorrió las calles cordobesas durante los carnavales del año 1876. Compuesta por 18 miembros (ocho en el coro y los demás con instrumentos) ataviados con el traje propio de los estudiantes, roto y remendado, la estudiantina, precedida por un bastonero, destacaba "por su afinación y dirección acertada"( Diario de Córdoba 3-03-1876). La letra de la Jota había sido escrita por el conocido autor de odas religiosas Manuel Fernández Ruano, siendo titulada por éste como "Jota de Los remendados" en alusión al texto de la primera estrofa.
Para una mejor comprensión de la Jota, y puesto que es una obra escrita para estudiantina, tal vez sea conveniente internarnos en el mudo de este tipo de agrupaciones.
A mediados del siglo XIX el término "Estudiantina" tiene en España tres significados diversos:
En primer lugar se encuentran las agrupaciones integradas por estudiantes que, continúan de esta manera la tradición escolar de "correr la tuna". Si bien en un principio salen sólo por carnaval, el éxito clamoroso obtenido las anima a frecuentar las salidas. Comienzan así a dar serenatas, a acudir a actos culturales, académicos, benéficos, y a realizar giras por varias ciudades, e incluso por tierras extranjeras donde la estudiantina ejerce de embajada oficiosa de España. Sin lugar a dudas las estudiantina universitaria más famosa de esta época es la "Estudiantina Española" que visitó París en el año 1878, de la que tendremos oportunidad de hablar posteriormente;
También se conocían como "Estudiantinas" a las comparsas de carnaval que imitaban en sus trajes al de los antiguos estudiantes. Aunque pudiera pensarse que éstas no fueron muy numerosas y que ejercerían su influencia sólo en las ciudades de escasa o nula tradición universitaria, la realidad demostró todo lo contrario. Aunque hacían lo mismo que las primeras, guardaban, aparte de no tener nada que ver con la Universidad, frente las estudiantinas escolares ciertas diferencias: así, aunque los repertorios y motivos temáticos eran parejos, sumaron a la clásica orquestación de las escolares (guitarras, bandurrias, laudes, flautas y panderetas) instrumentos de viento, y algunas no llevaban mas que éstos; también se constituyeron "Estudiantinas Femeninas", "Estudiantinas Infantiles" y "Estudiantinas Mixtas". Como subespecie evolucionada de las "estudiantinas" comparsas de carnaval tenemos aquellas que se formaron en el seno de sociedades artísticas y recreativas con denominaciones diversas: Centros, Ateneos, Liceos, etc.
En tercer lugar se conocían como "Estudiantinas" a ciertas orquestas profesionales de pulso y púa en las que sus componentes vestían el traje escolar en todas sus actuaciones. Como ejemplo de estas "Estudiantinas" merece destacar a la "Estudiantina Española Fígaro", fundada en Madrid en 1878, por iniciativa del señalado músico y compositor Dionisio Granados. De esta estudiantina también tendremos oportunidad de hablar más tarde.
La estudiantina "Amor y Desinterés" pertenecía al segundo tipo, es decir, era una simple comparsa de carnaval ataviada como los estudiantes, si a esto unimos el hecho de que Córdoba no era entonces una ciudad especialmente importante y que el autor de la obra era un desconocido en el panorama musical español que apenas había comenzado a componer, la pegunta se nos muestra como evidente: ¿cómo adquirió fama la Jota?. Intentaremos dar respuesta a este interrogante.
A finales de 1877 o principios de 1878 Eduardo Lucena entregó al editor musical Zozaya una copia manuscrita de la partitura de la "Jota de los remendados" por si éste consideraba oportuno publicarla. El editor debió confiar dicha partitura en los miembros de la "Estudiantina Española" que en esos momentos planificaba su viaje a París y habiendo comenzado los ensayos formaba un repertorio para la expedición.
La "Jota de los remendados" se incluyó finalmente en dicho repertorio. El tremendo éxito obtenido por la "Estudiantina Española" en su viaje a París trajo consigo el de la Jota que, ya en las crónicas de la expedición, aparece titilada como "¡Olé!". "La Estudiantina Española" llenaba las páginas de la prensa francesa (e incluso alguna portada, como la del nº 1094 de "Le Monde Illustré", correspondiente al día 16 de marzo, donde aparece una ilustración de la "Estudiantina Española" titulada "Paris qu´on amuse.- La Estudiantina.- Dessinde M. Vierge, d´après le croquis de M. Oms") y española, pero también se daba cuenta de la expedición en revistas del resto del continente europeo e incluso en América. Poco hubieran podido imaginar los estudiantes de diversas Universidades españolas que la formaban (especialmente de Madrid y Valladolid) que su aventura tendría tanta repercusión mediática, pero así fue, gracias a su música y orquestación (aires nacionales españoles ejecutados por una orquesta compuesta de guitarras, bandurrias, laúdes, violines, flautas traveseras, castañuelas y panderetas), a lo vistoso de su espectáculo (donde se incluye alguna coreografía de danza y, por supuesto, el tradicional baile de pandereta), y a lo pintoresco de los trajes confeccionados para la "Estudiantina Española" por el sastre del Teatro Real de Madrid, compuestos por jubón y gregüescos de terciopelo negro con botones de acero, y ancho cuello de encajes, medias de seda también negras, zapatos de charol con lazo de igual color y hebilla de acero, guante blanco de cabritilla, gorra de terciopelo con un nudo de cinta amarilla y encarnada en unos pocos, en los más, sombrero apuntado, esto es, el tradicional bicornio (al que los periódicos franceses decían "claque d´arlequin) adornado con la cuchara de sopista a modo de escarapela.
Al regresar de Francia Benito Zozaya se apresta a publicar la partitura de la jota aprovechándose de su popularidad. La obra ingresa en el Registro de la Propiedad Intelectual de Madrid el 9 mayo 1878, asignándosele el nº 3908 en el Boletín de dicho Registro. Poco después la partitura se publica con el título ¡Olé! : jota para piano y canto por Eduardo Lucena "Gran jota ejecutada en París con extraordinario éxito por la Estudiantina Española", la portada de esta primera edición de Zozaya incluye un dibujo de L. Taberner, el grabador es Donón.
No es esta la única obra ejecutada por la "Estudiantina Española" en París que publica Zozaya. De la misma época es la partitura "Recuerdos de París : habanera para piano : ejecutada con extraordinario éxito por la Estudiantina española en París / compuesta por el director de la misma, Ruperto Belderrain, dedicada a los estudiantes parisiens", que tiene calcografía en su portada de S. Marcardó. Es más, alguna pieza es publicada fuera de España, como la "Habanera exe´cute´e a` Paris par La Estudiantina, transcrite par Auguste Coede`s", Paris 1878; o "Souvenirs de la Estudiantina Espagn~ola ... pour Piano" de Mortier De Fontaine y Henri Louis Stanislas, London 1879.
La publicación de la partitura obtiene un éxito inmediato, Benito Zozaya vende más de 2000 ejemplares. Es difícil encontrar en esta época una estudiantina que no incluya en su repertorio la "Jota ¡Olé!" de Eduardo Lucena. Alguna de estas agrupaciones continúan dándole trascendencia internacional, así por ejemplo la "Estudiantina de Medicina de Madrid", pues en su viaje a Roma en el año 1879 la incluye en su repertorio, como podemos leer en L´Illustrazione Italiana del 6 de abril de 1879: "Il concerto ebbe luogo davanti ad un uditorio suelto, ma non molto numeroso... Suona delle canzoni popolari spagnole... La flamenca Habanera é pieza di sentimento. La Noche de estellas é un valtz scoppiettante di brio... La Jota del Molinero, e La Jota del Ole, con intermezzi di ballo, sono oltremodo caratteristiche, ed é stata molto applaudita anche una marcia composta da uno degli studenti en intitolata La Luiza".
Se suceden las ediciones. El propio Zozaya la incluye en una "Colección de piezas escogidas: arregladas para ocarina", con calcografía en portada de S. Mascardó, publicada probablemente en el mismo año 1878. En 1879 la edita la Unión Musical Española con el título "¡Olé! Jota para Piano y Canto por Eduardo Lucena".
Estudiantina Medicina
Estudiantina Medicina
Tanto la "Estudiantina Española" como la "Fígaro" cantaron una versión reducidísima de la pieza, formada por dos estrofas tomadas de coplas populares, modificando, por demás, algo el estribillo:
(Intro)
Aunque rotos remendados
sin más luz que la del sol,
no te pedimos dinero
te pedimos, niña amor.
Que los estudiantes
aunque remendados
son lindos amantes
desinteresados;
Y por el tesoro
que se encierra en ti, ¡Olé!
Diéramos más oro
que da el Potosí.
(Música)
Un estudiante en Valencia
se puso a pintar el sol,
y del hambre que tenía
pintó un pan de munición.
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
La partitura editada por la Unión Musical Española en 1879, tiene la siguiente letra que, a más de repetir los primeros cuatro versos y cambiar alguna palabra, amplía el estribillo:
Aunque rotos remendados
sin más luz que la del Sol,
no te pedimos dinero
te pedimos niña amor (Bis)
Que los estudiantes
aunque remendados
son lindos amantes
desinteresados
y por el tesoro
que se encierra en ti ¡Olé!
diera todo el oro
que da el Potosí.
A la jota jota yo no quiero libros
que estudiar me gusta sólo en tu palmito
(Intro)
Aunque rotos remendados
sin más luz que la del sol,
no te pedimos dinero
te pedimos, niña amor.
Que los estudiantes
aunque remendados
son lindos amantes
desinteresados;
Y por el tesoro
que se encierra en ti, ¡Olé!
Diéramos más oro
que da el Potosí.
(Música)
Un estudiante en Valencia
se puso a pintar el sol,
y del hambre que tenía
pintó un pan de munición.
Que los estudiantes...
Y por el tesoro...
La partitura editada por la Unión Musical Española en 1879, tiene la siguiente letra que, a más de repetir los primeros cuatro versos y cambiar alguna palabra, amplía el estribillo:
Aunque rotos remendados
sin más luz que la del Sol,
no te pedimos dinero
te pedimos niña amor (Bis)
Que los estudiantes
aunque remendados
son lindos amantes
desinteresados
y por el tesoro
que se encierra en ti ¡Olé!
diera todo el oro
que da el Potosí.
A la jota jota yo no quiero libros
que estudiar me gusta sólo en tu palmito
Un nuevo empuje a su popularidad se lo da la "Estudiantina Fígaro" al incluirla en su repertorio (téngase en cuenta que hizo dos giras por el continente americano, además de una por Europa donde visitó la totalidad de sus países). Se trata en este caso de la primera estudiantina-orquesta profesional, creada por el genio empresarial del músico Dionisio Granados (en las partituras aparece como Dennis Granados) en 1878 aprovechando el éxito de la expedición de la "Estudiantina Española", de hecho, intenta hacer pasar su agrupación por la anterior, y así se presenta en Norteamérica como los "Estudiantes Españoles de la Universidad de Fígaro" (ni que decir que sus miembros no eran estudiantes, sino músicos profesionales), además, el propio nombre de "Fígaro" porfiaba en ese intento de suplantación, no en vano la prensa francesa había repetido hasta la saciedad que los miembros de la "Estudiantina Española" vestían como el Fígaro del "Barbiere".
A finales del siglo XIX todavía es posible encontrar a la "Jota ¡Olé!" en el repertorio de alguna que otra estudiantina (como la titulada "Torre del Oro" de Sevilla en el año 1893, integrada por alumnos de diversas Facultades de esa Universidad), pero comienzan a escasear las reseñas concernientes a la obra de Lucena. Igualmente ocurre en la propia ciudad del Maestro, la última mención correspondiente a estas fechas aparece precisamente en el programa de la velada musical verificada en el Gran Teatro cordobés el domingo 11 de marzo de 1893 en honor del recién fallecido Eduardo Lucena, organizada por "La Estudiantina Cordobesa" y participación de la misma, de la Orquesta de Córdoba, la Banda Municipal y distinguidos músicos. Precisamente la interpretación por parte de "La Estudiantina Cordobesa" de la "Jota ¡Olé!" cerró en concierto cuya recaudación fue a parar a la viuda.
Sirva para concluir la noticia recogida en el diario cordobés La Voz del día 21 de febrero de 1926 respecto a la salida de la "Estudiantina Real Centro Filarmónico" por las calles de la capital: "Entre las composiciones que ejecutará figura una vibrante jota del gran Eduardo Lucena, con letra de Fernández Ruano, titulada <>, la cual no ha sido tocada en Córdoba desde hace más de treinta años".
La pieza musical que nos ocupa jamás fue grabada en España...
Eduardo Lucena: biografía breve
Nacido el 22 de enero de 1849, Eduardo Lucena Vallejo muestra desde bien temprano unas extraordinarias cualidades musicales. Ya a los 13 años es director de la orquesta del Teatro Moratín. Perfecciona sus estudios en el conservatorio de Madrid, donde es uno de los alumnos predilectos del maestro Monasterio y recibe clases de Hilarión Eslava. Ya en esta época forma parte e incluso dirige a la estudiantina escolar de dicho centro.
Su vida profesional abarcó las facetas de director de orquesta y de banda, violinista, compositor y profesor de armonía en la Escuela Provincial de Bellas Artes de Córdoba, germen del futuro conservatorio. Entre los honores que recibió en vida figuran el nombramiento de caballero de la orden de Isabel la Católica y el de socio de honor de la Sociedad Económica de Amigos del País.
Su catálogo de composiciones incluye diversos géneros de baile, obras líricas y algún que otro escarceo en las formas clásicas: varios himnos (uno de ellos con motivo del advenimiento al trono de Alfonso XII); una tanda de valses titulados Zaida; dos sinfonías para gran orquesta; barcarolas, mazurkas, romanzas y una pavana. Es decir, una literatura en la que abundan los géneros menores de tradición universal, las obras de circunstancias o escritas para un acto concreto
Fallecido el 2 de marzo de 1893 Eduardo Lucena es recordado en Córdoba como el genio organizador de varias estudiantinas con vocación de permanencia (la titulada "Amor y Desinterés" durante los años 1876 y 77, la "Estudiantina Cordobesa" de los años 1879 a 81, que fue germen del "Centro Filarmónico" que alegró las calles entre 1882 y 1886, y la "Tuna Cordobesa" que naciendo en 1889 supervivió a la muerte de su fundador para desaparecer en 1901), o incluso conjuntadas puntualmente para diversas finalidades, como la organizada en 1891 al objeto de aliviar, mediante la póstula, las penalidades causadas por las inundaciones que asolaron Almería y Consuegra (en la provincia de Toledo).
Y es que, como indica la necrológica aparecida en el Diario La Unión del 7 de marzo de 1893, entre todas sus producciones musicales destacan la "infinidad de Jotas, Pasacalles y Habaneras, especialmente para estudiantinas, notables todas por su buen gusto y exquisita factura, distinguiéndose el Olé, cuya primera edición produjo al señor Zozaya la venta de más de dos mil ejemplares y cuantiosa ganancia".
Olé!
Un article signé Rafael Asencio González
http://www.delabelleepoqueauxanneesfolles.com/OleJotatextSpanish.htm
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