SENSI BUDIA
Asunción María Budia Juárez, conocida como Sensi Budia, nace el 25 de abril de 1993, en Lucena (Córdoba). Es Graduada en Filología Hispánica por la Universidad de Córdoba. Actualmente, es Consejera de Redacción en la Asociación Cultural Naufragio-Saigón, en la que participa de forma activa en los actos y eventos que esta organiza, y en cuya revista (Saigón) publica sus textos. En numerosas ocasiones, acompaña con su piano los poemas recitados y, a veces, también ofrece su humilde voz (siempre en calidad de aficionada, pues es autodidacta). Actualmente, está inmersa en un proyecto de investigación que indaga en el contexto de la Fábula Mitológica en España (concretamente, en la imprenta aragonesa) durante la época del Bajo Barroco, en colaboración con el departamento de Literatura Española de la Facultad de Filosofía y Letras (proyecto PHEBO).
EROS Y ANTEROS
Cuando a Eros se siente
con tal fuego ardiente
el deseo se funde
en mil besos; concupiscente;
y Afrodita siembra,
con sus dulces senos,
eróticos aromas; deseos de ensueño.
(Saigón 20)
DEL DIEZ DE NERUDA A MI DIEZ DE NOVIEMBRE
Y habremos perdido aún este crepúsculo;
la verdad desnuda que iguala
al más rico con el más pobre,
al más pulcro con el más obscuro.
Pero nadie sabrá que aquella noche,
con las manos uniditas,
nuestra moneda se encendió:
en mi lóbrega mano henchiste
la tuya, pulcra,
y de nuestra fraternal unión
nació el deseo eterno,
de amarnos sin perdón.
“Ojos que no ven…,”
¿y el corazón?
“Lo que tu mano derecha haga,
que no lo sepa la siniestra”;
pero, ¿cómo ignorarlo?:
¡Aquella noche incendiamos
el sol en nuestras manos,
apagando la noche,
prendiendo el alba;
matando a la Muerte!
Y tú, mi sangre,
siempre, “siempre te alejas”
en las palabras del dulce poeta:
hacia donde el crepúsculo corre
borrando estatuas.
¿DÓNDE?
Palabras.
Olvidadas y arcaicas palabras,
que no dicen nada;
imágenes acústicas
(en una selva narcisista)
que desaparecen en el tiempo,
eternidad que recicla instantes perecederos.
Y es que, ¿de dónde nace el sonido?
¿A dónde miran tus ojos cuando nada ven?
¿Hacia dónde van tus lamentos
cuando tus labios lloran cerrados?
¿A dónde viajan las palabras vivas
que vacilan en el viento que toca nuestros cuerpos?
¿Dónde está donde?
(Saigón 23)
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¡Vaya! Acabo de descubrirme aquí... Muy agradecida por ello. He cambiado mucho desde esos primeros poemas que me ruborizan. Si desean actualizarlos tanto los textos como la biografía, escríbanme. Muchas gracias.
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